¿Quieres...?
Me encuentro recostada en mi cama debatiendome sobre si quedarme aquí a dormir o levantarme para ir a pedirle que sea mi novia a una chica que apenas conozco...para ser sincera el hecho de quedarme a dormir suena tremendamente tentador, pero la responsabilidad me obliga a salir de esta cama e ir a la escuela a cumplir con una promesa que hice, es por eso que de mala gana me levanté y me metí a la ducha como primer paso para estar lista para una propuesta de noviazgo. Realmente no sé en qué me metí...esto promete ser un caos en todos los aspectos y ni siquiera el hecho de estar cerca de Emma logra calmarme en este momento, pero lo cierto es que le hice una promesa a Olimpia y apesar de todo pienso cumplir. Sali de la ducha y me vestí rápidamente, opte por usar algo lindo debido a que hoy le pediré a una chica que sea mi novia y pues debo estar presentable para eso...
Después bajé a desayuné y justamente en el momento en que termine con eso el timbre de mi casa empezó a sonar, iba a abrir pero mi mamá se me adelantó.
¡Alba! ¡Te buscan tus amigos! -grito mi madre-
Voy en un momento -tome mi mochila y salí a la puerta encontrándome con Laia, con Mat y con Emma- hola, chicos...-me hicieron una seña con la mano- Emma...no esperaba verte
Lo sé -sonrió- solo quería ver si tienes todo listo o necesitas que te ayude con algo, pero en vista de las cosas que traen ellos creo que está todo listo...-dijo mirando las cosas que pienso darle hoy a Olimpia y que mis amigos me hicieron el favor de comprar-
Si, hicimos planes desde ayer y los chicos ayudaron mucho -empezamos nuestro camino a el colegio-
¡Ay! No sabes lo mucho que me alegra que vayas a ser mi cuñada -dijo feliz- aunque sea un poquito falso...igual me alegra que vayamos a pasar más tiempo juntas -me tomo de el brazo-
Nosotros también vamos a estar con ustedes -dijo Laia-
¡Claro! Será muy divertido -afirmo la pelinegra-
El resto de el caminó estuvimos hablando de lo lindo se será ahora que yo sea la novia de Olimpia, pero a decir verdad a mí me parece que esto no será nada lindo más bien creo que será algo sumamente problemático...espero que solo sea paranoia mía y que al final todo termine tan fácil como va a empezar. Llegamos a la escuela, los chicos me dieron las cosas que tengo para Olimpia y de inmediato todas las miradas cayeron sobre mi...cosa normal si tomamos en cuenta que mis regalos no son nada discretos.
Camine entre todas las miradas curiosas, busque como loca a Olimpia para terminar con esto de una vez pero no la veía por ningún lado.
Espera aquí, yo iré por ella -dijo Emma a lo que asentí-
La gente se empezó a junta a mi alrededor deseosas por saber para quien es todo esto, aunque si fueran listos sabrían que es para Olimpia pues yo venía con Emma y ahora ella se fue a buscar a alguien, todas las miradas lograron ponerme nerviosa y me hicieron dudar aún más sobre lo que estoy haciendo, pero cuando pensé en salir corriendo me di cuenta de que ya venían las dos mejores amigas, Emma viene cubriendo los ojos de Olimpia mientras ella le grita que la suelte de una buena vez.
Cállate, Olimpia...la escuela se reunió para darte una sorpresa -dijo la sonriente pelinegra-
La rubia viene vestida de forma peculiar, pero igual me parece que se ve muy linda...realmente es muy bonita.
Emma puso a Olimpia justo enfrente de mi pero aún sin quitarle las manos de los ojos, se escucharon algunos susurros de parte de los estudiantes y mi corazón se aceleró al mil.
Listo...te voy a quitar las manos a la cuenta de tres ¿Okey? -la rubia asintió- 1...2...y 3 -en cuanto le quitó las manos la rubia me miró con sorpresa e incluso dejo escapar un jadeó sorprendido-
Alba...-susurro mirándome- ¿Que haces? -le entregué el ramo de flores-
Oli, desde hace un tiempo que te conozco y puedo afirmar que eres la chica más increíble que pude conocer -le sonreí- eres preciosa, inteligente, centrada y sin duda eres una gran amiga...-tome su mano- es por eso que hoy, frente a todas estas personas, quiero pedirte que seas mi novia...-la rubia se mostró emocionada- ¿Quieres?
¡Claro! ¡Si quiero! -se lanzo a abrazarme y los chicos comenzaron a aplaudir como si esto hubiera sido un gran show- ¿Quieres ir a hablar a la biblioteca?
¿No es muy público? -enarque una ceja-
No si sabes a dónde ir -dijo con picardía-
Entonces vamos -la rubia tomo mi mano-
Emma, iremos a hablar un rato...¿Puedes cubrirnos? -la pelinegra asintió y después nos fuimos-
Unos minutos más tarde entramos a la biblioteca, la rubia me guío hasta una de las salas de estudio vacías y cerró la puerta.
Eso fue super lindo -dijo sonriente- incluso te lo creí en cierto momento
Ese era el punto -me senté sobre una de las sillas de el lugar- ahora hablemos de reglas...
Claro -se sentó frente a mi- dime tus reglas...
Bueno, primero que nada quiero que quede claro que cuando el asunto con ese idiota termine nuestra relación terminará junto con el problema -dije sería-
Está bien -afirmo-
También te pido que nadie se entere jamás de que esto es una farsa...solo lo sabremos Emma, Laia, Mat, tú y yo -ella asintió- y mi última condición es que no habrá ningún beso de por medio
¿Que cosa? -pregunto confundida-
No quiero que me beses y yo no te besaré -afirme sería-
¿Por qué? -pregunto aún más confundida-
Por qué un beso es una forma de apego emocional y no quiero que alguna de las dos resulte enamorada de la otra -la rubia pareció pensarlo un momento-
Bueno...suena razonable -suspiro- está bien, aceptaré las tres reglas
¿Tú tienes alguna regla? -pregunte curiosa-
No -me tendió su mano- Entonces, ¿tenemos aún acuerdo? -tomé su mano-
Lo tenemos -sonreí-
Y honestamente espero que esto funcione.
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