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Enemigo

Camus se encontraba muy tranquilo disfrutando de la presencia del mayor de la familia y del pequeño, el pequeño movia sus bracitos con la intencion de que le prestara toda esa atencion. 

El peliceleste bebia una taza de té de manzanilla, por el siemple de cuidar su compostura. 

No paso mucho cuando la puerta fue a llamar, una mucama habia ido a abri mas pronto regreso. 

—Señor Mystoria, alguien quiere verlo —hablo con suma calma. 

—Bien, dile que pase al despacho, ya ire —dijo con calma. 

Aquello habia sido afirmado por la mujer quien pronto salio. 

—Bien, atendere esto —hablo el peliceleste. 

—Ni siquiera sabe quien es —hablo. 

—Claro que lo se —dijo con calma y una sonrisa calida. 

Con aquello Mystoria habia salido de la sala. 

El pequeño gimoteo al no tener la atencion de su mami, ocasionando que le jalara los mechones. 

—¡Luc! No hagas eso —dijo adolorido. Mas miro al pequeño que estaba a punto de llorar. —No, no, no, no llores, no quise hacerte llorar —intentaba calmar al pequeño. 

La situacion entre ambos habia sido algo dificil a decir verdad, ya que Camus debido de estar pegado al movil respondiendo los mensajes de su querido novio no ponia mucha atencion al pequeño, cosa que eso le hacia sentir un poco de dolor, debido que el pequeño le tomaba de sus mechones, jalandolo hasta que sintiera un poco de dolor. Un dia tuvo un problema enorme y era que habia tirado el movil de su mami. 

Camus cargaba en brazos al pequeño, mientras que con la mano libre tenia mandaba los mensajes hacia su amor, en ese momento el pequeño notaba aquello, por error, si error, termino por golpear el dispositivo haciendo que cayera al suelo. 

Sabia que su querida mami se enojaria, mas no fue asi, pero estuvo preocupado por el dispositivo. 

Camus sentía que su pequeño se estaba haciendo malcriado, más pensaba que era por otra cosa, el pequeño no hacía nada malo, ya que todo eso empezó desde que Camus pasaba mensajeando.

—Supongo que no tendré que ver el móvil estando con él —penso mientras salía a los jardines.

Miro como el jardín estaba hermoso, las rosas bien cuidadas, había más que las que recordaba. Aquello le hizo sentir confuso.

—Buenos días joven —saludo un joven de un sombrero de paja.

—¡Hug! Buenos días —saludo Camus.

—Soy el jardinero de la mansión, el señor Mystoria me ha contratado —sonrio —Soy Afrodita —se quitó el guante y estiró su mano a saludo.

—Soy Camus, el niñero del pequeño —dijo saludando igual.

—¡Oh! Si, he sabido que el pequeño necesita un niñero —dijo mientras pellizca la mejilla del menor. —Es muy adorable. Se parece mucho al señor Milo —sonrio.

—¿Así? Em... —intento sonar normal —¿Se encuentra descansando? —pregunto.

—Si, he estado arreglando aquellos rosales, quedarán hermosas dentro de unos días cuando comience a dar rosas —dijo.

—Veo que me gusta su trabajo. —dijo Camus.

—Si, bueno mi más grande sueño era otro, pero mi padre me dijo que sería un excelente momento para que su hijo tuviera conocimiento de jardinería como lo es él, pero en fin, lo único que quiero es de que el señor Milo vea mi trabajo —dijo aquello con sonrojo.

—Entiendo, usted quiere la atención de Milo —hablo.

—Si, es lo único que pido, bueno no quiero que lo tomes a mal, pero es un hombre de pedir, muchas o muchos lo quisieran para él, para mi seria un sueño imposible —hablo con tristeza. —He sabido que el señor Milo a estado muy mal en estos tiempos, que se supone debería ser mejor —hablo.

—Supongo que ya tendras ese tiempo —dijo el frances. 

Sabia que algo no andaria bien, pero ver el rostro de ese chico le habia causado un poco de preocupacion, sin contar que Luc parecia estar animado con la presencia de ese hombre, ya que pedia sus brazos con desespero, cuando se alejaban del mencionado jardinero el pequeño balbuceaba molesto, jalando de vez en cuando los mechones de su niñero. 

—¿Quieres quedarte con él? —pregunto, esperando que respondiera aquel pequeño. —Supongo que no tendre otra opcion —penso.

Habia regresado, mirando al joven seguir con su trabajo, el pequeño pedia a fuerza que lo bajara para ir detras del muchacho, cosa que Camus se habia negado y nuevamente lloraba, cosa que habia escuchado el mayor, quien termino por llegar.

—¿Pasa algo? —pregunto Milo quien se aproximo a los tres. 

—Nada, es solo que Luc quiere andar en la tierra junto al jardinero —respondio calmado el frances.

El jardinero sintio sus nervios, no quiso moverse en absoluto, simplemente seguia haciendo sus labores, estaba rigido debido al temor de voltear, sentia el miedo, estaba nervioso. 

—Jardinero Afrodita —hablo el mayor llamando la atencion del jardinero. 

—¡Si! —exclamo aun nervioso. 

Camus miro la expresion del jardinero, sintio ganas de reirse, no era momento de pensar en un chiste, pero ver el rostro del jardinero le provocaba esas ganas de reir. 

—¡Le juro que no hice nada! ¡Solamente queria que las flores se vieran hermosas para usted! ¡No queria que el pequeño llorara! —solto de golpe. 

Ambos quedaron en silencio. 

¿Que habia dicho? 

—Por favor señor, no me heche, este es un buen trabajo... no quisiera ser mala influencia para su hijo, mil perdone —se diculpo bajando su vista y quitandose aquel sombrero de paja. 

Camus se disponia interrumpir aquella escena, mas pronto escucho la voz de Milo. 

—Me gustaria conversar contigo mas tarde, te invito una taza de cafe —dijo con calma hacia el sueco. 

Afrodita quedo sorprendido, aquello jamas habia visto venir, simplemente era, era, era algo que jamas se habia imaginado, con emocion afirmo, no queria verse desesperado, relajo su compostura y afirmo con calma. 

—Si —afirmo.

—Bien, vendre por ti —respondio y se dirigio a la casona. 

Camus termino por mirar al sueco, quien pronto le dedico una sonrisa y un gracias, cosa que el frances, solamente termino por afirmar, aunque no estaba muy convencido, aquello no se lo veia venir. Esa propuesta habia sido demasiado rara a su persona. 

Sigo al griego con la intencion de descubrir un poco, el bebé era cargado por Milo quien jugaba con el pequeño de una manera tan tranquila, mientras reia y balbuceaba. 

—Usted acaba de invitar a Afrodita —hablo Camus. 

—Si, se merece algo ¿no crees? —pregunto con una sonrisa a su pequeño —Aparte vine solamente a comer, ahora tengo una cita y tendre que regresar mas temprano para salir con él —respondio girandose al frances.

—¿Cita? —pregunto —O sea que saldra esta noche, con él —dijo. 

—Si, sabia de sus momentos, Luc siempre me lo dice —dijo mientras acariciaba de los cabellos de su hijo. 

Camus no le quedo de otra mas que quedar en silencio, pensando en lo que habia sucedido, simplemente tener esa idea de que Milo saliera con alguien le provocaba tranquilidad, asi no tendria que estarse preocupando por cuidar al pequeño y la pareja se encargaria de eso, pero habia algo mas que le hacia dudar, era el sentido que le molestaba la cita. 

—Bueno... —fue lo unico que dijo el frances. 

Para esa tarde, Milo se habia ido a trabajar y el frances habia ido a dormir al pequeño, aquello le habia dando una enorme oportunidad para mensajear con su amado novio, pero surgio otro inconveniente. 

—Que lindo es ver a alguien con pareja —dijo el sueco quien acomodaba un poco su cabello. 

—¿Eh? —el frances alzo su vista encontrandose con el peliceleste, iba cambiado de una manera casual  lo hacia lucir hermoso, sintio un sonrojo pero mas pronto algo mas surgio. —Bueno, no puedo negarme que me hace sentir bien —respondio. 

—Lo se, espero y el señor Milo me acepte, se que es apresurado, pero lo que siento por el es sincero —dijo juntando sus manos como si estuviera por rezar. 

—Si, claro —dijo con sarcasmo. 

—Bueno ire a la cocina, con permiso —dijo para pronto irse. 

Camus habia quedado en silencio, mirar a ese sujeto le provocaba una molestia, mas no habia sido todo aun, la presencia de Milo habia hecho que el frances se alegrara inconsientemente. Saludo cortes como solia hacerlo, para pronto recibir una notificacion. 

—¿Sabes si Afrodita se ha arreglado? —pregunto. 

Aquello habia sido tan repentino, mas se calmo, miro alfrente y simplemente afirmo. 

—Bien, entonces saldre, solamente sera una cena —hablo calmado.

—Y yo que habia preparado la cena —penso el frances. —Esta bien —dijo. 

Aquella repentina cita, le provocaba molestia, su movil vibraba y aquello no podia quitar de su mente que su novio lo llamaba, pero no, tenia que estar pensando en el griego que etsaba por salir con ese sueco. 

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Mystoria por su parte se encontraba en la sala, sonrio ante aquella repentina manera de como el frances estaba de pie, mirando como el hijo del mencionado hombre de la sala, subia a la segunda planta, habia llegado poco despues y debido a que Camus conversaba con Milo no habia saludado al mayor de la casona. 

—Sera un buen momento para que mi hijo conozca  a mas persona, asi podras quitarte este peso de encima —hablo calmado el mayor. 

—¡EH¡ —se giro rapidamente —Pero... Supongo que sera lo mejor —dijo para tomar asiento. 

—Pienos que sera algo mejor, por el simple hecho de que regresaras con tu pareja, porque que yo sepa y a como te he visto, te vez feliz cuando vez el movil —hablo quien pronto una mucama traia una taza de cafe. Haciendo que tomara la taza y bebiera un poco. 

Camus simplemente miro al mayor, realmente seria mejor, tendria pareja y lo ayudaria con su pequeño, pero no queria alejarse de ese pequeño, puesto a decir verdad estaba tan apegado que le doleria dejarlo. En cierta parte si le tenia cierta molestia, mas no sabia como conllevar aquello, puesto no podia entenderlo. 

—Bueno supongo que Milo elegira a quien mas le convenga, aparte, tu ya tienes una vida hecha, en cambio Milo le falta formar mas a la familia que tiene, en fin, ¿como estuvo tu dia? —pregunto, cambiando en tema con una sonrisa.

—Me fue bien —dijo confuso ante el repentino cambio. 

El terrible cambio repentino del tema, habia confundido demasiado al frances, no paso mucho cuando Milo habia bajado, se veia elegante para usar un atuendo casual. Camus miro con cierta sorpresa para pronto escuchar la voz de su jefe. 

—Bien, debo irme, una cita debe de ser puntual —dijo quien pronto llamo al jardinero. 

—Si, deben de tener cuidado —dijo Mystoria quien se aproximo a ambos. —No quiero saber que se han metido en problemas —sonrio.

Ambos afirmaron, sabia que seria algo tranquilo, pero para Camus habia algo mas. 

Cuando ambos habian salido, Mystoria se giro hacia Camus, mirando atento como el frances seguia con la vista al heleno quien habia salido de la sala. Estaba por molestarse, estaba por decirle unas cuantas cosas, puesto en el rostro del frances se mostraba un semblante demasiado distinto. 

—Ire a descansar, deberias hacer lo mismo —hablo calmado el mayor quien pronto subio las escaleras a la segunda planta. 

Camus simplemente afirmo, saliendo de sus pensamientos y siguiendo al mayor. Cuando habia llegado al pasillo y mirar como el mayor se adentraba a su habitacion, este en vez de entrar a su habitacion, entro a la del pequeño, quien al momento de abrirla noto la habitacion en silencio. 

Se acerco a la cuna, pudiendo notar al pequeño aun dormido, acaricio sintiendo la mejilla suave de ese menor, sintiendo como miles de sensaciones surcaban por su pecho. Pero habia una que no podia decifrar, algo que le dolia, le provocaba unas ganas de llorar, una sensancion que dijera que queria mejor odiar, pero era confuso. 



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