003
Taehyung estaba haciendo una revisión de algunos reportes de la empresa.
De nuevo muy concentrado en su trabajo.
– Señor Kim – habló su secretaria desde el altavoz del teléfono – Tiene una entrevista pendiente para el puesto de gerencia, lo están esperando.
– Hágalo pasar – responde mientras se frota el puente de la nariz con dedos, y se deja caer en el asiento agotado.
La puerta se abre dejando ver a una fémina.
Una delicada y hermosa omega entro caminando altiva. Sonrió con un poco de coquetería más que amabilidad e hizo una reverencia.
– Buenas tardes señor Kim, he venido a la entrevista.
Taehyung señaló el asiento frente a él. Sin mostrar una pizca de nada. Ya estaba harto de su jornada laboral, solo quería salir.
– Dígame, ¿cual es su nombre?
– Mildreth Andersson– Aparentemente americana.
– Dice aquí qué estudió administración empresarial, con tres años de experiencia en la empresa de tecnología de Seúl, ¿eso es cierto?.
– Si señor, también tome cursos avanzados en contaduría y gestión empresarial – presume con discreción. Mientras pasaba una pierna sobre la otra.
– Entiendo... ¿Usted tiene algún problema con jornadas laborales largas?.
– Estoy acostumbrado a lo largo. – Dijo mientras guiñaba un ojo.
Taehyung ni siquiera puso atención a su insinuación. Él siguió leyendo los papeles que tenía en su mano.
– Ajá, entiendo, entiendo.
La mujer abrió un poco su camisa ( a manera de descuido). – A mi enserio... enserio me interesa trabajar en esta empresa, usted es el mejor en este negocio.
– No soy el mejor – Taehyung se acomoda en la silla con incomodidad.
– No sea modesto, es el mejor y además si me permite decirle es muy lindo – mordió su labio inferior.
– No, no le permito halagarme disculpe.
– P-pero...
Las puertas de la oficina se abrieron de par en par desde se podía ver un joven omega con una sonrisa qué al llegar miró impactado a la omega.
– ¡Bebé! – gritó el mayor con mucho entusiasmo.
¡Su omega había ido a visitarlo al trabajo!.
Jungkook se limitó a hacer una reverencia a la invitada en aquella silla, y se dirigió sin hablar hasta el asiento de Taehyung. Deprisa se sentó en su regazo haciendo clara una cosa.
El es mío.
– Por favor continúen – dice el omega mirando fijamente a la mujer.
La omega se sintió un poco nerviosa. De pronto notó los anillos qué ambos tenían en el dedo anular. Y se atrevió a echar un vistazo a la oficina, colgado en una pared una pintura de ambos juntos.
Era obvio que eran pareja. Y una muy establecida.
– Sí, le decía que tengo mucho interés en entrar a trabajar a esta empresa, es muy buena y los horarios se acoplan muy bien – habla con fingida amabilidad.
Jungkook la ve serio.
Taehyung estaba tomando la cintura de su omega y dejaba besos en su cuello. Poco le importaba ya la entrevista.
– Bueno... me parece excelente tu curriculum, y creo que esta todo muy bien así que–
Su omega aclarando su garganta lo distrajo.
–Tete no la quiero aquí – susurro en su oído – Me sentiré incomodo, mi lobo no esta tranquilo.
De inmediato asintió. Qué se la voluntad de su esposo, al fin y al cabo el siempre será su prioridad.
– Lo siento señorita Mildreth, disponemos de sus servicios.
– Pero hace un momento...
– Lo siento.
La mujer se paro enojada. Muy furiosa.
– Ah, pero lo entrevista iba bien, ¡antes de que su esposo se entrometiera!.
Jungkook se apego más a el pecho de Taehyung.
El era muy sensible, y Taehyung le había dicho que podía tomar decisiones en la empresa al igual que él.
Todos sabían que ambos eran los jefes, por lo que muchos respetaban a Jungkook de la misma forma o hasta más en la qué a Taehyung.
– Acabas de ofender a el jefe y cotitular de la empresa, no es solo mi esposo, y aunque así lo fuera el simple hecho de que lo hayas hecho de menos es suficiente para correrte de mis establecimientos.
Jungkook soltó su aroma para relajar a Taehyung, tampoco quería que se alterará.
La mujer se fue dando fuertes pisadas qué hacían sonar el tacos de los zapatos.
Al quedar totalmente solos Jungkook se disculpó.
– L-lo siento Tete, no quería–
Taehyung lo calló tomando sus labios entre lo suyos.
Delineó con su lengua sus belfos y se abrió paso entre su boca. Sujetando fuertemente su cintura, el omega gimio de gusto.
– Eres todo para mi bebé.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro