
Capítulo 28 El plan de la bruja Elisha
Nota: Inicio de maratón, deseando que sea de su agrado y dejen sus comentarios. Es dedicado a cada uno de mis lectores, que sin ustedes esta novela no hubiese estado en mis planes y no la habría podido dar termino.
Luc
Estoy sumergido entre mis tumultuosos pensamientos, desde el mismo instante que mis ojos detallaron la escena, no he parado de maquinar nuestro siguiente movimiento. Me siento atrapado en un laberinto sin salida, por una parte sabemos quienes las tienen, pero por otro lado, no tenemos idea donde pueden estar escondidos.
Miro a mi alrededor donde yacen desesperados mi padre y Axell, este último no para de dar vueltas, mientras mi padre llora desconsoladamente.
Me siento impotente, ¿Cómo no imagine que podrían venir tras de ellas? Willy, tan solo fue un vil señuelo.
Ni bien termino de recriminarme, como le es costumbre, aparece la bruja Elisha con su semblante serio. Gira a su alrededor comprobando cada detalle, al tiempo que deja salir un suspiro a causa de lo que observa.
—¿Qué hacen sentados como si nada estuviese sucediendo? Además, de perder el tiempo—Eleva una de sus cejas, perfectamente depilada, mientras mueve su mano en círculos—. Es hora de movernos señores.
—¿Para dónde? Ni siquiera tenemos idea de donde la pueden tener retenidas. —Axell, termina de farfullar bajando la voz haciéndonos casi imposible poder escucharlo bien.
—Sé donde está la nueva manada. Este anciano, ha hecho todo a espaldas de todos los hombres lobos, por lo que solamente no es una amenaza potencial para ustedes, sino para todas las manadas. Este hombre quiere poder y va a querer mas a medida que lo vaya obteniendo, este solo es un peldaño para seguir escalando, no se detendrá ahora que se siente poderoso. —Chasca sus dedos, después de lo cual, aparece una especie de humo blanco como si fuese una pantalla desde donde se desprenden imágenes de la ubicación de Gael.— Él no actúa sin pensar, todo está estrictamente ordenado; sin embargo, no contaban con mi intervención. Por consiguiente, he convocado a varias manadas vecinas para unirse a la causa.
—¿Usted sabía de todo esto? —La curiosidad bordea las iris de mi padre, recibiendo un asentimiento como respuesta—¿Por qué diablos, no hizo algo para detener todo esto? —estalló perdiendo el control, siendo retenido por uno de los ejecutores antes que terminara estampando a la vieja bruja en la pared. En el ambiente se podía oler la cólera saliendo por los poros.
—Lo vi en una visión —confesó—. Pero no podía hacer nada al respecto.
—¿Por qué rayos no? —esta vez quién tomó la palabra fui yo.
—Porque no podemos intervenir en lo que está escrito, a menos que se nos de la autorización. Por lo tanto, no me permitieron ayudar ni siquiera advertir hasta que llegara el momento.
—No enti...— interrumpí a mi hermano, no era momento de reclamos ni lamentaciones, teníamos que movernos y cuanto antes mejor.
— Ya habrá ocasiones para que supla todas nuestras preguntas, considero que esté no es el mejor momento para ello. —Mi hermano asintió— Elisha, termine de contarnos su plan.
— Está bien. Como anteriormente explique, convoque a varias manadas vecinas, quienes están esperándonos en la limitación noroeste. En lo que respecta a mi plan, consiste en...
Abby
Habían pasado varias horas desde que me encerraron en esta habitación, tres horas para ser exactos, las mismas en las que me hallaba en ignorancia por no saber de mi suegra, Jade y Jeidell. No tenía la menor idea de si ya estarían conscientes, aunque considerando las horas que han pasado desde la última vez que las vi, ya deben estar despiertas y posiblemente asustadas.
A pesar de la situación en la cual estoy, no me siento atemorizada, al contrario, la tranquilidad inunda mi corazón. La razón de este estado pacífico, tiene que ver con lo que dijo ese hombre llamado Gael, necesitan con vida a mis bebes, por lo que mientras estén en mi vientre ellos estarán seguros, del mismo modo que estaré con vida hasta que deje de ser útil para sus planes. Pero muy dentro de mi corazón, sé que Luc vendrá por nosotros y nos llevara de vuelta a la manada.
Luc, vendrá. Repito en mi mente estas palabras como si de un mantra se tratara, y cada vez convenzo a mi racionalidad, puesto que mi corazón confía ciegamente en el amor de mi vida.
Se reproducen en mi mente todas esas imágenes de Luc, protegiéndome de todo aquel que ha intentado hacernos daño de una u otra forma, ya sea por el calor del acoplamiento o por hacerse con el poder; y en todas las ocasiones él ha sabido mantenerme con vida, sana y salva. Por lo que sé que esta vez, hará lo mismo por mí obteniendo el mismo resultado. Más bien por nosotros. Sonrío al posar mis manos en mi vientre, transmitiéndoles de alguna manera la tranquilidad que me invade.
Tan solo espero que después que todo esto termine, nadie más intente hacernos daño, porque de lo contrario no creo tener más fuerza para seguir enfrentando estas situaciones adversas. Donde sus objetivos principales es hacernos daño, con tal de conseguir sus intereses, sin importarles a quien se lleven por delante.
Me sobresalto por la inesperada entrada de un hombre, que hasta el momento no lo había visto, engancha su mirada con la mía y me brinda una sonrisa petulante, mientras sus ojos brillan con burla.
Parece que le divierte estar frente a una dama secuestrada. Aprieto mis labios para que no se me escape lo que acabo de pensar. Esa sensación de asco y repugnancia me envuelve cuando sus ojos curiosos y depravados me repasan con descaro, deteniéndose en mis pechos, los cuales han aumentado por mi embarazo.
— ¡Vaya! ¡Vaya! Luc, no ha perdido el tiempo—enunció, sin despegar sus ojos de mi vientre—. Aunque cualquiera en su lugar haría lo mismo, no estás nada mal, preciosura. —Me estremecí de miedo por el tono meloso en el que pronuncio el apelativo, además de la mirada morbosa que me dirigía.
— ¿Quién es usted y que desea? —no pude contenerme, este hombre me daba mala espina.
— Soy Heliud, y solo quería conocerte. Sabía que eras hermosa pero nunca imaginé cuanto —declaro con voz ronca, mientras se acercaba hasta acortar la distancia de nuestros cuerpos, reaccioné separándome rápido de su cercanía—. ¿Por qué huyes preciosa? No te haré daño, sin embargo, te daré mucho placer—enseguida comenzó a carcajearse, mientras me encogía en mi lugar asustada por su mirada llena de maldad.
— No...o se me...e acerque...e—emití llena de miedo, y esta reacción me enfadaba porque no soy de la clase de persona que le teman a otras por nada, ni siquiera el tal Gael me produce miedo. Pero había algo en él que exudaba peligro, aún no comprendía porque mi cuerpo reacciona de esta manera por este hombre.
— Tranquila hermosa, solo quiero sentir que tan cremosa es tu piel o que tan bien hueles—. En un pestañeo me tenía aprisionada en la pared, mientras sostenía mis brazos, su nariz se perdió en mi cuello aspirando mi olor.
Me sentía incomoda por estar en una situación la cual no quería, y mientras tanto no paro de desear que fuese con Luc. Las lágrimas me invadieron al ver que ninguno de mis intentos en alejarlo estaba causando efecto, sollozo, y el pánico me invadió cuando su lengua raspo mi piel. Asimismo, llegaron a mi mente esos hombres que han intentado mancillar mi cuerpo, si fuese un hombre común podría zafarme de su agarre, pero el tenia más fuerza que yo.
Ese sentimiento de derrota impregno mi ser, durante unos segundos me deje sumergir, hasta que brillaron en mí las palabras de mi abuela: «Más vale maña que fuerza». Surtieron el efecto necesario para que me defendiera, eleve mi rodilla conectándola con su parte noble y débil, en este caso, soltó un alarido mientras se retorcía de dolor. No esperé a que se pusiese en pie para que vaya tras de mí, con firmeza avance hacia la puerta saliendo al pasillo. Me pare un momento sin saber hacia dónde ir, deje que mis instintos me guiaran, y corrí hasta una puerta donde me escabullí encontrándome con mi suegra quien soltó un suspiro al verme.
—¡Gracias a la diosa luna, estas bien! —Exclamo mientras me abrazaba—Tenía miedo de que te hayan hecho algo.
No podía emitir palabra alguna, sentir los brazos protectores de alguien cercano reconforta el alma, y más en el momento en el que nos encontrábamos. Mis lágrimas se deslizaban por mi mejilla sin poder detenerlas, mi suegra se alejo un poco para verme a la cara y tratar de limpiarlas.
—¿Qué tienes? ¿Sucede algo?—indago preocupada—.Háblame querida, me estas asustando.—me suplico al recibir mi silencio.
—E...—el sonido de la puerta siendo abierta, provocó que me escondiera detrás de mi suegra pensando que podría defenderme, reaccione de esta forma debido al miedo de que sea ese hombre atrás de mí, y pueda cumplir esta vez su cometido.
— Qué bueno que las encuentro juntas—menciona un hombre, mientras tanto muestra una sonrisa—No tenemos mucho tiempo, por lo que las preguntas no podrán ser contestadas, cierren los ojos y confíen en mi las llevare directo a la manada.
— Pero ¿Dónde está Asher?
— Por favor, Idaira, has caso.
— Está bien, Chad. Tranquila cariño—sonrió para tranquilizarme—, es de confianza. Es el padrino de Axell.
— ¿Listas?—Nos mira interrogante, a la vez que asentimos, para terminar cerrando nuestros ojos, mientras este señor nos abrazaba para después de unos segundos decirnos que podíamos abrir los ojos— ¡Nos veremos después! —Como la velocidad de la luz desapareció, dejándome perpleja.
— ¿Qué rayos es este hombre?
— Ven pequeña, te explicaré. Subamos a la habitación de Luc.
Luego de salir del shock por nuestra llegada tan repentina a la manada, mi vista recorrió el lugar, observando el desastre en su esplendor esperando por nosotros. Otra vez, mi suegra me saco de mis pensamientos haciendo que la siguiera.
Una vez que estuvimos sentadas en la cama de Luc, comenzó a relatarme la existencia de los demonios, además de relatarme el origen de Jade. ¿Quién diría que ella es una princesa? Pero lo más alucinante de todo es lo dones que portan, según me comento mi suegra, pueden ver el futuro, tele transportarse, entre otros dones. Había escuchado de Luc, sobre la naturaleza de Jade y Jeidell, pero nunca imagine que era de alto rango, por decirlo de alguna forma.
— Mi niña, ¿Estás bien? —Nuestra conversación fue interrumpida por mi madre, quien corrió a mi lado para abrazarme.
— Sí, estoy bien mami. — empezó a llorar desconsoladamente, mientras intentaba calmarla. Me partía el corazón verla de esta forma, sé que yo soy lo único que tiene en su vida, y que yo ya no estuviese presente, sería muy demoledor para ella. —Tranquila, siempre estaré contigo mami.
— Mi amor, ya perdí a tu padre. Yo...o no podrí...a perderte.
— Nada me pasará. Y muy pronto tendrás a dos razones más para vivir.
— Yo los amo a ustedes. Estos meses me han servido para imaginarme siendo abuela, y habituarme a la idea. Dejé todo atrás para quedarme con los tres, y no me arrepiento.
— Tampoco me arrepiento de irme de Los Angeles y dejar todo atrás. Aquí soy feliz y espero que encuentres alguien que te haga feliz, aunque siempre estaré para ti y los bebes te amaran. — Nos quedamos en silencio mientras nos mirábamos con todo el amor que podíamos ser objetos la una de la otra. Me cobije en sus brazos, sintiéndome plenamente feliz, por tener la mejor madre del mundo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro