XVIII: Euforia: Emocionado
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Hoy es un día especial, me siento nervioso y mucho. Clarissa, mi novia, y yo queremos compartir nuestras vidas juntos, así que este día, vamos a afirmar nuestra decisión ante el altar. No fue fácil conseguir la aprobación de su familia, nuestros padres consideran que somos muy jóvenes, pese a eso, mi viejo no se opone.
Estoy seguro de este paso que daremos, sin embargo, al observar ese par de aros dorados que reposa en su estuche, me cuesta mucho no sentirme nervioso.
Clarissa y yo hemos estado juntos desde la prepa, es la rubia más hermosa del planeta, sus ojos verdes son como un par de gemas que atraviesan mi alma. Ya que somos inseparables, incluso estudiamos en la misma universidad -ella publicidad y yo diseño gráfico-, también trabajamos juntos -yo como fotógrafo y ella es mi modelo favorita-. Entonces nos dijimos: "¿Por qué no?". Ella me ama y yo a ella, además tenemos pensado muchos planes a futuro.
Contemplo la pequeña caja transparente mientras acabo de prepararme. Odio usar trajes, pero es una ocasión especial. Me cuesta un poco mantener la calma y es que conforme se acerca el momento de la ceremonia, mi estómago parece tener otros planes para mí, además, mis manos se rehúsan a dejarme anudar esta maldita corbata.
-¿Seguro que puedes? -Pregunta mi padre desde la puerta de la habitación.
Lo observo con atención, él me contempla con los brazos cruzados sobre el pecho, apoyando la espalda y un pie contra el marco. A diferencia de mí, él ya se encuentra listo para la ocasión, su traje gris hace resaltar las canas encima de sus orejas -se parece a Reed Richards-. No sé por qué, pero detecto un dejo de burla en la expresión de su rostro.
-Por supuesto, Theodore -replico con ironía a mi padre y sonríe.
Luego de negar con la cabeza, se acerca hasta mi sitio; desarma el desastre que estaba haciendo con la corbata y comienza él a anudarla correctamente. Intento sonreír en agradecimiento, pero me sale más bien una risa nerviosa.
-Ray, sabes que tienes mi apoyo, bueno, ambos lo tienen. Yo no pienso hacerte desistir de esta idea, tú ya eres adulto. Uno joven y medio idiota, pero adulto, a fin de cuentas.
Fijo mi mirada sería en la suya burlesca y se suelta a reír.
-Hijo, no se trata de la edad ideal para casarse, sino de su madurez como pareja. Tienen dieciocho años, pero un montón de tiempo juntos y planes en conjunto. Solo te digo una cosa, el matrimonio es un paso muy importante y debes respetarlo, cuida bien a tu esposa.
Continúa amarrando mi corbata y yo asiento en silencio, comprendo sus palabras.
-Si arruinas tu matrimonio, te patearé el culo. -Lo observo perplejo y él acaba de anudar con una gran sonrisa-. Yo era apenas un par de años mayor que tú cuando me casé con Rhoda, pero a diferencia de ustedes, nuestra razón fue muy distinta.
Se separa un poco y mueve las manos sobre su vientre, simulando una barriga de embarazo. Entiendo a qué se refiere, ellos se casaron al enterarse de mí y contrario a lo que pensó la familia de ambos «arruinaran sus vidas», «adiós futuro». Demostraron todo lo contrario y la verdad fuimos muy felices los tres hasta que ella enfermó. Maldito cáncer. Mi padre aún es su eterno enamorado.
-Ustedes no están en la misma posición que nosotros, así que disfrútense, conózcanse, cuídense. -Asiento en silencio-. Un bebé no impedirá sus sueños, pero sí les complicará el camino.
-Gracias, padre. -Nos abrazamos, él palmea con fuerza mi espalda-. Ahora partamos a la gran aventura. -Asiente sonriente y aprieta mi hombro.
Sale de la habitación, yo lo sigo. Los nervios por este momento realmente están afectándome, siento un escalofrío recorrerme en cuanto he llegado a la puerta principal que me hace parar en seco.
-Hijo. -Observo a mi padre, expectante-. ¿Dónde está tu pantalón?
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¡Dios! Me siento muy nervioso a la espera, hay muchos ojos a mi alrededor, atentos a cada movimiento, seguro esperan el momento en que huya o peor: me planten «deja de pensar eso», pero es que ya ha pasado demasiado tiempo.
Salgo de la iglesia a paso veloz, siento que me ahogo. «¿Acaso esta corbata se ha apretado por sí misma?», necesito aire fresco. Me quedo parado en la entrada inhalando profundamente y exhalo con fuerza, trato de recuperar la compostura mientras espero a mi prometida.
-Bro, vamos adentro, ya casi es hora. -¿Casi? Observo a Moe, mi mejor amigo y padrino, confundido-. Fisting debes esperarla en el altar y ya viene llegando, vamos. -Sigo confundido y Moe vuelve a reír-. Bro, solo han pasado cinco minutos, relájate.
Sigo a mi mejor amigo al interior y permanecemos junto al altar, esperando por no sé cuánto tiempo, pero mejor dejo de calcular al azar y me tranquilizo hasta verla entrar.
Mantengo la vista anclada en el Cristo en la cruz. «¡Diosito estoy nervioso y mucho! Ayúdame a calmarme un poco». Siento el corazón acelerarse al escuchar el sonido de los violines entonar la marcha nupcial, giro despacio y entonces la veo.
Todo pasa en cámara lenta, la rubia más hermosa del planeta viene entrando y con ese traje parece una princesa, no, una reina. Es mi reina. Su inmensa y brillante sonrisa ilumina el lugar, ¡luce preciosa!
Todo a nuestro alrededor desaparece, solo la veo a ella acercarse cada vez más, hasta estar en frente de mí.
-Eres bellísima. -Mi boca se mueve por sí sola, dejando escapar lo que pensaba al verla. La sonrisa en su rostro se amplía todavía más y mi corazón se desboca ante ese gesto.
-Ray. -Escucho una voz que me llama, pero no puedo dejar de contemplar extasiado a la diosa que tengo frente a mí-. Ray. -Continúo sumido en su belleza.
-¡Ouch! -Siento un golpazo en la nuca que me trae de vuelta, miro hacia atrás y mi padre me observa sonriente.
-Hijo, atiende a tu suegro, te está hablando.
Miro de nuevo al frente, esta vez al castaño cuyos ojos verdes me observan con recelo.
-Ray, te estoy entregando a la niña de mis ojos...
-Papi -susurra Clari, sonriente.
-Shh. -Silencia a su hija y sigue hablándome-. Cuídala y respétala. -Asiento en silencio y trago hondo, más por el gesto en su rostro que por sus palabras; aunque un poco más intimidante resulta la actitud del gemelo de Clari ubicado en la primera fila, me contempla de manera homicida mientras estrella el puño contra su palma. Espero no cagarla.
Tomo la mano de mi reina y juntos giramos hacia el altar, frente al Cristo y el sacerdote para dar inicio a la ceremonia. Al sentir su mano entrelazada con la mía, todos mis miedos se disipan. Estoy seguro de esta decisión cuando ella está a mi lado.
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Clari practica nado sincronizado o gimnasia acuática desde que era una niña. Pertenece al equipo olímpico y adoro ver sus prácticas cuando tengo oportunidad. ¡Es fantástica! Las figuras o piruetas o como se llamen esas cosas que hacen en el agua son hermosas, siempre consigo buenas tomas y esta vez no es la excepción.
Luego de terminar las prácticas y hablar con su entrenadora, una enorme sonrisa le ilumina el rostro, lo que seguro se traduce en algo bueno, así que la espero atento y emocionado, sea lo que sea lo celebraremos junto a la gran noticia que yo le traigo.
-¡Ray! -exclama emocionada, salta sobre mí y junta nuestros labios en un beso-. Fortachón, ni te imaginas. -Niego con la cabeza, sonriente, entonces prosigue-: ¡Seré parte del equipo principal en la siguiente olimpiada! -Volvemos a besarnos.
-¡Excelente! Felicidades, amor. -Beso-. Entonces podré ir contigo y conocer a Michael Phelps. -Asiente sonriente.
-¡Síííííí! -Vuelve a gritar-. Ese tipo está buenísimo.
-Bueno, sí, lo está. -Reímos juntos y volvemos a besarnos.
-¡Aaaaaah! ¡Dios! ¡No lo puedo creer! -sigue gritando, entusiasmada mientras la llevo cargada, fuera del complejo.
-Pues, mi reina, yo también te traigo una noticia estupenda. -Me observa expectante. Con cuidado de no dejarla caer, llevo mi mano al bolsillo del pantalón y le muestro un juego de llaves.
La emoción en su rostro es ahora más evidente, lágrimas bañan sus ojos. Sin decirle otra palabra entiende perfectamente a qué me refiero, así que hacia el sitio nos dirigimos.
Llegamos a la pequeña casa de la que ambos nos enamoramos y mientras abro la puerta ella no deja de aplaudir emocionada. Entramos a la sala y de nuevo vuelve a brincar sobre mí, pero esta vez acabamos en el suelo muertos de risa.
Cuando estuvimos viendo casas que se adaptaran a nuestro -pequeño- presupuesto, hace unos meses atrás, nos emocionó esta debido al garaje lateral el cual pensamos transformar en estudio de fotografía, diseño y publicidad.
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Hoy salgo de excursión con Moe a Moret-sur-loing un pintoresco pueblo medieval donde pasaremos algunos días, haciendo tomas. Quiero conseguir una colección en ese lugar e inscribirla a un importante concurso que se llevará a cabo en el Louvre, así que eso es decir mucho. Los cinco artistas que resulten ganadores, además de recibir un premio monetario -que no viene nada mal-, serán exhibidos en una muestra fotográfica colectiva allí, lo que es aún mejor.
El problema es la personita a mi lado que no me deja levantar de la cama. Permanece pegada a mí, entrelaza sus piernas con las mías para impedirme salir.
-Clari, tengo que pararme, Moe viene por mí. -Sigue acostada sobre mi brazo derecho, niega con la cabeza contra mi hombro-. Reina serán dos días, es importante.
-Nop -sentencia con firmeza achina los ojos y frunce los labios, pero infla las mejillas como una ardilla, eso me hace reír. Ahora me aprieta fuerte con sus brazos también-. Su majestad ordena no moverse de aquí. -Vuelvo a reír.
Junto nuestros labios en un beso que lentamente va calentando el ambiente y aún más cuando Clari sube a horcajadas sobre mi vientre. Mis ojos se deleitan con su escultural silueta, adornada por esa brillante sonrisa que es luz en mi vida y así esta diosa consigue retenerme en la cama un largo rato más.
Cuando escucho el claxon de Moe me toca correr y ella solo puede reír a carcajadas al verme todo desesperado, preparándome. Luego de quince minutos de espera, al fin subo al auto de mi amigo quien me mira con ganas de asesinarme mientras me muestra el reloj, solo me queda reír como loco ante su gesto y nos ponemos en marcha.
-Fisting, tuve que besarle las bolas a mi jefe, para conseguir además de los tres días libres, salir antes anoche y así estar aquí temprano... ¡¿y tú me haces esperarte?! -Vuelvo a reír.
-Moe, entiende, hay ciertas obligaciones conyugales que...
-A mí no me jodas con eso.
Seguimos el resto del camino en medio de pláticas y risas. Moe y yo crecimos juntos somos como hermanos, él siempre me ha acompañado en mis excursiones fotográficas y claro hoy no podía ser la excepción. Así como mi sueño es lograr que mi arte sea reconocido, el suyo es tener su propio bar, pero no cualquier bar...
-Fisting, estoy harto de esa taberna de mala muerte, nido de cucarachas.
-Pero si lo odias cambia de sitio.
-Lo que me jode es la actitud del viejo bolas apestosas ese, ¿sabes cuánto dinero hace y aun así solo invierte en el licor? -Golpea el borde del volante con la palma.
-Bueno, entonces su nido de ratas le funciona. -Río a carcajadas y él niega con la cabeza, sonriente.
-¡Pero podría ser mejor! Con buena música, luces, que sea como una fiesta...
-Ahí vienes tú con tu bar imaginario. -Me estampa un puñetazo en el brazo.
-¡Qué no es imaginario, cabrón! Ya verás, más pronto de lo que piensas voy a cerrarle la boca a ese viejo. -Vuelvo a reír y me gano un nuevo puñetazo por eso-. Y a ti también, fisting el bastardo, algún día te veré borracho y haciendo un disparate sobre la barra de mi bar. -Me carcajeo.
-¿Has pensado ser comediante? -Sigo riendo-. Él día que eso pase te doy mi permiso para grabarme. -No puedo dejar de reír-. ¿Tienes idea de lo absurdo que sería?
Llegamos al pueblo encantado, de verdad es increíble y eso que aún no empezamos a explorarlo, las fachadas rocosas son hermosas, algunas con tejados cónicos muy altos y ese hermoso bosque que parece envolver el sitio. ¡Es genial!
-Fisting, este lugar es muy bonito, pero creo que está trillado.
-Tranquilo, Moe, de la magia yo me encargo.
Luego de otro puño al brazo, empezamos nuestro recorrido por este fantástico lugar.
-¡Oye, Moe! Mira un bar medieval -le digo al pasar frente a la puerta de una antigua taberna, así que decidimos entrar a conocer el sitio.
-Creo que el viejo bolas hediondas sería feliz en esta ratonera y ¡mira nada más! Escupideras -dice, señalando los objetos junto a la barra-. Si ve esta porquería, seguro lo integra en su estilo cucarachero.
-Míralo por el lado positivo -le digo enganchándome a su hombro-. Sería una inversión en algo diferente a licor. -Sonríe y me da un empujón antes de sentarnos por un par de whisky.
Aprovecho el sitio para hacer algunas tomas de detalles, retratos espontáneos y luego seguimos nuestro recorrido. Es como viajar en el tiempo, realmente luce hermoso este lugar. Hago algunas tomas desde el puente de piedra, otras en el río y así pasamos un par de días conociendo cada rincón de este sitio hasta llegar al bosque.
De regreso a casa, trabajo con Clari en el taller. Estoy haciendo correcciones menores a las fotografías del pueblo medieval mientras ella se encarga de la presentación que debe acompañar las imágenes, de vez en cuando paramos por café o descansos sobre el sofá.
Ya las fotografías han sido montadas, empaquetadas y enviadas al concurso, solo queda esperar, Clari está emocionada yo igual, adoro el apoyo de esta estupenda mujer. Me quedo perdido, contemplando esa bella sonrisa que me regala hasta que, ¡Ouch! volvió saltar sobre mí y acabamos en el suelo muertos de risa «duele, pero me encanta».
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Hola! Bienvenidos al pasado de Ray, pónganse cómodos y disfruten😂❤
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