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❣︎[𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐓𝐰𝐨] My Sweet Baby❣︎

Un alfa se encontraba en la cocina, toda su atención estába en una olla en donde a fuego bajo hervía aquella leche chocolatada. La cuchara de madera removía con suavidad el delicioso líquido, el aroma impregnaba toda la cocina. Viendo que este ya estába listo apaga la flama y deja que este empiece a enfríar.

Eran específicamente las tres en punto, su omeguita había comido hacía un largo rato y a estas horas solía beber su biberón.

Abriendo los gabinetes, comenzó a buscar el biberón que le daría a su pequeño pedacito de cielo. Hyunjin adoraba la leche con chocolate y Jeongin adoraba complacer sus antojos.

El lindo omeguita de seguro se encontraría en su habitación jugando con sus peluches, pues el alfa no le gustaba que este estuviera cerca de la cocina cuando estaba cocinando, lo que menos quería era que su chiquitín se lastimara con los cuchillos, se le cayese un plato y se cortase con los pedazos o se quemase con las hornillas calientes.

Aquél era un día tranquilo de verano, el sol brillaba con todo su esplendor y el calor inundaba la ciudad.

Las vacaciones de verano habían llegado y eso sólo significaba una cosa: tener más tiempo de calidad para cuidar a su lindo bebé.

En estas épocas del año Hyunjin aprovechaba al máximo el estar en su pequeño lado, al no tener que pensar en arabesques y cabrioles podía ser un infante todo el tiempo que quisiese.

Jeongin adoraba poder cuidar a su pequeño pedacito de cielo, ese lindo omeguita de cabellos rosaceos era su adicción.

Amaba darle baños de burbujas, jugar a las princesas y dragones, arrullarle con canciones de cuna, cantar las canciones de Biper, la granja de Zenón, Barney y los Backyardigans, vestirle con ropas suavecitas, hacerle lindos peinados y leerle cuentos para dormir.

Yang Jeongin estába sumamente enamorado de ese lindo omeguita.

Saca una botella rosada, toma un cucharón qué está cerca y llena la botella con el delicioso líquido. Coloca la mamila y la bate un poco. Rocía un poco de este en su muñeca, comprobando que estaba a la temperatura perfecta.

Se retira de la cocina, camina por el pasillo hasta llegar a la última puerta de ese, pues esa era la habitación que usaba Hyunjinnie cuando entraba en little space.

-¿Mi amor chiquito tiene hambre?-

La puerta fué abierta y Jeongin juró morir de ternura al ver tan adorable escena.

El omega se encontraba sentado sobre el piso de alfombra de la habitación, sus labios succionaban constantemente el rosaceo chupete que le había comprado hacía una semana. El chico pelirosa estába jugando al doctor con sus peluches, su cuerpo sencillamente vestido con unos pantaloncitos de algodón azul cielo y una camisa blanca, previamente escogidos por él. Sus feromonas solían ser más dulces cuándo estába en su pequeño, y eso Jeongin lo adoraba.

Los ojitos del omega brillaron con fuerza al ver a su amado alfa.

Habían pasado tres años desde aquella experiencia en el salón de prácticas.

En todo ese tiempo Jeongin se había encargado de cuidar a Hyunjin en cada cosa de su little space. Le cantaba canciones de cuna, le vestía con ropita cómoda y le daba mucho amor.

Cuándo Hyunjin volvió en sí, Jeongin le pidió ser su cuidador y tiempo después tener una cita, y; demás está decir que después de algunas citas y coqueteos nada disimulados, Yang Jeongin se volvió el novio y alfa oficial de Hwang Hyunjin.

Hwang Hyunjin vivía en un sueño, un hermoso sueño hecho realidad.

Lo que creyó que alejaría al alfa de él terminó siendo la razón para que ambos comenzaran una relación sentimental.

¿Quién hubiera creído que un ataque de pánico sería el inicio para tan hermosa relación?

Sus brazos se extienden en dirección del mayor y Jeongin rápidamente lo toma entre sus brazos, cargandolo con suavidad. Hyunjin lleva su manita hasta su chupete y lo saca de su boca.

-Innie hyungie, mida, cudé la patita de Choco.-

Su voz saliendo suave y bastante infantil, Jeongin le prestaba suma atención, no queriendo perderse ningún detalle sobre como su nene había curado a su osito de peluche.

Choco era un peluche que tenía aroma a chocolate y si se le apretaba su patita cantaba alguna canción, se lo había comprado a su omega en una salida al centro comercial en el cuál Hyunjin estába en su pequeño espacio. Desde que entró a la tienda le había echado el ojito y después de darle muchos besos a su alfa logró tenerlo para si. Desde entonces, Choco se convirtió en su compañero de travesuras y sueños.

Sus labios dejan un besito en su regordeta mejilla y le sonríe con ternura.

-Oh, que nene tan bueno tengo, hiciste un buen trabajo al curar su patita. Pero ahora bebé, hay que dejar descansar a Choco, te preparé tu favorito, ¡leche con chocolate!-

El pelirosa observa la rosácea botella y sus ojitos comienzan a brillar, acto seguido su pancita comienza a rugir cosa que hace sonreír al alfa. Sabía que a estas horas Hyunjinnie le gustaba beber su leche para tomar luego su siesta.

Con su omeguita en brazos se dirige a una silla mecedora cercana y se sienta con cuidado. Hyunjin se acurruca en los brazos de su alfa.

-Veo que ya tu pancita me pide comida, abre la boquita bebé, que aqui viene el avión.-

Su mano moviendo la rosácea botella como si fuese un avión, el omeguita abre la boca y recibe gustoso la mamila, acto seguido empieza a succionarla, cerrando los ojitos al sentir la leche tibia llenar su boquita.

La mecedora se movía con suavidad, Jeongin tarareaba Only de Lee Hi.

Por que Hwang Hyunjin era su único amor.

-Oh my love, be my only love.-

Sus labios dejaban besos en la cabecita y manitas de su omeguita, las mejillas de Hyunjin estában sonrojadas y su respiración era calmada. Jeongin deja salir un poco sus feromonas, lo cuál hace que Hyunjinnie se aferre más a su cuerpo, queriendo sentir el aroma de su alfa.

El sopor cayó en el omeguita, quién sucumbió al sueño en cuestión de minutos, sus labios dejaron de succionar la mamila y su cabecita se había posicionado en el pecho de Jeongin.

Este nota que su lindo nene se había quedado dormidito, saca con cuidado la mamila de los labios de Hyunjinnie, limpia estos con un babero y coloca el chupete nuevamente en sus labios. El brazo que tiene libre agarra una mantita azul cielo y arropa el cuerpo de su omega.

Se veía tan lindo dormidito en su pecho. Era su angelito, su pedacito de cielo.

-Mi dulce bebé, dulces sueños.-

Deja nuevamente un besito en su cabecita y sólo se dispone a verlo dormir y dejar caricias en su espalda.

《Mi dulce bebé, como te amo. Eres mi felicidad.》

Yang Jeongin ama en demasía a su dulce omeguita.

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