Mi intento de suicidio.
Antes de empezar debo dejar muy claro que este relato está enfocado en presentar una visión de lo que vive un suicida con la esperanza que sirva a los que están en esa encrucijada para que no lo hagan. Yo lo viví y aquí cuento mi historia...
Suicidio se dice al acto de quitarse deliberadamente la propia vida.
Las causas pueden ser muy diversas: Desde una enfermedad como Depresión, Bipolaridad, TLM (trastorno de límite de personalidad), Consumo de alcohol, droga, TEPT (Trastorno de estrés postraumático) Historial de abuso sexual, físico y emocional, Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las relaciones interpersonales
Cualquier motivo o situación que te lleven a pensar que el suicidio te alejara de los problemas que la vida te presenta, como lo es el rechazo, la vergüenza o culpabilidad, o como yo que en ese momento me sentía desolada, sin nadie que me necesitara en este mundo y por esa razón tome la decisión de terminar con mi vida.
Afortunadamente tengo el don de poder ver cosas. Muchas de esas "Cosas" las personas generalmente no las pueden percibir; Es algo que esa vez me ayudo a no tomar "la puerta falsa" como le dicen a quitarte la vida.
Recordando eso paso hace 8 años cuando pasé una crisis de depresión. Mi hermano me había dicho que nadie me quería y yo le creí.
Muchas veces escuchamos a otras personas y creemos en sus palabras. Por eso ese día las palabras de mi familiar fueron la gota que derramo el vaso. De pronto lo sentí y creí que era cierto, que nadie me quería, que estaba sola. Estaba muy cansada, física y mentalmente, creía que no valía la pena seguir viviendo otro minuto más
Algo que recuerdo muy bien es que en esos momentos no era yo, era como si mi cuerpo estuviera desconectado de mi cerebro, no se cómo explicarlo. Es como si mi conciencia se dividiera. Era yo, pero como si evadiera toda voluntad.
Por eso fue fácil salir de mi cuarto y pasar por la sala sin ningún titubeo. Nadie se percató que salí decidida a suicidarme, pues estaban ensimismados viendo la televisión, creo que ni siquiera me miraron. Camine a la cocina sin saber que hacer hasta que vi una punta con filo y la tome en mi mano. Salí al jardín y conté las costillas, busque donde entraría la punta para llegar directo al corazón.
La coloque en mi pecho y pedí a la muerte que llegara y me abrazara; tontamente suplicaba una muerte rápida.
Lo que pedí, llego en forma diferente, pues aunque suene a cuento o fantasía vi frente a mi un ser encapuchado, vestido de negro. No pude ver su cara. Por un instante pensé que era la muerte la que estaba enfrente de mí, así que me adelante a abrazarla, pero en ese instante, justo cuando lo iba a tocar... a mi lado derecho percibí una luz muy intensa, una luz que me hizo poder ver, que el ser que iba a abrazar era un demonio, y como si de una revelación se tratara, pude ver un río de almas de personas suicidas que venían a recibirme como una hermana más, llena de dolor y desesperación.
En ese instante la luz que era como la figura de una persona, que no solo me permitió ver el engaño, si no que me dejo ver una esperanza y otro camino.
No sé qué fue, pero en ese momento tome la decisión de vivir y le dije a ese ser obscuro que no me engañaba, que él no era la muerte real que nos tiene que llevar cuando es nuestro momento. Voltee mi vista al cielo, rogué el perdón por mi cobardía y caí en cuclillas pues ya no tenía más fuerzas. Tan solo lloraba y gritaba "Dios ayúdame, ya no tengo fuerzas para continuar", así que le pedí que no me abandonara y suplicaba su ayuda.
Recuerdo que estaba arrepentida, desolada y llore como nunca, no sé cuánto tiempo paso pero poco a poco fuí vaciando mi dolor hasta que me sentí consolada. Durante todo ese tiempo el ser de luz brillaba intensamente y expectante me enviaba un calor que me dio fuerzas para seguir viva. Mientras tanto frente a mi siguió ese ser de obscuridad esperando que la desesperación volviera para poder llevarme.
Recuerdo la desolación que sentí y el mismo dolor que padecen los miles de suicidas, que lamentablemente, si se quitan la vida. Esos momentos de tristeza son tan fuertes y pesados como si una loza de muchas toneladas te aplastara y no te dejara respirar.
Es muy fácil que ese ser de obscuridad junto con las legiones de almas de desdichados te seduzcan y te dejes caer en su falso descanso y te arrojes a sus arenas de tristeza.
Afortunadamente la luz que vi, pienso era mi ángel de la guarda que me cuido.
Debo hacer un paracentesis para contarles algo de las cosas paranormales que me ha tocado vivir en mí andar por la vida. He visto personas muertas, que caminan como si siguieran vivas, algo así como fantasmas.
Una vez iba manejando tranquila cuando tuve que frenar de golpe pues una persona se arrojaba al paso de mi coche. Fueron solo unos instantes en que los que vi perfectamente como la persona tomó impulso para aventarse al paso de mi auto. Claramente lo vi saltar para ser atropellado, pero frene y aquel joven de camiseta blanca se desapareció en el aire.
Tiempo después investigue y supe que hay gente que asegura, que lo que me sucedió ese día en mi auto fue que presencie la muerte de una persona suicida, que al morir tan violentamente, repetía su muerte una y otra vez, sin descanso. Sin que nadie escuche el grito de enojo o de dolor que vivió al morir.
Por eso mismo creo que fui muy afortunada al no estar obligada a vivir una eternidad repitiendo mi suicidio. No se si han pensado alguna vez en tirar la tolla. Espero que nunca vivan una situación así, pero si estás leyendo esto y estás pensando hacerlo, busca ayuda.
Ahora que estoy de este lado puedo decirte que solo haz olvidado lo maravilloso que es respirar, lo maravilloso que es poder ver, lo maravilloso que es poder escuchar. Tan solo recuerda lo que te hace sonreír.
Algo que me sigue después de aquel día, es ese ser obscuro que vino cuando invoque a la muerte. Aún sigue rondando a su presa, en espera de que tome la decisión incorrecta y vuelva a desfallecer y decida morir por mi propia mano.
La depresión es una constante lucha, todos los días son de trabajo, algunos más divertidos o felices y algunos otros en que no te puedes quitar de la cabeza ese deseo de mandar todo al carajo y morir. Pero por algo estoy aquí. Sigo buscando mi propósito de vida. Algunas veces creo que no lo encuentro y complico mi vida y en otras ocasiones todo es tan fácil.
Espero que tengan muchas sonrisas; pero también de corazón espero que si tienen lagrimas las limpien, respiren hondo y continúen luchando para ser felices. Ahora lo comprendo y sé que para poder ser felices hay que hacer un cambio en tu forma de vivir.
Pide ayuda, recuerda NO ESTAS SOLA (O).
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