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18

Tehyung deja sus ojos vagar por las opulentas cortinas y la singular decoración predominante en aquella sala de estar. Le resulta difícil deducir si aquel contraste obtenido en la estancia era obra de su hermano o no, pues si bien se podían apreciar algunos detalles que lo sugerían, también existían otros que lo contradecían.

Dejó de lado la cuestión y regresó su atención a la taza de té que le había sido servida hace unos minutos, la cual reposaba en la mesa ratonera. Se reclina en su asiento para alcanzarla y tomar un sorbo, sus ojos se cierran inevitablemente cuando el refrescante sabor a menta del líquido caliente invade su paladar y un sonidito de pura satisfacción abandona su boca.

Mientras tanto, Seokjin no escatimaba esfuerzo en obtener la atención de su esquiva sobrina.

--RinRin. -llama a la pequeña, haciendo su voz un tanto aguda --Vamos, no seas así conmigo. Mira que te he limpiado muchísimos pañales sucios. -regaña con fingido enojo, pero no obtiene más que una mirada efímera de la pequeña, a quien le parecía mucho más divertido recorrer gateando cada rincón de la habitación que estar entre los brazos de su tío --No puedo creer que me ignore, ¿Cuánto ha pasado desde la última vez que la vi? Estoy seguro de que no el tiempo suficiente para que no me recuerde.

--No lo tomes personal, Jin. -entona con jocosidad el peliazul al ver la mirada indignada del pelicastaño --Incluso a mí me ignora muchas veces.

--Así que disfrutas haciéndote la interesante con todo el mundo, ¿eh? -Seokjin decide regresar a su asiento en uno de los sillones que ocupan la estancia. Llamar la atención de su sobrina era agotador --Te perdono solo porque eso lo sacaste de mí.

Taehyung ríe ante ese comentario, pero evita revelarle a Jin que Horin no era así con todos, puesto que Hoseok sí gozaba de su entera atención todo el tiempo. Pasados unos minutos observa fruncirse las facciones del doncel mayor cuando su teléfono celular timbra.

--Dios mío, juro que voy a cometer asesinato si Namjoon no para de preguntarme cada cinco minutos cómo me siento. -el castaño bufa mientras ignora el aparato que no dejaba de sonar.

Por su parte, el peliazul no emite comentario alguno. Primero porque conocía a su hermano lo suficiente para saber que, pese a sus quejas, en realidad disfrutaba las atenciones que Namjoon le profesaba, pero era lo suficientemente testarudo para fingir lo contrario; y, segundo, porque en honor a la verdad, él seguía resentido con su cuñado. Namjoon siempre le había agradado, lo consideraba una buena persona y un aliado; es por eso que no lograba comprender cuál había sido la razón que lo llevó a difamarlo de la manera en la que lo hizo. Muy en el fondo también estaba molesto con Jin por regresar con él, en parte por eso se había demorado en ir a visitarlo.

--Namjoon, ya te dije que estoy bien. -Seokjin decide tomar la llamada ante la insistencia de su esposo --¿Qué crees que pueda haberme pasado en cinco minutos? Absolutamente nada. -suelta un quejido tras verse impedido de recostarse en el mueble debido a que un cojín se interpuso en su camino --Nada, no me duele nada. -asegura con tono exasperado --Ya te dije que estoy bien, ¿acaso no tienes trabajo que hacer? ¿Alguna reunión de negocios a la que asistir o algo? ¿un documento que firmar o no se qué?

Taehyung deja de prestar atención a las quejas y reclamos de su hermano y se centra en Horin, quien se hallaba en medio de una exhaustiva exploración en donde todos y cada uno de los objetos presentes en la elegante sala -y que estaban a su alcance- eran tocados por sus diminutas manos.

--Suelta eso, mi cielo. -ordena a su pequeña antes de quitarle de las manos una esfera de cristal que tenía aspecto de ser muy costosa --No creo que podamos pagar nada de aquí si lo rompes.

--Oh, no te preocupes. -la voz de Seokjin resuena a su espalda --Puedes dejarla saciar su curiosidad. Además, dudo que llegue a romper nada.

--Lamento no estar de acuerdo contigo, Jin, pero estoy seguro de que Horin es perfectamente capaz de acabar con toda tu sala de estar si se le da la oportunidad.

Seokjin ríe de la manera en que solo él sabe hacerlo y Taehyung puede sentir como aquel familiar sonido lo llena de nostalgia.

--Cuéntame. -el castaño retoma la palabra, rompiendo el silencio recién instaurado --¿Cómo se está portando el cretino de Jung?

--Bien. -responde apenas, poco dispuesto a dar muchos detalles sobre cómo estaban las cosas con Hoseok --Horin lo adora, ¿sabes? Y él a ella.

--¿Y a ti? ¿Cómo te trata? -insiste en saber --Sabes que solo tienes que decirme y de inmediato iré a donde sea que ese imbécil esté y le romperé la nariz.

Tae niega divertido ante la expresión de enojo de su hermano. Pese a lo amenazadoras que eran sus palabras, estaba más que claro que no estaba en condiciones para golpear a nadie. Decide guardarse para sí mismo la observación y, llevándose a Horin en brazos para evitar que rompiera algo, vuelve a tomar asiento.

--Ven, dámela, quiero cargarla. -Jin pide extendiendo los brazos.

--Está más inquieta de lo normal. -advierte --Terminarás agotado.

--No importa. -asegura y sonríe cuando la niña le es entregada. Esta vez Horin parece estar más dispuesta a permanecer a su lado y todo gracias a la pulsera que tiene en su muñeca y la cual esta recién nota --Ah, que linda eres. -murmura, viéndola con sumo cariño --Eso también lo heredaste de mí y de tu papi. -murmura como si le estuviera contando un secreto. Horin lo observa atentamente y con curiosidad antes de sonreirle --Sip, sacaste todo el encanto de los Kim. -asegura orgulloso.

--Sí, es una suerte que no sea una copia exacta de Hoseok, ¿no? -Tae dice solo por molestar, sabedor de lo poco dispuesto que estaba el castaño a reconocer tal verdad --¿A quién crees que se parezca tu bebé?

--A mí, obviamente. -asegura con total confianza --Lo único que tiene permitido heredar de Namjoon son sus hoyuelos, nada más.

Los siguientes minutos transcurren en silencio hasta que un nuevo mensaje entrante en el celular de Seokjin lo hace suspirar

--¡Dios mío! -se queja con exasperación --Este hombre quiere causarme un ataque de estrés... Juro que esta noche lo voy a asfixiar con la almohada mientras duerme. -comenta mientras escribe una respuesta --Desde que el idiota de Yoongi se casó, Namjoon no ha vuelto siquiera a salir de casa. -empieza a contar a modo de queja --Me pregunto si el pobre Jimin tampoco tiene un respiro, quizás hable con él... -Seokjin calla cuando el estruendo de la porcelana rompiéndose contra el piso lo sobresalta y su mirada recae sobre su hermano menor que lo observa con ojos desorbitados --¿Taehyung, qué te pasa?

--¿Jimin? -repite y su ceño se frunce visiblemente --¿El esposo de Yoongi se llama Jimin?

--Sí, ¿acaso lo conoces? -pide saber, desconcertándose aún más cuando el peliazul suelta una carcajada totalmente carente de gracia.

--Esto tiene que ser una maldita broma. -escupe con rabia --Claro, debí imaginarme que el abuelo no desistiría tan fácilmente.

--Taehyung, ¿de qué demonios estás hablando? -exige saber mientras se pone en pie con Horin en brazos --Vas a tener que explicarme porque no estoy entendiendo nada

--Tengo que irme.

--¿A dónde vas?

Sin responder a la pregunta que le fue hecha, el peliazul empieza a recoger sus cosas bajo la escrutinadora mirada de su hermano.

--Estoy bien. -asegura para tranquilizar al mayor, pero sin lograrlo en lo absoluto --Te veremos pronto, debemos irnos. Horin, dile adiós a tu tío Seokjin. -musita mientras toma a su pequeña de los brazos del castaño y sale del lugar sin mirar atrás.

***

Taehyung llegó a la mansión con un fuerte sentimiento de aprehensión en el pecho. Se sentía, por segunda vez en su vida, traicionado y el sentimiento lo estaba desquiciando.

Tocó el timbre y esperó impaciente a que abrieran, para su sorpresa fue recibido por su suegra, quien de inmediato le dedicó una sonrisa alegre.

--Que sorpresa que hayas venido por aquí, querido. -musita esta, genuinamente encantada --Ya estaba considerando ir a visitarlos. -Horin pasa de los brazos de su padre a los de su abuela --Te había extrañado, mi amor. -le dice a la infante mientras le besaba la mejilla.

--¿Dónde está el abuelo? -el peliazul cuestiona sin demorar más tiempo, generando así que la atención de la fémina mayor pasara estar en su persona.

--Mi padre está en el jardín. -responde medio desconcertada ante el tono seco empleado por su yerno y notando el brillo extraño en su mirada --¿Está todo bien?

--¿Puede sostenerla un rato, por favor? -evita responder adrede --Solo demoraré unos minutos.

--Ah, sí, claro...

***

El abuelo Min se encontraba admirando los distintos matices que adornaban el cielo de colores, dándole un aspecto hermoso mientras que el sol empezaba su lento descenso hasta perderse por completo en el horizonte. Ver los atardeceres se convirtió en
una de sus actividades favoritas desde que se jubiló, ciertamente existía algo mágico en ello.

Guiado por la intensa sensación de ser observado, el mayor giró su rostro hacia la izquierda, donde se topó con la mirada intensa del peliazul.

--¡Taehyungie! -exclamó feliz de verlo, pero la sonrisa que había adornado sus labios empezó a desaparecer al percatarse de la severidad en la expresión del joven doncel --¿Por qué estás tan serio?

--Asi que Park Jimin al fin es un Min como tanto querías.

--Me empezaba a preguntar cuando lo descubrirías. -el abuelo dice con cierto pesar, no obstante, no había arrepentimiento en su voz.

--Seguro hubieras preferido que continuara ignorante, ¿no? -Taehyung no se molesta en disimular cuán enojada está; y el hecho de que haya dejado atrás las formalidades con el mayor no hace más que enfatizar su estado --Faltaste a tu promesa, anciano decrépito.

--No es así. -asegura, sin inmutarse ante el insulto recibido --Ven, siéntante y hablemos.

--Tú y yo no tenemos absolutamente nada de que hablar. -espeta, comprimiendo sus labios cuando los siente tiritar --Al final obtuviste aquello que tanto anhelaste. Felicidades. -termina de forma sarcástica antes de darse la vuelta

--¡Taehyung! -el abuelo vocifera, pero es rotundamente ignorado.

Por su parte, el peliazul se encarga de barrer con su diestra cada una de las inoportunas lágrimas que escapaban de sus orbes.

Estaba harto ya.

Harto de soñar con un amor no correspondido

Harto de las manipulaciones de ese viejo traidor.

Harto de Hoseok y su maldita incapacidad para amarlo.

Abandona la mansión Min hecho una furia, dejando notablemente preocupada a la madre de Hoseok. Luego, cuando estuviera más tranquilo, la llamaría para pedirle disculpas por su comportamiento.


Tomó el primer taxi que se encontró y allí dio riendas sueltas a sus lágrimas. Lloró de pura rabia, de enojo, de decepción. No fue hasta que unas débiles palmadas en el rostro llamaron su atención que intentó por todos los medios tranquilizarse. Recurriendo a toda su fuerza de voluntad, esbozó una tenue sonrisa para dedicársela a Horin que lo observaba con sus enormes ojos llenos de curiosidad.

Limpió todo rastro de lágrimas en su rostro y besó con delicadeza la diminuta mano de su hija.

--No pasa nada, mi amor. -le aseguró con la voz ronca debido al llanto --Estoy bien. -inhaló con sonoridad antes de dejar escapar el aire retenido de la misma manera --Papi solo te necesita a ti para estar bien.

En respuesta, Horin ladeó el rostro y lo observó con detenimiento antes de simplemente acurrucarse contra su pecho. Y este simple acto sirvió para aliviar un poco el dolor del peliazul quien casi podía jurar que su pequeña, de alguna manera, lo estaba consolando.

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1/2

Doble actualización porque las amo (el siguiente no está listo, les dejo este como adelanto).

¡¡Feliz Año Nuevo!!

¿Por qué creen que Taehyung se molestó tanto con el abuelo Min? Leo sus teorías😘

♡♡Gracias por leer votar y/o comentar♡♡

《Akina》

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