27
Taehyung suelta un suspiro que sale entrecortado debido a su previo llanto. Le había costado muchísimo dejar de llorar, más aún cuando Hoseok le susurraba palabras tranquilizadoras y lo estrechaba cálidamente contra su pecho.
Sus manos -las cuales continuaban empuñando fuertemente la camisa del pelioscuro- empezaban a sentirse acalambradas, por lo que flexionó lentamente los dedos de la mano izquierda, pero sin llegar a soltar del todo la tela bajo estos.
Estaba aterrado de que, al soltarlo, Hoseok se marcharía, dejándolo solo.
Un sollozo bajito escapó de su garganta ante este pensamiento y las ganas de llorar regresaron con renovadas fuerzas.
--Ya no llores más, por favor. -Hoseok pide en tono de súplica. Jamás le había visto llorar tanto y empezaba a preocuparle en serio su estado --Dime la verdad, Taehyung, ¿te duele algo? ¿Es eso?
El menor niega y refriega su rostro en la hombrera izquierda de la chaqueta del pelioscuro, humedeciéndola con sus lágrimas.
--Entonces dime qué es lo que tienes. -insiste mientras le acaricia la espalda a modo de consuelo --No es normal que llores así.
--S-solo... -pausó debido a la inestabilidad de su voz --Tengo miedo... miedo de que m-me dejes aquí... y-yo...
--Cariño. -se apresura a interrumpirlo antes de buscar conectar sus miradas, lográndolo solo cuando usa su diestra para tomar a Taehyung del mentón y hacer que lo mirara --Eso no va a pasar. -asegura, sus orbes transmitiendo la sinceridad que envolvían dichas palabras --Te juro que no me iré de tu lado a menos que tú así me lo pidas... ¿puedes creer en mí?
Tae asiente con la mirada acuosa, apretando los labios para evitar que continuaran con su involuntario tiritar. Instintivamente, su mano izquierda buscó la de Hoseok y este no dudó en corresponderle, entrelazando sus dedos y besando cariñosamente el dorso fe la mano adversa.
Suspiró aliviado al fin.
--¡El anillo! -exclama segundos más tarde, al recordar de repente que lo había dejado caer antes de salir corriendo tras el mayor. Nuevamente angustiado, intentó localizarlo con la mirada, pero su posición limitaba su campo de visión.
--Allí está. -el pelioscuro informa tras dar con el. Instó al peliazul a bajarse de su regazo, recogiéndolo una vez este obedeció y regresando con la sortija entre sus dedos índice y pulgar.
Taehyung contempla el anillo con detenimiento. Conteniendo el aliento cuando el mayor se lo colocó en el dedo anular.
--No puedo creer que lo hayas recuperado. -musita con aire ausente --¿Cómo lo hiciste?
--No fue demasiado difícil. -asegura --Supuse que lo habían vendido en los alrededores y no me equivoqué. La parte más complicada fue lograr que accedieran a revendérmelo. El muy bastardo estaba plenamente consciente de su verdadero valor.
--¿Su verdadero valor? -Taehyung pregunta extrañado --Seokjin dijo que no era más que una baratija.
--Sí, eso es algo que definitivamente diría tu hermano. -dice tras soltar una carcajada carente de humor.
--¿Entonces no era...? -ahoga un jadeo y su expresión se torna consternada --Dios mío, Hoseok, no me digas que este anillo es una reliquia familiar.
--No. -niega con tranquilidad, intentando restarle importancia al asunto con un encogimiento de hombros --Me parecía demasiado impersonal regalarte algo que fue elegido y usado por otras personas.
Taehyung escuchaba con detenimiento lo que decía el mayor. En honor a la verdad, jamás le había dado mucha importancia a la procedencia del anillo. Es decir, con tan solo verlo supuso que no se trataba de ninguna joya milenaria heredada generación tras generación, pero tampoco se esperaba que hubiera algún motivo relevante tras la compra.
--¿Por qué elegiste este? -pide saber, toda su atención puesta en la sobriedad de aquel diseño mientras dibuja los bordes con la punta de su índice.
--Porque me recuerda a ti. -declara con suavidad, sonriendo ante la expresión llena de desconcierto del menor --La falta de ostenticidad dejando al descubierto la belleza en su forma más simple y pura, a la vez que contrasta con su valor incalculable. -sin poder evitarlo, se acerca hasta quien le dedica una mirada cargada de emoción. Usa su pulgar para delinear cada centímetro de los rosados labios adversos, utilizando este como un sustituto de su propia boca --Tú eres igual a ese anillo. Sencillamente hermoso y extremadamente valioso.
Un prolongado y significativo silencio se instaló entre ambos durante un instante en el cual el tiempo pareció congelarse. Ninguno de los dos podría decir quien se acercó al otro primero. De lo único que fueron conscientes es de la imperiosa necesidad de unir sus bocas hasta casi fundirlas por completo en una sola.
[.]
El regreso a Corea resultó un tanto extenuante a opinion del peliazul, quien había descubierto en el último minuto que su retorno sería en un vuelo comercial y no en el Jet privado. Hoseok le había explicado que este no era de su propiedad al cien por ciento, sinó que lo compartía con otros directivos de la empresa, por lo que su uso giraba en torno a las necesidades de la compañía.
No es que al peliazul le disgustara tener que viajar en un avión comercial. Al fin y al cabo, volaron en primera clase. Sin embargo, el proceso de registro, el tiempo de espera mas las largas horas de vuelo no dejaban de ser considerablemente más agotadores. Mucho más cuando se le sumaba que Horin estuvo especialmente inquieta durante todo el trayecto.
Como resultado, había pisado su país natal en un alto estado de agotamiento físico y mental. Terminó quedándose dormido nada más subirse al vehículo que los había ido a recoger. Había perdido totalmente la noción del tiempo, despertándose confundido y desorientado en la alcoba de Hoseok, sin saber ni siquiera qué día era.
Tras levantarse de la enorme cama, descubrió que su maleta de viaje se encontraba vacía. Guiado por la curiosidad, se acercó hasta el closet y descubrió que su ropa ocupaba un espacio junto a la del mayor. Curiosamente la de Horin no estaba por ningún lado, pese a que utilizó una maleta para ambos.
El mensaje le llegó fuerte y claro: Hoseok quería que volvieran a dormir en una misma cama.
Se relamió los labios, repentinamente nervioso antes de salir en busca de su hija, llegó hasta la habitación que llevaba compartiendo con ella desde hace poco más de dos meses y la descubrió jugando de lo mas tranquila con uno de los zapatos de Hoseok, quien alternaba su atención entre la pequeña y la portátil sobre sus piernas.
Tae contempló la escena largos segundos hasta que el mayor se percató de su presencia.
--¿Dormiste bien? -Hoseok cuestiona con una sonrisa amena, recibiendo un ligero asentimiento de cabeza en respuesta --Me alegra.
--¿Qué hora es? -cuestiona a la vez que se adentra en la habitación y se acerca hasta Horin, quien no duda en abalanzarse hacia él.
--Pasan de las diez. -responde, observando al peliazul recibir a la menor con una sonrisa y luego recoger el zapato para entregárselo --Intenté que usara sus juguetes, pero por alguna extraña razón se encaprichó con mi zapato.
Tae emite un sonidito que daba a entender que lo estaba escuchando, pero no dijo nada al respecto.
--Se te hizo tarde para el trabajo, ¿por qué no me despertaste? -cuestiona en cambio.
--Porque te veías adorable durmiendo y no me atreví a perturbarte. -el brillo juguetón en su mirada se hace evidente.
--Vi que deshiciste mi equipaje. -prosigue con las mejillas calientes, queriendo desviar el rumbo de la conversación, pero dándose cuenta tarde de que el nuevo tema era incluso más vergonzoso de tratar.
--Me alegra que lo notaras. -dice, visiblemente complacido --Me pareció una buena manera de dejar en claro mis intenciones. -cierra la laptop y se dispone a ponerse su zapato --El resto de tu ropa sigue aquí. Te dejaré decidir con quién vas a compartir cama de ahora en adelante. -sentencia antes de depositar un casto beso en la cabeza de Horin y uno fugaz en los labios del peliazul a modo de despedida --Nos vemos en la noche. -salió de allí sin darle tiempo a responder algo.
***
Taehyung se había pasado el resto de la mañana lideando con la inagotable energía de su hija. Tenía una decisión que tomar, lo sabía bien y tenía la intención de meditarlo a consciencia. Es decir, decidió regresar con Hoseok y era consciente de lo que su decisión implicaba, pero le hubiese gustado aclarar todo lo que estuviera pendiente entre ellos.
Era lo correcto. No obstante, le estaba dando largas al asunto por temor a arruinar la recién felicidad adquirida, convenciéndose de que más adelante encontraría el momento de retomar el tema de su infidelidad.
Al llegar la tarde, al fin pudo hacer que Horin se quedara dormida y aprochó para hacer algo de limpieza y mover el resto de sus cosas.
Para cuando hubo terminado, recibió la inesperada visita de su suegra, quien no perdió tiempo en ir a visitarlo tras enterarse que estaba de vuelta. Se había asustado bastante al verla, temiendo que le reclamara por haberse marchado nuevamente, pero su temor quedó rápidamente descartado cuando la fémina se mostró igual de encantadora que siempre.
Entre pláticas triviales y varias tazas de té, la madre de Hoseok había aguardado paciente a que su nieta despertara. Derritiéndose de amor una vez pudo volver a estrecharla en brazos y consintiéndola a más no poder en todo lo que la inquieta menor quisiera. Se la entregó a Taehyung únicamente cuando había gimoteado por ir a los brazos de este. Rápidamente su intención quedó al descubierto cuando empezó a jalonear de la polera del peliazul, exigiendo ser alimentada.
--¿Cómo se porta el tonto de mi hijo? -la mayor cuestiona con ligereza mientras observaba silenciosamente a su nieta ser amamantada en medio de la cocina, provocando que el menor se atragantara con su propia saliva al ser tomado totalmente desprevenido por esta pregunta.
--Bien. -musitó apenas y con timidez. Desconocía hasta qué punto estaba su suegra al tanto de su relación con Hoseok, pero prefería no dar detalles.
La mayor al notar la vaguedad de su respuesta, prefirió dar por zanjado el tema para no incomodarlo.
--¿Quieres que te ayude a hacer la cena? -cuestiona nuevamente, poniéndose en pie sin esperar respuesta --Te noto un poco más delgado, debes alimentarte correctamente o de lo contrario enfermarás. -su tono de voz denotaba una genuina preocupación por la salud de Taehyung, quien solo alcanzó a musitar un escueto "no es necesario que se moleste" cuando ya la mayor había asomado la cabeza en el refrigerador --Taehyungie, querido, urge surtir la despensa. Prácticamente no hay nada para comer. -informó al darse cuenta de que el refrigerador y la alacena estaban casi vacíos.
--No me había dado cuenta. -musitó sin más al no saber qué otra excusa dar. Al fin y al cabo, él nunca se había ocupado de hacer las compras.
--Sería bueno hacerla hoy, ¿no te parece?
--No creo. -niega, frunciendo el ceño --Es complicado ir con Horin.
--Yo puedo acompañarte. -se ofrece con evidente entusiasmo --Vayamos ahora, así la cena estará lista para cuando Hobi regrese a casa. Seguro estará hambriento.
Taehyung no pudo más que aceptar la ayuda ofrecida. No quería despreciar el ofrecimiento de su suegra y; en todo caso, siempre era bueno tener la despensa llena.
Juntos empezaron a crear un listado de compras hasta que unos pasos acercándose empezaron a resonar.
Horin fue la primera en reaccionar, dejando de succionar de repente y prestando atención al sonido. Nada más ver a Hoseok entrar, había separado su boca del pezón izquierdo del peliazul para sonreír entusiasmada en su dirección.
A la misma vez, Taehyung sintió a su corazón saltar de forma estrepitosa ante la presencia del mayor, dando un pequeño respingo en su asiento y enrojeciendo levemente al notar la mirada pícara y la amplia sonrisa juguetona en su rostro.
--Vaya, no sabía que llegarías temprano a casa. -la mayor de todos dice, haciendo notar su presencia. Su mirada perspicaz puesta en la pequeña interacción entre su hijo y su yerno --Esto sí que es una sorpresa.
--Hola, madre. -Hoseok saluda --No tenía idea se que estabas aquí. -se esfuerza por enmascarar un poco sus emociones al notar que tenían compañía.
--Lo siento, me autoinvité nada más supe que Taehyungie y mi nieta estaban de regreso. -sonríe con ternura al notar a su intrépida nieta llenarse de tanta alegría solo con ver a su otro padre, quien no dudó en acercarse hasta ella.
--Hola, princesa. -saluda alegremente a quien se muestra encantada de tener su atención. Horin prácticamente se lanzó sobre él nada más tener la oportunidad. Hoseok la recibe gustoso antes de dedicarle una mirada enigmática y cargada de emociones al peliazul --Hey. -musitó con voz baja, conteniéndose de eliminar todo espacio personal entre ellos cuando un tenue rubor cubrió las mejillas de Tae.
--Bueno, llegas justo a tiempo para acompañarnos. -la fémina empieza a decir --Vamos de salida para el supermercado.
Nada más escuchar esto, la expresión de Hoseok se torna incrédula y su humor decae. Observa a Taehyung con una mirada seria e interrogante, elevando una ceja en el acto.
Tae contiene el aliento, totalmente desconcertado ante el notable cambio de actitud y sin entender en lo absoluto la razón de este.
--No puedo ir. -espeta con un tono de voz a juego con su expresión, alejándose si más --Tengo trabajo que terminar.
--Trabajo y trabajo. -la mayor bufa al instante --Es de lo único que hablas. -continuó diciendo consternada mientras hacía ademanes con sus manos. Siguió refunfuñando mientras los dejaba atrás.
--Espera un momento, por favor, Taehyung. -el pelioscuro pide cuando este se dispone a seguir a la fémina --Hay algo de lo que quiero hablar contigo antes de que te vayas.
El peliazul no puede evitar sentirse ansioso y un poco asustado. Hoseok lucía enojado y no tenía la más mínima idea del porqué, pero indudablemente no quería averiguarlo justo ahora.
La idea de fingir no haber escuchado se le pasa por la cabeza, pero su suegra lo despoja de esa opción al retroceder hacia ellos e ir a tomar a Horin para darles privacidad.
Es aquí -viendo a su hija irse tranquilamente con su abuela- cuando Taehyung no puede evitar cuestionarse dónde estaba la Horin berrinchuda cuando la necesitaba.
Cerró los ojos con fuerzas una vez fueron dejados a solas y, llenándose de valor, se giró hacia el mayor para enfrentarlo.
Un pequeño grito escapa de su garganta debido al inesperado acercamiento de Hoseok, quien ya se encontraba tomándolo de la cintura con una mano para pegarlo a su cuerpo mientras que con la otra sujetaba la parte posterior de su cabeza. Taehyung se había quedado pasmado los primeros segundos hasta que su mente registró lo que estaba pasando. Hoseok lo estaba besando y lo hacia de una manera completamente dominante. No lograba seguirle el ritmo, pero esto no parecía importarle mucho al contrario, quien sujetaba firmemente su cabeza, haciéndole inclinarla en determinado ángulo y presionándolo para profundizar el contacto de sus bocas.
Tae jadeó en busca de aire pero no fue liberado, se aferró a las solapas de la chaqueta adversa cuando sus piernas perdieron fuerza y luego chilló sobresaltado tras sentir una de sus nalgas ser apretujada descaradamente. La sorpresa lo llevó a intentar alejarse, pero la mano que seguía en su nuca se lo impidió.
El contacto entre sus bocas y sus cuerpos se rompió únicamente cuando respirar se hizo imprescindible.
--Me he pasado todo el maldito día deseando regresar a casa para hacer esto. -Hoseok prácticamente gruñó contra sus labios --Ahora explícame cómo es eso de que te vas justo cuando acabo de llegar.
Si bien exigía una explicación, no dudó en volver a tomar los labios del contrario mucho antes de que este siquiera lograra conjurar una respuesta en su cerebro.
Tae volvió a gemir alto tras sentir la dureza adversa contra su pelvis, enviándole una vergonzosa ola de calor a través de todo el cuerpo.
--Lo siento... no tenía idea. -alcanza a responder cuando sus labios son nuevamente liberados. Estaba notablemente agitado y su cuerpo sensibilizado ante el toque adverso
--Tu madre se ofreció a ayudarme con Horin para que pudiera reponer la despensa. -explica somnoliento mientras deja caer su cabeza sobre el hombro del contrario, aspirando profundamente la masculina fragancia que inundaba sus fosas nasales.
--¿Qué tienes? -Hoseok murmura de forma íntima, toda su atención puesta en la expresión adormilada del menor, cuya boca hormigueante se encontraba ligeramente entreabierta y sus mejillas sonrojadas.
--No sé. -responde apenas. Inhalando de forma profunda y acercando la nariz al cuello del pelioscuro para sentir mejor su aroma --Me encanta como hueles. -susurra esto último sin ser del todo consciente de ello, excitando a Hoseok por el tono bajo y ronco con el que lo dijo.
--La próxima vez que necesites ir a hacer las compras, llámame a mí. Yo iré contigo. -dictaminó con voz pausada, intentando recobrar la compostura. Debía tranquilizarse tanto a sí mismo como a su libido o de lo contrario terminaría arrastrando al menor hasta la recámara para hacerle el amor una y otra vez.
Si bien esa era su intención inicial al llegar a casa temprano, él definitivamente no contaba con la presencia de su madre allí.
Tuvieron que pasar largos minutos antes de que ambos estuvieran listos para abandonar la cocina sin dejar en evidencia lo que habían estado haciendo.
***
Taehyung jamás se imaginó que la tarea de ir a comprar alimentos con su suegra le tomaría tantas horas de su tiempo. Aunque claro, esto puede deberse a que su suegra parecía decidida a dejar sin abastecimiento al supermercado.
Estaba seguro de que pasarían meses antes de que le hiciera falta volver a comprar algo más. Y, lo más angustiante, ¿dónde se supone que guardaría toda esa comida?
Para cuando llegó a casa ya era de noche y la tarea de acomodar lo comprado resultó sumamente estresante.
Por suerte su suegra cumplió con la promesa de ayudarle a hacer la cena. Prepararon algo rápido y ligero y tras haber cenado, Hoseok llevó a su madre hasta la mansión Min. Cuando regresó a casa, Horin dormía profundamente y, para su eterno placer, descubrió que su cuarto de baño estaba siendo ocupado por alguien.
Se quitó el traje usado ese día, quedándose únicamente en ropa interior y esperó paciente hasta que por fin el peliazul salió, con mucho menos piel descubierta de lo que él esperaba.
--Empezaba a creer que jamás saldrías. -comenta, observando atentamente a su esposo --¿Estás asustado?
Taehyung negó lentamente, obligándose a sí mismo a abandonar la espectacular vista del marcado abdomen del pelioscuro y del notable bulto más abajo --Más bien nervioso.
--No tienes porqué estarlo. -le asegura con franqueza --Ven aquí. -pese a la suavidad con la cual articula estas palabras, no pasaba desapercibida la orden implícita en ellas.
Con el corazón desbocado, Tae acude a su lado, su respiración cortándose a medida que el mayor eliminaba lentamente la poca distancia que había dejado de por medio.
Con suma delicadeza, Hoseok lo besó primero en la frente y luego dejó un casto beso en sus labios.
--No tienes idea de cuánto deseo volver a hacer el amor contigo. -confiesa con voz ahogada y cada centímetro de su cuerpo anhelando el contacto con la suave piel adversa. Estaba harto de contenerse, cansado de luchar consigo mismo.
Por su parte, Taehyung no puede evitar temblar ligeramente de anticipación, abrumado ante la atracción sexual que el contrario despertaba en él con solo una palabra. Relamió sus labios repentinamente resecos y colocó sus manos en el pecho desnudo frente a él.
Hoseok esbozó una sonrisa de aprobación y, con una lentitud desquiciante, lo depósito en la cama, quedando él ligeramente recargado sobre su cuerpo. Tomó los labios del peliazul con suma delicadeza, degustando de estos con una absoluta calma que contrastaba terriblemente con el devastador beso de esa tarde.
Hoseok definitivamente poseía muchas formas de besar y Taehyung bien sabía que apenas las estaba descubriendo. No obstante, justo en ese momento admitía que aquel tipo de beso podría ser fácilmente su favorito. Era una especie de combinación entre los besos suaves y dulces de antaño y los apasionadamente devastadores del presente. Era un beso sin prisa, sin restricciones. Le gustaba ser besado de esa manera... y de todas las anteriores.
Un chasquido se escuchó cuando sus bocas se separaron. El mayor arrastró los labios por la mandíbula adversa mientras sus manos iniciaban una disimulada exploración sobre la tibia piel bajo la polera.
El menor mantuvo los ojos cerrados, simplemente concentrado en cada sensación experimentada. Ahogó un gritito exaltado cuando la parte superior de su cuerpo quedó al descubierto tras su polera ser levantada sin el más mínimo aviso. Su reacción instantánea fue cubrirse, pero el mayor se percató de esto fácilmente y se lo impidió.
--Déjame verte. -pidió con suavidad.
--Me da vergüenza. -sus mejillas se tiñen de un intenso rubor y su mirada se desvía hacia el costado --Mi cuerpo ya no es el mismo de antes.
--No. -responde, depositando una leve caricia en su ya no tan plano estómago --Es incluso más hermoso que antes.
Taehyung lucha contras el impulso de apartarlo y cubrirse. Una pequeña vocesita en su cabeza susurrándole que el mayor no hablaba en serio y que solo decía aquello para hacerle sentir mejor.
Siempre consideró que tenía un cuerpo promedio. No era exuberante o llamativo pero él estaba bien con eso. No fue hasta después del nacimiento de su hija que adquirió ciertos complejos porque su piel ya no era tan firme y había adquirido un poco más de volumen en ciertas zonas.
--¿Sabes? -Hoseok empieza a decir, mientras le deja un camino de besos perezosos desde la mandíbula hasta la garganta --He notado que siempre amamantas a Horin del lado izquierdo.
El nuevo tema de conversación hace que el peliazul se sienta un tanto perdido. Un quejido se le escapa cuando su tetilla izquierda es apretada.
--¿Te duele? -cuestiona ante su queja.
--Un poco. -responde con el cuerpo acalorado --Está algo sensible debido a las fuertes succiones de Horin. -sus mejillas considerablemente más sonrojadas al hablar de aquello.
--¿Y qué hay de esta? -pregunta antes de repetir la acción con la tetilla derecha.
--Esa está bien. -musita sin siquiera inmutarse --Produzco menos leche del pecho derecho, por lo que Horin siempre se ha negado a alimentarse de ese lado. -explica cuando la expresión contraria se tornó confundida.
--Entiendo. -murmura con gesto pensativo, creando círculos con su pulgar al rededor del pequeño montículo desairado por su hija --Bueno, ya que Horin no lo quiere, entonces lo reclamo como mío. -declara con voz ronca y mirada perversa antes de dejar un lametazo sobre el pezón derecho de Taehyung, quien chilla abochornado ante la descarada acción.
Hoseok se carcajea ante su pudor y decide que ya han tenido bastante del juego previo --Esta noche empiezan tus lecciones.
Taehyung no necesitó preguntar a qué se refería. No cuando todo su cuerpo había vibrado de anticipación ante la promesa sexual implícita en aquella frase.
--No cubras tus ojos, cariño. -le corrige cuando este se tapa el rostro con ambas manos. Sus orbes poseídos por la lujuria buscan mantener el contacto visual mientras su cabeza descendía cada vez más cerca del miembro de Taehyung --Vas a probar de primera mano cómo hacer una felación, así que presta atención.
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Lamento la demora. Espero este capítulo sea de su agrado, llevo una semana trabajando en el y nada que lo acababa hasta hoy.
♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡
《Akina》
Por si alguien tenía curiosidad de saber cómo es el anillo de Tae, es algo así. (Imaginen que es costosísimo).
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