El deber de un padre
Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
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N/A: Una disculpa enorme por actualizar después de un mes, realmente no sabia que rayos hacer, como escribirlo y mi inspiración andaba en casa de suchin, si, su chingada madre xD
También pido disculpa por faltas ortográficas, incoherencias y falta de comedia, espero hacerlo mejor pronto xD
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Perdón de nuevo por la demora -c va a llorar-
Kushina se había levantado de forma violenta del sillón, su mirada pervertida se hallaba enardecida y una sonrisa maquiavélica se dibujaba en su siempre bello rostro, Minato sintió miedo, había conocido en sus días de noviazgo con la peli roja, lo que era el verdadero terror, a decir verdad experimento muchas cosas con ella, tales como la forma, no, las mil y un formas en las que un hombre puede ser violado por una "dama".
Espeluznante y sexy a la vez.
Vio a la mujer ir hacia uno de los muchos cajones de la habitaciones, mismos que habían sido colocados estratégicamente por ella misma, de allí saco eso que él mas temía, una cámara de video, pero lo peor de la situación es que… era la cámara de alta resolución, menudo problema que era eso.
Mientras su esposa iba de un lugar a otro buscando sus materiales, Namikaze analizaba la situación, ellos habían estado bien a gusto viendo el titanic por décima vez en la semana, su esposa ya había comenzado a gritar que el jodido de Jack si cabía en la jodida tabla, había dicho que Rose era una desgraciada egoísta de las tablas y alegaba que ella podría hacer una mejor película con sus múltiples cámaras, hasta allí todo era normal, pero de un momento a otro ella se puso de pie y comenzó a sonreír de forma malvada, eso solo podía significar una cosa: Naruto tendría su primera vez en algo.
No había duda de ello, Kushina era el tipo de madre obsesionada con su hijo, misma que había jurado en más de cien templos que grabaría la primera vez de su hijo, lo haría en HD y en formato película.
Pero analizando un poco más a fondo, y claro, considerando los kleenex en su bolsa, lo más probable es que Naruto no fuese a tener "su primera vez", eso olía a peligro, por lo que podía asegurar que Naruto tendría LA primera vez.
Una vez llegada la conclusión venia lo peor… El deber de un padre.
Si, lo peor de toda esa situación era su deber como padre, el deber de cuidar de su hijo, del pervertido de su hijo para ser más exactos, era por ello que debía sacrificarse a fin de detener a la bestia –llámese también Kushina-.
—Minato-kun –le llamó la bella mujer con su nariz sangrante y sus brillantes ojos violetas-, debo ir donde nuestro pequeño en una misión importante, espera por mí en casa.
—Ohh, vaya –dijo con una pose guay sobre el sillón, esas donde su dedo índice queda coquetamente colocado sobre los labios-, justo cuando pensaba… ju-gue-te-ar un poco~
—Podremos ju-jugar más t-tarde, Mina-chin –respondió la peli roja mientras tragaba seco, pero que hombre más bello el que estaba viendo, ella si le andaba dando, otra vez-
—Mmm, no lo sé, no quisiera esperar por mucho tiempo –dijo inocente el hombre-
—No tardare, es decir, ¿Qué tanto puede tardar mi bebé?
—Tienes razón, igual puedo conseguirme una muñeca para jugar –la miró a los ojos y acaricio su torso de una forma lenta y provocativa, que alguien llame a los bomberos, ese hombre está que arde-
—P-P-Pu-Puedes ve-venir conmigo, podemos ju-jugar de ca-camino
—No lo sé, que otras chicas me vean sin camisa y pantalones seria vergonzoso –dijo mordiéndose lo labios- o quizá me guste
—¡NO!
—¿No? –respondió acariciando su rubia cabellera y una de sus piernas, el pobre hombre se sentía toda una cualquiera-
—Vamos a jugar Mina-chin –dijo mientras aventaba sus cosas a una esquina de por allí, rompía su blusa de marca, repito, de marca y se relamía los labios mientras sus ojitos coquetos desnudaban al tembloroso rubio sobre el sillón- esta noche si le vamos a dar
El pobre hombre tomó a su esposa en brazos y se encamino con ella hasta la cocina, la colocó sobre la isla y comenzó a desvestirla, todo ello era por una buena causa, por salvar la integridad de su hijo evitando que su esposa le grabase siendo un precoz y en HD, evitando a su vez que el pobre niño termine siendo una estrella en algún sitio porno de por ahí, que lo disculpe pero no había mejor estrella que él.
Es por eso que se estaba sacrificando, por el bienestar de su hijo, para no ser grabado y catapultado como el chico precoz de las venidas locas o el pene chiquito, información que conocía por Sai, el mejor amigo de su pequeño, por ello iba a salvarlo, porque era su deber de padre, para ello había nacido, se lo repetía a sí mismo una y otra vez mientras amasaba el hermoso trasero de Kushina y se perdía en sus divinos pechos mientras cumplía su fantasía de la cocina, mira nada mas todo lo que se sacrificaba por su niño.
—Agradécemelo después, Naruto-chan –susurró el hombre mientras mordía las tetas de su esposa-
Minato era un hombre bueno, su corazón era todo un diamante, un buen esposo que le cumplía a su esposa -ya saben de qué hablo-, un buen padre que protegía a su hijo y –según él- un máquina de sexo que volvía loca a su mujer, ¿Qué más podía pedirle a la vida?, oh si, un pene que aguantase más de doce rondas en una noche, ¿era mucho pedir?, no, esa noche pintaba que necesitaba resistencia para quince.
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Naruto besaba a Hinata con mucho entusiasmo, la sensación de peligro que había sentido momentos atrás se había desvanecido, en su lugar sentía lastima aunque no sabía a quién dirigirla, más tarde investigaría, por ahora se centraría en morder los labios de Hinata mientras ella le manoseaba de manera descarada.
La puerta de la habitación rechinó, asustados se separaron y llevaron sus miradas hasta la puerta, solo vieron a Kurama que mordía una pantufla y les miraba de forma acusatoria, una flecha se enterró de forma figurada en el pecho de Hinata, una flecha que decía de forma clara y con mayúsculas "pervertida", mientras que a Naruto le cayó un balde de agua fría que gritaba un "facilote" con todas sus letras, el perro les dio la espalda y salió de la habitación en busca de su gatita dejando atrás a los humanos y sus cochinadas.
Uzumaki se sintió afectado por ese "facilote" lanzado por Kurama, sin embargo no podía negarlo, si era su hermosa niña pervertida la que le pedía su cosita virgen él era un facilote, un tanga fácil que las suelta en un instante, si, era un facilote pero de gustos refinados, porque solo a esa pequeña pervertida le daría su tesorito.
Tomó a la Hyuga de la cintura y la atrajo hacia él, seguía mirando hacia la puerta por donde segundos atrás había salido el perro más perro de los perros, pero vamos, no podía centrarse solo en el perro teniendo a una hermosa achica a su lado que quiere hacer cositas ricas, dejar pasar la situación era todo un sacrilegio.
Hinata se dejó arrastrar por el chico, se abrazó a él y comenzaron a besarse de nuevo, de manera apasionada mientras las manos recorrían el cuerpo del otro, pellizcando, acariciando y palpando todo a su paso, se detuvo solo cuando llego a la gloria llamadas pompas, si, su fetiche eran esas pinches nalgotas que se cargaba el rubio, eran tan grandes y firmes que deseaba morderlas y lo haría, más tarde pero lo haría, de esa no se salvaban.
Las manos de Naruto se posaron sobre los pechos de Hinata y comenzó a amasarlos, acariciarlos y colar poco a poco sus manos dentro del sostén, ese artefacto del demonio que le estorbaba en su camino hacia las cerezas más hermosas que vería en su vida, pero no podía retirarlo hasta no haber acabado primero con ese bonito pero estorboso vestido.
El vestido era un arma de temer, lo supo en cuanto se dio cuenta de que no sabía cómo carajos retirarlo, el mendigo arma del mal tenía unos cruces salvajes ´por todos lados, parecía más un montón de vendas teñidas, ¿Cómo había hecho su amada para ponerse eso?, no lo sabía, sin embargo debía buscar la manera de hacer parecer que estaba jugueteando con ella en lugar de dejar ver su frustración de no poder retirar el mendigo vestido.
Se sintió victorioso cuando encontró un pedazo de tela suelto, mismo que al tirar de el, se desenvolvió mágicamente dejando su cuerpo al descubierto, en serio, él podía jurarlo que se desenrolló como las vendas de Rock lee al hacer el loto primario.
Pobre hombre ingenuo, si tan solo supiera que ella mismo se lo dio casi en las manos, estaba cansada de esperar a que el hombre le quitara el vestido, lo amaba pero sin duda su novio era un lento.
El rubio observaba las montañas que se zangoloteaban, eran divinas con sus puntas rosadas y erguidas, mas erguidas que su bananito, tan erguidas que parecían réplicas exactas de la torre Eiffel en Paris, rayos, se sorprendía de cuan romántico podía ser, "me dicen romeo" pensó para si mismo el menso.
Llevó sus manos temblorosas hasta los grandes montículos de carne y amor que se presumían a sus ojos, sus dedos se hundieron un poco en ellos, eran tan suaves y firmes a la vez, grandes, tibios y con un delicado olor que lo llamaba como sus chanclas a Kurama.
Enterró su rostro con expresión pervertida entre los pechos tambaleantes de su amada, lo movía de un lado a otro mientras sus dedos los pellizcaban y la pobre Hinata se restregaba, que los dioses se apiadaran de ella, no quería convertirse en una violadora y al paso que iban probablemente así acabarían, en un arrebato de calentura y un sexy hombre rubio nalgón violado.
Naruto se preguntó muchas veces a que sabrían esas cerezas que coronaban los pulcros pechos de la mujer, teniendo en cuenta de que era la ocasión perfecta para averiguarlo, para saborearlos mientras ella se retorcía de gozo debajo de él.
Sonrió con picardía y coloco uno de los pechos en sus labios, por primera instancia y a manera de travesura, los mordió, una mordida suave y coqueta, como una amenaza silenciosa de todo lo que podía provocar, siempre y cuando ella se portase bien, paso su lengua tibia y rasposa contra el pezón y Hinata tembló junto a un chillido que escapo de sus labios mientras se mordía un dedo en símbolo de coquetería, misma que a Naruto le pareció divina.
Después de años, Uzumaki se permitió a si mismo sentirse un bebe, quería ser amamantado por esa divina mujer, rodeo con sus labios todo lo que pudo de los pechos, los acariciaba con su lengua y los succionaba con cuidado pero añadiendo algo de fuerza, con una de sus manos se dedicó a pellizcar ese bonito montículo que yacía solitario a esperas de recibir las misma atenciones de su gemelo, esas atenciones que Naruto se moría por dar, si lo pensaba mejor desearía tener dos bocas o quizá tres, puesto que había un lugar algo solitario, uno más abajito, allí donde las arañitas hacen su nido
Tomo entre sus dientes y de forma delicada, el pezón húmedo y sensible, con sorna tiro de él y lo soltó llegando a la distancia limite, vio a su amada retorcerse mientras imploraba por mas y gemía con su hermosa y tentadora lengua de fuera, era como si la mujer se hallase sedienta, pero no de agua, estaba sedienta de él, de su sensualidad, de su pasión y todo aquello que él le pudiese dar, tanta era su necesidad que a nada se podría negar, no había forma para ello.
Uzumaki regreso su mirada sensual a ella y la besó, una vez y dos veces, todas las necesarias para dejarle en claro que nada iba a detenerlos ya, no importaba si por la puerta entraba Neji, Hiashi, Kushina, Obama o el papa, de esa tremenda revolquiza no se salvaba, le iba a dar y no consejos.
Bajó con besos por los costados, mordió cerca de las costillas y remarcó con sus manos la cintura estrecha, se permitió morder el vientre plano y el ombligo, remarco con sus dientes aquel lunar tentador que en su cadera tenia morada, lo beso y adoro con los labios mientras sus manos bajaban al lugar mas delicado y suplicante de la dama, allí acaricio las piernas y el pubis bien cuidado, admiro el pequeño lunar que descansaba en uno de los labios y suplico piedad para no ir a atacarlo.
Acaricio con sus manos por encima y causo temblores de Hinata, llevo su mirada hasta ella y le sonrió en calma, la mujer parecía más un corderito asustado que la pervertida a la que estaba acostumbrado, que mona que era su preciosa chica.
Se tomó su tiempo acariciando y detallando cada espacio de piel a su vista, contorneo con sus labios los muslos y suspiro con vehemencia en el paraíso que se perdía entre sus piernas, la sentía temblar con cada acción, moverse y gimotear, cada vez que ella era presa de los nervios, Naruto era consciente de que debía ayudarle a encontrar de nuevo la calma, debía cuidarla porque era ella lo más importante, era su momento.
Comenzó con delicados besos en el interior de los muslos, comenzó a marcar con su lengua el camino hacia los labios exteriores y al llegar a ellos, los recorrió con su lengua, llevándose a su paso las muestras de excitación y deseo que emergían de ella, moviéndose de forma delicada, en calma y mostrando en cada roce el deseo que en ese mismo momento le estaba consumiendo el alma.
Separó los labios exteriores con sus dedos sin separar la vista del rostro avergonzado y excitado de Hinata, le sonrió con coquetería, una sonrisa de esas matadoras, esas que provocan orgasmos y embarazos sin coito, a que es potente ¿verdad?
Sacó su lengua y con ella recorrió el paraíso mismo, Hinata tembló y soltó un fuerte gemido mientras levantaba sus piernas, al menos era lo que intentaba, sin embargo Naruto no se lo permitía, porque era sádico, porque la deseaba, porque le parecía delicioso allí, porque no quería parar y porque sabía que ella lo deseaba, que lo quería y que en su subconsciente no quería que parase, eso se llama telepatía mi gente, es eso o la perversión de ver a una pobre dama retorcerse de placer hasta llegar al borde de la locura y que no sepa que hacer.
Lo segundo me suena más a Naruto.
Hinata se perdió a sí misma en las miles de sensaciones que a cada segundo experimentaba su cuerpo, su mente se perdía en el abismo con cada lamida, mordida y sonido lascivo que Naruto le provocaba con sus labios, lo veía tan feliz hundiendo su cara allí donde solo sus dedos habían paseado con libertad en la oscuridad de su cuarto, el hombre se había declarado dueño y señor de ese lugar mientras planeaba dejarla sin consciencia en el proceso.
Gritos y movimientos desesperados acompañaron la sensación eléctrica que recorrió su cuerpo, sintió sus paredes internas tensarse mientras su cuerpo le exigía arquearse en busca de más y más de aquella lengua que la estaba volviendo loca, ¿Quién era ella para negarle cosas a su cuerpo?, absolutamente nadie, por ello hizo lo que este le pidió y se ahogó a si misma en un orgasmo arrebatador que le quito el habla, los sentidos y la conciencia por algunos instantes, podría jurar y perjurar que había tocado la luna, las estrellas y había abrazado al sol, todo en un solo instante
¿Eso es un orgasmo?, se preguntó a si misma, si lo era que por favor le diesen dos más para comer allí y tres para llevar, con todo por favor.
Tratando de recuperar la estabilidad de su respiración, observo como poco a poco Naruto ascendía con la mirada llena de libido y una sonrisa perversa en su rostro, no sabía si sentirse feliz o aterrada de haber provocado a la bestia, su lado guarrilllo le decía que estuviese feliz puesto que apenas comenzaba la verdadera gozadera.
Hinata sonrió cuando vio a su hombre, repito, SU hombre deshacerse de la camisa y el pantalón mientras ella movía sus traviesas manitas a fin retirar el bóxer, no era que anduviese urgida, solamente quería ser cortes y saludar a lord bananito de las tierras púbicas del sur
Ya desnudo el hombre y con toda las energías de seguir jugueteando por allí, Uzumaki arrastro a su hermosa damita por las piernas antes de colocarla boca abajo, arrastró sus rasposas y grandes manos de jardinero macho nepe de oro, rey de Esparta, vikingo del norte voz de alfa, hasta las blancas y pulcras posaderas de su amada, si, esas mismas que deseaban ser palmeadas para coger un poquito de color
El rubio pervertido masajeo el trasero de su dama y separó un poco los cachetes a fin de ver un poco mejor la pequeña y aun virginal entrada, llámenlo pervertido pero la verdad es que se moría de curiosidad, siempre se había preguntado qué tan bonito era el tesorito de su amada, ahora podía jurar y perjurar que era uno hermoso, rosado y brillante, muy brillante
Subió sus grandes manos por la espalda desnuda de Hinata y se detuvo en el arma mortífera, en el principal obstáculo de la libertad de sus pequeñas niñas delanteras, maldito sostén que se atrevió a palpar esos divinos pechos antes que él, si, estaba celoso, pero ya mismo le daría una lección a ese armamento del mal
Cinco minutos llevaba Hinata boca abajo sin sentir caricias, tan solo los dedos de su amado en su espalda, las quejas "silenciosas" de él y el aburrimiento que comenzaba a hacerse presente, justo se preguntaba que ocurría cuando un grito de batalla fue soltado por el Uzumaki
—¡Por Esparta~! –gritó el hombre mientras liberaba la prisión de sus bebés-
—¿Pasa algo, cariño? –preguntó inocente Hinata-
—N-No, es solo que –dijo el hombre con los broches del sostén en sus manos-, es solo que… ¡Soy una bestia cada que te veo, nena!
Menudo animal que estaba hecho, al no poder desabrochar el sostén tiró de el y lo rompió, ¿asi o mas bestia?
Mas.
Dejando de lado a la pobre víctima de esta situación, Uzumaki recorrió con caricias y besos húmedos la espalda blanca y delicada de la chica, acaricio sus piernas y mordió ese bonito trasero, divino que era el mendigo. Poco a poco comenzó a girarla para dejarla boca arriba y comenzar a besarla, recorrió el cuello y se perdió de nuevo en los pechos, esos que ahora gozaban de libertad gracias a él, que le agradecieran luego.
Tras besos y caricias múltiples, Hinata se hallaba lo suficientemente excitada como para ignorar el hecho de que era su primera vez y que, según las malas lenguas, dolería como el mismo infierno, por lo que Naruto, aprovechándose de ello, se acomodó entre las piernas de su amada mientras la volvía loca con besos húmedos que le robaban el oxigeno
Hinata disfrutaba enteramente del cosquilleo en su entrepierna gracias a los lascivos y para nada decentes labios, estaba deseando volverse loca de nuevo, volver a tocar el cielo en los brazos de Naruto, quería unirse a él para poder decirse su mujer, Hinata quería ser una mujer
Consciente de las intenciones de Naruto que acariciaba con su glande los labios húmedos de ella, Hinata separó más sus piernas a fin de darle acceso, se retorció cuando con el pene, el rubio golpeó el clítoris latente y añorante de atenciones, se abrazó con un poco de nerviosismo cuando él intento introducir poco a poco su bananito en la cuevita virgen de ella, algo así como la expedición del banano en la jungla de la virginidad, solo en cines.
Su cuerpo se tensó al sentir la intromisión, una punzada atravesó su vientre y tuvo miedo, su novio dejó de moverse y la miro a los ojos con culpa, pidiendo perdón por el daño provocado y permiso de seguir, ella asintió tímida, acción de la que se arrepintió cuando el dolor comenzó a ir en aumento, era más doloroso de lo que pensaba a pesar de que su amado estuviese siendo cuidadoso, tenía miedo, ¿Qué tal si no podría darle su perlita a su amado?, menudo problema que sería eso, ella quería gozar no llorar
Se estaba perdiendo en sus pensamientos cuando una ráfaga de dolor la hizo gimotear, Naruto se había introducido por completo mientras la abrazaba y buscaba tranquilizarla, extrañamente ella se sintió adolorida peri feliz de tener un pedazo de él en su interior, la carne que palpitaba dentro de ella sin compasión.
Tras acostumbrarse a la intromisión y no muy segura de su decisión, Hinata dio señales para que el chico comenzara a moverse, por lo que el rubio comenzó a salir lentamente, llevó su vista hasta su banano y lo vio con sangre, misma que salía de la entrada de Hinata, entonces Uzumaki conoció el verdadero terror, la sangre de le heló y murió un par de veces allí mismo, Hinata se preocupó al verlo en ese estado, pero justo cuando iba a preguntar por lo que ocurría, el teléfono sonó
Un mensaje de voz
—Naruto, hijo –sonaba la voz entrecortada y dificultosa de la matriarca Uzumaki-, si vez sangre tranquilízate, no haz roto a Hinata, bueno si, pero de una buena manera, lo que ¡ahhh~!... ¡Mmmm~ mina-chin así~, lo que quiero decir es que… ¡uy ahí nghh!, que tu novia no se descompuso, solo es natural que sangre en su primera vez… ¡Nya~ Mina-chin pervertido, ahí no toques así, es vergonzoso mmmm!
Ok, apreciaba la información que le había devuelto la vida, pero la restante era innecesaria y le provocaba traumas, contactaría con un psicólogo más tarde.
—Tampoco tu pilín se ha roto –se escuchó un nuevo mensaje-
Vale, que le cortaban la inspiración.
Regresando a lo interesante y aprovechando que su novia decidió no preguntar nada por su propio bien y el de su estabilidad psicológica, Naruto decidió seguir moviéndose a fin de erradicar el dolor en su pareja
Poco a poco la sensación dolorosa se fue dispersando, los gemidos volvieron a apoderarse de la Hyuga que disfrutaba de ver las expresiones placenteras de Naruto, su cuerpo fue deseando más y más, su mente se centró en disfrutar y hacer disfrutar de igual manera a su amado y su mente se fue perdiendo en el abismo de placer
Naruto aumento la potencia de sus penetraciones al ver que Hinata lo disfrutaba, buscaba distraerse para no correrse pero era difícil, Hinata lo apretaba cada vez más, su interior era caliente, húmedo y jodidamente delicioso, no quería que todo aquello terminara, pero igual su ser imploraba por la liberación, su cuerpo pedía más fuerza, más velocidad y más profundidad, deseaba correrse dentro de ella y marcarla como suya con su semilla, pero sin importar ello, debía resistir, aguantar a fin de verla enloquecer una vez mas
Hinata se abrazó con fuerza a la espalda ancha y húmeda del rubio, mordió el cuello y los hombros cuando sintió su interior ser bombeado con fuerza, el choque del glande en su útero la dejó con los ojos desorbitados y sus paredes comenzaron a contraerse, escucho un gemido gutural de los labios de Naruto mientras los mordía, tan masculino y provocador que la ponía
De nuevo la sensación de liberación inundo su cuerpo, su espalda se arqueó, dio un grito de placer y alcanzó el cielo otra vez, Naruto siguió unas cuantas veces más hasta que no pudo evitar gemir con fuerza mientras le llenaba de su semilla caliente en el interior húmedo y tembloroso de Hinata, para después decir un hermoso "Te Amo" mientras se desplomaba con cuidado sobre ella
—También te amo, Naruto-kun –respondió abrazándolo con fuerza-
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Del otro lado de los territorios Hyuga, Hana tomaba más té y comenzaba un nuevo capítulo de su libro, mientras tanto su esposo e hijos comenzaban a espumear por la boca, más tarde pediría inyecciones para la rabia y algunas pastillas anticonceptivas, no, mejor unas vitaminas y ácido fólico, ya olía a nieto por ahí
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Mientras tanto, del otro lado de la ciudad, Minato llamaba por teléfono a su tienda favorita, leía de su lista una dotación de condones sabor fresa, chocolate, limón, naranja, uva y el especializado sabor ramen, parecía un hombre feliz, jugueton y satisfecho, mientras tanto Kushina sacaba de su arsenal un látigo de látex y crema batida… mucha crema batida.
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