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31

Taehyung comprime sus labios con fuerza y aprieta el teléfono celular contra su oído cuando la inesperada petición abandona la boca de su suegra.

Su propia boca se abre ligeramente con la intención de dar una rotunda negativa, no obstante es incapaz de pronunciarla porque, aunque ciertamente todavía está resentido con el abuelo Min por faltar a su promesa, es imposible que su corazón no se agite ante la perspectiva de que esté realmente mal y no solo fingiendo como otras tantas veces.

Es por esto que a pesar de que lo que menos le apetecía era salir de casa, el peliazul se escuchó a sí mismo aceptando ir a ver al "viejo zorro".

Tras colgar con un pesado suspiro, se dispuso a preparar una bolsa con ropa, pañales, leche, medicamentos y uno que otro juguete de Horin. Lo más probable era que no le hicieran falta ninguna de esas cosas -a excepción de la muda extra de ropa porque Dios era testigo de la facilidad con la que su pequeña terminaba embarrándose de cualquier cosa- pero prefería andar prevenido en todo lo que Horin respecta.

Terminó de recoger y tomó un taxi con destino a la mansión Min.

***

--¿No cree que el papelito del moribundo está muy gastado ya? -es lo primero que dice nada más entrar a la recámara del patriarca Min, sonriendo de forma insolente cuando el aludido le devuelve una mirada que denotaba sorpresa y curiosidad a partes iguales.

--Así que lograron convencerte. -el abuelo dice con cierta melancolía en la voz, dedicándole una sonrisa tenue --Le ordené a la exagerada de mi hija que no te obligara venir a verme.

Taehyung no responde nada ante esto, simplemente entorna la mirada, intentando descifrar mediante los gestos y expresiones adversas si se trataba o no de otro más de sus engaños.

Nada.

No podía ver nada más que sosiego y conformidad en la faz adversa, lo cual no debería ser inusual tratándose de un hombre en sus ochenta y tantos años que había vivido a plenitud su vida.

Debería ser normal, pero no lo era. No cuando se trataba del abuelo Min, aquel que era dueño de una mirada vivaracha y una personalidad tan burbujeante que te hacía pensar que probablemente viviría una eternidad.

El hombre que tenía delante se veía apagado, como si la chispa que caracterizaba su esencia misma se hubiera simplemente extinguido. Este pensamiento provoca una repentina agitación en el peliazul.

--Nadie me ha obligado a nada. -aseguró, acercándose hasta la cama donde reposaba el mayor --Estoy aquí por decisión propia.

--Así que ya no me odias. -musita con un lejano toque de humor en sus palabras.

--Tampoco he dicho eso.

El veterano hombre ríe por lo bajo ante la descarada sinceridad del menor y le dedica una mirada apreciativa.

--Había extrañado verte. -confieza con solemnidad, sosteniéndole la mirada.

--Que raro. Juraría que lo estaba pasando de lo lindo con las visitas de su adorado Jimin.

--Ah, el pequeño tomatito. -su tono denota pesar --El idiota de mi nieto se las arregló para arruinarlo todo.

--¿En serio esperaba que su relación funcionara cuando prácticamente los manipuló para casarse?

El abuelo niega mientras traga pesado, esquivando la mirada inquisidora sobre él.

--Tanto esfuerzo para nada. -se lamenta en un susurro bajo --Estoy demasiado viejo y cansado para empezar todo de nuevo.

Taehyung observa al mayor por un largo rato, notando cierta fragilidad en su postura. Se acercó hasta la cama para tomar asiento, sin darle demasiada importancia al hecho de que el contrario ni siquiera pareció notar su acercamiento.

--¿Se está dando por vencido? -pregunta con cautela. Una especie de nudo formándose en su estómago --¿Solo lo dejará así y ya?

Ante este cuestionamiento, el hombre mayor decide llevar su atención al peliazul breves segundos antes de inspirar profundamente y luego dejar escapar todo el aire de sus pulmones --No hay mucho que pueda hacer. -farfulla con resignación --Yoongi es el único que puede arreglar su propio desastre, pero todo indica que no hará absolutamente nada al respecto.

Un silencio agobiante se cierne entre ambos tras esta declaración. El mayor se sumerge en sus pensamientos mientras que Tae sopesa sus siguientes palabras.

--Hoseok conoció a Jimin. -siente que cada letra de esta frase quema su garganta al pronunciarla, haciendo una mueca cuando el mayor lo interroga con la mirada --Cree que es adorable. -una risita triste escapa de su boca --No debería darse por vencido todavía.

--No entiendo a dónde quieres llegar. -dice a la vez que frunce el ceño.

--Que es posible que al final Jimin y Hoseok terminen casados como tanto quería. -espeta sin poder ocultar que los celos lo estaban calcomiendo por dentro, ganándose una mirada totalmente desconcertada de parte del otro.

--Tal parece que se te pegó la estupidez de mi nieto. -sentencia con severidad --Y yo creyendo que eras el inteligente.

--¿Qué? ¿Acaso se atreve a negarme que era lo que quería desde un principio? -cuestiona con enojo --Pues puede que su deseo se haga realidad.

--Chiquillo tonto. -musita con la voz impregnada de cariño y de algo más --¿De verdad sigues cargando con eso?

Taehyung desvía la mirada, sintiéndose tontamente avergonzado ante la sutil reprimenda.

--Creo que a Hoseok le gusta. -confieza con tono temeroso --Pero no debería sorprenderme, después de todo por algo lo elegió a él para ser su esposo.

--Veo que se te olvida que su esposo eres tú. -le recuerda --Además de a quien ama.

--Si, claro. -dice sarcásticamente --El esposo soy yo, al que ama soy yo.

Tae se remueve incómodo en su asiento cuando las orbes contrarias adquieren un brillo sagaz. Sintió el impulso de levantarse tal cual un resorte ante el absurdo pensamiento de que el viejo posiblemente estaba viendo dentro de su mente. No obstante, se obligó a permanecer en su sitio, aunque desvió la mirada como precaución.

--En serio tanto tú como mi nieto son un par de tontos. -se burla cariñosamente antes de proseguir --¿Quieres saber por qué razón desistí de la idea de casar a Hoseok con Jimin?

--¿Porque yo me interpuse?. -obvió.

--En cierta forma lo hiciste. -concedió, un destello de orgullo iluminando su mirada --Tú simplemente llegaste con tu sonrisa adorable, dejando en claro que querías a mi nieto por esposo y te veías tan decidido a lograrlo. Estabas tan seguro de lo que querías y tan dispuesto a obtenerlo que no me cupo duda de que tú eras el indicado.

--Y-yo... -carraspea --No fue tan así. -un leve rubor cubre sus mejillas y orejas por por cómo lo describió el mayor.

--Lo fue. -aseguró, su mirada adquiriendo un brillo familiar --Aunque Jimin fue mi primera elección, tú demostraste ser la única opción posible.

--No se ponga tan condescendiente conmigo. -advirtió a la defensiva --Si lo que busca es evitar que Hoseok sea el próximo en divorciarse, entonces no pierda el tiempo.

El abuelo Min parece analizar estas palabras, aunque se resiste a preguntar. Su mirada cansada se desvió hacia la franja de luz que entraba por la ventana y durante un largo rato se perdió en sí mismo, deseando por segunda vez en su vida tener la capacidad de regresar el tiempo y hacer las cosas mejor.

--Cuando Hoseok era un niño solía llamarlo mi ángel sonriente. -comienza a contar de la nada con aire ausente, tomando por sorpresa a Taehyung --En serio jamás había visto a nadie ser tan entusiasta y alegre... es simplemente imposible que una persona esté feliz todo el tiempo, ¿no? -una sonrisa nostálgica curva su boca sin siquiera notarlo --Pero Hoseok siempre lucía así... Ni siquiera el divorcio de sus padres logró afectarlo realmente. -otro suspiro abandona su boca --La única cosa que logró apagar su espíritu fue cuando te marchaste a Londres con tu hermano. -revela, dedicándole una mirada fugaz al peliazul que lo observa con creciente interés --Lo hubieras visto. -intenta impregnar su tono de jocosidad --Daba lástima, yo ni siquiera sabía que tenía la capacidad de deprimirse... el muy idiota estaba desolado. -continúa --Me obligué a mantenerme al margen del asunto porque creí que no era más que una pelea absurda entre ustedes, pero entonces Yoongi me contó sobre las fotos.

Taehyung siente como todo su cuerpo se tensa al instante. No alcanzaba a entender del todo de qué hablaba el mayor, pero intuía que era algo importante.

--¿Qué fotos? -cuestiona con lentitud.

--Las fotos que Namjoon le mostró. -responde con ligereza --Las de tu supuesta infidelidad.

--¡Yo jamás le fui infiel a Hoseok! -exclama, poniéndose de pie de forma abrupta, su mirada destilando cuan indignado se sentía.

--Lo sé. -el mayor asegura, su voz denotando que hablaba en serio --Jamás creí semejante estupidez, pero Hoseok sí lo hizo.

--Es absurdo lo que dice. -replica con enojo --Hoseok se inventó lo de la infidelidad y lo usó como excusa.

--¿Por qué haría mi nieto eso?

--Para deshacerse de mí. -dice con obviedad.

--Escucha, pequeño. -el abuelo musita con suavidad --No sé qué es lo que está pasando en realidad, pero sí sé que deberías hablar con Hoseok e intentar aclarar el asunto... Taehyung. -lo llama para que le preste verdadera atención --Conozco bien a mis nietos y ninguno es un ruín mentiroso.

--Quizás no los conoce tan bien como cree. -replica, desviando la mirada hasta un rincón de la habitación.

--Quizás. -concede --Pero puedo creer en lo que veo. Y lo que yo vi fue a uno de mis nietos devastado por casi dos años... ¿Qué sentido tiene que se haya sumido en la miseria cuando te fuiste si supuestamente era lo que quería?

Taehyung abre la boca para continuar debatiendo pero no se le ocurre nada más que decir, por lo que con gesto pensativo y enfurruñado vuelve a tomar asiento.

Es decir, sean cuales sean las fotos de las que hablaba el mayor debían ser falsas. De eso estaba totalmente seguro.

No obstante, el abuelo Min acababa de sembrar una duda enorme en su persona.

¿De verdad existían tales fotos?

Si así era, ¿de dónde habían salido?

Y lo más importante, ¿acaso el que fueran falsas implicaba necesariamente que Hoseok estuviera al tanto?

Necesitaba averiguarlo.

***

Después de abandonar la mansión, dejando a Horin al cuidado de su abuela -por petición de esta- Taehyung regresó a casa, dispuesto a esperar la llegada de Hoseok para intentar averiguar la verdad.

No tenía idea de qué le diría al mayor, por lo cual se pasó el resto de la tarde planeando cómo abordar el tema de su infidelidad.

Quedó tan confundido después de hablar con el abuelo Min. No se sentía seguro de nada.

Estaba tan perdido entre sus propios pensamientos que ni siquiera se percató de que Hoseok entró a la recámara hasta que este le habló.

--¿Donde está Horin? -el pelioscuro cuestiona mientras se deshace del saco y la corbata, observándolo de forma tan ambigua que Taehyung no podría asegurar si se trataba de preocupación o impaciencia.

Quizás eran ambas.

--Con tu madre. -responde tras lograr conectar su cerebro con el presente y notando en la expresión adversa cierto disgusto ante esta respuesta. No obstante, si Hoseok tenía algo que objetar al respecto, simplemente se lo reservó.

Los segundos pasaron en un silencio agónico e incómodo antes de que el peliazul carraspeara para aclararse la voz --¿Podemos hablar? -pide, empuñando la parte baja de su polera con ambas manos para disimular su repentino nerviosismo.

--Ya lo estamos haciendo, ¿no?

Pese a la poco alentadora respuesta, Tae logra mantener la calma y la serenidad, respirando profundo para no responder de mala manera.

--Me refiero a tener una conversación de verdad. -continúa --Quiero que hablemos de las supuestas pruebas de mi infidelidad.

El tiempo parece detenerse unos segundos cuando Hoseok se queda inmóvil, su mano quieta sobre el primer botón de la camisa y una expresión de desconcierto congelada en el rostro.

--Si ese es el tema entonces mejor olvídalo. No es algo de lo que me apetezca hablar ni hoy, ni mañana... ni nunca. -articula una vez sale de su estupor.

--No voy a evadir el tema como si se tratase de algún tabú. -insiste, negándose a zanjar el asunto sin antes resolverlo --¿Dónde están las fotos que te mostró Namjoon?

--¿Tú cómo sabes de las fotos? -exige saber, mirándolo con recelo.

Mierda, ¿de verdad existían?

--El abuelo Min me dijo de ellas. -responde entre dientes. Percibiendo un cambio notorio en el ambiente.

--Taehyung... -entona con una sonrisa sardónica que le heló la sangre al menor --Yo jamás le conté a mi abuelo nada sobre las fotos.

No. No podía ser. El abuelo no podía estar en lo cierto.

La perspectiva de que el pelioscuro en serio lo creyera remotamente capaz de engañarlo le provoca un terrible vacío en el estómago.

No obstante, se obliga a ser fuerte y continuar hasta el final.

--Yoongi se lo contó. -agrega con la respiración pesada, formando un rictus con sus labios cuando no obtiene más que una mirada escéptica --Yo no te engañé. -recalca cada palabra sintiendo cómo ahora la irritación burbujeaba en su sangre.

--Bien por ti. -masculla con evidente desgana --Ahora, si me lo permites...

--¡No entiendo cómo diablos puedes estar conmigo si me crees infiel! -explota, ya harto de todo --¿Cómo le haces el amor a alguien en quien no confías?

--Mira, Taehyung. -Hoseok grazna de forma brusca, girándose de repente en su dirección con mirada furiosa --Estoy totalmente dispuesto a olvidarme del pasado para hacer que nuestro matrimonio funcione, pero no tientes a tu maldita suerte. -el súbito enojo que lo embargó de repente se empezó a esfumar al notar la mirada dolida y acuosa del peliazul --Solo, olvidémoslo, ¿sí? -propuso, obligándose a tranquilizarse --De verdad lo único que deseo es que estemos bien, que nuestro matrimonio esté bien.

--No veo como puede estar bien si de verdad dudas de mí. -se las arregla para que su voz no se quiebre aún cuando está temblando internamente.

Por su lado, Hoseok tensa la mandíbula y le dedica una mirada severa y desaprobatoria. No le hallaba sentido a que insistiera tanto en un tema que solo servía para distanciarlos todavía más, ¿Acaso no se daba cuenta?

--¿Necesitas escucharme decir que te creo? ¿que no pienso que me fuiste infiel? -cuestiona --Pues Ok, Taehyung. No creo que me hayas engañado, ¿feliz?

El menor siente el escozor de las lágrimas hacerse presente, pero se resiste a llorar pese a lo hiriente que está siendo el mayor.

--No. -niega con lentitud, esforzándose para no derrumbarse allí mismo --No necesito que asegures creerme para hacerme feliz cuando obviamente mientes. Lo que realmente necesito es que te metas en la cabeza que no hubo tal engaño. Necesito que lo creas en serio porque... -su voz se quiebra cuando el temblor en su mandíbula se incrementa -- ...porque de lo contrario no puedo seguir a tu lado.

El resoplido que abandonó la boca de Hoseok pareció densificar el aire de repente porque Taehyung podía jurar que respirar era más sencillo segundos antes.

Mientras el peliazul podía sentir cómo una opresión extraña se acrecentaba en su pecho, Hoseok sentía esa misma opresión pero en su cabeza. Comprimió sus orbes con fuerza y expandió las aletas de la nariz para inhalar mucho más oxígeno.

Era absurdo. Simplemente absurdo que Taehyung fuera tan pretencioso para esperar convencerlo de que no le había sido infiel cuando él había visto aquellas malditas fotografías del menor besando a otro hombre.

¿Cómo iba a creerle si ni siquiera el mismo Taehyung había sido capaz de justificar sus misteriosas salidas y sus constantes retiros de dinero? Dios sabe que él hubiera aceptado cualquier explicación medianamente creíble que le diera -incluso él mismo se había pasado horas tratando de dar con una mucho antes de preguntarle-, pero lo único que obtuvo fue un cuento mediocre de parte del menor en donde dejaba más que claro que le mentía miserablemente en la cara. Y luego de eso vino el abandono.

Hoseok todavía recuerda que se había pasado los primeros meses embriagándose hasta la inconsciencia solo para dejar de imaginarse a Taehyung en brazos de su amante. Había desarrollado un gusto tan insano por el alcohol, que no entiende como no murió de un coma etílico.

Le había tomado siete meses comprender que sin importar cuanto se emborrachara, el dolor siempre estaría allí para cuando despertara. Esa había sido su época más oscura y patética, pero se pudo recuperar lo suficiente para dedicar su tiempo a algo más fructífero que solo emborracharse y llorar.

Al sol de hoy, sigue sin saber qué pasó con el chico de la foto. Suponía que quizás su amor por el ahora peliazul no era tan grande como para hacerse cargo de la hija de otro hombre y eso dio pie a una ruptura.

No le importaba. Realmente ya nada de eso importaba para él.

El amor que sentía por Taehyung era lo suficientemente inmeso para dejar atrás el pasado y concentrarse solo en el presente y en un futuro juntos.

Pero eso no significaba que iba a fingir demencia solo para darle gusto a su esposo.

--Alguien debe enseñarte que en la vida no siempre vas a obtener todo lo que pides. -sentencia sin emoción alguna en la voz antes de encaminarse hacia la puerta --Iré a buscar a Horin. -informa para luego cerrar la puerta a su espalda sin dedicarle ni siquiera una última mirada al peliazul.

Mientras tanto, Taehyung lo observa alejarse con un dolor agudo atravesándole el pecho

***

Hoseok se había demorado horas en la mansión Min, regresando a casa solo cuando se sintió lo suficientemente sereno. Ahora que estaba más tranquilo, se daba cuenta que había sido innecesariamente cruel con el peliazul.

Se dirigió al cuarto de la menor quien había terminado quedándose dormida en el auto de camino a casa. Encendió la luz y la acostó con cuidado en su cuna. Afortunadamente su madre había previsto que la menor sucumbiría ante el sueño en el trayecto, por lo que no era necesario que le cambiara de ropa o pañal.

Luego de asegurarse de cubrirla bien con su manta, el pelioscuro abandonó en silencio la habitación y se encaminó hasta la recámara que compartía con el peliazul. Al llegar todo estaba a oscuras a excepción del cuarto de baño, el cual tenía la puerta entre abierta y aportaba un poco de iluminación. Hoseok se dirigió hasta este para darse una ducha rápida, demorándose lo justo en su aseo y metiéndose en la cama con sumo cuidado.

A su lado, Taehyung fingía estar dormido y retenía un suspiro tembloroso que amenazó con abandonar su boca y que era resultado de haber llorado amargamente durante horas, intentando tomar una decisión que no debería resultarle tan difícil.

Irse era lo más sano.

Pero es que la sola idea de alejarse de Hoseok le resultaba incluso más dolorosa que quedarse sabiendo que este ni siquiera le daba el beneficio de la duda.

Intentó con todas sus fuerzas quedarse dormido para no darle más vueltas a lo mismo, pero su mente conspiraba en su contra.

En algún punto de la noche, un entrecortado sollozo llega hasta los oídos del pelioscuro, alertándolo y llevándose todo rastro de sueño al instante. Totalmente a ciegas a causa de la oscuridad, permanece en silencio un instante hasta que el suave movimiento del otro lado de la cama capta su atención incluso antes de que sus orbes se adapten a la penumbra imperante.

--¿Por qué estás llorando, Taehyung? -cuestiona cuando un segundo sollozo llega a él.

Un jadeo ahogado interrumpe los lamentos del menor, quien permanece totalmente inmóvil y en silencio, a espera de que el otro solo volviera a dormir.

--Taehyung. -repite, exigiéndole una respuesta.

--No estoy llorando. -su voz varios tonos más grave desmiente sus palabras, pero no es como si a él le importara realmente si le creía o no.

--Lo estás.

--Déjame en paz. -gruñe, sorbiendo por la nariz y apresurándose a limpiar sus lágrimas --Solo vuelve a dormir.

--¿Cómo podría cuando no dejas de gimotear a mi lado?

--Pues arráncate los oídos o lárgate a dormir al sofá. -brama con enojo y sus orbes vuelven a llenarse de lágrimas.

Hoseok exhala un sonoro y prolongado suspiro antes de encender la pequeña lámpara a un costado suyo. Cuando la luz llena la habitación se acerca más al peliazul, quien está completamente de espaldas a él, hecho casi un ovillo bajo las mantas.

--S-suéltame. -ordena al sentir cómo es abrazado por la espalda, retorciéndose para liberarse del agarre, pero fracasando tan miserablemente que no puede evitar echarse a llorar de la rabia y frustración --T-te odio tan-tanto. -tartamudea.

--Lo sé. -Hoseok susurra en su oído con suavidad, abrazándolo más a su pecho --Me comporté como un total imbécil contigo hoy, ¿verdad?

--Como el más grande de todos. -corrobora con voz trémula y quebrada.

--Lo siento, de verdad. -pide, totalmente dispuesto a llegar a una tregua --¿Crees que podrías perdonarme? -cuestiona con suavidad, obligándolo a girarse lo suficiente para verlo a la cara. Su pecho se contrae al ver sus ojos enrojecidos a causa del llanto.

Taehyung niega lentamente, esquivándole la mirada, pero dejando a su cuerpo relajarse en los brazos adversos --No mereces que te perdone.

--Tienes razón. -concuerda con fingido pesar porque, pese a las palabras del menor, él puede ver que ya no está tan enojado. No realmente --¿Qué debería hacer para ganarme tu perdón? -murmura, acercándose tentativamente a la boca contraria, sonriendo cuando logró hacer que lo mirara.

--Nada. -espeta sin mucha seguridad --Porque planeo dejarte, ¿sabes? -dice antes de cerrar los ojos cuando la boca de Hoseok se presiona contra la suya.

--¿Lo harás? -cuestiona, depositando ahora un casto beso en su cuello y arrancándole un gemido de los labios --¿Cuándo planeas hacerlo?

--M-mañana. -informa, mordiéndose el labio inferior para evitar volver a gemir ante el constante y provocativo roce de sus cuerpos.

--Dios, eso es tan terrible. -se lamenta --¿Serviría se algo si te ruego de rodillas que te quedes?

--No. -responde con la respiración agitada y la mirada vidriosa a causa del deseo --Igual me iré.

--Entonces debería hacerte mío hasta el cansancio esta noche. -propone con suma sensualidad --¿Te gustaría eso, mi lindo y dulce amor?

--¿Ahora soy tu amor? -bufa antes de arquearse suavemente contra su esposo. Sentía la cara ardiendo y el cuerpo demasiado sensible.

--Uh-ju. -gesticula antes de sujetarlo firme de la cintura para apretarlo más contra sí --El más dulce e irresistible que he conocido.

El peliazul se agita cuando una ola de calor lo sacude. De no estar tan excitado, probablemente le resultaría humillante la forma en que cada célula suya reaccionaba ante el más mínima estímulo del mayor, quien con tan solo una caricia o una simple palabra lograba tenerlo a sus pies.

Era fascinante y a la vez aterrador ser consciente de la facilidad que tenía alguien para reparar tu mundo ya que paradojicamente esta misma persona siempre era el único capaz de destruirlo.

Y vaya que Taehyung conocía de primera mano ambas situaciones y, aunque Dios sabía que lo último que deseaba era volver a lidear con un corazón roto, tampoco era como si pudiera volverse de pronto más precavido.

Solo le restaba rezar para que al final quedara algo de su corazón para reparar.

--Umm~. -gime, arqueando sutilmente la espalda cuando la mano del adverso abarca una de sus nalgas y lo presiona contra él --Pu-pues yo diría que has resistido perfectamente bien sin ponerme un dedo encima estas últimas semanas. -le recuerda sin poder contenerse a echárselo en cara. Sin embargo, si a Hoseok le tomó o no por sorpresa su acusación, supo disimularlo bastante bien.

--Tú fuiste quien me pidió no tocarte. -le recuerda con voz suave pero firme --La bola estaba en tu lado de la cancha desde entonces. Lo justo era que fueras tú quien diera el primer paso.

--¿Acaso te estabas vengando? -cuestiona alarmado, intentando apartarse y lanzando una mirada severa cuando el otro no lo deja ir.

--Por supuesto que no. -aseguró, reforzando su agarre. No negaba que la rotunda negativa le había dolido y hasta herido el orgullo hasta cierto punto, pero él definitivamente no había hecho de aquella situación un juego de resistencia. Más bien se trataba de autoconservación, en donde prefería no arriesgarse a otro rechazo aún cuando Taehyung daba claras señales de querer su toque tanto como él deseaba tocarlo --Pero sí estaba a la espera de que me dieras luz verde. -flexiona una rodilla para hacerse espacio entre las piernas de Taehyung --¿Volverás a pedirme que me aleje de ti? -cuestiona justo antes de unir sus bocas en un beso profundo y posesivo que terminó con la lengua del menor siendo succionada con gula.

--No. -Tae niega sin aliento, dejando escapar un suspiro tras otro al tener los labios de Hoseok haciendo un recorrido desde su mandíbula hasta su pecho --Puedes tomar cuanto quieras.

Una sonrisa satisfecha se dibuja en los labios de Hoseok ante esta respuesta y continúa su descenso hasta el ombligo de su esposo, introduciéndole la punta de la lengua juguetonamente para luego incorporarse y volver a besarlo.

Taehyung gimoteó contra la boca adversa cuando sintió sus pezones ser estimulados por las manos contrarias.

--¿Te sigue doliendo? -Hoseok le pregunta, recordando que este le había comentado sobre lo sensible que tenía el pezón izquierdo.

--No tanto como antes. -responde con un furioso rubor a causa de la vergüenza y la excitación --Horin últimamente prefiere la leche de plátano y la comida sólida.

--Esa es mi chica. -murmura, lamiendo el pequeño montículo endurecido y luego soplando sobre el mismo --También me quedaré con este cuando ya Horin no lo quiera. -hay un brillo de promesa perversa en su mirada que le arranca otro gemido al peliazul.

--Dios, Hoseok. -su tono de voz agudo y necesitado advierte al mayor de su estado --Solo hazme el amor, por favor. Te necesito tanto.

Hoseok siente su pene endurecerse todavía más ante esta súplica, por lo que tiene que retener el aire en sus pulmones un par de segundos mientras busca en su interior tan solo poco de autocontrol. Cuando siente que es capaz de continuar con aquello sin correrse como un adolescente, se encarga de despojar a Tae de su ropa y tira despreocupadamente de su ropa interior fuera de su cuerpo.

--No te alejes. -el peliazul suplica, aferrándose a su cuerpo.

--Solo voy a buscar un preservativo y lubricante. -le explica, acariciándole la mejilla.

--Hagámoslo así. -propone, balanceando suavemente las caderas --Quiero sentirse a plenitud dentro de mí.

--¡Demonios, Taehyung! -sisea ante la insinuante provocacion --¿Estás seguro? -interroga, recurriendo a toda su fuerza se voluntad para no enterrarse de una sola estocada en el cálido interior de su esposo sin darle tiempo de pensar bien lo que le estaba pidiendo --Conoces las consecuencias, ¿verdad?

--Un embarazo no planeado. -Taehyung responde con mucha seguridad antes de inclinarse y besar el pecho desnudo contrario para luego atraer a Hoseok hasta su boca --Conozco los riesgos y los acepto.

Hoseok toma una nota mental de explicarle al menor que practicar sexo sin protección no solo podría generar un embarazo, sino también un sin número de enfermedades venéreas, pero esa conversación definitivamente sería para otro día.

De todos modos no es como si su esposo corriera algún tipo de riesgo con él. Le constaba que estaba limpio, aparte de que no ha estado sexualmente con nadie más desde mucho antes de que se comprometieran.

Y con respecto a Taehyung, él, pese a todo, simplemente dudaba de que este pudiera contagiarle nada.

Dadas las circunstancias tampoco es que le importara. No sabe el por qué, pero desde el segundo en que este le propuso hacerlo sin condón la idea le pareció de lo más tentadora e imperdible. Necesitaba saber cómo se sentiría la apretada y húmeda cavidad sin ningún tipo de obstáculo que limitara el contacto entre ellos.

Sin mucho preámbulo y ningún tipo de aviso previo, lo tomó de las caderas, obligándolo a echarse completamente sobre la cama.

--¿Estás listo? -pide saber con los músculos tensionados, gruñendo cuando recibe un tímido asentimiento.

Dios mío, ese chico siempre sería su mayor perdición.

Con desquiciante calma, Hoseok se alínea en la palpitante entrada, arrancándole al adverso un jadeo ahogado cuando presiona para entrar.

Se fija en cómo la boca de Taehyung se abre gradualmente a medida que lo va llenando de apoco y tiene que hacer una pausa estratégica para recuperar el aliento. El peliazul gimotea bajito, viendose malditamente sensual con sus párpados caídos, las mejillas sonrosadas y la boca abierta.

Hoseok prosigue con su avance hasta estar completamente enterrado en el menor. Toma una bocanada de aire y se retira de forma suave hasta salirse casi por completo, solo para volver a hundirse con la misma calma incial.

A su vez, Tae se traga una maldición mientras su espalda forma un arco contra el colchón. Deseaba tanto exigirle a Hoseok que lo embistiera con más fuerza, pero a la vez las deliberadamente lentas estocadas le resultaban tan placenteras que no quería prescindir de ellas.

--Uhmm~ -gimió mordiéndose el labio inferior cuando Hoseok le separo más las piernas y lo penetró aún más profundo. Tuvo el impulso de gritar cuando el mayor encontró su punto dulce y se aseguró de presionar allí una y otra vez.

--Oh, Dios mío... Hoseok. -dijo sin aliento al sentir cómo el climax se iba construyendo en su interior --Hoseok~. -gimoteó, consciente de que estaba a punto de correrse.

--Córrete para mí. -le ordenó justo antes de embestirlo de forma rápida y dura.

Taehyung gritó a todo a pulmón cuando el orgasmo lo golpeó, haciéndolo convulsionarse de tal manera que el mayor tuvo que salirse de su interior antes de correse él también.

--Ah~. -gimió nuevamente sin fuerzas cuando Hoseok tomó su miembro ya flácido y lo frotó contra el suyo completamente rígido hasta lograr su liberación. Pudo sentir un líquido caliente derramarse en su estómago pero no tenía las fuerzas suficientes para abrir los ojos. Estaba terriblemente agotado, satisfecho y muy cansado --Eso fue... increíble - -musitó, acurrucándose contra el cuerpo adverso y bostezando largamente antes de empezar a quedarse dormido.

--Lo fue. -Hoseok concuerda, besándolo en la frente --Duerme bien, mi amor. -susurra contra las coloridas hembras, apretándolo contra su cuerpo sin importarle el desastre que tenían de por medio.

----☆☆☆----
2/3

Adivinen quién se dio cuenta de que el capítulo tenía dos escenas simultáneas que no concordaban entre sí.

Tuve que rehacer en un 90% una de las escenas y modificar en un 40% la otra para que el capítulo más o menos fluyera. Probablemente se lean unas partecitas un poco forzadas debido a la prisa.
😅😅

En fin...

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》

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