XLIV: Campeonato: Ira
♡⁀➷♡⁀➷Ray♡⁀➷♡⁀➷
Este ha sido un día increíble, Dios, ver a ese niño infernal en acción fue maravilloso; sin duda, es todo un campeón y el orgullo que siento en mi pecho solo se equipara a la época en que disfrutaba ser el fan número uno de Clari, lo que ella hacía era hermoso, todo un arte, pero esto… ¡Dios! Esto es asombroso y ciertamente excitante, es que Johan es… wao. Me ha tocado reacomodar al buen amigo que habita mis pantalones con discreción.
La adrenalina que desborda cada competidor se contagia al público, siento el corazón a mil revoluciones. La expectativa de cara a la carrera final es casi palpable, no sé cómo he conseguido controlar mi pulso para capturar cada toma, pero estoy seguro de que Johan se sorprenderá con el resultado.
Todos los competidores son fantásticos, pero su equipo es demasiado bueno, creo que el eslabón más débil es ese chico que parece zanahoria, Kay y pese a eso es bastante veloz.
Mike y Johan son muy similares, casi parecen hermanos, no es solo físico el parecido, sino en su rendimiento, de hecho, creo que él en ese aspecto es superior a Johan, aunque el pequeño pervertido no ha tenido tanto entrenamiento como sus compañeros y todo gracias al gran daño que le hizo el maldito hijo de puta… cálmate, Ray, no pienses en eso ahora.
Clavo la vista en las chicas y bueno, Cory, para así distraerme de los malos pensamientos y volver a contagiarme con el espíritu de la competición, es imposible no reír al verles hacer su porra.
—¡Johan, Kay, Leo y Mike! —vociferan al unísono e intentan hacer con sus cuerpos las iniciales de cada chico— ¡Arriba campeones, a triunfar! ¡Sííí!
Me sorprende a la vez que emociona y causa risa ver a Cory realizar un disparate como este. ¿Quién lo diría? El refinado y excéntrico millonario mimado, metido en una locura “corriente” —como su yo de hace como un año habría dicho— y encima lo disfruta, creo que su relación con Cacius ha influido mucho en él o quizás el mismo Johan, lo que haya sido, me alegra porque se le ve más relajado.
Cacius también me sorprende es que suele ser demasiado serio, jamás lo habría imaginado que podría gritar y animar de la manera que lo hace, pero sin duda esto es hermoso.
Siento el corazón a punto de explotar, el chico zanahoria hace su último giro para culminar la serie… ¡Dios! Parece haber tenido un percance y quedó rezagado. «Niño, solo espero que puedas mantener la calma y seguir disfrutando sin presión, pese a esto», pienso con la vista fija en Johan.
—¡Vamos, chico oso! —le grito y sonríe, no sé si ante todo el disparate o porque me haya escuchado. Lo veo estirarse y de nuevo me toca reacomodar a mi buen amigo, es que adoro el cuerpo de ese chico infernal.
Me gusta verlo en ese justo momento antes de zambullirse porque contempla el agua con una hermosa sonrisa, luego se pone sus lentes y es como si el mundo desapareciera para él, se convierte en un tiburón, desplazándose veloz al perseguir a su presa.
«¿Qué le ocurre?», me pregunto al verlo palidecer ¡Dios! Está temblando «no de nuevo», pienso y me preparo para descender de las gradas; venía muy bien, no puedo creer que justo ahora vaya a pasar por…
—¡Fisher, el mequetrefe está aquí! —grita Cory y señala hacia las gradas ubicadas en el frente de la piscina, mi pecho se sacude al ver a ese hijo de puta apuntar a Johan con su arma y así comprendo lo que le pasa realmente.
Intento bajar, entonces escucho la explosión y todo se vuelve caos, trato de correr a ayudarlo, pero es inútil, los espectadores se desesperan por salir y me impiden el paso.
Johan, Kay y Alessio caen al suelo y siento la rabia crecer por encima de la preocupación.
—¡Hijo de puta, te mataré! —grito, atravieso la marea de cuerpos entre golpes y tropezones. En el complejo reina el desconcierto y la confusión.
—¡Fisher, ve con Johan! —vocifera Cacius luego de alcanzarme y me da un empujón en dirección hacia el lugar, él y Ricky persiguen al hijo de perra.
Corro a auxiliar a mi pequeño pervertido, con el corazón en la garganta «Dios, hay un montón de sangre», pienso al acercarme y siento escalofríos.
—¡Médicos! —piden a gritos los otros chicos. Mi cuota de rabia se multiplica.
Paramédicos llegan con las camillas, suben en una a Alessio, en otra al chico zanahoria. «¡Dios mío, niño, quiero que estés bien!»
—¡Kay, Alessiooo! —le escucho gritar entre sollozos desde el suelo a un ensangrentado Johan mientras se llevan a ambos. Mike y Leo permanecen con él, comprueban su condición, aunque el grandulón no deja de temblar.
—Niño. —Me agacho junto a Johan, acuno sus mejillas entre mis manos, tratando de hacerlo enfocarse en mí, está frío, tiembla demasiado nervioso—. Johan, Johan, mírame —susurro y al fin lo hace— ¿estás bien?
Afirma con la cabeza.
Sus amigos le aprietan un hombro, también besan su cabeza para luego disculparse y correr preocupados en la dirección que se han llevado a los otros.
—Alessio —murmura Johan entre temblores y lo aprieto fuerte, tratando de calmarlo—. Kay.
—¡Baby! —grita Rui al llegar con nosotros— Maldición, dime qué estás bien.
Le cedo mi lugar a Rui y me yergo dispuesto a cumplir la promesa que hice. Siento mi respiración errática y cada uno de mis músculos se tensa ante la profunda rabia que ese maldito hijo de puta me produce.
—Rui, encárgate.
Si alguno de los dos dijo algo más, no tengo una puta idea, en este momento mi cabeza solo tiene cabida para la furia creciente que me produce ese maldito. Disparos suenan, gritos hay en todas partes, aun así, continúo hacia adelante en busca del desgraciado.
«Te aprovechaste de Johan cuando era un niño, me apresaste haciéndote el justiciero; secuestraste a mi hijo, cabrón. Te metiste con él que es sagrado y encima te apareces aquí a hacer esto».
—¡Maldito! —grito furioso.
Basta divisar su espalda para abalanzarme contra él, su arma sale volando y no podría importarme menos. Impacto su cabeza contra el pavimento, una, dos, tres… ya perdí la cuenta cuántas veces. El maldito consigue hacer un giro para intentar protegerse y comienzo a estamparle la cara a puñetazos.
El hijo de perra logra zafarse con un movimiento de pierna y rueda hacia un lado, buscando incorporarse, me levanto veloz mientras él aún se yergue y vuelvo aferrarme a su abdomen para tirarlo al suelo, de nuevo, me aprieta con sus piernas e intenta apartarme; siento sus puños o codos golpearme los hombros y mandíbula en tanto sigo partiéndole la cara.
Este desgraciado no merece misericordia ni mucho menos perdón «te haz encargado de joder todo lo que amo, infeliz, ya no te lo voy a permitir», un puñetazo seguido de otro continúo estrellándole.
—¡Basta! —escucho un grito, no sé de quién, pero no presto atención.
El maldito consigue volver a zafarse, golpea mi abdomen con su pierna y rueda nuevamente para escapar. Mientras intento incorporarme, veo como un rayo a alguien más lanzarse contra el desgraciado.
—¡Detente! —escucho un nuevo grito y ahora estoy seguro que es Johan, me giro y lo veo saltar cuando escuchamos una nueva detonación.
♡⁀➷♡⁀➷Johan♡⁀➷♡⁀➷
Mientras Ray corre como alma llevada por el mismo diablo, el chico de mirada huidiza acompañado por el joven de la perenne noche en sus ojos, intenta respirar para calmarse, necesita ir por él para evitar…
¡Ya, cállate!
Rui luce muy preocupado al observarme, intento tranquilizarme y fijo la vista en las gradas en busca de mi familia y amigos.
—Tranquilo, baby, Cory se llevó a las chicas y… ¿Tía? —pregunta sorprendido al ver a mi madre a nuestro lado, está muy asustada— ¿Qué haces aquí? Debiste salir con… —interrumpo a Rui para abrazarla.
—E-estoy bien —susurro a su oído, nervioso—, no-no te preocupes, la sangre no es mía.
Mamá asiente sobre mi hombro.
—Cariño, debemos ir con la policía —responde alterada y me separo de ella para contestarle. No puedo irme, no sin evitar que Ray cometa un crimen.
—Mamá, sa-sal de aquí, ve con Cory —le digo, aprieto sus hombros y la veo llorar aún más. Los disparos resuenan, siento el corazón como un redoble con cada uno—, no puedo irme sin Ray.
—¡Johan! —le escucho gritarme.
Me apresuro en la dirección que Ray tomó; Ronie quiere acabar con él, me lo dijo en el bosque junto a otro montón de horrendas confesiones y Ray está demasiado furioso, en ese estado es capaz de matarlo y eso solo le traería más problemas.
Gritos se oyen ante cada disparo, es horrible. Mi corazón parece un redoble de tambor y siento escalofríos.
—¡Baby, espérame! —Volteo al escuchar a Rui. Creí que se iría con mi madre, pero en cambio está aquí y me tiende una chaqueta—. Tranquilo, baby, seguridad se llevó a tía. —Asiento en silencio mientras termino de subir la cremallera y continuamos andando—. Escucha, Cory ya se comunicó con el capitán y dijo que vendría a encargarse personalmente con sus oficiales de confianza.
Seguimos corriendo.
—Eso es bueno, espero que lleguen antes de que esto se…
Siento escalofríos ante la imagen que nos topamos, esto ya está fuera de control.
—¡Hermano! —Rui se adelanta para llegar con Ricky y ayudarlo, voy tras él entre temblores. Demonios, todo esto es horrendo; Ricky está en el suelo, se desangra, Rui luce demasiado nervioso y asustado.
—Yo-yo te-te voy a a-ayudar...
Cada grito de dolor que emana de Ricky me estremece y hace temblar. Rui se quita su camiseta y no duda usarla como vendaje sobre la herida en la pierna de su hermano, éste grita aún más fuerte conforme Rui hace presión.
—Sos militar —le escucho decir bajo—. ¡Johan, ayudame acá! —reclama alterado Rui y voy con él.
Me pide sostener el improvisado vendaje, aunque está asustado —porque se le nota— intenta mantener la calma mientras se quita el cinturón y luego lo aprieta fuerte alrededor del muslo de su hermano. Ricky continúa quejándose a gritos por el dolor y yo no paro de temblar.
—¡Johan, andá a buscar ayuda, yo me encargo acá!
Me levanto y corro de regreso. Demonios, debo detener a Ray, pero Ricky necesita un médico urgente, por eso vuelvo e intento conseguir algún paramédico. Al llegar a los vestidores me topo con un agente de seguridad que quiere hacerme salir del complejo a toda costa.
—Joven, es necesario desalojar las áreas para facilitar el trabajo de la policía.
—Lo comprendo. Por favor, escúcheme… —Me empuja para intentar sacarme sin prestar atención a lo que digo. Demonios—. ¡Ya, suélteme, maldición! —le grito molesto y le entierro un puñetazo al hombre «¡Oh, mierda! ¿Qué hice?».
¿Quieres ver un flashback en slow motion o qué?
¡Vete a la mierda!
El tipo cae inconsciente en el suelo del vestidor y me llevo las manos a la cabeza, apenado, ni modo, huyo al ver a unos paramédicos dirigirse rumbo a la salida.
—¡Médicos, esperen, por favor!
Voy tras ellos y los convenzo de volver conmigo. Llegamos corriendo a donde Ricky se encuentra, pero… ¿dónde mierda se metió Rui? Los paramédicos suben a Ricky en la camilla y me piden seguirlos, no lo hago.
Vuelvo a correr, ahora también necesito hallar a Rui, los disparos cesaron hace rato y solo se me ocurre que Ray ya muele a golpes a Ronie, esto es malo, muy, pero muy malo.
Al fin los encuentro. Demonios, Ray parece poseído por el diablo es realmente aterradora esa imagen. Está sobre Ronie quien solo intenta protegerse, sin éxito, cada puñetazo que impacta contra la cara de mi ex casi puedo escucharlo, el rostro de Ronie es un trozo de carne ensangrentada que, apenas y tiene forma humana.
—¡Basta, Ray!
Grito alterado y aterrado porque cuando Ray está así, en serio, asusta. Ronie patea con fuerza el abdomen de Ray para liberarse, pero mientras ambos tratan de ponerse en pie, mi vista se clava en el chico sin camiseta, con aspecto trastornado que aparece de la nada, contempla a Ronie con el odio y la furia emanando desde su interior «Demonios, parece fuera de sí», es lo único que pienso. Sin embargo, resulta más atemorizante el objeto que porta en su mano izquierda; sin previo aviso se va contra Ronie e inician un forcejeo.
—¡Rui, detente! —le grito alterado, pero es tarde. El sonido de la detonación sacude mis oídos.
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¡Hola mis dulces corazones multicolor 💛💚💙💜❤️!
Estamos a punto de llegar al final, nos leemos luego para la continuación😉
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