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30

Hoseok puede sentir el segundo exacto en que el diminuto cuerpo entre sus manos se agita, anticipando lo que sigue a continuación.

Justo en ese momento, el remanente de una ola llega hasta ellos; es entonces cuando Horin empieza a mover los pies bajo el agua con entusiasmo, carcajeándose eufóricamente una vez se encuentra elevada por sobre la cabeza del pelioscuro, cuyo corazón se siente cálido ante la evidente alegría de su hija.

El divertido juego se repite varias veces más por insistencia de la menor, siendo únicamente detenido cuando Hoseok siente sus brazos un poco acalambrados y su estómago exigiendo comida.

--Es hora de tomar un receso. -anuncia y la negativa por parte de la infante no se hace esperar --Vayamos en busca de Api-Te. -agrega al instante, consciente de que la sola mención del peliazul serviría de incentivo para persuadirla.

Tal como esperaba, Horin dejó de lado las quejas y sus expresivas orbes viajaron en dirección hasta su otro padre, quien yacía recostado en una tumbona bajo la sombra de un cocotero.

--Sorprendamos a tu papi. -propone con tono travieso antes de subir a la menor a su cuello y encaminarse con paso sigiloso hasta donde su esposo descansaba. Le indicó a su pequeña mediante un gesto que guardara silencio a medida que se acercaban y, aunque ciertamente lo que menos esperaba era que colaborara, resultó una verdadera sorpresa que esta permaneciera lo suficientemente tranquila como para llegar hasta Taehyung sin ser descubiertos.

***

Taehyung disfrutaba amenamente de cómo la brisa húmeda y fría refrescaba cada porción de su piel.

El calor, que en un principio le pareció asfixiante e insoportable, empezó a resultarle más llevadero a medida que pasaban las horas en aquel paradisíaco lugar del cual no lograba recordar el nombre puesto que Hoseok había insistido en guardar en secreto el destino seleccionado, revelándolo solo cuando estuvieron a bordo del avión. Lastimosamente él había estado demasiado cansado como para prestar atención al constante parloteo de su esposo en donde compartía con él toda la información que lo hizo decantarse por ese destino en particular. Siendo lo único que era capaz de recordar que se trataba de una pequeña isla del caribe, caracterizada por sus bellas playas de arena blanca y su eterno clima veraniego.

Debía admitir que estaba fascinado con lo exótico del lugar donde la naturaleza parecía convivir perfectamente con la mano del hombre, brindando así una combinación casi perfecta entre la belleza y explendor ofrecida por lo primero más las comodidades creadas por lo segundo.

Y pensar que creyó que Hoseok exageraba cuando le aseguró una y otra vez que amaría estar allí.

Aunque claro está, quienes estaban aprovechandolo al máximo eran sin duda su esposo e hija que aparentemente eran inmunes al jet lag.

No entendí de dónde sacaban tanta energía.

Una gota de agua fría impactando sobre su rostro fue la causante de sacar al peliazul de su letargo, haciéndole fruncir el ceño cuando una segunda gota salada se filtró en su boca acompañada de una mano fría y mojada sobre su nariz. Abrió los ojos con suma pereza solo para toparse con el rostro sonriente de Horin que se encontraba suspendida en el aire gracias a Hoseok, quien le sonreía desde atrás con un brillo burlón en la mirada.

--Tú, pequeña traviesa. -espeta con enojo fingido y no puede evitar morir de amor cuando la aludida irrumpe en aplausos llenos de algarabía. Sin avisar, la toma entre sus brazos y la besa una y otra vez sin descanso en la prominente pancita que brotaba a través del pequeño bikini de dos piezas que Taehyung no pudo resistirse a comprarle nada más verlo. Se veía ridículamente graciosa, pero indudablemente adorable.

Por su parte, Horin responde con chillidos y risa descontrolada mientras se retorcía en el regazo de su padre. Taehyung cesó su "castigo" solo porque estaba seguro de que tanta risa terminaría causándole hipo --Suficiente de cosquillas. -declara con una sonrisa hacia su hija antes de intentar tomarla en brazos para ponerse en pie, pero esta volvió a carcajearse de inmediato, creyendo que reiniciaría con las cosquillas --Vaya, sí que está juguetona el día de hoy. -musita en dirección a Hoseok y con un brillo feliz en su mirada.

--Te dije que les encantaría conocer Punta Cana. -recalca con evidente orgullo ante su propio acierto.

--Es cierto. -reconoce con tono complaciente, dejando a sus ojos vagar una vez más por el intenso azul verdoso del agua, la blancura de la arena y el azul del cielo --Es hermoso. -murmura, observando la sonrisa de labios sellados que Hoseok le dedica. Quedando luego absorto en el perfil del mayor cuando este eleva el rostro al cielo y ensancha su sonrisa ante la sensación de humedad que el aire deja sobre su piel.

Tae siente su corazón latir desbocado mientras su mirada recorre de pies a cabeza a su esposo, apreciando con descaro el desnudo torso bronceado por las recientes horas de sol, el abdomen plano y tonificado y por último sus piernas.

Dios, volvía a sentirse como cuando apenas entraba a la pubertad y ya se encontraba totalmente obsesionado con el cuerpo adverso. Y es que Jung Hoseok poseía todos los atributos y la personalidad de su hombre perfecto. Apuesto, sexi y risueño.

Suspiró, dándose cuenta que su obsesión no solo era cosa del pasado.

A su vez, Hoseok abre los ojos de golpe tras escuchar el suspiro que abandona la boca del menor, lo observa interrogante para luego sonreír con cariño al verlo apartar la mirada rápidamente.

--¿Todo bien? -pide saber, su mirada interrogativa enfocada en el leve rubor de las mejillas contrarias antes de fijarse en su hija que empezaba a quedarse dormida en el regazo adverso --Vayamos dentro. Muero de hambre y a Horin le urge una siesta.

Tae asiente en respuesta y le entrega a la pequeña cuando se acerca para tomarla --Creo que esta es su hora de la siesta. -supuso, no del todo seguro debido a la diferencia horaria entre ambos países.

--Sí, ya me parecía raro tanto silencio. -comenta con jocosidad.

--Mira, Horin también está adquiriendo un bronceado al igual que tú.

--Oh, es cierto. -corrobora --¿Sabes que significa eso?

--¿Que debemos ir por un mejor bloqueador solar?

--No. -niega en medio de una suave risa --Que necesitas unirte a nosotros para que ser parte del club de los bronceados.

--Prefiero mi idea. -comenta, comenzando a recoger sus pertenencias y colocándose un sombrero de ala ancha para protegerse mejor del sol --Vamos.

Ambos se encaminan en dirección al hotel próximo a la playa, con una Horin totalmente adormecida probablemente gracias a la ayuda del sol.

--¡Oh! -exclama cuando la fuerte brisa se llevara volando su sombrero --Adelántense, en seguida los alcanzo. -propone antes de salir corriendo en dirección contraria.

El mayor negó divertido al verlo corretear por la playa y sisear cuando la brisa jugó en su contra justo segundos antes de que lograra capturar el dichoso sombrero, mandándolo a volar nuevamente. Tal como supuso, el peliazul no se dio por vencido y corrió con más ganas aún, saltando con todas sus fuerzas en el momento justo y logrando capturar la prenda entre sus dedos.

Una sonrisa orgullosa se plasmó en su rostro al verlo a lo lejos agitar el sombrero en el aire, celebrando su victoria.

--Su perseverancia es admirable. -una suave voz comenta de la nada, captando la atención del pelioscuro --Sinceramente no creí que lograra recuperarlo.

Hoseok tiene delante de sí a un joven bien parecido, de piel perfectamente bronceada y sonrisa afable. Fue fácil deducir que también era un doncel.

--No es de los que se da por vencido con facilidad. -comenta con un tinte de orgullo en la voz, volviendo su atención en quien se encaminaba con paso decidido hacia ellos.

--Lo puedo ver. -concuerda con tono alegre --Por cierto, soy José Luis y junto con mis amigos ofrecemos servicios de guía turística por todo el lugar, ¿no les interesa un tour? Debido a que es temporada baja, ofrecemos un precio especial a nuestros clientes. Estoy seguro que podemos encontrar una atracción idónea para su pequeña también.

--Oh, ¡eso sería estupendo! -exclama evidentemente entusiasmado --A mi esposo le encantará la idea... Ah, soy Jung Hoseok, por cierto. Y esta es la hermosa Horin. -culmina con una enorme sonrisa.

--Encantando de conocerlos. -asegura con una sonrisa tan amplia como la de Hoseok, pero por mucho menos deslumbrante.

--¿Interrumpo algo? -Taehyung cuestiona con gesto serio, su mirada yendo desde su esposo hasta quien -a su juicio- no era más que un intruso.

--Taehyungie, mira, este amable joven vino a ofrecer sus servicios como guía turístico. -no pierde el tiempo en explicar --¿No te parece estupendo?

--Le contaba al señor Hoseok que tenemos una amplia variedad de lugares a visitar...

--Lo siento, pero vamos a prescindir de sus servicios. -pese a que esboza una sonrisa afable, su tono de voz resulta cortante, lo cual le gana una mirada ceñuda de parte del pelioscuro y una desilusionada de parte del desconocido.

--Pero, Tae, ¿no crees que sería divertido? -Hoseok insiste.

--Entonces ve tú. -refunfuña, tomando a Horin entre sus brazos y marchándose sin decir adiós.

--Yo... lo siento. -se disculpa con el muchacho, quien no luce especialmente afectado pese al comportamiento desdeñoso del peliazul --Él generalmente no es así.

--Ah, tranquilo. -asegura, restándole importancia al asunto con un gesto de manos --De hecho, comprendo su actitud hasta cierto punto. -su sonrisa se vuelve pícara --Yo también estaría un poco celoso si tuviera un esposo demasiado atractivo y carismático y lo viera ser abordado por otros.

--¿Celoso..? -Hoseok repite obviamente confundido, lo que provoca que el otro ría mientras se marcha.

***

Hoseok llega hasta su cuarto de hotel, topándose con la mirada adusta que le dedicaba el peliazul desde la cama, a su lado, Horin dormía profundamente.

--¿Tienes algo que quieras decirme? -espeta en su dirección.

--Nada en absoluto. -Tae niega, dedicándole el mismo desdén que le había profesado al desconocido en la playa --¿Y tú a mí?

--De hecho, sí. -dice, observándolo con reproche --¿Por que fuiste tan grosero allá afuera?

--Si lo dices porque no acepté ir de paseo con tu nuevo amigo, pues perdóname, pero no me apetecía ver su sonrisa estúpida mientras te coqueteaba. -gruñe en voz baja para no despertar a la menor.

--¿De qué diablos hablas, Taehyung? -sisea con el ceño fruncido --Él no me estaba coqueteando.

--¿Ah no? -cuestiona --¿Entonces qué fue lo que vi? -se baja de la cama con un movimiento fluido y se encamina hasta donde Hoseok está.

--¿En serio estás molesto solo porque crees que ese chico estaba interesado en mí? Es absurdo.

--Oh, sí, por supuesto. -ironiza --Yo me lo imaginé todo.

--Pienso que sí. -se atreve a decir, ganándose una mirada furibunda del otro --Pero en todo caso no entiendo porqué te enojas así. A ti no dejaban de comerte con la mirada desde que aterrizamos en el aeropuerto y no me ves quejándome por ello.

--Ahora resulta que debo sentirme halagado por no ser merecedor de tus celos. -bufa, más cabreado que antes. Claro que había notado todas aquellas miradas puestas en él, pero a él no le importaba ser mirado por nadie más que no fuera quien tenía delante. Y, aunque admite que si le decepcionó un poco que Hoseok no mostrara ningún tipo de reacción, le consoló la idea de que este no se había dado cuenta. Ahora notaba cuando equivocado estuvo.

--No pongas palabras en mi boca.

--Solo admite que no te importa si le gusto a otros y ya. -reniega con voz sospechosamente ronca.

--Por Dios, Taehyung. Claro que me importa. -dice, tomándolo de las muñecas para atraerlo hasta su cuerpo aún cuando el menor oponía un poco de resistencia --Pero haría nuestras vidas insoportables si hiciera un berrinche cada vez que descubro alguien mirándote de más. -deposita un beso casto en la sien de quien se limita a suspirar con gesto cansado --Eres tan jodidamente hermoso que es imposible esperar que no se fijen en ti vayas donde vayas.

--¿De verdad sientes celos cuando otros me miran? -pide saber, su mal humor esfumándose como por arte de magia y su mirada tornándose tiernamente esperanzada.

--Por supuesto que lo hago. -confirma, besándolo en los labios y dejándose llevar cuando las manos de Taehyung hicieron un recorrido exploratorio hacia la zona sur de su anatomía.

***

Bien dicen que el tiempo es relativo puesto que aquellos siete días de idílicas vacaciones transcurrieron en un abrir y cerrar de ojos.

Hace apenas unas horas que habían regresado a Corea y Taehyung ya experimentaba un cambio brusco en su estado de ánimo al enterarse de los acontecimientos que tuvieron lugar durante su ausencia. Lo primero fue descubrir por vía del propio Seokjin que se encontraba en Londres debido a que Kim Namjoon lo había prácticamente exiliado de Corea.

Si bien en los inicios de ese matrimonio hubo muchas veces en las que creyó que solo era cuestión de tiempo para que alguno de los dos -más probablemente Namjoon- terminara poniendo fin a tan compleja relación, definitivamente saber que al fin había ocurrido le tomaba por completo desprevenido. Y es que su hermano y el chico de hoyuelos se las habían arreglado para permanecer casados tanto tiempo que terminó creyendo que su matrimonio era irrompible pese a los muchas desavenencias entre ambos.

Era difícil para Taehyung descifrar su propio sentir al respecto, pero una inmensa pesadez no tardó en embargarlo mientras hablaba con Seokjin y detectó la inmensa tristeza en su voz a pesar del esfuerzo de este por hacerle creer que estaba bien.

Claro que no lo estaba, él lo sabía perfectamente porque ya había estado en esa misma situación.

Pero era poco lo que podía hacer ya que el mayor le había prohibido rotundamente ir a hablar con Namjoon en su nombre.

Tan obstinado y orgulloso como siempre.

Y ahora podía sumamársele insensato a su lista de adjetivos con los cual describirlo.

Y es que le resultaba imposible imaginarse qué rayos era tan importante como para que decidiera ponerse en peligro a sí mismo y al vástago que llevaba en su vientre. No lograba entenderlo y Seokjin tampoco le ofrecía una explicación clara, aunque suponía que la falta de esta era debido a su deprimente estado de ánimo.

Tras terminar la conversación con su hermano, se encaminó fuera de su recámara y dirigió hacia la de Horin, quien dormía de manera profunda y desparramada en su cuna. Sonrió con ternura y salió sigilosamente, cerrando la puerta a su paso.

Bajó al primer nivel para preparar algo de comer tanto para él como para Hoseok, quien se había metido en su estudio nada más llegar a casa tras recibir una llamada y varios emails en los que se solicitaba su pronta respuesta.

Preparó algo rápido y ligero puesto que era tarde para almorzar y temprano para cenar. Con bandeja en mano se encaminó hasta donde se encontraba su esposo y agradeció el hecho de que la puerta estuviese entre abierta porque tenía las manos ocupadas.

--Es terrible, Hobi. -la inconfundible voz de su suegra a través del altavoz del teléfono llegó hasta los oídos de Tae, haciéndolo frenar en seco ante la pesadez de su tono --Desde que supo de la ruptura de Yoongi y Jimin se ha sumido en una especie de depresión.

Taehyung acalla un jadeo cuando este amenaza con delatar su entrometida presencia. Sabía que era completamente incorrecto el estar escuchando conversaciones ajenas a escondidas, pero es que la sola mención de Park Jimin fue suficiente para mandar a volar sus buenas costumbres.

--Ya sabes cómo es el abuelo, madre. -musita Hoseok, tecleando algo en su laptop --Debe de estar exagerando igual que siempre.

--Te digo que no está fingiendo. -insiste la mayor --Lo conozco lo suficiente para saber cuando solo actúa para salirse con la suya. Esta vez es serio. Estoy segura. -reiteró, su preocupación siendo casi palpable a pesar de la distancia.

--En todo caso no hay mucho que podamos hacer. -declara con aire distraído, la mayor parte de su atención estaba puesta en la pantalla frente a él --Era algo que tarde o temprano pasaría, al fin y al cabo ese matrimonio fue fruto de una de las tantas jugarretas del abuelo. Era obvio cómo terminaría.

--Sí, pero aún así...

--Madre. -musita, dejando un poco de lado el trabajo --El abuelo debe entender que los sentimientos no son manipulables. Prácticamente los engañó para casarse.

--Tú no entiendes, Hobi. -replica con terquedad --Creo que Yoongi sí lo ama.

Hoseok hace una pausa y su expresión se torna pensativa. Ciertamente su primo se había comportado como todo un celópata hace unas semanas en la mansión Min cuando lo descubrió demasiado cerca de Jimin. Sí, claramente era posesivo con su esposo, pero eso no significaba exactamente amor.

--No creo que se amor. -comenta antes de volver su atención a la laptop --Jimin no es el tipo de Yoongi.

--¡Por favor! -exclama, totalmente en desacuerdo con su hijo --¿Lo has visto bien? Es tan tierno y adorable, ¿como no va a ser su tipo?

--Exacto. -corrobora al instante --Es demasiado tierno y demasiado adorable para Yoongi.

--Oh, ¿tú ya lo conociste? -cuestiona con evidente sorpresa. Hasta donde ella sabía Hoseok y Jimin aún no habían sido presentados.

--Sí, lo conocí ese día que te llevé a la mansión Min y Yoongi fue por él.

Taehyung deja de escuchar la conversación y se aleja del estudio nada más escuchar esa última frase. Un sabor amargo inundó su paladar y su estómago escocía ante la afirmación de Hoseok de que consideraba lindo y adorable a Jimin.

Se encaminó hasta su recámara, dejando la bandeja abandonada en la primera superficie sólida que encontró.

Lo conocía. Hoseok por fin conoció a quien hubiera sido su esposo si él no se hubiera metido en medio.

***

Hoseok se adentra hasta su recámara y sus orbes no tardan en chocar con el esbelto cuepo del peliazul envuelto por una bata de baño mientras que este cepillaba su colorida cabellera sentado frente al tocador.

A través del espejo, Taehyung lo observó acercársele a paso decidido. Puso todo de su parte por no dejar entrever la melancolía que se había adueñado de él desde hace más de una hora.

--¿Acaso es mi cumpleaños y no estaba enterado? -cuestiona con voz ronca y profunda, colocándose en la espalda del peliazul, quien no se molesta en siquiera mirarle.

Ajeno al estado apático del menor, Hoseok desliza ambas manos por los hombros contrarios hasta que la tela cae unos centímetros, dejándolos descubiertos antes de que trasladara su toque hasta la estrecha cintura adversa y hundiera la nariz en el costado de su cuello, depositando un sugerente beso justo allí.

Tae tiembla vergonzosamente a causa del deseo y maldice su propia debilidad. Y es que está tan condenadamente celoso que no puede evitar hervir en rabia cada vez que su traicionera mente conjura imágenes de Hoseok conociendo a Jimin. Porque aunque él definitivamente siempre estuvo más que dispuesto a competir contra cualquiera por el amor de su esposo, Park Jimin era un caso especial. No era un simple rival como lo fue Rosé. Jimin era un peligro potencial para su relación y es por esto que hizo que el abuelo Min le prometiera que no lo haría parte de la familia, pero el viejo zorro había faltado a su palabra de manera descarada, colocándolo en una posición vulnerable.

Inconscienteme empuña las manos a sus costados, divido entre la excitación y el enojo, porque pese a que su molestia no está dirigida directamente a Hoseok, eso no impide que este se lleve parte de ella de todos modos.

Sus orbes se cierran al sentir cómo es puesto en pie y dado la vuelta solo para ser ligeramente levantado hasta ser sentado en el tocador, de forma que Hoseok pudo acomodarse entre sus piernas. Suspiró, inclinándose hacia atrás al sentir los labios que tanto ama posarse en su garganta, dejando un reguero de pequeños besos sobre su piel que provocaron que la bata de baño cayera un poco mas, dejando prácticamente todo su torso al desnudo. Solo entonces unos dedos cálidos se posaron en su pierna, deslizándose peligrosamente hacia arriba.

Desearía tener la capacidad de apartarse sin que su propia negativa a ser tocado fuera más un castigo para sí mismo que para el contrario.

¿Porqué tenía que quererlo tanto? -se cuestiona con amargura.

--¿Por qué parece que estás disgustado? -Hoseok cuestiona de repente, provocando que todo el cuerpo del menor se tensara en el acto. Taehyung coloca sus palmas contra el pecho de quien, pese a su cuestionamiento, no detuvo el camino de besos sobre su piel.

--Te equivocas. -refuta con un tono de voz hosco --No estoy disgustado.

--¿Entonces qué es? -insiste en saber.

--No me pasa nada. -espeta con acritud, ejerciendo algo de presión con sus manos para apartarlo.

--Mentiroso. -Hoseok musita contra su oído antes de alejarse, utilizando un tono acusador que deja perplejo a quien siente sus ojos humedecerse irremediablemente cuando su traicionera mente lo traslada momentáneamente al pasado.

♡♡♡*******flashback*******♡♡

--¿Seguro no te molesta que vaya por unos tragos con los chicos? -cuestiona por tercera vez el de sonrisa radiante --Puedo cancelarles si quieres, después de todo hiciste planes para nosotros esta noche.

--No, no me molesta en lo obsoluto, Hobi. -repite nuevamente la misma respuesta de hace solo unos minutos, esta vez acompañada de una sonrisa tranquilizadora. Porque aunque no contaba con la repentina invitación que le hicieron Yoongi y Namjoon a Hoseok justo esa noche cuando planeaba revelarle a su esposo que iban a ser padres, ciertamente le había caído como anillo al dedo aquella salida. Después de todo había descubierto que el alcohol volvía más cariñoso y desinhibido al mayor. No es que no lo fuera normalmente, pero existía una diferencia notable entre el Hoseok sobrio y el Hoseok tomado y esta era que el segundo no parecía tener ningún problema en cumplir con ciertas funciones maritales.

--Está bien entonces. -dice, sonriendo con ternura hacia su menor, quien luce extrañamente ansioso esa noche --Prometo regresar temprano para que podamos hacer lo que tenías en mente.

--De acuerdo. -asiente complacido, agitando su mano en despedida desde el umbral de la puerta.

Una vez a sola, Taehyung decidió matar el tiempo viendo televisión y tomando infusiones de té que le sentaban de maravilla a su estómago.

Las horas transcurrieron lentamente en su opinión hasta que optó por irse a acostar cerca de la medianoche, sin preocuparle el hecho de que el mayor haya faltado a su promesa de regresar temprano a casa. No le molestaba en lo absoluto pese a que lo esperó en vano.

Mañana hablaría con él. -es el último pensamiento que cruza su mente al acostarse y sucumbir ante el sueño.

***

Taehyung se remueve en la cama, estirando los brazos y piernas como un método para erradicar la pereza presente en su cuerpo. Sus orbes se abren lentamente y a través de su desenfocada mirada logra visualizar la silueta de Hoseok sentado en un sillón frente a él. Este mantenía sus manos unidas, sosteniendo el peso de su cabeza a través de su barbilla.

--Hobi, ¿qué haces ahí? -cuestiona con voz rasposa --¿A qué hora regresaste? -vuelve a preguntar mientras sus ojos realizan la acción mecánica de mirar el reloj en su buró. Las seis de la mañana. Su ceño se frunce levemente, mira el lado vacío de la cama intacto y luego se fija en que el contrario llevaba la misma ropa de la noche anterior --¿No llegaste a dormir? -pregunta solo por curiosidad, reparando entonces en la escrutinadora mirada posada sobre él --¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?

Pese a todas las preguntas hechas, Hoseok no parece dispuesto a responder ninguna, solo permanece con una expresión severa que le pone los pelos de punta al castañito.

--Según los estados de cuenta de tu tarjeta de crédito has estado extrayendo dinero con frecuencia. -el mayor habla con un tono de voz totalmente ajeno a él. Calmo pero desprovisto de emociones --¿A dónde has estado yendo todos estos días y qué haces con el dinero?

Taehyung se muestra visiblemente descolocado ante este cuestionamiento ya que no entiende porqué de repente Hoseok quiere saber sobre sus gastos cuando él mismo lo había animado incontables veces a hacer el uso de todo el dinero que quisiera sin pedirle permiso. Y, aunque normalmente él no tenía problema alguno en rendirle cuentas, irónicamente esta vez poseía un fuerte motivo para mantenerlo en secreto.

--Y-yo... he estado yendo de compras. -dice lo primero que viene a su cabeza, notando de inmediato que el otro no cree ni por asomo en su palabra.

--¿Estás seguro? -su tono de voz denota escepticismo ante la respuesta obtenida, por lo que, poniéndose en pie, le da al menor la última oportunidad para confesar la verdad. Porque aunque en un principio se sintió ruin por estar investigando las últimas actividades de su angelical esposo, no había manera en este mundo en que no le hiciera ruido el hecho de que haya estado ingresando a un hotel en las afuera de la ciudad varias veces por semana durante el último mes. Pero todo podía ser un simple mal entendido, ¿verdad? Él todavía mantenía la esperanza --Lo volveré a preguntar... ¿A dónde has estado yendo, Taehyung? -cuestiona esta vez más agresivo. Necesitaba una explicación convincente, algo que erradicara de su cabeza las sospechas que aquellas malditas fotos sembraron.

Taehyung palidece ante la brusquedad del tono adverso y la manera acusadora en que Hoseok lo está mirando lo hace sentir enfermo. Sopesa unos segundos sus siguientes palabras y aunque odia mentirle al mayor, debe elegir entre hacerlo o traicionar a su hermano, quien le había hecho jurar que no le revelaría a nadie -ni siquiera a Hoseok- que conocía su paradero y mucho menos que él estaba aceptando dinero suyo, porque técnicamente era el dinero de Hoseok, y Jin prefería morir de hambre antes que deberle algo a su cuñado.

--S-sí. -insiste en sostener la mentira aún cuando sabe perfectamente que a Hoseok le bastaría con una sola llamada a su chófer personal para desmentirlo completamente.

--Mientes. -Hoseok declara, observándolo con tanta decepción y amargura que un escalofrío recorre a Taehyung de pies a cabeza.

--Ho-hobi...

--Asi que es verdad que tienes un amante.

--¿Q-qué?.. No, ¿de qué hablas? -alcanza a preguntar cada vez más y más desconcertado.

--Las pruebas de Namjoon eran reales. -murmura para sí mismo, esbozando una sonrisa desprovista de humor mientras siente como su orgullo y corazón se hacen añicos.

--Hobi, n-no entiendo... -musita, rompiendo en llanto cuando el nombrando lo mira con asco y resentimiento --H-hobi... -solloza, observando como este abandona la recámara con una mudez sepulcral.

♡♡♡*******flashback*******♡♡

--Aléjate de mí... no quiero que me toques. - declara con voz ronca, tan alterado por el indeseable recuerdo y las dolorosas y vívidas emociones que no es capaz de percatarse del impacto que tienen sus palabras en el contrario, quien ahora adopta una expresión herida y sombría ante su crudo rechazo.

--Como quieras. -Hoseok responde de manera seca antes de alejarse en dirección al baño.

----☆☆☆----
1/3

Tal como prometí, ya estoy aquí.

Tengo escrito dos capítulos más: el 31 + el final y actualizaré uno por noche a partir de hoy.

Todavía les debería el epílogo y otro capítulo que aún no decido si será parte de este libro o del libro que creé para capítulos especiales. Ya veremos.

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》

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