
13
Hoy es jueves. Solo me queda un día para terminar con la jornada laboral. Mañana por fin es viernes y el cuerpo lo sabe, sabe que va a fiestar.
Tomo el teléfono y coloco un playlist con mis canciones favoritas.
Voy hacia la ducha. Coloco el móvil en el pequeño lavabo de mi baño. Me desprendo de la ropa y del elemento agregado que hay sobre la braga. ¿Ya dije que odio estos días? ¡Pues lo vuelvo a repetir por enésima vez!.
Muevo el grifo hasta que gran cantidad de agua caliente cae sobre mi cuerpo. En estos días quisiera bañarme alrededor de cinco veces al día. ¡Y no, no exagero!. Aquello me produce tanta incomodidad que quisiera estar así como estoy ahora.
El sonido de una llamada entrante frena la canción que se escuchaba. Muevo la cabeza hasta que mis ojos logran divisar la pantalla del teléfono.
Es Enzo.
Significa que ya meditó su arranque ayer. Sin embargo, vamos a dejar que lo medite un poquito más, por si acaso aún no tiene las ideas claras.
Lo que dijo es cierto, al menos la parte de lo que significaría ser actriz porno. Por otra parte, yo no tengo interés en ello. Me encanta follar sí, pero, no recibo dinero a cambio. Para mi follar es una diversión, no un trabajo.
Mi actitud con Enzo ayer, de no dejar clara mi posición de no participar en ese proyecto de desnudez y gemidos finjidos es porque no doy explicaciones de nada, lo que pase en mi vida es mi asunto y también para ver su respuesta o actitud ante la situación, para que voy a mentir.
¿Qué quería obtener con ello? Ni siquiera sé lo que quería, sin embargo, no esa actitud.
Acordamos mantener este juego donde nos dejaríamos llevar por lo que surja. Eso implicaba dominar y ceder el dominio entre nosotros, pero, seguiríamos follando como estamos acostumbrados con otras personas.
Enzo, al manifestar su poco agrado a que siguiera follando con otros, me frenó por completo. Eso es un paso a querer darme órdenes sobre lo que acapta o no que haga. Y no, Andrea Anderson no funciona así. Dominio solo en el sexo, no en mi vida. Está confundiendo gravemente los términos.
El tono de la llama se acaba y continúa mi música. Termino de bañarme y decido por segundos si salir de aquí o permanecer inmóvil. Estoy muy bien aquí.
Finalmente salgo a proseguir en mi arreglo para ir al trabajo. Mis gusticos y gastos no se pagarán solos.
Me coloco un jeans azul ancho razgado a los muslos, una blusa negra de corta y de cuello alto y un par de zapatillas negras. Un poco al estilo Keira Buckett.
Recojo mi pelo en una coleta alta. Cambio mis pendientes en forma de nudo por unas argollas en forma de círculo.
El maquillaje lo dejé para último, pues no pienso resaltarlo mucho hoy. Una fina capa de base, un delineado por los párpados y un tono rosa para los labios.
Paso por la cocina a arrasar con lo que haya en el frigorífico. Vivir sola me permite no tener obligaciones con cocinar cada día, hay días en los que lo hago, días que no, sin coger lucha alguna.
Hay pan, queso, hamburgueza. Me preparo algo decente con eso. Hoy al terminar el trabajo iré al súper o me tocará vivir a pizza por varios días. No sería mala idea, más, no sería saludable.
Aunque, tampoco es saludable el tiempo que llevo sin coger y no me he muerto, no aún.
***
-No sé qué mierda me pasa Andrea, pero no siento que esté enamorada de Jack -manifiesta Eileen mientras esperamos a que David nos entregue la orden de las mesas tres y cinco.
-El compromiso es un castigo enamorado, di tu sin amor -comento-. Dale agua a eso.
Ella se me queda mirando tratando de entender lo que le dije. Creo que el problema estuvo en la última frase.
Me río justo antes de que pronunciara frase alguna, ya tenía idea que diría, pues Keiri se pone así cuando le suelto una de mis frases o palabras, que según ella, solamente están en mi diccionario particular.
-¿Qué mierda quisiste expresar ahí? -inquiere con una cara realmente cómica.
-Que dejes eso Eileen, que te liberes de eso. No puedes estar al lado de alguien que no amas.
-Pero, es muy buen chico, me entiende y me conoce mejor que nadie, está enamorado de mí. Además le ha hecho tanta ilusión a mi abuela -sus propios motivos parecen entristecerla. Cómo si contra ellos no pudiera competir.
-Tu abuela ya vivió su propia vida. Y sí, Jack puede ser un buen tío, pero no te complementa en otros aspectos más importantes. Al principio vas a estar bien, pero después se volverá un castigo.
-Creo que no sería capaz de desilusionarlos a todos -expresa mientras toma el pedido de su mesa y va hasta ella a dejarlo.
Yo también tomo el pedido y lo llevó hasta la mesa tres.
-Esto no está funcionando Joe -declara la mujer al hombre. Sus caras demuestran que la conversación está tensa. Yo deposito el pedido y ellos ni siquiera me atienden.
-No funciona o ya tienes a alguien más con él que si encajas a la perfección -inquiere el hombre y el dolor parece tomar control de sus palabras.
La mujer mira hacia otra dirección. Una clara prueba de que la segunda opción es la verdadera causa de su frase "esto no funciona".
Me separo de ellos, pero aún sigo escuchando el drama.
Por eso el amor es una mierda. Mira como terminas después de entregar tu corazón y cuerpo en bandeja de plata.
Que vengan ahora todos los que creen perdidamente en el amor y me digan que es lo más bonito que ha existido. Díganme qué esta situación es bonita, díganme dónde está la belleza en terminar con el alma convertida en trozitos. Porque sí, cuando esto sucede hasta tu propia existencia se convierte en una mierda.
-Lo siento, Joe. Él apareció y entonces, no pude evitarlo. Te preocupaste mucho por el trabajo, porque en la casa no faltara nada, y eso fue bueno, pero me descuidaste a mí. Hace mucho no siento lo mismo, solo mantuve esto por miedo a lo que me deparara el futuro.
Entiendo la posición de ella, se aburrió y nos es obligado mantener tu lugar al lado de alguien que ya no te provoca nada. Pero acaso no existe la opción de hablar antes y tratar de llegar a un acuerdo, entonces, si no hay cambio, dar por finalizado la relación. Igual yo de esto de relaciones sé bastante poco, no tengo experiencias así en el asunto.
Otra cosa, lo mejor que puede tener el ser humano es ser fiel con lo que quiere con uno mismo y con lo demás. No importa que pase después, voy a lo que quiero. Si las cosas no salen como esperaba, pues me jodí. En su caso, si estaba ya segura de lo que no quería, yo me hubiese marchado antes, sin pensar que pasaría después.
-Ana te pregunté tantas veces si eras feliz, si estabas bien, si te sentías a gusto. En todas me dijiste que sí -comenta él un poco más cabreado.
-No quería hacerte daño...
-Y crees que no lo estás haciendo ahora joder -ahora si está verdaderamente enojado.
La campana de gastropub suena indicando la llegada de un nuevo cliente. Un chico jóven que debería rondar mi edad se acerca veloz a esa mesa. Tanto Joe como Ana llevan su mirada hacia él. La mirada de Joe se vuelve oscura incluso tensa su mandíbula, Ana por el contrario parece que acababa de ganarse la lotería.
Ana físicamente está cambiando un Nokia por un iPhone, internamente, no sé si se llevó el beneficio en el negocio. Pienso descubrirlo.
-¿Qué haces? -inquiere sobresaltándome Eileen.
-Vez a ese hombre de ahí, se lo consumió eso que declaran algo bonito, conocido como amor.
-¿Qué le sucedió realmente? -indaga Eileen
-Ella le dio agua a eso -le comento y aunque hace unos pocos minutos le expliqué que esa frase significaba que una persona se libera de algo o alguien, ella me mira con cara de perdida nuevamente.
-Que la mujer se libró de su marido -expongo como si fuera lógico.
-¿Cuál de los dos es el marido? -interroga ella.
-No es obvio. ¿Tu no cambiarías un Nokia por iPhone?
-Si me siento bien con el Nokia, no lo cambiaria por el iPhone. Aunque fuera mejor y más moderno -responde Eileen.
-Vamos a descubrir si el cambio fue factible o no -digo.
Camino hacia la mesa del drama. Solo he avanzado dos pasos cuando Eileen me llama.
-Andrea estas loca. ¿Que piensas hacer?.
Le guiño un ojo y continúo caminando hacia mi objetivo.
Me paro frente la mesa llamando la atención de todos. La mirada de los integrantes del matrimonio que está a punto de romperse es de desconcierto, el chico sin embargo repara en mí con curiosidad, me recorre con la mirada de arriba a abajo deliberadamente, aprovechando que el enfoque de las otras miradas está en mí y no en él.
Yo siendo Ana optaría por disfrutar de la libertad, follando con el que se me antojara, sin pensar en algo como el amor. Definitivamente va a perder en el negocio.
Me acerco a Joe y le coloco una mano en su hombro. Se encuentra perdido en estos momentos. Ana me mira con curiosidad.
-¿Sucede algo amor? -expreso fijando mis ojos en los de Joe. Él me mira raro, yo le guiño un ojo. No reacciona, dando paso a mi actuación-. No tienes porqué seguir en esta situación. Por fin, te has liberado completamente de lo que no te favorecía.
Ana parece cambiar su cara a una de enojo.
Ana y Joe deben llevar años de casados. Ellos lucen mayor que nosotros, osea, que el chico y yo. Por como lucen, podrían rondar los cuarenta y tantos años.
Al parecer a Ana le molesta no ser la única que ha decidido cambiar por alguien más joven.
-Y yo que me estaba sintiendo culpable -declara la mujer.
-Hasta hace tres minutos no parecías culpable -rebate Joe.
-Volveremos a vernos el lunes y llegaremos a un acuerdo -demanda Ana.
-No hay acuerdo alguno. Envíame los papeles del divorcio que los firmaré. Por otra parte, te informo, o le informo a ambos, que ninguna de mis propiedades están a mi nombre, por lo que te corresponde la mitad de absolutamente nada.
¡Oh! ¡Oh! ¡Esto se puso feo!
El chico claramente ve su desencanto con ello y Ana, a Ana parece caerle un jarro de agua fría arriba.
-Si contaban con el dinero que podrías adquirir de esto, para irse de vacaciones y vivir a cuenta de mi trabajo, ve pasando de la idea.
-Te aguantado tanto tiempo para esto -manifiesta ella indignada.
-Lamento que hayas tenido que sacrificarte tanto -expone Joe.
Ana se levanta del asiento dispuesta a marcharse.
-Vamos Chris -ordena ella.
El chico antes de irse, pasa por mi lado y me mira varias veces.
-Soy Andrea. Y me he metido porque no me pareció justo que siguieras aferrado a algo que te está haciendo daño e incluso te podría hacer más. Fue un instinto cuando los escuché conversando, sin embargo, ahora pude notar que no me equivoqué. Ese chico, con el que se ha marchado, el que ella cree que es lo mejor que le ha podido pasar no es una buena opción. Verás. Él solo quería lo que ella podía ganarse con la separación de bienes.
-Gracias. Estaba aferrado a la idea de que todo volviera a ser lo que una vez fue.
-El amor no es saludable, es mejor drogarse -expreso. Joe se ríe-. Y te libraste de tener que dar la mitad de tu fortuna, pero no de pagar la cuenta -comento haciendo que ría otra vez.
-Me caíste muy bien Andrea -expresa tendiéndome una tarjeta-. Estoy aquí para lo que desees.
Asiento.
Voy en busca de la cuenta. Al pagar deja mucho dinero de más. Ni siquiera me dio tiempo a devolverle porque se marchó.
-Si antes sabía que eras una loca, ahora ya no me cabe duda -declara Eileen.
-Que te quieres apostar que ese chico, el tal Chris, vuelve aquí -expreso.
-¿Cómo estás tan segura? -inquiere la pelirroja.
-Me folló ya con la mirada, vendrá en busca de más -expongo.
-¿Tienes un manual en dónde aprendiste todo eso? Cómo dominar en la cama a los hombres, cómo leer en su rostro lo que desean, cómo no caerte rendida ante ellos y sobre todo cómo no enamorarte -expresa Eileen.
-Cuando un hombre te mira descaradamente de arriba a abajo, sus intenciones o al menos deseos giran entorno a follar -digo-. Toma nota, página 200, tercer párrafo.
Ella se ríe.
***
Me dirijo al súper. A mi me encanta ir de compras, pero no específicamente para llenar la despensa. En otros momentos hubiese llamado a Keira para que me hiciera compañía, pero su trabajo la debe tener loca, no tanto su trabajo como su querido jefe.
Tomo lo que necesito para el mes. Digamos que más comida chatarra que otra cosa. Todavía puedo seguir disfrutando de cosas deliciosas sin tener que mirarme el espejo y querer romperlo.
Cuando ya creo haber tomado todo lo que necesito observo unas fresas fresquitas en el estante que está frente a mí. Me apresuro rápidamente en tomar algunas pero mi mano choca con otra.
¿Coincidencia?. Es el tal Chris. Amante o lo que sea ahora de la tal Ana.
-¡Qué coincidencia! -expone él.
-Vamos cariño, no soy Ana que cree ciegamente en tus palabras. He escuchado más labia que toda la que me puedas dar.
El chico ríe sin contenerse.
-¿Es cierto que estás con el viejo ese? -interroga.
-¡Ah!, porque tú te estás tirando a una chica -expongo irónica.
-Digamos que tenía sus beneficios -expresa.
-No sé cuáles. Realmente no los vi -digo y me giro a tomar todas las fresas que quería.
-En un principio los tenía -declara.
-Te estás equivocando conmigo. En primera, no tengo dinero, no podrías darte una buena vida a mi posta y vamos, que si estuviera forrada de verdes no mantendría a ningún hombre. Segunda, no estoy puesta para nada que tenga que ver con maripositas en el estómago -expreso directamente.
-Y para correrte ¿Para eso estás puesta? -inquiere.
-¿Eh? -mi expresión se debe a la palabra correrse. He pasado mucho tiempo sin hacerlo y me comen las ganas de ello. Por otra parte quería asegurarme de que lo dijo con seguridad.
-¿Eh? -repite mi expresión. No niega nada, así que eso es una señal de que está seguro de lo que quiere.
Me acerco a él más de lo que sería una distancia prudente.
-Cuando aprendas a pedirlo como todo un hombre, que logres que las puntas de mis senos se pongan duras y mi sexo allá abajo palpite, entonces podremos hablar de corrernos-le susurro al oído y me marcho.
Me río sola de la cara de ese chico. Va a venir a jugar conmigo, no jodas.
Cuando estoy saliendo del mercado un auto frena frente a mí alarmándome. No me dio ni tiempo a reaccionar, cuando la puerta trasera de abre y una mano me hala dentro del carro.
Ni siquiera me he sentado en el carro cuando colocan algo en mi cabeza. Tengo miedo, que mierda es esto.
-Te dije que te encontraría -expresa esa voz gruesa que me sé de memoria. Una voz que durante algún tiempo le tuve muchísimo miedo.
Pero ha pasado tiempo. No soy la chica que él alguna vez se dejó maltratar.
-Podrías haberte quedado dónde estabas. Mi vida está de puta madre sin tu presencia -declaro tratando que no se notara el miedo en mis palabras.
Pasa su vieja mano por mis senos y aquello me provoca un asco terrible.
-Los años te han asentado muy bien. Y he escuchado que te has vuelto toda una maestra follando.
-No te queda de otra que escucharlo de otras bocas. Evidentemente no podrás probarlo. En aquel entonces y justo ahora solo conseguirás follarme a la fuerza.
Su mano se detiene de golpe.
-Escúchame bien Lenna, o tendría que llamarte ahora Andrea, he vuelto a reclamar lo que es mío.
-Quién mierda te dijo que yo tengo papeles de propiedad...
-Cuando tu mamá te vendió a mí firmó un contrato -me interrumpió.
-Yo cambié todos mis documentos. No existe una Lenna White. ¿Cómo piensas conseguir lo que deseas?. Me las ingenié muy bien para eliminar rastros de la chica que buscas. Y por mi apariencia física no puedes probar nada, como ves cambié mucho.
Él se queda durante unos largos segundos en silencio. Me creía más ingenua, como durante mi adolescencia yo fui tranquila, callada y demasiado noble. Pero no, cambié muchísimo. A pesar de mi temor, de tenerlo tan cerca, no dejaré que vuelva a hacer con mi vida lo que quiera.
-Aún así no te escaparás tan fácil de mí. Estoy más cerca de lo que crees -expresa.
Siento su respiración en el cuello y todo se resume a asco. No quiero tener a este hombre cerca.
No escucho más palabras, solo una mano que me hala tosco hasta que salgo del coche.
Me quito veloz la bolsa que pusieron en mi cabeza. Joder. No volverá nuevamente la puta pesadilla.
Recojo las bolsas de compras del suelo.
Este hombre es conocido como "El jefe". Jamás he visto su rostro, sin embargo, conozco muy bien su voz, sus asquerosas manos y sus ojos, lo único que se veía a través del pasamontañas. Al no poder ver su rostro, podría ser cualquiera que este a mi alrededor, pero, lo reconocería inmediatamente por lo que describí anteriormente.
Durante muchos años él fue mi pesadilla y mis ganas de morirme. Incluso intenté contra mi vida muchísimas veces. Al parecer aún no era mi hora de marcharme de este mundo.
De camino a casa, Keira me avisa de una idea de regalo para Gabi. Le pido por favor que se encargue ella de comprarlo, que yo le deposito la mitad del dinero, para al menos sentir que el regalo fue de las dos. Utilizo la escusa que estoy demasiado cansada.
Keira no sabe absolutamente nada de mi pasado. Ella piensa que nací aquí y que fui criada por mi abuela hasta que esta falleció. Nunca le conté nada de ello, porque suponía que había enterrado mi pasado, además de que estaba protegiendo mi verdadera identidad.
Aún hoy, tengo que seguir con mi vida como siempre. Si se descubre que falsifiqué mi identidad me podría meter en grandes problemas, que conllevaría a cárcel por al menos cinco años y una enorme multa.
Por otra parte, ya no soy la niña de antes. Me juré un día que no volvería a esa miserable vida y pienso cumplirlo.
Trataré de estar tranquila y seguir con mi vida. Si las cosas se complican o vuelve a aparecer este hombre, entonces no me quedará más remedio que tomar cartas en el asunto y haré lo que tenga que hacer, así sea deshacerme de eso que me estorba.
Soy Andrea ahora, una guerrera. No hay rastros de Lanna, ni los habrá. En mi vida ya no volverá a rondar el miedo.
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. Holaaa!!!. Aquí dejo el capítulo de hoy. Para las personas que están al pendiente, estoy subiendo un capítulo por día (específicamente a las 12 o 12 y pico de la noche).
Deja tu estrellita para enterarme de que quieres leer más.
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