La muerte de mi padre y mi ausencia cuando más me necesitaba fueron un completo llamado de atención, habría deseado otra manera, pero creo que a veces no vemos lo que tenemos hasta que es demasiado tarde. Llevaré a mi viejo siempre conmigo y en su tumba juré ser un mejor hombre, por eso volví a internarme por muchos meses más, incluso me perdí el cuarto cumpleaños de mi hijo, pero estoy seguro que eso pronto cambiará.

La audiencia con el juez está pautada para dentro de tres meses.

Desde que salí de la clínica me enfoqué en mi trabajo y tratar de recuperar la confianza de viejos clientes. Los últimos dos meses los he pasado entre filmación y edición de un video musical para el cover que Cofradía sacó, en su último disco, de la canción Forever de Kiss. Son muy talentosos estos chicos y la verdad bastante simpáticos, sobre todo Renzo.

Hemos hecho amistad y me sorprendió mucho saber que, a diferencia de los otros tres integrantes de su grupo, él no es un juerguista. De hecho, es un chico sano; a sus veintiún años y pese a las ocupaciones que supone ser parte de una exitosa banda de rock, estudia una carrera universitaria, literatura, eso me impresionó, y adora a su novia, podría apostar que inspirado en ella es que canta con tal sentimiento ese tema. Hemos estado largo rato, platicando sobre muchas cosas, por ejemplo, ahora me cuenta sobre sus inicios en la banda y yo no salgo del asombro:

-Renzo, eso quiere decir que tenías unos quince o dieciséis cuando te uniste.

-En realidad, catorce...

-Vaya.

-Sí, fue una completa locura porque nunca imaginé que, de verdad, entraría en Cofradía. Ellos ya sonaban mucho en la radio local, cuando Jonas, el anterior vocalista se fue... -Chasquea los dedos y hace un pequeño ademán con su mano izquierda como enfatizando-. Asistí al casting sin permiso de mis padres; había puros chicos mayores que, según yo, iban mejor con la banda, además mi experiencia ante el público venía de cantar en la iglesia. -Se carcajea y yo también, incrédulo ante lo que dice.

-Sorprendente, de verdad -le digo impresionado y asiente sonriente.

-Cuando pasé a la siguiente fase del casting, estaba anonadado y ni hablar al llegar a la final. -Lo veo tomar un poco de su bebida antes de continuar-: Lo difícil fue cuando gané, ¿cómo contarles a mis padres que cantaría en una banda de rock? -agrega y volvemos a reír, luego niega con la cabeza-. Chop fue conmigo a casa para mostrarles el contrato, permiso y todo el papeleo legal pertinente; imaginarás la sorpresa en ambas partes. -Sonrío ante sus palabras-. Por un lado, mis padres porque su hijo menor se interesaba en el rock y por el otro, Chop al darse cuenta de que venía de un hogar cristiano. -Ahora él sonríe y se muerde un nudillo, yo no puedo dejar de reír.

-Increíble. Pero viendo tu actual aspecto, con esos pírsines, ese cabello largo y tintado porque no me jodas ese rojo no es natural... -le digo con ironía y él asiente entre risas-. Tatuajes, porque tienes tatuajes, ¿cierto? -agreo y vuelve a asentir sonriente-. Jamás imaginaría eso de que eres cristiano.

-Lo sé. -Se carcajea una vez más-. No digamos que lo soy, pero tampoco que no; creo que tengo mi opinión sobre esos temas y difiere un poco de la que posee mi familia cristiana.

-Entiendo.

Acabada la exportación del preview del video musical, procedo a abrirlo para mostrarle.

-Bueno, Ren, a lo que veníamos.

La verdad me gusta el resultado, aunque sea yo quien lo diga; pero la emoción en el rostro de Renzo es evidente, creo que está fascinado.

-¡Fiu! -Un silbido de admiración se le escapa y da un par de aplausos-. Ray, eres excepcional, por eso le insistí a Chop para que tú te hicieras cargo de esto... -Sonrío al escucharlo-. Él no estaba muy seguro, dado a todos los problemas esos que tuviste...

-¡Ouch! -contesto, la verdad, siento eso como un puñal y él sonríe-. Pero créeme que aprendí mi lección.

-Lo sé, ¿sabes por qué?

Niego con la cabeza y él prosigue:

-Lo veo en tus ojos, estás decidido y aunque aparezcan diez Françoise frente a ti, eso no cambiará.

Quizás tiene razón, al menos quiero creerlo. Ya no siento esa ansiedad con solo escuchar su nombre, así que vuelvo a sonreír mientras lo escucho.

-Sigue mostrando al mundo que no eres ese miedo, ni esa tristeza o enojo; demuestra que eres lo que tú has decidido ser.

De nuevo sonrío antes de contestar:

-Gracias, Ren, me alegra escuchar eso. Créeme, no ha sido nada sencillo reencaminarme y el vacío que dejó mi padre golpea muy fuerte, sumado a que no puedo ver a mi hijo y perdí a la mujer de mi vida...

-No siempre lloverá -me interrumpe, entonces lo observo atento y continúa-: Me refiero a las tristezas, Ray; tú sigue decidido, lucha por ser mejor y cuando menos lo esperes la lluvia habrá pasado, entonces disfrutarás del arcoíris, surcando un cielo despejado.

Debo lucir algo confundido porque sonríe y se apresura a agregar:

-La alegría, Ray; la felicidad. La tristeza es pasajera, pero sirve para apreciar lo bueno que la vida nos ofrece.

Luego de tocar la guitarra un rato con Renzo y verlo partir, medito en sus palabras y creo que tiene razón. Seguiré enfocado en mi trabajo, también en la alegría que supone vivir. Mi padre partió y dejó un vacío inmenso, pero su recuerdo vivirá por siempre en mi mente y corazón; porque, Theodore, no hay duda que eres el mejor padre del mundo y aunque no creo llegar a ser como tú, al menos lo voy a intentar porque tu nieto es lo más hermoso que la vida me ha dado.

Arruiné las cosas con Clari y ya no puedo hacer nada para enmendar eso; pero será mi propósito, al menos recuperar a mi amiga.

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Clarissa sonríe ante la decisión del juez, yo no paro de llorar, siento el corazón golpear con mucha fuerza y la alegría brota por mis poros cuando estoy frente a Rex. Su rostro se ilumina al verme y la inmensa sonrisa que me regala mientras corre hacia mí, descontrola todo en mi interior.

-¡Papi! -exclama emocionado al elevarlo y darle vueltas en el aire- ¡Te etañe!

-Yo mucho más, campeón. -Lo abrazo fuerte, beso su cabecita repetidas veces-. Hijo, ¡cuánto has crecido!

Pasamos el resto del día entre dibujos y juego de beisbol en el patio con Clari también y ahora vemos el Rey León. Con Rex es difícil ver una película porque pregunta el qué, por qué y cómo de cada cosa que pasa. Cuando empieza a sonar Hakuna-matata en la voz de Timon y Pumba, los tres nos ponemos de pie, tomados de mano, cantamos la canción y reímos como locos mientras imitamos a los personajes. ¡Dios! Este ha sido el mejor día en demasiado tiempo.

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Es fantástico volver a esta bonita ciudad costera, fui invitado por Renzo al gran concierto que darán en la playa como inicio de su gira internacional, así que tengo los siguientes dos días para pasear por este lugar antes del evento.

Regreso a la playa a hacer muchas tomas, aunque ha comenzado a llover un poco fuerte. Camino por la orilla hasta llegar a la zona rocosa, veo correr a un chico con una larga chaqueta negra de capucha y que le cubre casi los dedos por completo.

Se tropieza conmigo y lo sostengo para evitarle la caída; mantiene uno de sus brazos contra mi pecho -marcando distancia-, noto que la manga se le ha corrido un poco, entonces distingo unos vendajes que cubren su muñeca. Al darse cuenta de la dirección de mi mirada, se apresura a bajar el brazo y yo a soltarlo. Tiene unos preciosos ojos, aunque rodeados por ojeras muy marcadas; su mirada refleja mucho dolor y miedo, siento una fuerte sacudida en el pecho...

-¿Estás bien? -Me atrevo a preguntar casi en un susurro, el chico niega despacio con la cabeza y veo su mirada cristalizarse, eso provoca un sentimiento todavía más doloroso.

-No, señor barbudo... -contesta casi en un murmullo- lo siento...

Entonces lo veo alejarse.

No sé por qué, pero algo me obliga a llamarlo de nuevo y al voltearse fija su destrozada mirada en mí, hay mucho dolor en su expresión, solo atino a gritarle las palabras de Renzo.

-¡No siempre lloverá! -El chico ladea un poco la cabeza, confundido, no sé si habrá comprendido algo de esa frase, pero luego de un momento curva los labios en una pequeña sonrisa y me devuelve el grito:

-¡Qué novedad, extraño barbudo! -responde con algo de ironía y eso me saca una sonrisa medio idiota, entonces continúa-: ¡Y yo creía que la lluvia era eterna!

-¡Chiquillo, al menos te hice reír!

Intenta disimular, pero noto su sonrisa ampliarse un poco.

-¡Las tristezas son pasajeras, igual que la lluvia! -le digo y suspira antes de contestar en un tono más bajo:

-No creo que sea así de fácil. -Su vista no se aparta de la mía al decir eso, la suya luce brillosa, húmeda como este clima y vuelvo a sentir una sacudida en el pecho.

-No he dicho que lo sea -replico en su tono.

Sus ojos se abren de la impresión pues por insólito que parezca, en este momento la lluvia cesa; su rostro de sorpresa creo que se equipara al mío, entonces noto a su atónita mirada desviarse hacia el horizonte; giro la cabeza y veo un enorme arcoíris que se dibuja en la distancia.

Apunto la cámara, apresurado, intento capturar ese instante; luego de varias tomas veloces, vuelvo a voltearme y noto que el chico triste ha desaparecido. Suspiro.

-Espero te mejores, chico -murmuro.

Me adentro en los grandes peñascos, hago varias tomas cuando algo capta mi atención en la escena, así que me acerco a mirar y encuentro un libro olvidado por alguien. Lo levanto para inspeccionarlo, noto la parte baja humedecida, abro la contra carátula y descubro varias frases escritas con una caligrafía muy bonita:

«La vida está llena de pequeñas alegrías, el arte consiste en saber distinguirlas»

«No sirve de nada recordar el pasado, a menos que pueda ejercer alguna influencia en el presente»

«Hay siempre latente en el alma humana una pasión por ir a la caza de algo»

«El hombre que tiene una buena razón para creer en sí mismo, nunca presume delante de los demás para que también crean en él»

Son las que logro leer pues las de más abajo se arruinaron por el agua. Reconozco las dos últimas, pertenecen a Dickens. Volteo el libro y sonrío al ver que se trata de David Copperfield, también de Dickens. «Quizás sea de ese chico», pienso; decido llevarlo conmigo, tal vez vuelva a toparme con el chiquillo en las afueras de la playa, pero no hay rastro de él.

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El concierto ha sido fantástico y ahora nos encontramos en el after party, comparto con Renzo, nada mejor que un chico sano para evitar excesos. El resto del grupo están vueltos locos con las chicas de un club de fans; la novia de Renzo -Johana- forma parte del mismo, pero obvio permanece en todo momento junto a su novio, es una rubia de ojos verdes que me hace pensar en Clari, aunque es mucho más baja que ella.

Hace rato que la jovencita hace algo en las servilletas, creo que dibuja cada vez que su novio está ocupado, posando para fotos o lo que sea -como ahora-, así que me acerco a ella y entonces comprendo lo que oculta.

-¿Ese es Renzo? Diseñas vestuario -le hablo sobre el hombro y salta asustada, eso me hace reír.

-No es nada -contesta nerviosa, embolilla el papel y lo entierra en su pantalón.

-¿Cómo qué no? Acabo de ver lo que haces, eres buena. -Gira el rostro hacia mí, me contempla incrédula-. ¿Estudias diseño de modas?

-Sí, recién empiezo.

-Creo que tienes talento. ¿Le has mostrado lo que haces a Renzo? -pregunto de verdad interesado y niega con la cabeza-. Deberías, quizás hasta convencería a Chop de usar tus diseños.

-No lo creo, ¿quién le daría una oportunidad a una aprendiz? -Sonrío al oírla.

Creo que se me han cruzado los cables, pero una loca idea atraviesa mi cabeza, aunque tendría que hablarlo con Clarissa, después de todo, apenas hace meses que recompongo mi relación con Rex.

Renzo regresa con nosotros y al vernos juntos, ladea la cabeza confundido, yo río por lo bajo ante su expresión. Después de mucha insistencia, consigo que la chica acabe molesta, pero saca el papel del bolsillo y se lo muestra a Ren. Su semblante es increíble, luce agradablemente sorprendido.

-Mi bonita, ¿por qué no me enseñaste antes?

Ella se encoge de hombros ruborizada y con una pequeña sonrisa apenada.

-¿Tú le darías una oportunidad a una aprendiz? -pregunto a Ren y asiente sonriente- Yo también -agrego-, niña, te diré algo, regresaré a Francia a resolver unos asuntos, pero luego hablaremos de negocios.

La sonrisa no abandona mi rostro, aunque ella sigue incrédula, Ren también sonríe y se apresura a contestar:

-Por supuesto que sí, Mr. Fisher, cuente con eso y también con mi apoyo.

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Doy un último paseo por este sitio antes de partir, por más que recorra esta ciudad siempre descubro alguna mínima cosa que me llama la atención, como ahora que mis ojos se fijan en un local vacío, entonces me acerco al lugar. Tiene una estructura muy bonita, asemeja un poco a un barco, pero de vidrio ya que tiene enormes ventanales al frente cubiertos por periódico y me impiden ver con claridad hacia el interior.

A través de los escasos hoyos me parece ver una barra, entonces pienso en Moe y su bar imaginario. Camino hacia la parte trasera y veo que hay un pequeño muelle y astillero «¿Será parte de la misma propiedad?», es mi nuevo pensamiento, aunque no sé por qué. Saco fotografías del lugar y regreso a empacar para partir.

De vuelta en Francia voy por Rex, le muestro las fotografías de esa ciudad, me hace mil preguntas sobre el viaje e infinidad de cosas hasta caer dormido; momento que aprovecho para reunirme con Clarissa y comentarle la idea que se me ha ocurrido, suspira al terminar de decirle, se rasca la nuca y camina de un lado a otro algo, preocupada, antes de emitir una sola palabra.

-¿Tú estás seguro de esto? -pregunta confundida, yo sonrío y niego con la cabeza, ella me devuelve el gesto-. Me parece arriesgado, Ray - agrega y me encojo de hombros aún sonriente-. ¡¿Te estás acostando con ella?!

-¡NOO! -replico en alto y se suelta a reír- Clari, es la novia de Renzo. -Ahora ella se encoge de hombros, restándole importancia a mis palabras, la entiendo, crea fama y acuéstate a dormir-. La chica es buena, además él también está interesado en entrar al proyecto, sería una asociación.

-Aun así, no lo sé, Ray.

-Míralo de este modo, sería nuestra sucursal al otro lado del océano y además incursionaríamos en el mundo de la moda -le digo y ella toma una enorme bocanada de aire que luego libera despacio antes de contestar:

-Dices no estar seguro, pero no dejas de insistir, así que, creo que ya estás decidido, Ray...

Sonrío, ella me devuelve el gesto y acaricia mi mejilla.

-Extrañaré trabajar contigo y espero un buen reporte mensual.

-Clari, tienes diseñadores y fotógrafos buenos en el estudio.

-Lo sé, pero ninguno es el gran Mr. Fisher.

Sonreímos a la par e intercambiamos miradas, jamás me arrepentiré suficiente de haber arruinado todo con esta mujer maravillosa.

-Ahora, Ray; lo más importante, Rex.

-Por eso quiero esperar un poco más, al menos hasta su siguiente cumpleaños, quiero compartir con él todo el tiempo posible... -Clari no deja de asentir al escucharme-. Luego de establecerme por allá quiero llevar a Rex conmigo.

-¿Y quieres que yo no vea a mi hijo? -pregunta sorprendida y vuelvo a sonreír-. Debemos organizar eso, Ray.

Platicamos por largo rato más; al caer la noche voy al cucarachero donde trabaja Moe, necesito hablar con él y contarle mis locos planes, seguro me grita un poco, pero después se le pasa.

Luego de un choque de puños como saludo, espero en la inmunda barra, entre un par de whiskys, a que él tenga un descanso para hablar. Después, en el callejón, no para de caminar intranquilo, humea como chimenea por ese maldito cigarrillo, pero no emite una palabra hasta que abro la boca para decir algo, entonces se apresura a hacerlo él:

-¡¿Te estás cogiendo a la novia de Renzo?!

Me cubro el rostro con las manos, intento ocultar la risa, pero es inútil, me carcajeo y él se agacha frente a mí antes de seguir:

-Bro, es que, es un cambio drástico, no solo en tu vida sino en la mía... -confiesa y elevo una ceja al observarlo-. Claro, cabrón, te largas al otro lado del mundo y yo me quedo solo aquí. ¿Con quién me quejo del viejo bolas apestosas si ya perdí a Theodore y ahora tú también te vas?

-Esa es la otra razón por la que estoy aquí... -Sonrío y le revuelvo el cabello, él me mira confundido-. ¿Quieres acompañarme a esta nueva aventura?

Luce sorprendido y río bajo ante su gesto. Saco la cámara para mostrarle las fotografías de ese barco de vidrio y continúo hablando mientras pasa las fotos:

-Me dije: "Si pienso apoyar el sueño de esa chica, ¿por qué no hacerlo con la idea de mi mejor amigo?" -confieso al fin. El cigarrillo se cae de la boca de Moe al levantar la vista hacia mí y sonrío.

-Cabrón, ¿me estás jodiendo? -pregunta sorprendido y niego con la cabeza-. Fisting, no juegues conmigo.

Vuelvo a reír y me contempla atento mientras saco algo del bolsillo de la chaqueta, su mirada ahora viaja hasta nuestras manos y se apresura a ver lo que he colocado en la suya. Casi se le sale el ojo derecho al ver el papel.

-Bro, si esto es real, te juro que voy a pagarte cada centavo.

-No es necesario, mi deuda contigo es inmensa. -Reímos juntos-. Pero si así lo quieres allí está mi número de cuenta. -Su carcajada es ahora más fuerte.

-Cabrón -expresa entre risas-, ¿así cómo me niego a acompañarte? -Una lágrima resbala por su mejilla y nos fundimos en un fuerte abrazo-. Espero que hayas aprendido algo más que a coger y drogarte con Françoise ya que quieres entrar en ese mundo -susurra en mi oído y río a carcajadas.

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Clarissa, Rex y también la madre de Moe -envuelta en llanto- nos acompañan en el aeropuerto, siento el corazón bombear con demasiada fuerza ante la expectativa e incertidumbre de esta nueva vida. Mi pequeño de cinco años no deja de sacarnos fotografías con el celular de Clari.

-Parece que seguirá tus pasos -anuncia ella, sonriente, luego de otra foto de Rex.

-Con tal y no sean los malos, todo genial. -Reímos juntos.

Moe está emocionado, revisa las fotografías que recibió de los diseñadores de espacio y es que el "Imaginarium", luce fantástico, lo mismo que nuestro estudio de arte y moda, quedó increíble; los locales solo esperan nuestra llegada para sus respectivas inauguraciones. Cofradía tocará en ambos eventos.

Renzo y yo nos hemos aliado para proyectar a Johana, quien sigue nerviosa pese a que ya no hay vuelta atrás, pero estoy seguro de que esa chica tendrá éxito, entonces apoyaré su talento.

También por recomendación de Clari y Renzo, contraté los servicios de Chop como mi representante legal oficial para así poder enfocarme en el arte, así que todo está listo al otro lado del mundo, Moe y yo también estamos listos para lanzarnos a esta gran aventura.

Anuncian la llamada para nuestro vuelo y contemplo a Clari con el bebé. ¡Dios! No puedo creer que partiré al otro lado del mundo, la madre de Moe no deja de llorar se aferra con fuerza a su hijo y este solo sonríe al devolverle el abrazo. Siento el corazón a mil por hora.

-Ray, ¿listo para tu nueva vida? -pregunta Clari, luego de tomar una profunda bocanada de aire y liberarlo despacio, asiento en silencio-. Te deseo lo mejor y todo el éxito del mundo. -Nos abrazamos los tres y Clari susurra a mi oído-: Si arruinas esto te mato.

-No será así. -Levanto mi mano antes de continuar-: palabra de scout.

-¡Es con la derecha! Ya no me das confianza. -Volvemos a reír. Me pierdo al contemplarla un rato, su preciosa sonrisa, esa brillante mirada y vuelvo a sentirme estúpido por haber echado a perder todo con ella.

-Clari, nunca me perdonaré por cómo acabé las cosas entre nosotros.

Ella sonríe y acaricia mi mejilla luego de oírme.

-Ray, lo pasado, pisado. Sé que cualquiera diría que estoy loca por estar aquí muy tranquila contigo luego de todo lo que pasó entre nosotros, pero te conozco y sé que no eres un mal hombre. -Compartimos una sonrisa-. Creo que aprendiste tu lección sobre los excesos y cuando menos lo esperes, volverás a enamorarte... -Niego con la cabeza.

-Eso lo dudo, tú eres la mujer de mi vida y no creo que vuelva a sentir algo así.

-¡¿Y el hombre de tu vida?! -Rex, exclama en alto y ambos volteamos a verlo, sorprendidos, Clari se suelta a reír-. ¿Qué? -agrega confundido y ahora yo me río. Lo tomo en brazos y beso su cabecita.

-Tú eres el hombre de mi vida. -Beso sus mejillas, se queja por la barba e intenta apartarme entre risas, así que lo aprieto fuerte-. Te amo demasiado, hijo.

Clarissa vuelve a reír antes de hablar:

-Bueno, pero en algo tiene razón él. No puedes descartar esa posibilidad. -Ahora sí me hizo reír-. No te rías, es en serio, a ver ¿por qué no podría ser?

-Clari, ¿tú me imaginas en modo romántico con algún tipo? -pregunto apenado y se encoje de hombros, sonriente-. Te juro que yo no.

Así, luego de muchas carcajadas, despedidas, fotos y llanto, escuchamos la última llamada para nuestro vuelo y nos ponemos en marcha hacia la aventura de nuestras vidas. Solo espero que todo salga bien en este nuevo inicio.

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