11
En cuanto la puerta se cerró, Taehyung se apresuró hasta la misma para colocarle el seguro. Su corazón palpitaba a un ritmo desmedido y su respiración era irregular.
Con manos temblorosas se acercó hasta la ventana que daba a la calle. No tardó en visualizar a Hoseok cruzando del otro lado para encaminarse hasta uno de los pocos autos que estaban estacionados allí y del cual salió un hombre vestido con ropa oscura. Luego de intercambiar unas cuantas palabras, Hoseok se subió al vehículo y dejó atrás al desconocido, quien permaneció de pie mientras realizaba una llamada telefónica con su celular.
No pudo evitar que se le pusiese la carne de gallina ante el pensamiento de que ese sujeto se había quedado para vigilarlo.
"El muy desgraciado había hablado en serio"
Sin saber qué más hacer, fue en busca de Horin. La encontró dando vueltas alrededor del corral. Si bien la pequeña había demostrado ser bastante habilidosa a la hora de salirse de este, no corría con la misma suerte cuando decidía regresar para poder jugar con sus juguetes. La pequeña, tras notar su presencia, le dedicó una mirada suplicante que le sacó una sonrisa divertida, pese a la gravedad de su situación.
--Vamos, papi te ayudará. -le dijo mientras la alzaba en brazos y la colocaba dentro del rectángulo alcolchado. Una vez allí, Horin gateó con entusiasmo hasta donde se encontraban sus juguetes preferidos, todos desperdigados por aquí y por allá.
Con los gorgojeos infantiles de fondo, su mente empezó a sopesar sus opciones. Escapar estaba descartado; y no por el hecho de estar bajo vigilancia, sinó porque eso había sido precisamente lo que lo colocó en su situación actual. Ya no quería hacerlo más.
Por como estaban las cosas, su única alternativa era recurrir a Seokjin, pero lo cierto era que pedirle ayuda a este le causaba mas incertidumbre que esperanza. Si bien lo adoraba y no le cabía duda de que podía contar con él de forma incondicional, no dudaba de que Jin -con su carácter volátil y beligerante- sería más propenso a desatar una guerra sin cuartel por la custodia de Horin antes de que llegaran a algún tipo de solución racional.
Se le estrujaba el corazón de tan solo pensar en la posibilidad de tener que pelear por la custodia de su hija.
No, no quería aquello. Era demasiado riesgoso. Horin era todo para él. No soportaría que se la arrebatasen.
Una opción menos arriesgada era pedirle ayuda al ex representante de su hermano. Ken no le daría la espalda. Sin embargo, estaba casi seguro de que la lealtad que este sentía hacia Seokjin haría que terminara contándole lo que estaba ocurriendo. Por otro lado, no quería causarle más inconvenientes al simpático chico, quien ya había tenido más que suficiente con los que le había causado Namjoon.
Luego de casi una hora intentando pensar en algo que le permitiera librarse de Hoseok sin correr el riesgo de que intentase arrebatarle a su pequeña, Tae terminó decantándose por el que consideró el menor de sus males.
Con determinación buscó su teléfono celular y le marcó a Seokjin. Soltó un bufido exasperado cuando su llamada saltó directamente al buzón de voz.
Intentó unas cinco veces más en el transcurso de casi dos horas, pero seguía sin poder comunicarse con su hermano. La incertidumbre y la preocupación apoderándose de él con cada minuto transcurrido tenían sus nervios a flor de piel. El ligero movimiento de su hija que dormía plácidamente en sus brazos tras las largas horas de juego logró sacarlo de su letargo. Con cuidado acomodó un mechón de cabello que escapaba de una de las coletas que le había hecho esa mañana y soltó un respingo ante el repentino llamado a su puerta
¿Acaso Hoseok había regresado ya? ¿No era demasiado pronto? Aunque lo cierto es que no tenía la más mínima idea de cuánto tiempo había transcurrido ya.
Consciente de que no tenía escapatoria alguna a esas alturas, se puso en pie mientras soltaba un silencioso suspiro lleno de resignación y, con pasos deliberadamente lentos, se dirigió primero a la recámara de la menor para recostarla, demorándose allí unos segundos más de lo necesario con el único fin de retrasar algo que bien sabía era inevitable.
Cuando por fin regresó sobre sus pasos para abrir la puerta, se topó con el serio rostro de Hoseok el cual denotaba -más que nada- enojo contenido.
--Estaba acostando a Horin. -explicó de manera brusca e indiferente mientras se hacía a un lado para dejarle pasar.
Por su parte, Hoseok tuvo el impulso de soltar un comentario mordaz ante las aparentemente muchas siestas que tomaba la pequeña. Incluso estaba tentando a creer que el peliazul la hacía dormir adrede con la única intención de mantenerla lejos de él. Pese al impertinente pensamiento, optó por mantener la boca cerrada. Después de todo, ¿qué sabía él acerca de niños y sus rutinas diarias?
--¿Y bien? -preguntó al cabo de un rato con voz calma y neutral --¿Qué has decidido?
Taehyung no lo miró y se tomó su tiempo antes de responder: --No voy engañar al abuelo.
--¿Eso significa que rechazas el acuerdo que te ofrezco?
--No. -dice y le dedica una mirada decidida --Significa que acepto regresar contigo a Corea, pero no voy a fingir que estamos bien. Me parece completamente innecesario engañar a los demás de esa manera. -termina de decir con convicción y su atención puesta en el adverso, quien se limitaba a observarlo en completo silencio.
--Está bien. No tenemos que fingir que somos una pareja feliz. -dijo al fin después de un largo e incómodo silencio --De todos modos dudo que podamos convencer a alguien. Aunque sí necesito que mantengas en secreto la naturaleza de nuestro acuerdo. Eso no se lo puedes contar a nadie. Especialmente al abuelo.
--¿Por qué no me sorprende tu petición?
--Ahora que nos estamos entendiendo... -continúa, ignorando a propósito el tono ácido de aquella pregunta --Quiero saber algunas cosas sobre Horin antes de partir esta noche a Corea.
--¿Esta noche? -cuestiona, exaltado --¿Estás loco o qué? No puedo simplemente irme y ya.
--Sí que puedes. -responde con simpleza --Ya organicé todo.
--¿Tan seguro estabas de que aceptaría regresar? -gruñe con indignación, a lo que Hoseok solo se encogió de hombros.
--Háblame de Horin. -insistió, indiferente ante la mirada furibunda que le era dedicada --¿Cuántos meses tiene?
Haciendo ambas manos puños a sus costados, Taehyung respiró profundamente y contó hasta diez para tratar de serenarse. Por muy egoísta que esto fuera, él no deseaba compartir con el contrario absolutamente nada relativo a su hija; pero dadas sus circunstancias, responder algunas preguntas era la menor de las concesiones que le tocaría hacer.
--Nueve. -responde a regañadientes --Cumplirá diez meses en poco más de una semana.
Tras revelar esto, el peliazul casi podía ver los números y ecuaciones flotando alrededor de la cabeza del mayor.
Estaba haciendo cálculos.
"Bastardo" -pensó.
--Sé que Horin es mía. -declara con expresión solenme. Todo apuntaba a que habían concebido a la pequeña la última vez que tuvieron sexo. Prácticamente un mes antes de que Taehyung empezara con sus misteriosas salidas y los constantes retiros de dinero.
--¡Que maravilloso! -exclamó con evidente sarcasmo el menor --Avísame si quieres un obsequio por tu descubrimiento.
--¿Puedes dejar tus comentarios sarcásticos para otro momento? -cuestionó con severidad, ganándose una mirada llena de odio del peliazul que luego giró su rostro a un costado, totalmente enfurruñado.
--¿Cuándo es su cumpleaños? -continuó con sus interrogantes, importándole realmente poco la nula disposición del otro para responder a sus preguntas --¿Sabías que estabas en espera cuando te marchaste? -prosiguió aún cuando no obtenía respuesta de la pregunta anterior --¿Tenías la intención de contármelo algún día?
--¡Ay, por favor! -gruñó con fastidio --¿Qué demonios es lo que quieres?
--¡Que te dignes a responder mis malditas preguntas! -exclamó también, perdiendo por primera vez la compostura.
--¡Sí, maldita sea! ¡lo sabía cuando me fui! -confesó con las mejillas coloradas acausa de la discusión --Y no sé, ¿de acuerdo? No tengo idea de si alguna vez iba a contártelo... supongo terminaría haciéndolo algún día.
Hoseok se tomó su tiempo para regular el ritmo de su respiración, se sentía más agotado, más enojado y más lastimado de lo que se había sentido nunca.
--No puedo creer lo egoísta que puedes llegar a ser. -acusó con voz serena, pero no por eso menos letal.
--¡Discúlpame si no me moría de la emoción por contártelo después de nuestra última conversación!
--Aun así debiste decirme antes de largarte a otro país.
--¡Me acusaste de infidelidad! -le recuerda --Solo hubieras puesto en duda tu paternidad en cuanto te contara al respecto.
Bien. Ese era un punto a considerar y Hoseok no era tan hipócrita como para descartar del todo esa posibilidad después de haber visto las fotos que Namjoon le había mostrado. No obstante e independientemente de todo, consideraba que se le debió otorgar al menos el beneficio de la duda.
--Supongo que ya no importa cuál hubiese sido mi reacción, dado que te tomaste la libertad de darla por sentado.
----☆☆☆----
Porque el drama es mi vida, aquí un nuevo capítulo.
Posiblemente debí haberme tomado más tiempo para desarrollar y pulir este capítulo, pero estaba inspirada y tenía ganas de actualizar hoy.
Espero les guste.
♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡
《Akina》
Solo por si alguien tiene curiosidad. Este es el tipo de corral que me imagino para Horin.
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