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Dedicado a babydolly2810 por su cumpleaños de hace unos días. Espero que te guste el capítulo y disculpa la demora.😘
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--No estoy seguro de que sea buena idea haber venido. -se queja por tercera vez el peliazul --Debe estar ocupado.
--Oh, por supuesto que lo está. -responde entonces su suegra --Trabaja demasiado y apenas descansa. Necesita que alguien le recuerde que hay cosas más importantes en la vida que incrementar una cuenta bancaria.
--Al menos hubiéramos avisado que veníamos. -insiste mientras las puertas del elevador se abrían frente a sus ojos. La madre de Hoseok se apresuró a abordarlo, por lo que no tuvo más remedio que imitarla.
No entendía cómo terminó siendo arrastrado hasta la empresa de los Jung cuando solo había aceptado ir de compras.
--Verás el gusto que le dará saber que moríamos de ganas por verlo...
--N-no... pero yo no...
--... ¿Cierto, Horin?
Taehyung enrojece presa de la vergüenza al darse cuenta de que aquella declaración iba dirigida a su pequeña y no a él.
Soltó un suspiro resignado cuando Horin empezó a aplaudir, obviamente emocionada. Al menos ella sí estaba feliz de estar allí.
Las puertas del cubículo de metal volvieron a abrirse al llegar al piso correspondiente y varias miradas recayeron sobre ellos.
--Querido, vamos. -le instó la fémina varios pasos más adelante tras darse cuenta de que se había quedado atrás.
Tae se dispuso a alcanzarla y apenas avanzó unos pasos cuando tres jóvenes mujeres se habían acercado a ellos. A juzgar por la familiaridad con la cual la madre de Hoseok las trataba, supuso que solía pasarse por allí de vez en cuando.
La tranquila conversación se convirtió rápidamente en chillidos agudos y una leve disputa por llamar la atención de la infante una vez su abuela la presentó. Como si el ruido que hacían las mujeres no fuera suficiente, Horin empezó a chillar también y luego a reír a carcajadas sin motivo aparente.
Y pensar que hace poco tiempo creyó que sería tímida.
El pequeño alboroto se prolongó hasta que una familiar voz masculina resonó con brusquedad, provocando un silencio instantáneo.
--¿Se puede saber qué rayos está pasando aquí? -Hoseok entonó esta pregunta con severidad y rostro fruncido, haciendo que sus empleadas ahogaran un jadeo al notar su molestia. Y es que, pese a ser considerado un jefe siempre justo y respetuoso, causaba pavor verlo enojado.
--¡Appa! -el alegre llamado infantil rompió la tensión que se había generado cuando -como por arte de magia- la expresión cabreada del pelioscuro cambió a una de pura sorpresa al toparse con el rostro alegre de su hija, apenas visible desde su posición.
--¿Horin? -llamó con una sonrisa --Mi hermosa pequeña, ¿qué haces aquí? -cuestiona antes de acercarse a ella y tomarla en brazos.
Taehyung los observaba con detenimiento. Una sensación extraña crecía en su estómago mientras padre e hija se sonreían mútuamente. Le Resulaba repentinamente desconcertante la enorme similitud entre ambos. Es decir, claro que ya había notado el alto grado de parentesco, pero hasta el momento no había reparado en que fuera tanto.
--Madre, no sabía que vendrían. -Hoseok dice, dirigiéndose esta vez a la mayor, quien se despedía con un gesto de manos de quienes hacían su retirada de manera disimulada para continuar con su trabajo.
--Queríamos darte la sorpresa. -informa un tanto risueña --¿Ves que no había problema en venir? -dice ahora en dirección a su yerno para luego volver su atención hacia el pelioscuro --A Taehyung le preocupaba que nuestra visita fuera una molestia para ti.
--Por supuesto que no es ninguna molestia tenerlos por aquí. -asegura sin titubeos --Vayamos a mi oficina.
--De hecho veníamos a sacarte de ella. -revela la dama en respuesta --¿No te cansas de trabajar tanto? -empieza a recitar lo que Hoseok bien sabía no era más que el inicio de un sermón --Necesitas dedicar tiempo a la familia, en cambio, permites que mi pobre yerno y nieta se la pasen encerrados dentro de esas cuatro paredes.
--Ya, mamá, no vayas a empezar. -pide, procurando mantener un tono cauto y respetuoso. Su madre, pese a su carácter dulce y reservado, en ocasiones demostraba ser una digna hija de su padre.
Mientras hablaba, Hoseok los guió hasta su oficina, con el peliazul y la fémina siguiéndolo, está última a regañadientes.
--Tomen asiento. Hay unas cuantas cosas que necesito terminar, pero...
--No, claro que no. -niega su madre al instante --Dame a mi nieta. -exige --No la traje hasta aquí para que también esté encerrada. Vamos, mi cielo, abuela vio una máquina expendedora en el lobby, te conseguiré unas cuantas golosinas. -solo estas palabras bastaron para captar el interés de la menor, quien no dudó en ir a sus brazos, evidentemente entusiasmada ante la promesa de obtener algo dulce --Taehyung, espéranos aquí, por favor. -indica en cuanto nota la intención de este de acompañarla --En cuanto a ti, Hoseok... -su tono promete una reprimenda más adelante --Tenemos una plática pendiente.
Hoseok rueda los ojos, divertido por su dramatismo.
--En serio lamento todo esto. -musita el peliazul una vez solos --Le dije a tu madre que seguro estarías ocupado, pero ella insistió en venir...
--No tienes que disculparte. -aseguró con una sonrisa amable --Me alegra que hayan venido.
Sin saber qué responder, Taehyung solo alcanza a asentir.
--Bueno. -carraspeó el mayor cuando el silencio se empezó a tornar incómodo --Será mejor que vaya por Horin antes de que mi madre le proporcione tantos dulces que nos tome una semana hacerla dormir.
Tae ríe de manera queda ante la broma. Y es que esos últimos días el pequeño secreto de cómo ganarse el cariño de la menor quedó al descubierto y la fémina no dudaba en usarlo a su favor. Lastimosamente eran él y Hoseok quienes lideaban más tarde con una demasiado enérgica Horin que se negaba a dormir.
Más relajado, ocupó asiento mientras Hoseok salía de la oficina en busca de su madre e hija. Se entretuvo unos minutos en su celular hasta que la puerta se abrió nuevamente. Al levantar la mirada se topó con la esbelta figura de Rosé.
--Oh, lo siento. -se apresura esta a disculparse --Buscaba a Hoseok.
--¿Acaso no sabes que no se irrumpe en un lugar sin antes haber tocado? -cuestiona con cierto matiz de sorna --Eso incluye la oficina de un hombre casado. Alguien tan correcta como tú debería de saberlo.
--Hola para ti también, Taehyung. -replicó Rosé con la mayor calma posible, reacia a caer en ningún tipo de provocación.
--Ya se me hacía raro no haberte visto aún. -prosigue, ignorando adrede el saludo.
Rosé soltó un bufido, algo que desentonó completamente con la delicadeza que exumaba. Se adentró otro paso y cerró la puerta.
--Veo que no es necesario fingir entre nosotros.
--No, no lo es. -estuvo de acuerdo a la vez que se ponía en pie sin hacer esfuerzo alguno por esconder la animadversión que sentía hacia ella --Estoy harto de fingir que no sé que te gusta mi esposo.
--Ah, vaya. -exclama para nada sorprendida --Así que al fin decidiste mostrar las garras, ¿no?
--Después de tanto tiempo aún no lo superas, ¿verdad? -cuestiona con un matiz de burla --Entiende que tu oportunidad ya pasó.
--¿Mi oportunidad? ¡Por favor! -se carcajea con ganas --En ese entonces no era mi oportunidad. No con Hoseok completamente cegado con tu falsa dulzura e inocencia. -le dedicó una mirada crítica antes de continuar --Cuando la realidad es que no eras más que un niño mimado y egoísta que supo aprovecharse de su incapacidad para negarle algo.
Pese a que el comentario le dolió en lo más profundo, Tae se mostró sereno al hablar: --Solo estás molesta porque yo sí fui capaz de luchar por lo que quería. No como tú, que te rendiste sin siquiera dar batalla.
--Quizás tengas razón. -concuerda demasiado relajada para el gusto del peliazul --Por suerte ahora la balanza está más a mi favor... Ahora sí que voy a luchar.
--Te recuerdo que su esposo sigo siendo yo.
--Solo hasta que se rompa el acuerdo.
Ante esta declaración, Taehyung siente como la furia y la indignación empiezan a apoderarse de él, justo entonces, la puerta es nuevamente abierta, revelando la llegada del pelioscuro junto a su madre y Horin.
--Rosé, hace un tiempo que no te veía. -la madre de Hoseok es la primera en hablar, acercándose a la mencionada con una sonrisa cálida pintanda en el rostro.
--Señora Jung. -saluda esta con amabilidad --Es un placer volver a verla.
--Querida, ya nadie me llama por ese apellido.
--Oh, lo siento... perdóneme... siempre lo olvido...
Taehyung escuchaba con un alto grado de fastidio como ambas mujeres se sumergía en una plática amena. Le molestó ser dejado de lado. Entendía que la mayor era libre de llevarse bien con quien quisiera.
No debería importarle.
No debería sentirse traicionado ni dolido.
Y aún así, esa era precisamente la manera cómo se sentía.
Sin pensarlo dos veces, sale de manera abrupta de la oficina, desconcertando a todos a su paso.
Luego de una rápida despedida, tanto Hoseok como la mayor van tras él, siendo la recepcionista quien los guió hacia afuera, donde estaba parado esperando por un taxi.
--¿Taehyungie? -llamó la fémina sin obtener respuesta alguna --¿Qué te pasa, querido?
--Regreso a casa. -responde sin más.
Si bien el extraño comportamiento del menor logró descolocarla, supo mantener la calma. Observó con detenimiento la postura decaída de quien insistía en darle la espalda. No hacía falta que le dijera nada, lo conocía lo suficiente para saber que algo lo había afectado lo suficiente para hacerlo comportar de esa manera tan atípica. Ni siquiera parecía consciente de estar a punto de marcharse sin su hija.
--Hoseok ve por el auto. -ordenó antes de alargar sus brazos para tomar a Horin. Tal como esperaba, este obedeció sin pensarlo dos veces y ella le agradeció en silencio por ello.
--No tengo problema en regresarme en taxi, no tienen que acompañarme. -aseguró, esforzándose para que su voz no revelara la inestabilidad emocional que lo embargaba.
La mayor no dijo nada, solo se limitó a hacerle compañía en silencio. Rompiéndolo únicamente para instarlo a subir al auto de Hoseok una vez este estacionó frente a ellos. Al final logró convencerlo, pero durante todo el trayecto Taehyung se mantuvo con su vista fija en el camino. Una vez llegaron a su destino, prácticamente se abalanzó fuera del vehículo y caminó sin mirar atrás.
Muy en el fondo era consciente de que se estaba comportando de una manera inmadura e irracional. Sin embargo, justo en ese momento poco o nada le importaba aquello.
Introdujo la llave dentro de la cerradura con manos temblorosas, dando gracias a todo lo bueno por haberlo logrado en el primer intento. Ya había llegado al pie de la escalera cuando la voz de Hoseok lo detuvo.
--¿Al menos vas a decir qué rayos pasa contigo?
Esta pregunta acaba con el poco autocontrol al cual se había aferrado para no perder los estribos. Todo el esfuerzo por mantener la compostura fue tirado por la borda en el momento en que se giró para encarar a su esposo.
--Se lo contaste. -acusa, cada letra impregnada de amargo resentimiento y rencor --¿¡Por qué demonios le dijiste a Rosé sobre nuestro acuerdo!? -estalla sin poder contenerse. Su respiración se tornó errática nada más terminar de hablar.
--¿Por qué te molesta que le haya dicho? -pregunta, sin comprender del todo porqué aquello le causaba tanto enojo --¿Acaso no eras tú el que veía innecesario hacer creer a los demás que volvíamos a ser una pareja?
De todas las reacciones posibles ante esta última pregunta, Hoseok definitivamente no se esperaba que Taehyung rompiera en una carcajada totalmente desprovista de humor. Un escalofrío le recorrió la columna vertebral cuando este le dedicó una mirada glacial.
--¿Sabes qué?... Tienes toda la razón. -dice mostrándole una sonrisa tensa antes de marcharse hecho una furia.
--¿Qué demonios fue eso? -apenas alcanza a cuestionarse a sí mismo antes de escuchar cómo una puerta era azotada sin piedad.
--Quizás sea mejor que Horin y yo demos un largo paseo. -la suave voz de su madre lo saca de su estupefacción justo a tiempo para notar la mirada de circunstancia que esta le dedica.
Suspiró.
¿En qué se había metido?
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¿Alguien se esperaba que Taehyung y Rosé se conocieran desde antes? ¿Qué creen que haya ocurrido en el pasado?
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《Akina》
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