Narra Olimpia//

No sé que me pasa... -susurro con tristeza-

Tranquila, solo debes dejarlo fluir -dijo Emma con una sonrisa-

Debes relajarte, Albs -afirmo Laia-

Bien... Lo intentaré -suspiro-

Nos encontramos las cuatro en el jardín de la casa de Alba, hace una semana que ocurrió nuestra pequeña pelea y apenas dos días desde que la castaña regreso al ambiente estudiantil de nuestro colegio, desde entonces las cosas han estado... ¿Bien? Bueno, realmente mi relación con Alba está perfectamente bien, pero su desempeño y su mente parecen estar bastante confundidos; prueba de eso es lo que está ocurriendo ahora, Alba le pidió a Emma que la ayudará a practicar la coreografía para el torneo de porristas ya que aproximadamente en cuatro días podrá reintegrarse a las prácticas, mi mejor amiga accedió de inmediato y llevamos más de tres horas en eso... La coreografía es maravillosa y tanto Emma como Laia la hacen a la perfección, pero Alba es otro asunto, ella simplemente parece no saber coordinar su cuerpo e incluso parece que es la primera vez que está bailando apesar de sus años de experiencia.

¡Mierda! -grito frustrada cuando se atraso en la coreografía de nuevo-

Inténtalo de nuevo, cariño -dije tratando de sonar tranquila-

De acuerdo -me miro efimeramente-

Le di play a la música, las tres empezaron con la coreografía con normalidad y cuando creí que todo estaba bien de nuevo, Alba volvió a equivocarse, trato de omitirlo y seguir con la coreografía, pero de nuevo se equivocó y fue todo para ella, se detuvo y apague la música otra vez mientras la castaña entraba a su casa totalmente furiosa y sin decir ni una palabra.

Esto está mal... -susurro Emma-

No, tal vez solo es por qué está estresada -dijo Laia-

¡Laia! ¿Acaso no la viste? Parece que jamás en su vida ha bailado y es la mejor bailarina del equipó, algo anda muy mal con ella -afirmo la pelinegra totalmente alterada-

Iré a verla -dije para luego salir corriendo a buscar a mi novia-

No tarde mucho en encontrarla, está sentada sobre uno de los sofás hecha un mar de lágrimas. Sé que en este mundo hay una sola cosa que podría destrozar a Alba hasta el punto de dejarla herida de por vida y eso es: dejar de bailar. Para ella bailar es tan importante como para mí lo es escribir, sé que en este momento está devastada por su evidente problema.

Me senté a su lado y la abrace sin saber exactamente que decirle, ella sollozo con más fuerza.

Me sé los pasos -afirmo- los tengo en la cabeza, pero mientras estoy bailando es como si no recordara como hacerlos y trato de recordarlos, pero nada viene a mi y no puedo concentrarme, no sé que hacer y es tan desesperante... -se alejo un poco de mi para observarme- todo el tiempo me siento perdida en mi mente, últimamente no puedo controlar mis emociones -sollozo- me enojo por todo y me siento aturdida... ¿Que está mal conmigo, Oli?

No lo sé, cariño... -susurre destrozada por no poder darle una respuesta- pero lo vamos a resolver, iremos a ver a un especialista y nos dirá que ocurre con esa cabecita tuya... Todo estará bien, ¿De acuerdo? -asintio-

¿Y si ya no puedo volver a bailar? -pregunto abrazándome de nuevo-

No pienses así, Alba... Todo estará bien, vas a volver a bailar muy pronto y todo estará perfecto -dije mientras acariciaba su cabello en un intento por tranquilizarla-

El torneo será en seis semanas -sollozo- ¿Que pasará si no puedo competir...?

Tendrás que enfocarte en sanar tu mente y dejarle el liderazgo del equipó a Emma, cariño... -suspire- por tu bien...

Si, eso creo -dijo con evidente tristeza- no debí hacer esa acrobacia... Debí saber que no estamos listas para algo así

Todo se resolverá, no seas tan dura contigo misma -la aleje un poco de mi para poder depositar un beso en su frente- lo resolveremos juntas...

No tienes que pasar por esto conmigo -afirmo-

No, no tengo que hacerlo... Pero lo deseo, quiero estar contigo... Vamos a enfrentarlo juntas, como un equipo -una sonrisa se plasmó en su rostro y pude respirar al verla-

Hablas como si yo fuera el amor de tu vida -me observo atenta a mi respuesta-

Tal vez lo eres... -su sonrisa se hizo mas grande- o tal vez no, las porristas raras me perturban

¡Claro! Por eso tienes una novia y dos amigas así -rio divertida-

Me dan lástima, tenía que darles la oportunidad de tener una relación con alguien como yo -dije engreída-

¿Una nerd? -pregunto pasando de la diversión a una fingida seriedad-

Si, exacto -en un segundo me volvió a sonreír-

¿Que haría sin ti, nerd? -pregunto mientras cerraba los ojos y unía su frente con la mia-

Seguir siendo tan maravillosa y fuerte como siempre, solo que tú sola -afirme-

Es mejor tener compañía -afirmo- es más fácil... pero... -suspiro- ¿Puedo pedirte algo...?

Claro -respondi sin dudarlo-

Si esto se complica y termino volviéndome una persona totalmente diferente... Alguien que ya no te genere el mismo cariño... -de quedó callada un momento tratando de ordenar sus pensamientos- aléjate de mi...

¿Por qué me pides eso, Alba? -pregunte herida por sus palabras-

Por qué no toleraría hacerte daño... Quiero estar segura que estarás bien si yo me vuelvo diferente -se alejo un poco y me observo- ¿Puedes prometermelo?

Bien... -dije al notar su súplica implícita en sus palabras-

Gracias -beso mis labios efimeramente- te amo, Olimpia...

Te amo también, Albs... -le sonreí-

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Ese día, Olimpia prometió alejarse de Alba en caso de que está se volviera diferente y dejará de ser la chica que tanto ama; de alguna forma la rubia lo sintió como una penitencia, pero para la castaña fue un acto de amor hacia la chica que le estaba haciendo tanto bien. Alba estaba segura de que cambiaría, que dejaría de ser merecedora de el amor de su novia y por eso, en silencio, se hizo una promesa a si misma... Se prometió que establecería sus límites poco a poco alrededor de su relación para poder hacer que para Olimpia fuera más sencillo alejarse cuando fuera el momento y que empezaría a aceptar que su relación ya tenía una fecha de vencimiento.

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