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Estas contratado

Milo alzo la vista, miro al frances y señalo la silla, el muchacho solo afirmo y tomo asiento, fue ahi donde se disponia a hablar, pero el frances se le habia adelantadado.

-Le juro que no se va a repetir, solamente no mire el reloj, pero por favor, no me corra -dijo de manera de suplica.

-¿Eh? No, no quiero correrte -dijo el heleno.

-Ah ¿no? -pregunto desconcertado -¿Entonces? -pregunto.

-Te voy a contratar -dijo mientras retomaba su vista a los papeles.

-Señor, yo trabajo aqui, no quiero que... -interrumpido

-Si lo se, pero trabajaras conmigo, seras como el asistente personas de Luc, seras su niñero -dijo de manera tranquila.

-¿Que? -pregunto -Oiga, pero yo no puedo, mucho menor cuidar un bebé -respondio.

-No se trata de que si puedas, debes de hacerlo, como tu jefe debes hacerlo, aparte estaras al cuidado mio -dijo quien se recargo en la silla.

-¿Eh? -pregunto.

-Mira, te lo explicare -dijo -Luc es muy dificil y este trabajo roba mucho de mi tiempo y no pued traerlo todo el tiempo, necesito una niñera con la intencion de que lo cuide y tu eres el indicado -dijo el griego.

-¿Que hay de las demas mujeres que se habian quedado? -pregunto el frances.

-Luc no las quiere, el tambien acepta y contigo a sido el unico que no lloro ese dia -dijo.

-¿Que? -replico. -Ese dia estaba tomando biberon -dijo el frances quien se puso de pie.

-No, no creo, puesto las camaras notaron su traslado con mi hijo y no vi ni un biberon o llanto -respondio.

-Esto es... -guardo silencio.

-Asi que acepta y pronto todo lo que quieras estara en tus manos a cambio de que cuides a mi hijo -hablo el griego.

Camus dudo un poco no sabia si aceptar, mas pronto recibio el contrato, miro de reojo al heleno y se giro a ver el contrato.

-¿Puedo leerlo? -pregunto.

-Claro, te dare un dia, personalmente ire por ti cuando esas horas hayan acabado -dijo el heleno detonando una sonrisa.

Camus lo miro con cierto toque de nervios y salio de ahi, llevandose todo el contrato.
Regreso a su área de trabajo durante sus ratos libres se dedicaba a leer el contrato, había términos con no aceptaba.

—¿Que clase de reglas son estas? —pregunto el francés.

Quedo en silencio y siguiendo leyendo, había notado los puntos de cada uno.

•La llegada a la casa si por motivos salia, eran a las 8 pm, ni un minuto mas.

•Dar aviso cada 30 minutos, una llamada o forma de comunicación.

•Salir a dar paseos a determinadas horas.

Eso eran unas de las miles que le presentaba el contrato, leyó cada una, llevándose molestias o preocupaciones. Y después se detuvo, puesto reacciono a lo que iba. Releyó una parte en donde mencionaban algo de días festivos.

•Toda persona encargada de cuidar al pequeño tendrá sus días festivos; saldrá de la casa con la intención de tener una salida común y corriente para que a las 8pm regrese.

"Salida" fue ahí donde había captado. Viviría con ellos, que estupidez. Se puso de pie llamando la atención de su compañero, cosa que lo miro con cierto toque de confusión.

—¿Pasa algo? —pregunto.

—No, no, perdón —dijo quien tomo asiento.

Se relajo ante aquello, ¿en serio? Estaría haciendo eso todo por el trabajo, ya tenía uno, no quería cambiarlo, aunque el jefe lo haya mencionado. Dio un ultimo suspiro y se dedico a seguir leyendo, llegando a las partes de sus días de descanso.

•Las vacaciones serán de una semana, podrá salir y pasar en su casa, siete días hábiles para ese momento.

A menos le daban los siete días de trabajo, dio un suspiro y se dedico a proseguir leyendo. Pero detuvo aquello, ya no iba a perder tiempo leyendo y simplemente ayudó a su compañero.

Para esa tarde, Camus había leído todo el contrato, en serio, todo eso recibiría. Quedo pensando, si aceptarlo o no.

Cuando regreso a casa, le hecho otra leída. Pudiendo deducir en que motivos podría sacar un beneficio o algo mas, pero no, estaba muy bien centrado. Tenia mucha efectividad hacia el contratado.

—No hay manera de sacar algún beneficio —susurro una vez que dejo el contrato en la mesa.

No le quedaba de otra, mas no quería detenerse, no quería quedarse atrás pediría algo a cambio.
Aunque había algo que le impediría. Ya sabía, puesto cuando se ponía enfrente de su jefe su voz simplemente desaparecia, era la impotencia o simplemente no queria perder el trabajo. 

Esa mañana habia salido temprano, tomaria a su jefe en cuento llegara, puesto en esos dias el jefe habia llegado temprano y eso le hacia extraño al frances, pero ese dia no seria asi. 

Tomo su puesto acomodo todo y simplemente se puso a hacer los deberes, el compañero que tenia a un lado miraba como el frances se encontraba nervioso, era la primera vez que lo veia asi, mas aquello no se habia acabado. 

Shoko habia entrado, en mano llevaba dos vasos de cafe, mientras sostenia su bolso, estaba con una sonrisa, mientras seguia su camino, no sin antes detenerse enfrente de ambos jovenes. 

—Chicos, ¿ya saben si llego el jefe? —pregunto la pelirroja. 

Antes de que respondiera la puerta se abrio, mostrando a los hombres que cuidaban la espalda del sujeto, la pelirroja se giro y rapidamente se coloco a lado de los demas quien hacia una pequeña reverencia. 

El mayor ingreso y en brazos sostenia a su pequeño hijo, miro con calma a todos y camino hasta quedar enfrente de Shoko. 

—¿Cafe negro? —pregunto el heleno. 

—Si señor —respondio la muchacha quien le entrego el vaso. 

—Tu —señalo a Camus —Vendras conmigo —prosiguio. 

Camino por todo el pasillo hasta el elevador, en mano sujetaba su cafe mientras que en su brazos cargaba al pequeño, Camus simplemente lo siguio, era algo confuso mas aquello era una buena oportunidad de poder decirle sus objecciones. 

Cuando finalmente habian llegado a la oficina el pequeño niño quedo en un porta bebé que se encontraba en aquel lugar, Milo tomo asiento enfrente del frances, permitio que tomara asiento y se dispuso a continuar. 

—Bien ¿Te gustan mis terminos? —pregunto el heleno con tranquilidad. 

—Bueno... —intento decir —Solo tengo una duda —dijo con cierto nervios.

—A ver, ¿Cual es tu duda? —pregunto el mayor con suma tranquilidad. 

—Por que expecifica que debe uno llegar a cierta hora —dijo sin ver al heleno y buscando en el contrato. 

—Eso es simple —hablo —Te iras a vivir conmigo —dijo. 

Camus se disponia a decir otra cosa mas, pero quedo en silencio, ¿que habia dicho? ¿Vivir con él? Alzó su vista encontrandose con los zafiro del heleno, creyendo que era una broma mas no fue asi. 

—¿Que? —pregunto con asombro.

—Si, te iras a mi casa a vivir, no pienso dejar a mi hijo solo, mucho menos esperar que usted aparazca, por ese motivo pienso que usted debe de quedarse en casa —dijo el heleno. 

Camus quedo aun mas que sorprendido, todas sus posibilidades se habian ido a un carajo. Miro nuevamente el contrato para pronto escuchar la voz del mayor. 

—Usted decide si quiere, aunque si no llega aceptar por las buenas sera por la mala —dijo el heleno, quien se puso de pie y se dirigio hasta el bebé que estaba sobre la mesa de centro. 

—¿Que? —pregunto alzando su vista.

—¿Acaso piensas dejar a mi hijo solito —dijo quien pronto giro la silla del frances haciendo que lo mirara aun mas de cerca. —Acaso ¿quieres que mi hijo siga sufriendo? —pregunto.

—Yo, realmente... —no sabia que responder, afirmaría, puesto no conocía al pequeño niño —No... —hablo. 

—Entonces firma y comenzaras a trabajar —dijo el heleno detonando una sonrisa satisfactoria. 

Camus fue girado nuevamente hacia el escritorios, las manos del heleno se habian quedado en los hombros del mencionado chico, mas aun estaba con duda, tenia mucha duda a decir verdad, tomo el boligrafo, trago saliva y comenzo a firmar. 

Cuando finalmente habia firmado, Milo sonrio gustoso, pronto retomo su asiento a lado del escritorio, en donde se dedico a darle una ultima mirada al muchacho. 

—Tomaras tu trabajo normal, por hoy, cuando salgamos de aqui nos iremos a la mansion, espero y te vayas a sentir a gusto —dijo el heleno tranquilo. 

Camus termino por salir, dejando a ambos ahi solo, en e escritorio se encontraba Shoko, quien miro curioso al frances. 

—¿Como te fue? —pregunto. 

—Supongo que trabajare de manera "privida" con el señor —hablo Camus, mientras hacia comillas con sus dedos. 

—Eso es bueno, pero debes de saber que el joven maestro a tenido dias muy intensos deberias entenderlo y tal vez te agrade mucho su niño, aunque yo no sirvo para cuidar niños —dijo riendo por lo bajo. 

—Entiendo... —hablo un poco resignado. 

Su dia habia sido tan tranquilo, muy normal y eso le hacia sentir comodo, pero habia algunas veces que no era asi, puesto el frances tenia algunos momentos muy relajados y otros no, ya que recibia al pequeño niño, mientras tenia miles de guardaespaldas, bueno a menos unos dos hombres asi. 

—Supongo que seras el niñero del pequeño —hablo la compañero. 

—No, bueno —dijo mas pronto giro la vista al pequeño. 

Camus noto la vista del pequeño niño, no quiso decir nada en absoluto, simplemente se dedico a seguir mirando, pronto le entrego un biberon y se dedico a seguir con su rutina, el pequeño no hacia nada de ruido a pesar de estar en brazos del mayor, mas se acurruco demasiado, haciendo que el galo quedara un tanto confuso, puesto el niño se habia girado al pecho del muchacho mientras seguia con su biberon. Parecia comodo, no se habia movido en un rato. 


[...]

La noche habia llegado, Milo bajaba hacia la primera planta, en donde miro a su nuevo integrante, el pequeño niño aun seguia dormido mas este se encontraba en un porta bebé, Milo termino por sostener aquel pequeño niño, mientras caminaba hacia la salida, mas se detuvo al no sentir el andar del menor, cosa que se hizo girarse pudiendo mirarlo ahi de pie. 

—¿No piensas venir? Hay cosas que debo enseñarte y cosas que puedes aprender —hablo el griego. 

El muchacho reacciono, rapidamente corrio detras de el, subio al auto, Milo dejo al pequeño entre de ambos, era una especie de limonsina, mas esta no era larga, enfrente estaba el pequeño niño que seguia dormido, mientras que ambos se encontraban ahi sentados y en silencio. 

—Es grato saber que Luc eligio a alguien como su niñero —hablo el heleno relajado.

—Es raro saber que un bebé puede elegir a su nueva niñera —hablo —Pudo a ver contratado una simple mujer para hacer este trabajo —dijo quien cruzo sus brazos con cierto reproche. 

—Realmente no le gusta que lo carguen, asi que no me molesta que tu intentaras cuidarlo, digo, seran como familia —hablo relajado. 

Camus ya no dijo nada, se sentia con ciertos sentimientos de nervios, un nuevo trabajo, pero sobre todo, cuidando a un bebé, eso le seria sumamente dificil, a menos para el. 

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Hola.
Algo nuevo porque se lo merecen. Nos veremos pronto con más. Solo disfruten lo. :3


Gracias y
Los quiero muuuuuuuucho.
<3

-AntaresLaks

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