Hola
Narra Olimpia//
Oli... -escuche a lo lejos- cariño, despierta... -abri los ojos lentamente encontrando a Emma enfrente de mi- preciosa, ya es de mañana...
Me levanté de golpe haciendo que todo me diera vueltas, sentí el dolor en mi espalda y entonces recordé el donde estoy; no noté en qué momento me quedé dormida, tal vez fue después de que los padres de Alba me sugirieron que me fuera a casa y rechace su oferta, el señor y Paula se fueron a casa mientras la señora se quedaba a cuidar de su hija. Regresé mi vida a Emma que me observa con un poco de pena, sé que esto también le afecta.
¿No la viste? -negue- no puedes quedarte más tiempo, debes ir a descansar y tal vez la puedas ver después...
Eso creo -una lágrima bajo por mi mejilla-
Chicas... -dijo una voz femenina- no me digan que se quedaron aquí toda la noche -dijo la mamá de Alba-
Yo no -afirmo Emma- pero Olimpia si...
Ya me iba -afirme a lo que la señora negó-
No, Alba despertó hace un rato y lo primero que dijo fue tu nombre... Le prometí que te traeria -sonrio- ¿Puedes quedarte un rato más?
¡Si! Claro -dije feliz por escucharla- ¿Me podrías esperar, Emma?
Claro, saluda a Albs de mi parte -asenti-
Las dos empezamos a caminar por el pasillo donde están las habitaciones, finalmente llegamos hasta una puerta con el número 18 en ella, la mujer abrió la puerta y lo primero que se escuchó fue el sonido de la máquina que marca el ritmo de su corazón, entre al lugar detrás de mi suegra y apenas vi su rostro un poco golpeado no pude evitar llorar, ella me observo con una pequeña sonrisa en sus labios.
Mamá... ¿Puedes dejarnos solas? -pregunto la chica en voz baja denotando su mal estado-
Claro, hija... Estaré afuera por si me necesitan -asenti ligeramente-
Ella salió de la habitación y todo se sumió en el silencio con solo el ritmo del corazón de Alba llenando en ambiente, me acerque a la castaña y la observé con tristeza rememorando lo horrible que fue todo, tome su mano y mi vista se dirigió hacia un par de moretones en su piel, llore aún más fuerte.
Hey... Estoy bien, no tienes que llorar -susurro-
Lo sé, pero me asusté mucho... -dije entre lágrimas-
Ven aquí -tiro un poco de mi mano y me acerco a ella, me senté sobre el borde de la cama y acerque mi rostro al suyo- estoy bien, mi amor... ¿De verdad creíste que te iba a dejar sola?
Esperaba que no -admiti mientras ella limpiaba mis lágrimas-
Jamás podría dejarte sola... -sonrei un poco- y de verdad estoy bien, solo siento como si hubiera tenido una enorme y desastrosa fiesta
¿Te sientes con resaca? -pregunte un poco mas animada-
Si, algo parecido -sonrio- parece que tú también tienes de eso... ¿Estuviste de fiesta para olvidar el dolor, nerd?
No, es que no se duerme muy bien en las sillas de un hospital -rei, pero la castaña me observó confundida- estuve aquí toda la noche...
¿Que cosa? -pregunto sería- ¿De verdad pasaste toda la noche aquí...?
Quería verte... Estaba muy preocupada y desesperada, no podía solo irme a mi casa sin tener la certeza de que estabas bien -suspire- sé que fue irresponsable, pero yo solo... estaba preocupada...
Ay, Olimpia... -me acaricio la mejilla mientras me observa con cariño- para ser una nerd no siempre tienes muy buenas ideas, lo sabes ¿No? -asenti avergonzada- pero te lo agradezco... No muchas personas en este mundo se preocupan por ti de esa manera... Te amo, Olimpia Harris...
Y yo te amo a ti -bese efímeramente sus labios- por eso te prohíbo volver a hacer esas acrobacias, ¿entiendes?
Claro -sonrio- prometo ya no hacerlas nunca más en la vida, de lo contrario puedes terminar conmigo...
Bien -bese su frente- ¿Duele mucho?
Justo ahora no tanto, los doctores me dieron medicamento para calmar el dolor un poco... -suspiro- la verdad me siento bastante drogada...
El golpe fue brutal, debieron darte algo muy fuerte como para que no sientas mucho dolor, cariño -la castaña asintió de acuerdo conmigo- todos estaban muy asustados... Me alegra mucho que estés bien...
A mí también, ahora solo espero estar perfecta para la competencia -dijo para después bostezar-
Pues por ahora solo vas a dormir, debes descansar... -dije seria-
De acuerdo, nerd -sonrio un poco- ¿Vas a volver?
Por supuesto -bese sus labios- iré a mi casa a cambiarme de ropa y a dormir un poco, luego volveré
De acuerdo -sonrio- te amo...
Y yo a ti -devolvi la sonrisa-
Salí de la habitación mucho más tranquila al creer que ella estaba bien... Más equivocada no podía estar.
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