Después de asignar las habitaciones y terminar de instalarnos decidimos salir de la cabaña y dar un pequeño paseo por los alrededores gracias a la insistencia de Emma, tomamos unas mochilas con mantas, toallas y algo de comida para luego salir con dirección a el lago que está cerca de el lugar.

No entiendo que es lo que quieres ver aquí... Todo se ve igual para mí -dijo mi fastidiada novia hacia la pelinegra que parecía encantada con todo-

A ti te gustan los árboles muertos y con letras, a mí me gusta más la naturaleza viva -la miro sonriente-

¡Punto para Emma! -dijo Laia con diversión-

Cállate, Laia -dije mientras tomaba la mano de Olimpia- no quiero que la molestes

No importa, amor -la rubia me sonrió-

Ya deberíamos regresar a la cabaña -dijo Mat que venía detrás de todas- esto es demasiado para mí, no soy un chico que ejercicio -declaro jadeante-

No seas bebé -dijo Emma con burla- ni siquiera hemos caminado tanto y tenemos que llegar al lago

Para ustedes es fácil, son porristas y están en excelente forma -afirmo mientras se detenía y se recargaba en el tronco de un árbol-

Yo no soy porrista -dijo Olimpia-

Igual se nota que estás en forma -dijo el chico-

Además siempre haces ejercicio, es obvio que estás en buena condición -afirmo Emma-

Nadie agrego nada más a la conversación después de eso, seguimos nuestro camino hasta llegar al lago a dónde no venía desde hace bastante, es un lugar muy bonito y agradable para pasar un rato.

¡Quiero nadar! -grito Emma- ¿Alguien viene conmigo? -pregunto emocionada-

Yo quiero ir -dijo Olimpia sorprendiendonos a todos-

La pelinegra le extendió su mano a mi novia y se la llevó hasta la orilla de el lago, yo por mi parte procedi a extender las mantas que guarde en mi mochila para poder sentarme ahí y no sobre la tierra del lugar, use mi mochila de almohada y me recordé ahí a mirar el cielo del que realmente solo se puede ver una parte ya que los árboles aquí son espesos y no permiten tener una gran vista, me permití cerrar los ojos un momento, pero más tarde en hacerlo que alguien en golpearme un brazo.

¿Que quieren? -pregunte brusca-

Yo creo que no quieres perderte eso... -susurro Laia señalando hacia enfrente de ella-

Desvíe la mirada hacia el punto que ella señaló viendo rápidamente a la razón de sus palabras... Ahí está Olimpia, sentada a la orilla de el lago con parte de sus piernas dentro del agua, no está usando más que un bikini, pero lejos de lo que podrían pensar eso no es lo que llamo mi atención sino que  honestamente luce preciosa con esa sonrisa brillante, su cabello recogido y sus preciosos ojos embelesados por el lugar. Me levanté rápidamente de mi lugar y me acerqué a ella recibiendo su mirada rápidamente.

Hola -sonrió-

Hola... -susurre mientras me sentaba a su lado- ¿Que haces?

Estaba pensando -recargo su cabeza en mi hombro como en esas fotos románticas de internet-

¿En que? -tome su mano y  entrelace nuestros dedos-

En como las cosas cambiaron tan rápido... Hace unas semanas ni siquiera esperaba que me hablarás más de las dos palabras de todos los días -rio ligeramente- y ahora somos novias

Es extraño ¿No? -asintió- ¿Te gusta que las cosas hayan cambiado tanto?

Es confuso, me hace sentir un poco perdida algunas veces... En especial cuando te tengo tan cerca, pero me gusta lo que siento -afirmo con dulzura- creo que apesar de todo somos una pareja perfecta... ¿No crees?

Lo somos -sonreí por su comentario-

Vamos a nadar, ¿Si? -se levantó de su lugar y me miró desde arriba con una sonrisa feliz en los labios-

Claro -me tendió su mano para ayudarme a levantarme-

No pude tomar su mano ya que cuando menos lo pensé ambas fuimos empujadas directamente a el agua sin ninguna consideración, me sumergí en el lago y salí rápidamente en busca de oxígeno y también de el culpable, dirigí mi vista hacia donde estábamos sentadas hace unos segundos y una divertida Laia fue quien me recibió.

¡Laia! ¡Te voy a matar! -grite molesta mientras Olimpia salía del agua y se reía con fuerza-

¿Ya ves? A ella no le molesta, amargada -me enseñó su lengua-

¿Estás bien, amor? -pregunte mientras ignoraba a la castaña y nadaba hacia la rubia-

Si -dijo entre risas- ¿Y tú?

Si, estoy bien -sonreí-

¿Que paso? -pregunto Emma saliendo de alguna parte-

Laia nos empujó -dije mirando a la mencionada con molestia-

¡Bien hecho! Esas dos estaban muy cursis ahí sentaditas y me estaban provocando caries -afirmo la pelinegra mientras salía del agua-

¡Chicas! ¿Ya podemos comer algo? -pregunto Mat sentado en la sombra de un árbol-

Después de eso seguimos jugando un rato, comimos un poco y finalmente regresamos a la cabaña cuando ya estaba anocheciendo. Ahora mismo ya es de noche, yo estoy sentada afuera de la cabaña disfrutando de este lugar mientras que los demás están adentro haciendo alguna cosa.

¿Que hace aquí sola la cumpleañera? -pregunto Emma sentadose a mi lado-

Solo estoy disfrutando del paisaje -le sonreí-

Entonces recordé que debía hablar con ella acerca de su novio... Tal vez no debería meterme, pero ví algo en ella que no me gustó en lo más mínimo y apesar de todo ella es mi amiga.

¿Puedo preguntarte algo? -cuestione nerviosa-

Si -me sonrió-

¿Que pasa entre tú y Alessandro? -su sonrisa se borró y me sentí mal por meterme en ese tema- perdona que lo pregunté, pero el otro día note que pasaba algo malo y pues... no quisiste que lo invitará así que supongo que debe ser algo importante

Pues... -suspiro- la verdad es que las cosas entre nosotros están complicándose, cada vez es más distante conmigo y cuando se acerca a mi parece que solo lo hace por qué quiere pelear conmigo... Se ha vuelto muy celoso y ridículamente posesivo, incluso se pone celoso de verme cerca de ustedes y eso ya me pareció demasiado estúpido así que le pedí que nos diéramos un tiempo para reevaluar nuestra relación... Por eso te pedí que no lo invitarás por qué ahora mismo no estamos juntos como tal

Oh, pues supongo que era lo mejor... Debían tomar distancia un tiempo para que decidan que harán -asintió lentamente- tal vez es pronto para preguntarte, pero ¿Que piensas hacer?

La verdad no sé -suspiro pesadamente- lo quiero mucho, cuando se lo propone puede ser un chico encantador, pero siempre me trata como si tuviera todos los derechos sobre mi... Piensa que puede decirme que hacer y que yo seguiré sus órdenes sin replicar, admito que si las seguía, pero ahora ya estoy harta de eso por qué yo puedo tomar mis decisiones y hacer lo que yo quiera ¿No? -asentí- además por ejemplo, yo he visto como se tratan tú y Olimpia desde que son novias oficiales y su relación es muy distinta a la mía...

Bueno, eso debe ser por qué somos personas diferentes... No todas las relaciones son iguales -ella negó-

No, me refiero a que ustedes se tratan con amabilidad, incluyen a la otra en sus actividades y tratan de formar parte de las de la otra, siempre se toman de la mano y se besan... Yo jamás hago esas cosas con Ale, el jamás quiere formas parte de mis actividades ni es muy romántico conmigo... y creo que ya fue suficiente de ser su marioneta... Creo que ya no quiero estar con el

Es tu decisión, Emma -tome su mano y le sonreí- nosotras te apoyaremos en lo que decidas...

Gracias -me abrazo-

Es extraño, por qué antes con un abrazo de Emma hubiera sentido una tormenta de emociones en mi interior, pero ahora todo eso se esfumó... Obviamente la quiero, es mi amiga, pero ya no la veo como nada más. Oficialmente deje de querer a Emma... ¿Será que ahora amo a Olimpia?