25
Taehyung entre abre sus orbes a mitad de la noche, cuando la falta de calor a su lado se hace notaria. Alcanza a ver apenas la silueta de Hoseok, quien se encuentra de espaldas a él vistiendo apenas unos calzoncillos. Intenta abrir la boca para preguntarle al mayor a dónde va cuando este empieza a alejarse, pero las palabras no salen y la pereza parece dominar cada centímetro de su cuerpo cuando sus extremidades de niegan a responder.
Sus ojos se cierran lo que parece ser un instante antes de que sus oídos capten el sonido de la puerta cerrándose. Al abrirlos nuevamente, una dormida Horin en brazos de su padre entra en su campo de visión y el delicioso y familiar olor a bebé inundando sus fosas nasales no hace más que adormilado aún más de lo que ya estaba.
Instintivamente su brazo se posa sobre el diminuto cuerpo de su hija a su lado mientras que sus párpados terminan cerrándose definitivamente justo en el momento en que Hoseok vuelve a ocupar un lugar en la cama.
***
Un estruendoso ruido es el encargado de sacar al peliazul del mundo de los sueños. Sobresaltado y bastante desorientado, se reincorpora sobre la cama, percatándose de que esa no era su recámara y de que no había rastros de su hija.
--¡Horin! -llama horrorizado al caer en cuenta de que su pequeña probablemente ha estado haciendo de las suyas mientras él se dedicaba a dormir.
¿Cómo era posible que no se hubiera despertado también?
Con el corazón en un puño, salió disparado de la cama y se abalanzó a abrir la puerta. Corrió por el pasillo y paró de repente al observar objetos tirados por todas partes, un pequeño florero hecho añicos sobre el piso y -lo más desconcertante de todo- a Hoseok acuclillado mientras ayudaba a Horin a levantarse del piso.
--¿Hoseok? - cuestionó totalmente perdido, más cuando este lo miró con una expresión de júbilo y susto que lo hacía lucir como un desquiciado.
--Ya camina. -el pelioscuro dice con una sonrisa orgullosa en sus labios antes de ponerse en pie con su hija en brazos --La hubieras visto, solo salió corriendo de la nada.
Taehyung se recostó en la pared cuando la adrenalina abandonó su cuerpo. De repente sus piernas parecieron incapaces de sostener su peso, por lo que se deslizó lentamente hasta caer sentado en el frío piso. Inhaló aire profundamente y se obligó a no maldecir en voz alta ante el tremendo susto que aquel par le había dado.
--¿Estás bien? -el mayor le pregunta al peliazul tras varios segundos en lo que este permaneció inmóvil en su lugar --Lamento si te despertamos, no era nuestra intención. -se disculpa, su tono alegre contrastando con sus palabras.
--¿Qué haces aún aquí? -pide saber, su pregunta provocando que el contrario frunciera el ceño y dejara de sonreír.
--¿Esperabas que me fuera?
--La verdad es que sí. -dice con sinceridad --Creía que te marcharías tan pronto como saliera el sol.
--Lamento decepcionarte. -musita, sin rastro alguno de buen humor --Supuse que agradecerías el que me quedara el tiempo suficiente para hablar de lo que pasó anoche.
Taehyung evitar mirar a Hoseok y sus mejillas adquieren un intenso rubor al notar que apenas llevaba puesta una franela holgada, la única prenda de la cual no se había despojado horas atrás.
--Pensé que tenías algo que hacer. -argumenta mientras se afana en lograr cubrir su desnudez.
--Me puedo permitir unos minutos de charla contigo antes de irme. -sentencia agriamente. No entendía porqué Taehyung tenía esa actitud tan distante y esquiva.
--Mira, Hoseok. -empieza a decir, rebuscando en su mente una buena excusa para no tener que enfrentarlo. Se estaba muriendo de la vergüenza y el bochorno a causa de su descarado comportamiento --Sinceramente no me parece un buen momento para hablar. Debo asearme y prepararle el desayuno a Horin.
--Adelante, te espero. -le instó, poco dispuesto a ceder --No me iré sin que hayamos hablado antes.
--No veo de qué tenemos que hablar que sea tan importante. -objeta, frunciendo los labios ante la insistencia adversa.
--¿A qué demonios estás jugando, Taehyung? -cuestiona con brusquedad, poniendo nervioso al menor por la severidad de su tono.
--No estoy jugando a nada. -se defiende de inmediato, mirándolo directamente a los ojos y apreciando la manera en que su expresión se torna molesta.
--Muy bien. -musita con escalofriante calma --¿No quieres hablar? Perfecto entonces.
Tae ahoga un jadeo al estar bajo el duro escrutinio de Hoseok. Y, por segunda vez su vida, temió lo que veía en sus ojos.
--Vístete. Cuidaré de Horin mientras lo haces y luego me iré. -termina de decir para luego darse la vuelta
Taehyung deja escapar el aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo. Sin perder el tiempo, corrió hasta su recámara y se encerró varios minutos, contemplando la opción de quedarse allí y no salir.
***
Hoseok se esforzaba en sonreír con naturalidad y jugar con su pequeña hija. Horin permanecía tan ajena a cualquier tipo de problema que surgiera entre Taehyung y él, que no podía menos que sentirse agradecido por toda su inocencia.
Él de verdad estaba esforzándose en ser paciente con su menor, pero es que no podía entender qué rayos lo había hecho cambiar de actitud tan radicalmente. Después de haber hecho el amor, se esperaba cualquier otro tipo de comportamiento de su parte; timidez, verguenza, hasta incertidumbre o miedo, pero no la indiferencia e insolencia con la cual lo acababa de tratar.
Respiró profundo.
Se sentía vergonzosamente dolido y decepcionado porque realmente se esperó una mejoría en la relación de ambos, pero todo indicaba que las cosas solo habían empeorado.
Hoseok no sabe cuanto tiempo transcurrió antes de que alguien llamara a la puerta. Con lentitud se encaminó hasta esta y, tras observar por la mirilla y ver a la rubia amiga de su esposo, decidió abrir.
--Oh, lamento molestar. -se disculpó la chica evidentemente sorprendida por encontrarlo allí y más aún por la grave expresión de su rostro --Venía a advertirle a Tae sobre el desastre que algún idiota hizo en el pasillo y de paso ver si necesitaba ayuda con Horin, pero creo que mejor me marcho.
--No es necesario que te vayas. -responde sin preámbulos --De hecho, me sería de mucha ayuda si cuidas de Horin mientras yo me encargo de un asunto pendiente. -se hace a un lado para invitarla a pasar --Taehyung está aseándose, pero se está demorando bastante. -explica, esbozando una sonrisa enigmática --Horin, mi amor, papá tiene algo que hacer. -dice en dirección a la niña, quien alcanza a levantar su cabecita, mirándolo con atención a la par que pestañea seguido. Se acercó a ella para besarla en ambas mejillas y luego regresar al lado de la rubia --Por favor, cuídala.
--Appá~. -Horin le llama, aferrándose a su camisa cuando hace el intento de pasársela a la fémina.
En respuesta, el pelioscuro toma la diminuta mano y le besa los dedos, la nariz y por último la frente.
--Papá volverá. -le asegura, golpeando con su índice la nariz de la menor --Pórtate bien, ¿sí?
Con expresión algo enfurruñada, la pequeña pasa a los brazos de Mimi sin emitir queja alguna, pero dejando claro con el mohín de sus labios que no estaba totalmente de acuerdo.
--¿Quieres una paleta? -Mimi pregunta con astucia, sonriendo en grande cuando la menor la mira con interés.
A su vez, Hoseok rie por lo bajo y se dispone a marcharse, aprovechando que la atención de su hija ya no puesta sobre él.
***
Una vez a solas con Horin, Mimi se dispuso a entretenerla con diversos juegos, evitando así darle la golosina prometida. Si bien siempre ha sido la primera en consentir a la menor dándole algún dulce, incluso ella era lo suficientemente sensata como para no suministrarle azúcar siendo tan temprano aún.
Extrañada ante el paso de los minutos y no observar rastro alguno del peliazul, la joven se dispuso a ir en su búsqueda, aprovechando que la pequeña estaba entretenida con sus juguetes. Una vez frente a la recámara de este, dio varios toques y esperó por su respuesta.
La puerta frente a ella se abrió lentamente, dejando ver medio cuerpo de Taehyung.
--¿Desde cuándo demoras tanto para asearte? -interroga nada más verlo --Empezaba a preocuparme por ti.
--¿Dónde está Horin?
--Jugando.
--¿Y Hoseok?
--Se fue hace como media hora. -informa, adentrándose hasta el interior de la habitación --¿Acaso te estás escondiendo?
Taehyung deja escapar un sonoro suspiro en respuesta.
--Vaya, eso sí que no me lo esperaba. -comenta con un deje de sorpresa en la voz --¿Por qué te escondes?
--No quiero hablar al respecto. -responde en un intento por evadir el tema.
--Dormiste con él, ¿cierto?
--N-no es de tu incumbencia. -tartamudea sin poder evitarlo. Su rostro adquiriendo un intenso rubor que lo deja en evidencia.
--Lo hiciste. -asegura sin un atisbo de duda en sus palabras --Lo que no entiendo es porqué no están planeando una segunda boda.
--Es complicado. No lo entenderías. -bufa.
--Sí, es lo que todo mundo dice cuando no es capaz de dar un solo argumento válido que justifique sus acciones. -espeta con neutralidad, un tanto aburrida de escuchar la misma frase. Para alguien como ella, de pensamiento práctico y simplista, resultaba absurdo la manera en que las personas solían complicarse la vida por todo --Está claro que lo amas y, a juzgar por la manera en que él te mira a ti, el sentimiento es mútuo. Lo único complicado que veo yo, es tu renuencia a aceptar lo obvio.
--No sabes nada. -asevera sin delicadeza --No tienes idea de todo por lo que he pasado junto a él. -sus orbes se humedecen de la nada, pero se contiene de llorar --No tienes la más mínima idea.
--Entonces, explícamelo. -propone --Hazme entender qué es lo que te impide regresar con la persona a la que amas, ¿qué fue lo que te hizo que no puedes perdonarlo?
--¡Se deshizo de mí como si fuera un trapo viejo! -responde con voz indignada. ¿Cómo era posible que le hiciera semejante pregunta a esas alturas?
--Eso lo entiendo. -musita sin perder la calma --Pero él regresó por ti.
--No, él no vino aquí a buscarme. -le corrije con disgusto --Vino a chantajearme y a obligarme a volver.
--Está bien. -le da razón --Me queda claro que fue un maldito, pero es que sinceramente no logro asimilar que el hombre que conocí ayer es el mismo que te lastimó.
--Aveces incluso a mí me resulta difícil creerlo. -murmuró con melancolía --Pero intento no olvidarlo... por mi bien.
Taehyung siente como su ánimo decae con demasiada rapidez y lleva ambas manos a su rostro durante un rato.
Se dijo a sí mismo cuán estúpido era por sentirse herido aún.
Él lo había superado ya.
Definitivamente una simple conversación no debería revivir las heridas que supuestamente estaban cicatrizadas.
--Lo siento. -no duda en acercarse al peliazul al notar su estado melancólico --Lamento hacerte recordar momentos desagradables. Soy una bocona entrometida... ¿me perdonas?
Taehyung suelta un suspiro y descubre su rostro cuando una delicada mano se posa en su hombro. Se obliga a sonreír para evitar que la fémina se sintiera culpable.
--No te preocupes. -pide --No todo fue malo en nuestro matrimonio. También fui muy feliz con él, ¿sabes?
--¿Sí? -cuestiona con curiosidad y demasiada emoción --¿Cómo era su matrimonio al principio?
Tae se removió incómodo. En honor a la verdad preferiría dar por terminado el tema. Y es que no sabía que resultaba más doloroso, si hablar de cuanto Hoseok lo había lastimado al final de su matrimonio o hablar de cuan feliz lo había hecho durante este.
Observó a su amiga, que lo miraba emocionada tal cual niña pequeña aa cual le estaban por leer un cuento nuevo antes de dormir.
Suspiró al no ser capaz de negarse.
--Todo era maravilloso. -confesó con una mezcla de felicidad y añoranza --Me sentía como en un cuento de hadas con mi propio príncipe azul cumpliendo cada uno de mis sueños. -le dedicó una mirada fugaz a su amiga, notando la expectación brillando en sus orbes.
--¿Eras feliz, verdad?
--Muchísimo. -No dudó en contestar, muy a su pesar --Hoseok me consentía tanto que empecé a volverme un poco caprichoso. -una sonrisa involuntaria se cuela entre sus labios --Me daba cualquier cosa que pensara me haría feliz tener.
--¿Cosas materiales? -interrogó con inocencia, totalmente sumergida en lo que Taehyung le estaba contando.
--Sí. -confirmó --Pero no solo eso. También me daba afecto. Desde que yo era un niño fue muy atento y protector conmigo. Siempre al pendiente de mí y de mis necesidades.
--Ese suena más al Hoseok que conocí ayer.
Taehyung asiente apenas, su mente inevitablemente sumergida en recuerdos de antaño.
--Pero entonces, ¿qué fue lo que pasó para que todo se arruinara?
Mimi cuestiona guiada por su inmensa curiosidad y esa simple pregunta fue la encargada de romper el hechizo.
--No lo sé. -responde frunciendo el ceño --Una noche llegó y me acusó de haberle sido infiel y eso fue todo. -se levanta de su lugar, sintiendo como el enojo se apoderaba de él.
--¿Esa fue la misma noche que te echó?
Tae relame sus labios con impaciencia. Era en momentos como esos que le disgustaba la excesiva curiosidad de su amiga la cual parecía incapaz de percatarse cuando era buen momento para dar por zanjado un tema.
--No le di tiempo a echarme, me fui por mi propio pie.
--Espera, espera. -balbucea más confundida que nunca --¿Fuiste tú quién lo abandonó?
--Claro. -corroborra --¿Por qué te sorprende tanto?
--Es solo que por los relatos de Seokjin siempre deduje que él te había apartado de su lado.
--Oh, estoy seguro de que es lo que hubiera hecho si yo no me hubiera marchado antes.
Esta vez es Mimi quien luce incómoda y empieza a moverse de aquí para allá.
--Taehyung. -llama con lentitud --¿Él sabía de tu embarazo cuando te fuiste?
--Por supuesto que no. -responde como si se tratara de lo más obvio del mundo --Yo apenas lo había descubierto y planeaba contárselo esa noche.
Mimi lo mira consternada unos segundos antes de continuar.
--Deja ver si entendí. -retoma la palabra --¿Lo abandonaste y tampoco le contaste que iba a ser padre?
--Te recuerdo que él me acusó de infidelidad, ¿qué esperabas que hiciera?
--No te has dado cuenta, ¿verdad? -cuetiona consternada --Por Dios, Taehyung. -lo mira horrorizada.
--¿De qué demonios estás hablándome? -sisea sin poder mantener a raya su temperamento --¿Qué se suponía que hiciera? ¿Quedarme a recibir sus humillaciones?
--Pues obviamente escapar solo sirvió para hacerle creer que sí lo engañaste.
--¡Yo no le fui infiel! -exclamó con los ojos enrojecidos --Lo amaba más que a mi vida. Él se inventó lo de la maldita infidelidad solo para deshacerse de mí.
--¿Estas seguro de ello?
--¡Ay, por favor! -se carcajea amargamente --¿Cuándo se supone que iba a engañarlo si apenas salía para ir a ver a Seokjin? Hasta tenía a un guardaespaldas pagado por él que iba conmigo a todos lados.
--¿Qué respondió Hoseok cuando se lo dijiste?
--¿A qué te refieres? -su expresión pasa del enojo a la confusión en cuestión de segundos.
--Eso mismo -repite --¿Qué dijo cuando le explicaste que no había manera en que le fueras infiel?
--Pues... yo... -su mirada esquivó las orbes interrogativa de la chica --Digamos que no alcance a explicarle.
--¿Disculpa?
--Estaba dolido, ¿sí? -dice a la defensiva --Me tomó por sorpresa. Yo no sabía de qué estaba hablándome y no supe qué responder.
--Entonces, te fuiste sin siquiera defenderte. -levanta un dedo para empezar a enumerar --Huiste de Corea sin que él lo supiera y te llevaste contigo el pequeño secreto de que iban a ser padres.
Taehyung no emitió palabra alguna, permaneciendo inmóvil en su lugar mientras fruncía el entrecejo cada vez más.
Ciertamente, su propio comportamiento resultaba reprochable tras escuchar la manera en la cual Mimi lo planteaba. Y, si era sincero consigo mismo, debía admitir que tomó muchas decisiones por impulso.
Sin embargo, cabe destacar que no había mucho que salvar cuando Hoseok se valió de una mentira para sacarlo de su vida.
¿Qué diferencia habría si se hubiese quedado?
***
Las horas transcurren lentamente para Taehyung quien, por más que ha intentado sacar de su cabeza las palabras de su amiga, simplemente le ha sido imposible.
Y es que Mimi definitivamente no comprendía su postura y mucho menos su sentir. No tenía el derecho de juzgar las decisiones que había tomado porque ella no estuvo en sus zapatos.
Nadie, ni siquiera Seokjin, era capaz de entender hasta qué punto fue lastimado.
--¿Quieres quitar esa cara, por favor? -Mimi vocifera desde una esquina de la habitación junto a una adormilada Horin. Ya se había cansado de las expresiones faciales del peliazul, las cuales alternaban entre enojo, tristeza y duda --Olvida todo lo que te dije, ¿de acuerdo?
--¿Admites que mis razones para irme fueron válidas? -cuestiona tras dirigirle una mirada curiosa.
--No. -esta se niega a cambiar de opinión --Pero si tú piensas que hiciste bien, yo no soy nadie para llevarte la contraria. -termina de decir con un encogimiento de hombros que le gana una mirada resentida del joven doncel.
Justo cuando Taehyung iba a soltar un comentario mordaz debido a la inconsistencia de su respuesta, la puerta es tocada.
Ambos se miran expectantes unos segundos.
--¿Crees que sea él? -Taehyung alcanza a murmurar, su voz siendo apenas un murmullo audible.
--No lo sé. -niega lentamente --¿Quieres que vaya a ver?
La fémina se encamina hacia la puerta después de recibir un asentimiento en respuesta.
Tras observar por la mirilla y descubrir de quién se trataba, la joven mujer se dispuso a abrir la puerta sin perder más el tiempo, de inmediato el recién llegado se adentró al lugar sin darle tiempo a reaccionar.
Taehyung respira aliviado al tener frente a sí al representante de su hermano.
--¿Cómo es posible que seas tan desconsiderado? -Ken le reclama con severidad al hermano menor de su cliente --¿Tienes la más mínima idea de cuan preocupado ha estado Seokjin al no saber nada de ti? Al menos pudiste haberlo llamado y avisarle que estarías aquí para que no se angustiara de más.
--¡Oye! -interviene Mimi, apartándose de la puerta abierta al percatarse del gesto dolido de Taehyung ante la reprimenda --Muestra aunque sea un poco menos de arbitrariedad y pregúntale porqué se fue sin avisar. El mundo no gira alrededor de tu adorado Kim Seokjin.
--No deberías meterte en conversaciones que no tienen nada que ver contigo. -le reprende con un deje de desdén que provoca que las mejillas de Mimi se incendiaran de un intenso rojo producto del enojo.
--Me meto porque es obvio que a ti solo te importa Seokjin. -espeta con retadora insolencia --Así que yo estoy dispuesto a defender a Tae.
--Lo que dices no es cierto. -refuta visiblemente ofendido --Por supuesto que también me importa Taehyung.
--Sí, claro. -se burla --Se nota que es así.
--Mimi, basta por favor. -pide Tae evidentemente preocupado --¿Cómo está Jin? -cuestiona ahora en dirección a Ken.
--A punto de un ataque de nervios. -informa --Está terriblemente preocupado por ti. Creyó que algo malo te había ocurrido.
--Y-yo... lo siento. No era mi intención. -empieza a disculparse con las orbes húmedas a causa del inminente llanto. Ciertamente, ni siquiera tenía claro la razón de este. No sabía si era por el enfrentamiento que tuvo temprano con Hoseok, por la conversación con Mimi o por los reclamos de Ken. Solo sabía que no podía contener más el llanto, así que solo permitió a sus lágrimas fluir libremente.
Mimi observó a Ken ir hacia Taehyung y envolverlo en sus brazos de manera protectora mientras le susurraba palabras tranquilizadoras. Se sintió de repente fuera de lugar allí y un sentimiento extraño se instaló en su pecho. Sopesó la opción de marcharse, pero no alcanzó a dar el primer paso cuando una voz grave resonó en el lugar, tomándolos por sorpresa a todos.
--¿Los interrumpo?
Los tres miraron en dirección a la puerta, donde Hoseok miraba la escena de su esposo siendo abrazado por otro hombre con evidente disgusto y desagrado.
----☆☆☆----
Después de un mes, aquí les traigo este capítulo a mitad de semana. Juro que no me había percatado de que hacía tanto no actualizaba esta historia.
Y hablando de percatarse... de otra cosa que también me di cuenta es de que se me olvidó desnudar a Tae durante el lemon jajajaja. En serio, mis despistes son de lo peor. Igual se quedó así el capítulo anterior 🙃
♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡
Agradezco infinitamente la paciencia que me tienen.
《Akina》
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro