Narra Olimpia//

El pánico se desató en mi interior cuando la vi impactar contra el suelo.

¡¡Alba!! -grite levantandome de golpe de mi asiento-

Corrí lo más rápido que pude pasando entre la gente que observaba la escena escandalizada, todas las porristas se juntaron alrededor de Alba para ocultarla de las miradas morbosas mientras Emma corría a pedir ayuda, los jugadores de el equipo también se acercaron y trataron de auxiliar a mi novia junto a su entrenador, me abrí paso entre ellos hasta llegar a la castaña que yace sobre el suelo con Mat y Laia tratando de ayudarla mientras el entrenador trata de mantener a los chicos alejados de ella. 

¡Mierda! -grito Mat cuando puso su mano en la cabeza de mi chica para levantarla y su mano se llenó de sangre- ¡Ve con Emma! ¡Dile que es urgente, Laia! -la castaña asintió y salió corriendo tras la pelinegra-

Alba... -me arrodille a su lado mientras sollozaba- ¡tenemos que llevarla al hospital, Mat!

Las chicas fueron por las enfermeras y a llamar a una ambulancia -afirmo el chico- tranquila... Ella estará bien

Asentí tratando de convencerme de ello, observé a la castaña que se mantiene inconsciente, su rostro rápidamente perdió el color y no supe cómo tomar eso, de pronto mi mente pareció desconectarse, me sentí como una una especie de películas en la que yo solo soy la expectadora. Pude ver cómo las chicas llegaron con las enfermeras y segundos después llegó la ambulancia, entre todos metieron a la castaña en el vehículo y se fueron directamente al hospital mientras voy seguía perdida, me daba cuenta de que estaba perdida, pero no podía salir de eso.

¿Que hacemos ahora? -pregunto Laia, la escuché de forma lejana-

Hay que avisar a sus padres -dijo Mat-

Paula fue a hacer eso -afirmo Emma- Oli... -la pelinegra se plantó frente a mi y me miro preocupada- ¿Que quieres hacer, cielo? ¿Te llevo a tu casa? ¿Quieres ir con Alba?

Escuchar su nombre provocó que algo hiciera «click» en mi cabeza, regreso mi conciencia y con ella también regresaron las lágrimas por mi novia. Emma me abrazo y yo no pude corresponderle, me encontraba demasiado afectada por la imagen de la chica que amo golpeándose contra el suelo o de la mano ensangrentada de Mat.

Cariño, debes estar tranquila -dijo con dulzura mientras se alejaba un poco de mi para lograr verme a la cara- Alba es una chica fuerte, ¿Verdad? -asenti entre lágrimas- entonces debes saber que ella va a estar bien... Ten confianza en su fuerza, ¿De acuerdo?

Si... -susurre mientras limpiaba mis lágrimas- ¿Puedes acompañarme al hospital?

Claro -sonrio un poco-

Iremos los cuatro, después de todo es nuestra mejor amiga -afirmo Laia y Mat asintio de acuerdo-

Tomamos un taxi para poder ir al hospital, no tardamos demasiado en llegar, pagamos la cuenta y finalmente entramos al lugar, lo primero que vimos fue a el entrenador de fútbol acompañado por la rectora de la escuela, ambos encargándose de lo que fue un accidente escolar. Ellos no nos dirigieron ni una mirada hasta que llegaron los padres de Alba junto a Paula, su madre lucía asustada y muy nerviosa, su padre lucía más calmado aunque igualmente se notaba su preocupación; los mayores hablaron entre ellos y finalmente los dos maestros se fueron, en cuánto eso paso la madre de Alba se acercó a nosotros cuatro.

Hola, chicos... -dijo con un pésimo semblante- ¿Están aquí desde hace mucho?

No realmente -dijo Mat-

Sus profesores ya me dieron su versión, pero yo quiero oírlos a ustedes... ¿Que fue lo que pasó? -pregunto la mujer observandonos aleatoriamente-

Íbamos a hacer una acrobacia, no practicamos demasiado eso por que ya la habíamos hecho antes y jamás había pasado nada... Nos confiamos de más y no tomamos en cuenta que la distribución sería distinta tomando en cuenta a nuestro nuevo miembro -dijo Emma- una de las chicas que iban a sostener a Alba fue cambiada para lograr mantener la simetría en la coreógrafia y la chica que quedó ahí no dio el soporte necesario para aguantar a Alba... De verdad lo siento, yo debí pensar en eso, Alba ya estaba demasiado atareada con la gran competencia...

Fue un accidente -dije seria- no es tu culpa, Em

Olimpia tiene razón -dijo la madre de mi novia- solo fue un accidente... Nadie tiene la culpa

¿Familiares de Alba Turner? -pregunto una enfermera llegando hasta nosotros seguida por un doctor-

Somos sus padres -declaro el papá de Alba mientras todos nos acercábamos-

Buenas tardes, señores Turner -dijo el doctor- su hija presenta una contusión en la cabeza, perdió sangre, pero nada que no pudiéramos resolver fácilmente, en cuánto a lo demás tiene algunos hematomas por el cuerpo pero no son nada importante, al parecer no hay ningún daño cerebral, pero vamos a tenerla en observación toda la noche para descartar cualquier posible secuela...

¿Podemos verla? -pregunto la mamá de Alba-

Claro, ella está despierta aunque un poco desorientada y somnolienta por el medicamento que le administramos así que no se sorprendan si se queda dormida, igual estaremos pendientes de ella -ambos asintieron- vamos, los llevaré a su habitación -ellos fueron detrás de él médico y la enfermera dejándonos solos-

Ya viste, ella está bien -dijo Emma-

Eso me alegra demasiado... -afirme sintiendo como una parte de mi corazón se recuperaba-

Deberíamos irnos -dijo Laia a lo que yo negué- ¿No?

Ustedes pueden irse, yo me quedaré aquí... -declare seria- tal vez pueda verla, le avisaré a mi mamá para que no se preocupe...

Cariño, es probable que no puedas verla -dijo la pelinegra-

Pues entonces me quedaré aquí hasta que salga -dije firme a mi decisión- no me iré si no la veo...

Olimpia... -mi amiga me miro con molestia-

No les estoy pidiendo que se queden conmigo, por favor... Solo déjenme hacer lo que quiero -pedi-

Bien, dejaremos que te quedes hoy, pero si para mañana no la has visto vendremos por ti y te sacaremos a punta de golpes si es necesario, ¿Comprendes? -asenti mientras la pelinegra me mira como si yo estuviera loca- eres imposible cuando te lo propones... Nos avisas si hay algún cambio, ¿De acuerdo?

Si -ella beso mi mejilla seguida por los demás-

Luego los tres se fueron dejándome sola con Paula quien se dedicó a ignorarme mientras miraba atentamente su móvil. En silencio pedí que me dejaran ver a mi novia o no podría estar en paz.