16
--¿Cómo va tu relación con mi nieto?
Taehyung escucha al abuelo Min emitir esta pregunta y se toma su tiempo para responder, enviando una última mirada furtiva hacia la puerta y debatiéndose entre ir a ver si ya su pequeña despertó de su prolongada siesta o quedarse más tiempo con el veterano hombre, quien le había pedido hacerle compañía.
Mentalmente está preocupado y distraído debido a que Horin se ha pasado todo el día decaída y en un estado de ánimo irritable. Se repite por enésima vez que se está preocupando demasiado, después de todo, no es la primera vez que la menor sufre los efectos del nacimiento de un nuevo diente. Pero es que simplemente no podía dejar de sentirse angustiado.
--Abuelo, entre Hoseok y yo no hay ninguna relación más allá de lo relativo a Horin. Ya se lo había dicho. -responde al cabo de un rato, esforzándose por mantener su atención con el mayor.
--¿Ah, no? -es la simple respuesta de este, quien no se molesta en disimular el escepticismo en su voz.
--No. -contesta de manera rotunda, en un inútil intento por dejar el tema zanjado.
Para su grata sorpresa, el abuelo parece resignarse y abandonar el tema. Tae lo ve hacer a un lado el plato de vegetales que le habían subido hace un rato, para dedicarse a engullir con entusiasmo un generoso trozo de pastel que había hurtado de la cocina a la primera oportunidad que tuvo.
Solo Dios sabía como logró llevarlo hasta su recámara sin ser descubierto.
--Sinceramente no entiendo porqué razón se complican tanto la vida. -farfulla mientras se llevaba a la boca otra pequeña porción del postre --Amas a mi nieto y él te ama a ti.
--Hoseok no me ama. -refuta el peliazul al instante y un sabor amargo se instala en su paladar en cuanto las palabras salen de su boca. No es hasta que la mirada perspicaz del abuelo recae sobre su persona que se da cuenta de que no ha negado sus propios sentimientos. No se molesta en hacerlo. Lo conocía lo suficiente para saber que si lo hacía terminarían enfrascados en una discusión sin fin. En cambio, desvía la mirada y suelta un suspiro resignado --Él prefiere a Rosé. -
--¡Já! ¿Quién te ha dicho semejante estupidez? -cuestiona con cierto dramatismo --Mi nieto no ama a esa mujer.
--Yo no estaría tan seguro. -musita en tono bajo y melancólico, bajando la vista a la mullida alfombra bajo sus pies.
--Sé que es así. -insiste el mayor con una seguridad descomunal --Si la amara hace mucho que su relación hubiera avanzado seriamente. Oportunidades han tenido.
Taehyung se mantiene en silencio, rogando internamente para que la conversación quedara ahí, pero descubriendo que él no contaba con tanta suerte.
--No sé desde cuando te volviste tan inseguro. -su tono de voz se torna serio --Hoseok te eligió a ti por sobre ella. Tú eres su esposo y el padre de su hija, está clarísimo que a quien ama es a ti. -asegura con la certeza de quien cree tener la verdad absoluta en sus manos.
Oh, si el abuelo tan solo supiera todo lo que se tuvo que esforzar para conseguir que Hoseok se casara con él se daría cuenta de lo erróneas que eran sus aseveraciones.
Sin poder evitarlo, su mente viaja varias años atrás, cuando Hoseok al fin regresó a Corea luego de haberse demorado un año extra en el extranjero debido a que decidió hacer su práctica en una de las cedes internacionales de Jung Enteprise.
Definitivamente le había desconcertado saber que tendría que esperar por más tiempo para su regreso. Sin embargo, lo hizo pacientemente.
Lo que jamás se esperó fue que Hoseok llegara acompañado de una bonita chica extranjera mitad Coreana, quien había sido la mano derecha del señor Jung por varios años, pero este había decidido que ella sería más útil en Corea, asistiendo a su hijo. Más adelante descubrió que la intención del hombre era, también, emparejarlos. Fue un duro golpe saberlo, principalmente porque era evidente que existía cierta afinidad entre ellos. Podía verlo de forma clara en los ojos de Hoseok cuando la miraba, allí se notaba la admiración, la complicidad... la atracción.
Y le dolió darse cuenta de cuán diferente era la forma en que lo miraba a él.
Con el pasar de los días se hizo evidente que la cercanía que una vez tuvo con Hoseok había desaparecido y se sintió desolado.
No fue hasta la desdichada muerte de su madre que el pelioscuro pareció recordar mágicamente su existencia y había vuelto a estar al pendiente de él y de todo lo que necesitara. Al final las circunstancias parecieron jugar a su favor y Hoseok terminó cumpliendo la promesa que le hizo antes de irse al extranjero.
Es quizás debido a que ahora era un poco más maduro que se cuestiona y recrimina ciertas cosas. Sin embargo, no se arrepiente de nada.
¿Cómo podría hacerlo cuando había sido inmensamente feliz pese a lo inusual que era su matrimonio y, sobre todo, cuando de este había nacido su mayor tesoro?
--Sostén esto, por favor. -la repentina orden del abuelo lo toma por sorpresa, regresándolo al presente en cuestión de segundos.
Ni siquiera alcanza a registrar lo que el mayor le estaba pidiendo cuando en un abrir y cerrar de ojos un plato con migajas de pastel está en su regazo.
--¿Todo en orden por aquí? -cuestiona la madre de Hoseok nada más entrar y sonríe de forma tranquilizadora cuando la mirada ansiosa de su yerno recae sobre sí --Sigue dormida -informa, anticipando la pregunta que este estaba apunto de hacerle --Relájate, querido, ella estará bien.
Taehyung forza una sonrisa y asiente. Esforzándose por hacer justo lo que su suegra le indica, pero sin obtener resultado alguno.
--Padre, me alegra ver que estás comiendo tus vegetales. -dice acercándose al veterano para inspeccionar su plato --Apenas has comido algo.
--Ya puedes ir agradeciendo que me digne a probar esta porquería que me sirven. -bufa con enojo --Si voy a morir, al menos quiero irme con el estómago satisfecho y lleno de buena comida.
--Deja de quejarte. Bien sabes que debes cuidar lo que comes.
--¡Pamplinas! -exclama con un ademán de manos --Esto que me dan no se puede llamar comida.
--Por Dios, tal parece que estoy lideando con un niño pequeño. -se queja --Si continúas así voy a tener que pedirle a la doctora Choi que venga a verte.
--No te atrevas a llamar a esa vieja bruja. Se me arruina el apetito de solo pensar en que vendrá. -asegura, haciendo a un lado su plato intacto.
--Sí, sí. Como digas. -dice mientras rueda los ojos ante lo dramático que podía ser su padre.
--Taehyungie. -llama al peliazul al notar la callado que estaba --¿Quieres que te suba una rebanada de pastel?
--No, gracias. Estoy bien.
--¿Seguro? -insiste --Está delicioso. -comenta antes de encaminarse a la puerta y deteniéndose tras abrirla --Si no me crees, pregúntale a mi padre. -suelta antes de salir y cerrar tras de sí.
Desconcertados, tanto Taehyung como el abuelo se miran uno al otro, cuestionándose si lo dicho por la fémina había sido un comentario al azar o no.
--Demonios, ¿quién me habrá delatado? -el mayor es el primero en romper el silencio.
--Creo que está perdiendo el toque, abuelo. -comenta con tono burlón.
--Que toque ni que nada. -refunfuña indignado --Alguien seguro le contó.
Tae suelta un suspiro sonoro una vez el abuelo empieza a quejarse y soltar amenazas a nadie en concreto. No es hasta que el mayor se percata de su estado taciturno que calla y le presta atención.
--Antes confiabas en mí y me contabas tus cosas. -le recuerda con añoranza --¿Por qué parece que ahora tienes tus reservas? -entorna la mirada cuando el menor evita verle y esta vez es él quien suspira --Siempre he sabido que me tocaron dos tontos por nietos y ya me resigné a que no hay nada que pueda hacer para cambiar eso, pero me niego a aceptar que tú también te comportes como uno. Dímelo, ¿qué es lo que te tiene mal?
Oh, aquella pregunta eran tan compleja.
¿Qué lo tenía mal? Eran tantas cosas, pero al final todo se resumía en un solo nombre.
--Le pedí el divorcio a Hoseok. -dirige la mirada hacia el mayor, expectante ante su reacción.
--¿Qué te dijo mi nieto? -pide saber sin dejar entrever ninguna emoción en su rostro.
--Cree que deberíamos intentarlo. -musita con voz baja --Sin embargo, yo ya no quiero hacerlo... ya no más.
--¿Por qué?
--¡Porque estoy malditamente harto de todo! -jadea al darse cuenta de que ha alzado la voz --Es demasiado desgastante para mí. Me cansé de intentar ser perfecto.
--¿Quién dice que tienes que serlo? -cuestiona manteniendo en todo momento un tono sosegado --No es como si mi nieto lo fuera.
Tae muerde su lengua tras darse cuenta de que estuvo a punto de replicar que sí lo era. Y maldice internamente sus estúpidos pensamientos.
--Sin embargo, si no estás seguro de querer continuar a su lado, entonces estoy de acuerdo en que lo mejor es el divorcio. Ese matrimonio de ustedes ya tiene suficiente con las inseguridades de Hoseok, dudo que resista también las tuyas.
Pese a que estas palabras era lo que suponía esperaba escuchar, el peliazul sintió como sus ojos se humedecían peligrosamente al tiempo que una dolorosa opresión se instalaba en su pecho.
***
Eran pasada las seis de la tarde cuando Taehyung regresó a casa. Su suegra había insistido en llevarlo, pero se había negado y, en cambio, había pedido un taxi.
Ya se encontraba al pie de la escalera cuando escuchó la voz de Hoseok dirigirse a él.
--¿Podemos hablar? -cuestiona el pelioscuro con cierta súplica en la voz. Se había pasado todo el día en un alto grado de ansiedad tras la conversación del día anterior, así que optó por regresar temprano a casa para intentar arreglar un poco las cosas entre ellos, pero había descubierto que el peliazul se había ido a casa de su abuelo desde la mañana.
--Lo siento, pero estoy cansado y prefiero irme a recostar. -se excusa sin siquiera girarse para mirarlo.
Poco dispues y darse por vencido, Hoseok se acerca hasta él y eleva una mano para tocarle el hombro y hacer que lo mirase.
--Me gustaría que aclaráramos algunas cosas primero. -pide con suavidad y su pecho se oprime al notar la incertidumbre en el rostro adverso --No quiero que... ¿qué le pasa a Horin? -cuestiona al percatarse de que esta está despierta y extrañamente tranquila.
Al escuchar su nombre, la pequeña alza el rostro permitiéndole ver los pequeños ojos llorosos y la sonrisa invertida en sus labios. Verla así le rompió el corazón.
Sin pensarlo dos veces se apresura a tomarla en brazos y Horin simplemente se recuesta en su hombro mientras solloza de manera desconsolada.
--¿Qué tiene? -vuelve a cuestionar, esta vez de manera exigente.
--Es su diente. -explica Tae con voz temblorosa y cada vez más y más preocupado respecto a la salud de su hija.
--Oh, mi pobre princesa. -la arrulla con sumo cuidado --¿No deberíamos llevarla al médico? -cuestiona en dirección al peliazul.
--Tu madre le dio un poco de medicina para el dolor. -informa --Intentaré que se duerma.
--Bien. Yo la dormiré. -dictamina, sin darle la opción de oponerse.
A Hoseok le tomó varias horas lograr que la menor al fin se quedara dormida. Una vez lo logró, la acostó en la cama del peliazul y se mantuvo a su lado durante una hora más. Aún dormida, Horin sollozaba de momento y se retorcía incómoda hasta que él la mecía y lograba tranquilizarla.
Pasaban de las once cuando regresó a su recámara. Se sentía exhausto y preocupado. Quería regresar al lado de la pequeña, pero Taehyung había insistido en que podía marcharse ya que él la cuidaría.
Tras tomar un rápido baño y sin haber cenado, se acostó en su cama. Se mantuvo despierto y alerta durante al menos cuarenta minutos por si escuchaba a Horin llorar, pero al final terminó quedándose dormido al no percibir llanto alguno.
No sabe cuanto tiempo había transcurrido cuando el insistente toque en su puerta lo despertó.
El llanto infantil lo hizo salir prácticamente disparado de la cama para ir a abrir la puerta.
Al hacerlo se topó con con el rostro lleno de pánico de un Taehyung totalmente despeinado y cubierto de vómito.
--N-no ha dejado de llorar... tiene fiebre... -explicaba con voz inestable --No ...ya no sé que hacer, yo...
--Dame un minuto. -dice antes de regresar sobre sus pasos y ponerse algo de ropa --Vamos, la llevaremos al médico ahora mismo.
Taehyung asiente mordiendo su labio con saña antes de seguirlo. Al llegar a la sala de estar, Hoseok se detiene el tiempo justo para tomar la llave de su automóvil y luego retoman su camino hasta llegar al auto.
Abre la puerta trasera para que Taehyung entre y corre a ocupar su asiento. Pone el auto en marcha y procura llevar una velocidad lo suficientemente alta para llegar pronto al hospital más cercano, pero no tanto como para poner en peligro la seguridad de su esposo e hija.
Durante todo el trayecto, el llanto de Horin se intensificaba por minuto, cesando únicamente cuando las arcadas le provocaban más vómitos.
Nada más llegar, se dirigen a emergencia y una enfermera se acerca a ellos. La pequeña les es arrebatada y llevada rápidamente con un médico de turno, quien tras un chequeo rápido da unas indicaciones y empieza a alejarse con la niña en brazos.
Taehyung intenta seguirlos, pero otra enfermera se interpone en su camino y le impide el paso.
--Por favor, esperen aquí. -pide con suavidad y una sonrisa amable antes de irse ella también en la misma dirección por donde se llevaron a Horin.
--Oh, Dios mío, Horin. -se quiebra Taehyung cuando el miedo recorre sus venas --Esto es mi culpa...
--Hey, no. -Hoseok se apresura a decir y, sin detenerse a pensar lo que hacía, lo tomó entre sus brazos y lo arrulló de la misma forma que había hecho con Horin horas antes --Ella estará bien. -aseguró aún cuando él estaba experimentado el mismo miedo y desolación que el peliazul.
Estará bien. -se repitió como mantra una y otra vez.
----☆☆☆----
Volví. Planeaba actualizar una vez tuviera varios capítulos, pero hace tanto que no les traigo nada que preferí darles este de adelanto, aprovechando que está listo.
Puede que parezca relleno y en parte lo es. Pero es relleno importante.
♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡
《Akina》
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