Resumen: Yandere Bam y está enamorado de Khun, su mejor amigo que conoció en el jardín de infancia.

Esta historia es una traducción. El autor es TheGoldenBird

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Capítulo 02

—¡Bam! ¡Juguemos! ¡Hoy traje mi gato de felpa!

—¡Vaya! ¡Es tan lindo! ¡Y es azul, como tus ojos y cabello! ¡Me encanta!

—¡Yo también amo a tu conejito! ¡Me recuerda a ti! ¡Tiene tus ojos dorados y es marrón, como tu cabello!

—¡Puedes tenerlo!

—¿Que? , ¡no!

—Pero... pero... ¡dijiste que te encantaba!

—¡Dijiste que también amabas a mi gato, pero eso no significa que te lo daré para quedártelo!

—¡No lo quiero, pero puedo darte mi conejito!

Khun pensó que estaba acostumbrado al comportamiento de su amigo, pero siempre lo sorprende. Desde el día en que se hicieron amigos, cada vez que Khun dice que ama algo, Bam estará más que feliz de darle esa cosa a Khun.

Khun ya lo sabe, pero ese es el juguete más preciado de Bam y simplemente dijo que se lo daría a Khun sin dudarlo.

—Tengo una idea, Bam. ¡Este fin de semana intercambiemos nuestros juguetes! ¡Yo me llevo a tu conejito y tú a mi gato y el lunes los cambiamos de vuelta! ¿Qué dices?

—¡Es una gran idea! ¡Así, no me sentiré solo!

Khun sonrió cuando vio lo feliz que estaba Bam.

—¡Niños! ¡Es hora de comer! ¡Vayan y quédense en sus mesas!— dijo su maestro.

Todos estaban dispuestos en una mesa de cuatro. Bam se estaba quedando con Khun, obviamente, y con otros dos chicos, Hatz y Shibisu.

Khun y Hatz no lo entienden bien, sobre todo pelean cuando están juntos. Shibisu por otro lado... Khun lo tolera. Bam... como el rayo de sol que es, siempre está feliz de hablar con ellos.

Khun se pone un poco... ¿celoso es la palabra? Sí... celoso cuando vio la gran sonrisa en el rostro de Bam cada vez que hablaban, Khun sintió un dolor en el pecho. Pero el dolor siempre desaparece cuando Bam dice que su único amigo es Khun.

Por supuesto, Khun nunca obligó a Bam a ser amigo solo de él. La declaración del día en que se conocieron fue una broma y Khun le explicó esto a Bam, pero el moreno dijo: —Tal vez fue una broma, ¡pero quiero ser tu amigo!

—¡Bam, Khun! ¡Tengo algo para ustedes dos!— Shibisu dijo después de que terminaron de comer.

—¡Si es de nuevo alguna piedra que pintaste, te juro que te la arrojaré!— Dijo Khun, haciendo temblar a Shibisu.

—¡Esta vez estoy seguro de que te gustará! ¡Espera un minuto para que pueda ir a buscarlo!

Shibisu arrastró a Hatz con él, dejando a los dos niños solos.

—¡Estoy seguro de que es algo estúpido!

—¡Khun, no seas tan grosero!

—¡Estoy diciendo la verdad!

Antes de que Bam pudiera decir algo más, Shibisu y Hatz regresaron. Shibisu le dio un pañuelo azul a Khun y un pañuelo amarillo a Bam.

—¿Que es esto?

—¡Bandanas!

—Sabía que sería algo estúpido.

—¡Me gusta, Shibisu! ¡Gracias!— Dijo Bam, volviendo el dolor en el pecho de Khun.

—¡Bam... dame tu pañuelo!— Dijo Khun.

—¿Por qué?

—¡No te queda bien! El hecho de que combine con tus ojos no significa que se vea bien. ¡Te daré el mío y tú me darás el tuyo!

—¡OK!— Dijo Bam y le dio a Khun su pañuelo, tomando el azul en su lugar.

—¿Eh? ¡No! ¡Vuelve a cambiar! ¡Quiero que Khun, mi amor, use el azul!

—¡Odio el azul, Shibisu! ¡Y deja de decirme 'mi amor'!

—¡Te dije que no lo apreciará, Isu!— Hatz dijo

—¿Qué dijiste, idiota?

—¡Dije que eres demasiado arrogante para agradecer a un amigo por un regalo!

—¡Quién dijo que somos amigos!

—¡Eso lastimó mi amor!— Dijo Shibisu.

—Khun, Hatz, Shibisu, por favor cálmate o la maestra nos regañará.

Los tres chicos suspiraron, sabiendo que Bam tenía razón.

—¡Oh, lo olvidé! ¡También tengo esto para ti!— Shibisu sacó del bolsillo dos pequeños llaveros que se parecían a Shibisu y Hatz.

—¿Por qué nos das esto?

—Vamos, Khun. ¡Se ven lindos! Quería tener dos que se parecieran a ti y a Bam, pero no tuve tiempo.

—Ugh ... Bam, ¡puedes llevarte los dos!

—¿Eh ... yo?

—Sí. Al menos te encargas de los estúpidos obsequios de Shibisu. Estoy seguro de que si me lo quedo, lo arrojaré al primer basurero que encuentre.

Ni Shibisu ni Hatz lograron comentar, pues llegó la maestra y anunció que sus padres venían a llevarlos.

Los chicos se despidieron y fueron a recoger sus cosas. Bam y Khun intercambian sus juguetes y se comprometieron a cuidar los juguetes del otro.

—¡Adiós, Khun!

—¡Adiós, Bam! ¡Oh, y sobre los llaveros de Shibisu, puedes hacer lo que quieras con ellos!

—¡Está bien, Khun!

Bam salió corriendo del jardín de infantes hacia su padre, Jinsug Ha, y lo abrazó.

—¡Hola, Viole!

—¡Vamos a casa, papá!

—¡Muy bien! Espera... ¡ese no es tu juguete!

—Lo cambio con mi amigo por el fin de semana. ¡Quédate tranquilo, Khun cuidará de mi conejito! ¡Lo prometió!

Jinsung no dijo nada más, tomó al niño en sus brazos y se fue a casa.

Cuando llegaron, Bam entró corriendo en su habitación.

—¡Me voy a cambiar, papá!

—¡Ok! ¡Llámame si necesitas ayuda!

—¡Soy un niño grande! ¡No necesito ayuda!

Jinsung se rió y se sentó en el sofá. Encendió la televisión.

Mientras tanto, Bam se encerró en su habitación y se puso el pijama. Puso en su cama la felpa del gato y los dos llaveros.

—¡Vamos a jugar!— Bam tomó al gato y lo abrazó.

—Yo y Khun somos mejores amigos, ¿verdad, gatito? ¡Hacemos todo juntos! ¡Seremos amigos para siempre! Ah... yo y Khun... yo y Khun... ¡solo yo y Khun!— Bam comenzó a cantar mientras jugaba con el gato hasta que vio en la cama los dos llaveros.

—¡Solo Khun y yo! Nadie más puede ser nuestro amigo, ¿verdad, gatito? Estos dos chicos creen que son nuestros amigos, pero no lo son. ¡No necesitamos a nadie! ¡Nos tenemos el uno al otro y me aseguraré de que permanezca así! Me gusta esto.

Bam tomó sus pequeñas tijeras y cortó la cabeza de los dos llaveros. Cortó y cortó hasta que no se podía decir cómo se veía el anillo de dos llaves antes.

—¡Nadie estará entre Khun y yo! ¡Es mío!