Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Micropito-man

Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.


.

.

Lamento haberles hecho esperar, se que están molestos :(

.

.

Por cierto, hoy iniciamos el desafío de los 30 días de OS, esperen por el esta misma noche :3

.

.


Complaciente-man debería ser su nombre, por que quien se atreva a decir que el gran Naruto-sama no es un héroe, debería ser empalado o colgado de algún lado que causase extremo dolor, porque si lo que él hace no es de héroes, no sabe que más lo será.

Durante toda su corta —y sexy— vida, Naruto no ha pasado tantos problemas como los que ha pasado con el objetivo puro y casto de meter su bananito en la papayita de su amada jefecita, por que como no, el perro desgraciado de Neji, haciendo honor a su sobre nombre, le ha mordido una nalga, claro que su amada cual caballera andante en corceles blancos y consoladores, ha ido a defenderle su orgullo y castidad.

Pero regresando a los temas de suma importancia —como Hinata ese bonito babydoll de la noche anterior—, Naruto se considera un héroe porque, ¿cuantos de ustedes mis pequeños mecos virginales se ha masajeado en profundidad a su —sexy y coqueta— empleadora?, ninguno eso lo puedo asegurar, pero no vamos a hablar de cuan vírgenes son, en realidad vamos a hablar hoy de alguien muy especial, delgaducho y pálido con una jodida lengua afilada con nada más que la verdad y, según Naruto, una que otra exageración. ¡Correcto damita y damito! Hoy hablaremos de la visita del buen Sai.

Naruto puede asegurar una y otra vez que de arte no sabe nada, y ciertamente no lo hace, pero si sabe que su amigo es u artista —o al menos un intento de ello—, porque no lo va a negar, el tipo dibuja bonito, sin embargo es un grandísimo hijo de su pintada madre, siempre hablando de pendejadas y dejándole mal, como cuando dice que su banano —de nivel Rasputín cabe aclarar— es talla infantil, y eso señores era una vil mentira, la —candente— buena Hinata Hyuga lo puede declarar sin quejas en un tribunal.

Sai apareció una mañana, una de esas que viene después del desvelo mortal de un hombre con altas aptitudes para el acto amatorio y reproducción total del kamasutra, con las ojeras cual cachetes de bulldog y el pito más caído que globo desinflado en pleno desfile, pero que nadie lo juzgue, es culpa de Hinata que su cuerpo se deteriore, esa chica tiene pila y absorbe toda su energía. ¡Diablos señorita!

La cosa es que Sai llegó con sus cosas de dibujitos, si aguilucho marca Scribe y su cajita de colores mapita con repuestos de blanca nieves revueltos con la brujita, un saca puntas que tenía algo de nava en su pinche oxido y una gomita en forma de patita de perro, todo un profesional si le preguntan a él.

Sonriendo cual modelo de revista llego el hombrecito, Naruto tuvo miedo cuando apenas le vio, porque el desgraciado tenía cara de pervertido y el rubio no veía viable la opción de desvirgarse analmente, mucho menos de hacerle los trabajitos a su amigo, es decir, a él le van los traseros como el de Hinata y... en realidad solo el de Hinata, no se equivoquen, no lo dice porque la mujer lo esté observando de forma molesta y un poco lasciva desde la ventana, para nada. HuEsos Los que escucha en el Portal, eso no tiene sentido pero da igual.

—Naruto-kun —saludó el pálido sonriente— te vez horrible

—Gracias amigo, también me da gusto verte —respondió el rubio tomándose una lata de energizante, porque esa gatita iba a volver por mas

—Lo sé —la humildad en su máxima expresión

—¿Cómo le hiciste para entrar? —pregunto curioso, se suponía que había una gran seguridad

—Le dije al virgen de cabello largo que le conseguiría una cita con tu mamá

—¡Sai!

—¿Hice mal?

—Mi mama jamás saldría en una cita con Neji, ya deberías saberlo

—Sí, pero él no lo sabe, asi que recomiendo que no lo digas pene pequeño

Naruto estaba indignado, ¿Cómo se atrevía a llamarlo de esa manera?, si era evidente el paquetote que se cargaba entre las piernas, como un gran durazno suave, pesado y rosado, Hinata siempre se lo dice cuando están jugueteando a que son conejitos y follaban. Se puso de pie cual resorte, porque es bien atlético el muchacho cabe aclarar.

—Deberías saber que tengo allí abajo un monstruo que no puedes ver, ¡Soy un animal GRRR!

—Nunca he dudado de tu naturaleza salvaje —aclara el pintor—, tan solo de porque eres tan plano como una dama en la parte de abajo

—¡¿Estas ciego Sai?! —dijo ofendidísimo el damito—, son como enormes manzanas en mi pantalón, pero que no te de hambre que no son para vos.

—Tranquilo, no le voy a la zoofilia —respondió con su eterna sonrisa

—¡Idiota!

—Como sea, no vine a hablar sobre las medidas microscópicas de tu gusano o pene, como quieras llamarlo —esquivo el zapato asesino del Uzumaki y continuo—, en realidad mi vista es porque necesito un modelo, voy a presentar un retrato para una revista para mujeres y creo que eres la persona indicada

—Vaya, creo que has llegado a la cima de la contemplación de la belleza —dijo con orgullo—, lo estás haciendo muy bien Sai, ¿Cómo se llama la revista muchacho?

—Caprichos de la naturaleza, los berrinches del señor

—Ya veo —dijo con una sonrisa el rubio—, es nuevo y un nombre llamativo, pero por alguna razón me suena un poco ofensivo

—No te preocupes por ello Naruto-kun, es un nombre que te representa, va muy bien contigo

—Muy bien, ¡Lo hare!

—¡Genial!, sácate la ropa

—Lo siento —respondió orgulloso el rubio—, para desnudos habla con mi manager

—No tienes un manager, además no se verá nada

—Ya veo, vas a censurarlo, muy bien Sai

Sai estaba feliz y agradecido porque su amigo de pene pequeño era un poco distraído, se preguntaba si una pequeña aceituna era buena censura o debía buscar algo más pequeño, que le quedara un poco grande sería un problema.

Vio a su amigo Uzumaki recostarse sobre una mesa, con una rosa en los labios, el cabello hacia atrás y un pétalo en cada pezón, en una visión bizarra de alguien que intenta ser sexy, sonrió porque Naruto era realmente divertido, sobre todo cuando observo a Kurama tirado en el suelo comiendo croquetas mientras con su risa asmática de perro travieso de burlaba de su cuidador.

Arreglo su área de trabajo y se dispuso a iniciar con el retrato, se vio sorprendido por las curvas que poseía el hombrecito, mismas que seguro había heredado de su padre Minato, porque el hombre tenía unas curvas de infarto, cabe aclara que esas fueron las declaraciones de la bella —y violenta— dama, Kushina Uzumaki.

Cuando realizaba el boceto del pecho quedo sorprendido de nuevo, los pezones mantenían de forma orgullosa los dos pétalos, pero pro su mente pasó la divertida frase: "Naruto tiene tetas", ignoro sus ideas bizarras y siguió dibujando.

Después de la primera hora, Naruto comenzó a moverse en diferentes poses rara, haciendo sus ojos grandes y coquetos mientras le bailaba las pestañas, era tan divertido como perturbado, Sai planeaba hacerse un a limpia después de ese trabajo y quizá, solo quizá, se sacaría los ojos para no ver de nuevo aquel atroz acto.

A lo lejos se escuchaban unos gritos, Sai se distrajo por un momento mientras su modelo se mordía los labios y meneaba el trasero, Sai agradece infinitamente haberse girado a tiempo y lo siente por Kurama que ha quedado traumado, tirando sus croquetas mientras corría llorando a los brazos de una conejita que por allí pasada. Ese perro es un coqueto y agarra parejo.

Sai llevo su mirada a la entrada de la casa, recorriendo el camino que lleva a la mansión de sonde se escuchaban golpes, azotes y risas malvadas, un hombre pidiendo clemencia y la voz infantil que implora por su hermana porque según ella, tiene traumas.

Del otro lado del lugar, tratando de saltar la cerca electrificada, con una cámara en la mano y la nariz sangrante de anhelo, esta Konohamaru sonriendo como menso.

Sai se distrajo solo por un momento, solo un segundo que no pensó que todo se volvería un caos, a paso veloz y fuerte avanzaba Hinata Hyuga, con un bonito traje de conejita, un látigo rosa y una cajita llena de fresas, detrás de ella Hana Hyuga arrastra a su esposo atado, el pobre hombre implora por piedad y la virginidad de su hija, Neji avanza en un triciclo pequeño a toda velocidad, envuelto en espuma y solo una toalla cubriendo su animal, que si Sai no se equivoca, segundo antes se anda chaqueteando el virginal.

Hanabi Hyuga no podría faltar en la ecuación, cubierta de negro hasta los dientes, huyendo de la lente de la cámara que Konohamaru se niega a soltar, porque el muchachito ya se ha colado a los territorios prohibidos.

—Naruto-kun, mi duraznito~ —expreso con ternura la Hyuga cuando llegó, lanzando lejos a Sai por error, o quizá no, ya depende de cada visión

—Hina, conejita~

Nauro dejo una de sus ridículas poses, lanzo la rosa a los pies de su amada y se preparó para recibirla en sus brazos, Kurama regreso armado para la batalla, miro al Uzumaki con un: "me debes otra canalla" y se lanzó al ataque, le arranco la toalla al virgen que salió corriendo en si triciclo de regreso, orino a Hiashi que dejo de poner resistencia y molesto se dejó arrastrar, a la Hanabi le lanzo unos pedos que la podre salió huyendo, al Konohamaru le soltó cien baros para que se inspire en su nuevo trabajo.

Habiendo cumplido con su cometido, regreso con su conejita que ya lo esperaba sonriente la muy pilla, se la llevo tras un arbusto y se dispuso a juguetear el animalito. Escuchó la puerta corrediza de su casita, donde Hinata estaba sobre las piernas del rubio, beso que beso, entre lengüetazos, mordidas y caricias, muchas caricias.

—Naruto-kun~ —dijo la Hyuga entre el besuqueo extremo, tomando una fresa y mordiendo con deseo, mucho deseo—, quiero un licuado, pero le falta leche a mis fresas

—Ay Hinata —se sonrojó el rubio—, eres tan romántica~

—Por ti lo que quieras, che-que-te-to~

La Hyuga se montó sobre su hombre, mordió la fresa y se la pasó con amor, mordiendo en el transcurso los labios de su sexy rubio, moviendo su pelvis para recibir su deseado roce, tocando el botón de los deseos que su hombre —del durazno— ama someter con su lengua y una que otra vez sus dientes, obviamente con delicadeza, porque deben saber que su Naruto no es un bruto.

Sintió las grandes manos que se colaban alrededor de sus piernas, arrastrándose con esmero hasta apretujar su trasero, colando un par de dedos travieso que buscaban llegar a su tesorito, la abertura del paraíso, pero que se sepa que eso es lo que su amado le ha dicho cada vez que juegan a la casita. Hablando del hombre en cuestión, allí está de nuevo, acariciándole el cuello con su legua que, es tan venenosa cuando le toca, dejando un rastro de calor por donde sea que pase, y mira que esa lengua ha pasado por muchas partes.

Los dedos se han colado por su traje, llegando hasta donde el calor de su cuerpo le está jugando una mala pasada, embarrando los dedos de sus calientes jugos, esos que Naruto tanto adora y que, sin la necesidad de que nadie más lo sepa, lo transforman, haciendo que deje de emitir esa aura infantil y juguetona, dejando en su lugar a un macho peludo, un alfa plátano macho, durazno dorado y dedos mágicos, mismo que se habían ido al pozo de los deseos y lo estaban asaltando sin ningún pudor o respeto.

Hinata temblaba sobre las piernas de su hombre, parecía una gelatina, una muy bonita, sus gemidos estaban siendo reprimidos, pues la mirada pervertida y oscurecida de Naruto, le decía que le estaba retando, en una competencia sana de quien se correr primero, y maldito infierno, no iba a perder por nada del mundo.

Con el espíritu de competencia a flor de piel, Hinata comenzó a moverse lentamente, tensando a su amado, provocando que la inicial sonrisa de victoria se convirtiera en un gesto más duro, con el ceño fruncido y una mordida de labios que, Hinata se abría corrido allí mismo, pero ella quería ganar.

—Pero que conejita tan traviesa~ —dijo el hombre con voz gruesa—, debería castigarte bebé

—Se gentil Naruto-kun —expreso con voz infantil

—Claro que si princesa, ¿traes los condones especiales bebé? —dijo tomándola en brazos con rumbo a su cuarto

—Hoy no Naruto-kun, dame la semilla de tu amor

—Te voy a dar la técnica profunda Hina, vamos rapidito bebé~

Sai vio a la pareja perderse por las escaleras, le dolía la costilla pero presentía que a alguien más le iba a doler otra cosa por la mañana, solo que ahora mismo no podía descifrar a quien. Tomó sus cosas y salió de la casa, con todo el lugar en calma y la mansión siendo un manicomio, vio hacia la ventana donde se escuchaban grititos y gemidos, tomo su teléfono y marco el número de Ino mientras recitaba una: "Suerte, nos veremos luego, micropito-man" y se perdió en el camino al paraíso de su amada Ino.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro