15
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--Me gustan mucho tus manos, Hobi. -musita la suave voz del castañito a su lado, provocando que mirase en su dirección y se topara con una expresión ligeramente avergonzada acompañada de una tímida sonrisa
--¿Por que? -alcanza a preguntar tras soltar una risita nerviosa. Últimamente no dejaba de sentirse incómodo ante cualquier palabra o acción del menor que implicaran afecto. Lo cual era verdaderamente absurdo teniendo en cuenta que Taehyung siempre ha sido dado a tales demostraciones y que esto nunca antes le había contrariado.
Pero es que todo había cambiado desde aquella repentina declaración de amor.
--No lo sé. -logra articular con suavidad el joven doncel a pesar de que siente su rostro arder producto de la vergüenza --Solo me parece que son muy lindas.
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Este recuerdo recurrente parece no querer desaparecer de la memoria de Hoseok, repitiéndose una y otra vez en su cabeza tal como lo hace una estrofa pegajosa de alguna canción que escuchas por ahí y la cual simplemente no logras sacarte de la cabeza por mucho que lo intentes.
Como si esto fuera poco, también había empezado a ser cada vez más consciente del contraste entre su situación actual y la de antaño.
Y es que el comportamiento del ahora peliazul no podía ser más diferente al de años atrás. Este nuevo Taehyung no parecía ser ni la sombra de aquel chiquillo extremadamente cariñoso que buscaba constantemente su atención ni mucho menos la del esposo perfecto con el que se casó.
Y no es que se estuviera quejando. En lo absoluto. Sabía que las cosas entre ellos jamás serían iguales, pero lo que no se esperaba era que la nueva actitud del peliazul hacia él le resultara tan... ¿intrigante? Sí, podía ser esa la palabra.
Eso explicaría porqué rayos parecía ser mucho más consciente que nunca de su presencia, hasta el punto en que su cercanía lo alteraba de una manera que le resultaba inquietante.
Jodida mierda.
¿A quién engañaba?
Lo deseaba. Y mucho.
Pero por desgracia, el trato que recibía de este rayaba en lo frío e impersonal.
--Señor, ya llegamos.
La voz del conductor interrumpe el hilo de sus cavilaciones, haciendo que se percatase de dos cosas: la primera, estaba frente a su casa y la segunda, justo en la entrada se encontraba el peliazul acompañado de otro hombre.
De inmediato, se ve en la necesidad de reprimir un sentimiento que hace tiempo no sentía y al cual se niega a ponerle un nombre. Se baja del auto con un movimiento fluido y elegante, no sin antes darle las gracias al chico que hizo de su chófer puesto que se había sentido demasiado cansado y distraído para conducir hasta casa.
Avanza a paso seguro hacia la entrada de su hogar y nota el momento preciso en que la sonrisa geométrica de su joven esposo se tambalea al hacer contacto visual con él, pese a que este logra recomponerla en cuestión de segundos, no alcanza a ocultar el enojo en su mirada.
Hoseok pasa prácticamente de largo tras musitar apenas un saludo, del cual ni siquiera esperó respuesta; adentrándose al interior de la casa con mayor facilidad gracias a que la puerta se encontraba abierta.
Por su parte, Tae se obligó a continuar con su atención puesta en el chico frente a él, ignorando el sentimiento de decepción que intentaba embargarlo.
***
--Oh, Hoseok, que sorpresa que llegues tan temprano. -su madre lo recibe con una sonrisa y con Horin en brazos --Te ves cansado, hijo. ¿Tienes hambre? -cuestiona con evidente preocupación --Estábamos a punto de hacer la cena.
--Realmente no tengo mucha hambre. -responde tras depositar un beso en la mejilla de su madre, cargando luego a Horin y besándola en la cabeza, lo cual le gana una sonrisa perezosa de la niña, quien rápidamente se acomoda en el hueco entre su hombro y el inicio de su cuello --¿Has tenido mucha actividad el día de hoy? -cuestiona en dirección a su hija cuando esta se queda inusualmente tranquila.
--Taehyung y yo creemos que viene otro diente en camino. Ha estado algo irritable todo el día.
Hoseok apenas asiente, toda su atención centrada en el rostro de la pequeña que empezaba a quedarse dormida.
--Tengo que terminar de acomodar las verduras. -la fémina dice mientras se encamina hacia la cocina --Me parece que compramos demasiadas cosas, no creo que todo quepa en la despensa y el refrigerador.
--¿Fueron de compras? -pregunta solo por preguntar. Ciertamente su atención no estaba con su madre.
--Así es. -confirma esta luego de intentar hacer algo de espacio en la más que repleta alacena --Por suerte nos topamos con el amigo de Taehyungie, BoGum. Fue muy amable al ofrecerse a ayudarnos con todas estas bolsas... debiste toparte con él en la entrada cuando llegaste.
Hoseok hace una mueca de disgusto que pasa desapercibida por la fémina, quien continúa alegremente con su monólogo.
--¿Sabías que Taehyungie era muy popular en secundaria y preparatoria? -cuestiona con expresión inocente en dirección a su hijo --Según me contó BoGum, tenía un montón de pretendientes, pero los rechazaba a todos diciendo que su corazón ya tenía dueño. -pausa un instante para observar con detenimiento las facciones de su hijo --¿No te parece admirable su constancia aún siendo tan joven? -esboza una sonrisa triste cuando se hace evidente que no obtendrá una respuesta --Deberías dejar de desperdiciar el tiempo, hijo. Tienes el amor al alcance de tus manos, pero no pareces muy dispuesto a mover siquiera un dedo para tomarlo. -su tono se torna serio y melancólico --Te sugiero hacer algo para arreglar lo que sea que está mal antes de que sea tarde. -dicho esto, le dio la espalda y continuó con su tarea de acomodar los alimentos.
***
Luego de la cena, la madre de Hoseok se había marchado puesto que necesitaba regresar para monitorear las acciones de su padre. No confiaba en dejarlo solo por mucho tiempo.
Como Horin apenas había despertado para la cena y se había vuelto a quedar dormida tras comer un poco de papilla, Taehyung se encontraba sin absolutamente nada que hacer.
Como era temprano para irse a la cama y ya había lavado los platos y acomodado todos los juguetes de la menor, decidió prepararse una tasa de té de manzanilla y se dispuso a ver un poco de T.V.
No tenía idea de cuánto tiempo había transcurrido cuando observó por el rabillo del ojo a Hoseok entrar, pero simplemente ignoró el hecho de que estaba allí.
--¿Cuanto tiempo más planeas estar enojado? -cuestiona el mayor acercándose hasta él para obligarlo a dejar de fingir que no lo estaba viendo.
--No permitas que mis tonterías te roben el sueño. -responde con un encogimiento de hombros, pero sin dedicarle una sola mirada --Continúa con tu vida, por favor.
Esta declaración provoca que el pelioscuro suelte un bufido por lo bajo.
--Escucha, solo estoy tratando de arreglar las cosas, pero no me lo estás poniendo nada fácil. -recrimina --¿Al menos podrías explicarme qué fue lo que ocurrió entre tú y Rosé?
--¿Qué más da? No es realmente importante. -asegura con la mayor indiferencia que le es posible --Pero si tanta curiosidad tienes al respecto, ¿por qué no vas y le preguntas a ella en vez de a mí?
--Ya lo hice y... -Hoseok calla cuando el peliazul lo mira de golpe. Toda su indiferencia siendo sustituida por una mirada furiosa que parecía querer asesinarlo allí mismo.
A Tae le escocían los ojos por lo que tuvo que comprimirlos durante largos segundos. Porque, diablos, ¿era que acaso Jung Hoseok no sabía absolutamente nada de mujeres y donceles?
¿Cómo se había atrevido a preguntarle primero a Rosé sobre lo que pasó antes que a él?
--Pues espero que su respuesta haya aclarado tus dudas. -dice a la vez que se dispone a abandonar su asiento.
--Solo me dijo que era un asunto de ustedes dos. Que no me metiera.
"Maldita". -la maldice internamente.
La odiaba.
Odiaba que jugara limpio en vez de aprovecharse de la situación y sacarle provecho.
Odiaba que fuera tan honesta.
Y más que nada, odiaba sentirse ruin al compararse con ella.
--¿Taehyung?
--Solo olvídalo, Hoseok. -pide al sentirse repentinamente cansado --Al fin y al cabo nada de eso importa.
--¿A qué te refieres con que no importa?
--El abuelo ya está mejor. -explica, reservándose el comentario de que nunca estuvo mal en primer lugar --Y, como claramente no hay indicios de que vaya a morir en un futuro próximo, no veo la necesidad de seguir con nuestro acuerdo.
--¿Quieres irte?
--Es lo justo, ¿no? Mi libertad a cambio de ayudarte. Eso fue lo que acordamos.
Hoseok guarda silencio al no saber cómo rebatir lo dicho por el menor. Sí, era cierto que ese había sido el trato. Sin embargo, aún no podía dejarlo ir. No podía permitir que se llevara a su hija lejos nuevamente.
--No tiene porqué terminar así. Podríamos intentarlo nuevamente. -propone --Podríamos hacer que funcione... por Horin.
--No. -niega al instante --Gracias, pero no. Ya no me interesa jugar a la parejita feliz.
No se iba a arriesgar a salir lastimado otra vez por nada del mundo. Una vez fue más que suficiente.
--¿Es eso lo que hacíamos? ¿Jugar?
Taehyung aparta la mirada, incapaz de continuar viendo al mayor a la cara cuando percibe un brillo herido en sus ojos.
No era justo. Hoseok no tenía el derecho de mirarlo como si le dolieran sus palabras.
--Da igual. -deja escapar un suspiro --De todos modos no funcionaría... ya no.
--Funcionó una vez. -enfatiza antes de avanzar varios pasos en su dirección.
--Jamás funcionó y lo sabes bien. -contradice --Es imposible que una relación que carece incluso de un ingrediente tan básico como el deseo físico tenga futuro alguno.
--¿Dices que no hay atracción de por medio? -cuesrtiona a la vez que se acerca de forma rápida y sorpresiva hasta invadir el espacio personal de Taehyung. Eleva la mano derecha y la coloca justo en el costado del delgado cuello ajeno, de modo que su pulgar le acariciaba desde la mandíbula hasta el lóbulo de la oreja --Tu pulso late errático aquí. -comenta en un susurro ronco, presionando levemente sobre el lugar al que hacía referencia --¿Sabes lo que eso significa?
Taehyung no respondió. Se sentía ligeramente mareado y demasiado consciente del calor que le transmitía el contrario a través de su toque.
No quería aquello.
No quería sentir lo que estaba sintiendo.
--Detente, por favor. No hagas esto. -se escucha a sí mismo suplicar y se reprende por mostrarse vulnerable.
--¿Por qué? -cuestiona, aspirando el ligero aroma que desprendía su cuerpo --¿Temes que demuestre que te equivocas? -le susurra en el oído y siente como se estremece.
--Sé que no estoy equivocado. -dice antes de girar el rostro hacia la izquierda al percatarse de lo cerca que empezaba a estar la boca de Hoseok de la suya --No me amas y mucho menos me deseas. No finjas lo contrario.
Taehyung exhala un jadeo entre aliviado y desconcertado cuando es soltado sin previo aviso. Su corazón latía desbocado y su respiración era irregular.
--¿Me creerías si te digo que sí te deseo?
Esta pregunta lo toma totalmente con la guardia baja. No obstante, logra disimular la sorpresa.
--No. -responde con convicción --Y tampoco cambiaría nada si lo hiciera... No ando tras una aventura.
--No es eso lo que te ofrezco. -aclara con el ceño fruncido. Le ofendía que pensara que los rebajaría a ambos de esa manera.
¡Por Dios!, si estaban casados y tenían una hija.
--Sea lo que sea que me estás ofreciendo, sé que no se trata de lo que yo realmente quiero.
--¿Y qué es lo que quieres, Taehyung? -le apremia a responder, exasperado con su negativa.
--Algo que aparentemente eres incapaz de darme y por lo que yo ya me cansé de esperar.
Enmudecido y sin alcanzar a responder nada, Hoseok observa como Taehyung se marcha en dirección a su propia recámara.
Amor.
Eso era lo que el menor siempre dijo querer de él.
Y era, también, justamente lo único que temía darle.
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《Akina》
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