Habían pasado 3 días desde que Seokjin había anunciado su boda a sus empleados e hijos, estos últimos no estaban nada contentos pues creían que su padre los olvidaría por ahora estar con ese omega.

-Pero no creo que eso sea verdad kookie, jimin lo dijo solo para molestarnos- decía el pequeño omega de 7 años.

-Pues me dijo que a su primo así le hicieron, su padre se casó y después lo olvidaron.

-Pero tal vez nos pase como a tete él dice que su papi omega es muy bueno y no lo tuvo en su pancita como nosotros, quizás también nos toque un papi omega así, yo quiero uno, extraño sentir el cariño de papi Félix.
- sus pequeños ojitos rasgados se pusieron rojos queriendo llorar.

-Esta bien gigi, le daremos una oportunidad, pero si vemos que es malvado lo sacaremos de esta casa. - ambos hermanos cerraron su promesa con la unión de sus meñiques, pues al pequeño Kook no le gustaba ver a su hermanito llorar.

-Quiero que todo este listo, la recámara del omega deberá estar pegada a la de los cachorro, limpien el cuarto de invitados que es el más cerca, cambien sábanas, sacudan todo y preparen el armario, por favor incluye en la habitación flores frescas, todos los días el omega deberá tenerlas -Jackson y Lisa anotaban todo.

-¿Flores frescas? ¿Eso para qué? - preguntaba con duda el alfa rubio.

-A los omegas les gustan- Jin salio rápidamente del cuarto antes que sus empleados se dieran cuenta del enorme sonrojo que tenía, las flores fue algo que siempre le gustó a Félix y erróneamente creía que todos los omegas eran igual.

El gran día llegó todo estaba listo, la comida, los arreglos, la ceremonia seria muy íntima en su hacienda, Seokjin lucia un elegante traje negro con bordados dorados y veía como sus pequeños llevan a juego un traje igual pero en Miniatura, su cachorra se veía hermosa con aquel vestido esponjado en color rosa pastel.

Sus ayudantes también estaban arreglados esperando al dichoso omega, el cual se suponia que debía haber llegado desde ayer pero por cuestiones que desconocían no lo hizo.

-Padre no quiero casarme y menos con un Alfa al cual no conozco, por favor te lo suplico no lo hagas. -lloraba el omega incado pidiendo o más bien suplicando no lo casara.

-Oh pequeño cachorro es la primera vez que me sirves para algo, así que no hay vuelta atrás, te casaras con ese alfa porque ya pagó mucho dinero por ti y se que lo seguirá haciendo en cuanto ponga un cachorro en ese vientre fértil que tienes.

El omega por instinto se cubrió, no quería un cachorro no de alguien que lo había comprado, por lo que salió corriendo y se escondió en el bosque, escuchaba como su padre le gritaba pero él no se movía era su única oportunidad, pero no esperaba que aquella traidora omega lo delatara y ahora mismo iban rumbo a la hacienda de aquel alfa.

Su padre iba tan molesto que sólo se detuvo de golpearlo porque según él no quería dañar la mercancía, pero que se aseguraría de decirle a su alfa que lo castigará como era debido.

Aunque Namjoon no iba conforme con casarse debía admitir que el lugar se veía muy bonito, había vegetación, cultivos y muchos animales.

Por la tardanza ya iba vestido de novio, el cual era un traje blanco con bordados dorados, su saco tenía un corte largo que simulaba un vestido por atrás pero por delante era corto haciendole marcar mejor su cintura, su maquillaje era ligero pero lo hacía lucir muy lindo y delicado y en su cabeza un pequeño adorno floral rosa resaltaba gracias a su cabellera plateada.

Después de unas cuantas horas llegaron al lugar iban 10 minutos tarde por lo que su padre estaba furioso.

-Esto es tu culpa, si el alfa no acepta casarse contigo te juro que te venderé como una prostituta.

El omega rogaba que el alfa lo aceptara pues sabía de lo que era Capaz su padre.

-Escuchame bien Namjoon, haz todo lo posible por que ese alfa te marque y te deje en cinta, te juro hijo que si eso pasa, yo mismo buscaré la forma de liberarte de él y no sólo eso, también te librarás de mi.

La Propuesta era muy tentadora pero el omega tenía miedo, no quería casarse ni tener hijos, tenía apenas 19 años, pues en dos meses cumpliría los 20, no se sentía preparado, pero al ver la cara de su padre solo logró asentir.

-Muy bien cachorro bajemos, que tu futuro esposo te espera.

Ni alfa ni omega se habían visto, desconocían como eran, incluso sus edades, lo único que sabian del otro era su nombre.

El Alfa bajo primero disculpándose con Jin por la hora.

-Yo lo siento mucho señor Kim, pero nos tomó el tráfico y ayer no pudimos llegar porque mi pequeño se sentía mal, pero ya todo está listo, podemos comenzar cuando guste.

-Muy bien, me da gusto que hayan llegado, ahora me adelanto esperare a mi futuro esposo adentro.

La música comenzó a sonar, Namjoon iba muy nervioso y se notaba en sus manos las cuales no habían dejado de temblar, su rostro mostraba miedo pero nadie podía verlo debido al velo que su padre le había obligado a usar diciéndole que si el alfa lo veía quizás se arrepentiria.

Seokjin esperaba al frente, en un momento creyó que todo era una broma del estúpido de Kim Yeonjun, pues la persona que caminaba de su brazo no parecía un omega, su cuerpo era grande, de estatura era si acaso 2 Centímetros más pequeños que el alfa, sus brazos parecian tener musculatura, si acaso lo único llamativo eran esas grandes caderas y muslos que se remarcaban perfectamente en aquel pantalón blanco, quiso burlarse de si mismo por caer en aquella estúpida situación, cuando un agradable aroma llegó a sus fosas nasales haciendo que su lobo se removiera inquietamente.

Seokjin no podía creer que el hombre que tenía justo al frente era un omega, no tenía cuerpo de uno y si no fuera por su olor, el cual era extremadamente empalagoso jamás lo creía, la preocupación en su cuerpo comenzó a aumentar cuando su lobo le pedía que se acercara más a ese "pequeño" omega que se llenara y saciara de ese melocoton, vainilla y fresa, jamás se había sentido así, ni siquiera con el que fue su esposo durante 12 años.

Tenía que relajarse no podía perder el control por un omega al que ni siquiera había visto de su rostro, no podía hacerlo por la memoria de Félix debía serle fiel hasta que la Diosa Luna decidiera volver a unirlos, no le haría eso a su omega, si se estaba cansando era solo por sus cachorros y solo por eso.

-Señor Kim Seokjin ¿acepta a Kim Namjoon como su esposo y omega? . -dijo aquel juez, justo en ese momento fue que Jin entendio lo que estaba haciendo se iba a casar con un total extraño, permitiéndole ser parte de su familia sin siquiera haberlo visto, no podía hacer eso estaba arrepentido, pediría disculpas y aun así le pagaría lo que faltaba al señor Kim por el incumplimiento.

-Acepto - no lo podía creer aquellas palabras habían salido sin poderlas detener de su boca, sus manos también tuvieron vida propia al firmar el acta, su lobo quería a ese omega y se odiaba pues él también quería sentirlo cerca.

-Señorito Kim Namjoon ¿acepta a Kim Seokjin como su esposo y alfa?

El omega comenzó a ponerse nerviosos admitía que el alfa era muy guapo, demaciaso a decir verdad, su olor lo hacía sentir extraño y a la vez protegido, tenía esa necesidad creciendo en su cuello por inclinarlo y dejar que este lo mordiera, que lo marcará con aquel esquisito aroma a chocolate amargo, canela y romero olía delicioso, tanto que sentía que su entrada comenzaba a lubricar pero este apretaba más su trasero impidiendo que aquel aroma a excitacion saliera.

-Acepto- Seokjin al escucharlo creyó que era un angel,su voz era tan dulce y delicada a comparación de su cuerpo, la voz se oía juvenil y eso solo hacía que estuviera más nervioso.

-Muy bien ya que ambos han firmado los declaró unidos en matrimonio, muchas felicidades- todos comenzaron aplaudir y gritar emocionados, fue ahí cuando Nam notó aquellas vocecitas de pequeños Cachorros. - ahora si puede besar a su omega.

Había llegado el momento y aunque Seokjin había dicho que no quería hacerlo, se moría por probar esos labios misteriosos preguntadose si tendrían aquel mismo sabor que desprendía su aroma.

Ambos estaban de frente, el omega esperaba a que el alfa le quitara aquel velo, estaba nerviosos jamás había besado a nadie y ahora lo haría con su esposo, debía admitir que le sorprendió al saber que el alfa era mayor, pero cuando su padre se lo dijo se imaginó a un viejo decrépito, no al sexy alfa que tenía enfrente.

Las manos del Alfa estaban nerviosas tomó aquel bello velo y poco a poco lo subió hasta descubrir aquel rostro, aquel joven muy joven a su parecer rostro.

Seokjin se quedó helado al ver la tierna cara del omega, dudaba incluso que superara los 20 años.

-¿Cuántos años tienes omega? - susurro en su oído, lo que puso aún más nervioso al omega.

-Te-tengo 19 a-años- no pudo evitar tartamudear y se sintió tan tonto al hacerlo, era lo primero que hablaba con su esposo y respondía así, ahora pensaría que era estúpido.

Pero todo lo contrario a lo que el omega pensó, para el alfa fue tierno y hasta sensual, le atraia aquella timidez que tenía el omega.

Quería besarlo su lobo se lo exigía e iba hacerlo deseaba probar aquellos jóvenes y probablemente inexpertos labios, pero justo cuando sus rostros se acercaron su pequeña Rose comenzó a llorar, trayendo de nuevo a la realidad al alfa, no podía creerlo estuvo a punto de faltarle al respeto a su omega.

Con la poca cordura que tuvo llevó sus labios a la mejilla del omega, sorprendiendose cuando estas se pusieron rojas y unos lindos hoyuelos hicieron aparición, haciendo que su aroma fuera más intenso. El Alfa en ese momento supo que estaba perdido con aquel joven omega, pero también asimiló la gran diferencia de edad que había entre ellos, se comenzó a molestar pues ahora tendría 4 cachorros que cuidar.