09
Mientras el taxi que había tomado hacía unos veinte minutos atrás avanzaba lentamente por una de las muy concurridas calles de Londres, Hoseok sentía como su mente sucumbía progresivamente a recuerdos del pasado que él se había esmerado en mantener en lo más profundo de su memoria durante el último año. Quizás era debido al cansancio y la falta de sueño, pero desde el día anterior estos parecían ir y venir sin control alguno; atormentándolo de manera eficaz.
Aunque sus orbes estaban clavadas en la ventanilla -por donde se podía apreciar el lento avance de los demás vehículos- no podía decirse que estuviera prestando realmente atención al tráfico.
Estaba varios años lejos del presente.
°•○°•○°•○Flashback○•°○•°○•°
--Hobi, ¿entonces tú también te irás al extranjero?
Hoseok apenas aparta la mirada de su teléfono celular para prestar atención al dueño de aquella voz un tanto grave, pero dulce. Taehyung le dedicaba una miraba que denotaba cierta incertidumbre, lo cual lo llevó a dejar su teléfono celular de lado, junto a su olvidado helado a medio derretir --Así es, ¿por qué preguntas? -cuestiona a pesar de que sabía la respuesta a su propia pregunta. Desde que Seokjin lo había acusado de pervertido, su bochorno fue tanto, que desde ese día intentó mantener la distancia con el joven castaño, quién insistió día tras día a continuar con la misma rutina hasta que Hoseok -incapaz de negarle algo- terminó cediendo.
--Yo... bueno... -empezó a decir de manera dubitativa el joven doncel --Me va muy bien en el inglés. Siempre saco muy buenas calificaciones.
--¿Es así? -cuestiona acariciando las hebras castañas antes de volver a tomar su celular que no dejaba de timbrar con cada mensaje entrante --Recuerdame darte un obsequio por tu buen desempeño. -dice esto último de manera distraída, tecleando velozmente una respuesta.
--No es necesario un regalo. -asegura con timidez --Es suficiente con tu compañía.
De repente Hoseok voltea a verlo nuevamente, notando entonces el leve rubor en el rostro de facciones aniñadas. Se acerca más a este para verlo de cerca, completamente ajeno a los estragos que dicha acción causaba en el adverso.
--¿Por qué te pusiste tan rojito? -cuestiona con una sonrisa, enternecido por la forma en la que este evitaba mirarlo y jugueteaba con sus dedos.
--Y-yo...y-yo... -balbuceaba el menor sin poder emitir una frase completa y con su pobre corazón latiendo demasiado deprisa por tener el rostro de Hoseok tan cerca del suyo.
--En verdad que eres una ternura, Kim Taehyung. -esta frase acompañada de una amplia sonrisa, estuvo apunto de hacer colapsar al nombrado; quien tuvo que tomarse varios minutos antes de volver a hablar.
--Hobi... -llamó una vez recuperado --¿C-crees que soy bonito?
--Por supuesto. -respondió el mayor de inmediato, llenando de anhelo, sin ser conciente, el inocente corazón del menor --El más bonito de todos los chicos y chicas que conozco.
Taehyung no pudo evitar reír gosozo por tales palabras. Aunque consideraba que era una exageración decir aquello, no podía evitar sentirse realmente feliz --¿Si sabes que Seokjin es el más bonito de todos, no?
--Nop. -aseveró con convicción --Aquí entre nosotros, tú eres mil veces más hermoso que tu hermano. Solo no se lo vayas a decir, digo, para mantener la paz mundial. Vamos, es hora de llevarte a casa.
El menor se apresura a tomar sus cosas y se pone en pie. Cuando levanta la cabeza, nota las miradas apreciativas que algunas personas le daban a Hoseok. Con expresión seria, se acercó varios centímetros más a su mayor y le apresuró a salir del lugar.
°•○°•○°•○Flashback○•°○•°○•°
Una vez en su destino, Hoseok paga la cuota al taxista y se adentra al modesto edificio. A cada paso que daba, era consciente del peso de la decisión que había tomado y por la cual se encontraba allí.
Subió los tramos de escalera con paso lento, su cuerpo se sentía extremadamente pesado y sus pensamientos flotaban en medio de una bruma.
Levantó el puño y tocó varias veces la puerta de madera. Dentro se escuchaba en total silencio y por un instante llegó a creer que no había nadie.
Hasta que lo sintió.
No sabría cómo explicarlo si llegara a ser necesario hacerlo, pero lo cierto era que podía reconocer la cercanía de Taehyung aún cuando no lo estaba viendo.
--Será mejor que abras la puerta, Taehyung. -exige con voz demandante --Todavía no hemos terminado de hablar.
--¡Lárgate! -tal respuesta llega fuerte y clara hasta sus oídos, provocándole un tic en el ojo debido al esfuerzo por mantener la calma.
--No planeo moverme de aquí hasta que hayamos concretado algunos asuntos.
Suelta un suspiro cuando escucha como la cerradura cede, solo entonces logra ver parcialmente el rostro del peliazul.
--¿Qué quieres? -cuestiona este sin molestarse en disimular su fastidio.
--Déjame entrar. -pide de la manera más tranquila posible --Necesitamos hablar en privado.
--Lo que sea que tengas que decir, lo puedes decir perfectamente desde ahí. Así que...
Con su paciencia por el suelo -pero sin abandonar su postura serena- informa la razón de su vista: --He venido por Horin, quiero llevarla conmigo a Corea.
Taehyung exclama un jadeo ahogado en cuanto estas palabras son pronunciadas. Como acto reflejo, intenta cerrarle la puerta en la cara, pero Hoseok parece haber anticipado su intención puesto que utiliza la punta de su zapato como obstáculo.
--No dejaré que me la quites. -espeta con voz estrangulada debido a la mezcla de miedo e indignación --Tendrás que matarme antes.
--¿Podrías dejar el dramatismo por un momento y abrir la estúpida puerta? -exije con tono exasperado; rodando los ojos ante la evidente reticencia del menor a acceder a su petición --Preferiría tratar este tema con la mayor discreción posible.
--Y yo preferiría que te largues de una buena vez y que no vuelvas. Jamás. -hace énfasis en esta última palabra y sus labios forman un rictus severo que no da lugar a dudas sobre la seriedad con la cual es dicha.
--Lástima. -pronuncia con cierto desenfado --Porque tengo el mismo derecho que tú a estar con mi hija... -hace una breve pausa antes de continuar hablando, esta vez con un tono de voz más bajo y amenazador --Y, si no abres esta puerta en los próximos treinta segundos, la siguiente vez que nos veamos será en los tribunales.
Ante la clara amenaza, Tae retrocede un paso a la vez que niega repetidamente y sus orbes se humedecen. Él no podía permitirse una batalla legal de ninguna índole.
¡Por Dios! Ni siquiera contaba con los recursos económicos para contratar a un abogado.
Por su parte, Hoseok exclama una maldición silenciosa tras notar la expresión afligida y atemorizada en el rostro adverso y se reprende a sí mismo por haberlo asustado de esa manera.
--Taehyung, abre la puerta. -intenta nuevamente con un tono de voz más suave y menos demandante --No estoy aquí para quitarte a Horin, lo prometo. Si me dejas entrar puedo explicarte mi propuesta y...
--¿De qué propuesta estás hablando? -interrumpe, impulsado por el recelo. Realmente no le interesaba absolutamente nada de lo que él mayor tuviera que decirle. Solo deseaba que se marchara y lo dejara en paz.
--Abre la puerta. -insiste --Te explicaré todo cuando me dejes entrar... no voy a marcharme hasta que hayamos hablado. -puntualiza, anticipando cualquier otra negativa de parte del peliazul.
Dejando escapar un resoplido, Tae accede a abrir la puerta, permitiéndole entrar. En cuanto tiene a Hoseok en frente, nota las enormes ojeras bajo sus ojos y su forma lenta de moverse. Taehyung no pudo evitar notar cuán fatigado lucía y esto hizo que algo en su interior se removiera -muy a su pesar-.
--¿Quieres una taza de té? -ofrece mientras se encaminaba hacia la cocina. El ofrecimiento no era más que una mera cortesía de su parte. Ambos eran conscientes de ello.
--No, gracias. -rechaza tras considerarlo unos segundos --¿Dónde está Horin?
--Jugando.
Ante la vaga respuesta, Hoseok pasea sus ojos ansiosos por la estancia. Si bien sentía la fuerte necesidad de ir en busca de la pequeña, aunque solo fuera para mirarla a la distancia, sabía que no podía dar un paso en falso.
Y menos en ese momento.
Vio al peliazul tomar una cuchara y mover el líquido humeante contenido en una taza. Taehyung no lo miraba ni por asomo, pero podía notar que estaba nervioso y a la expectativa.
Cuando se hizo evidente que estaba más interesado en remover el té que en mantener una conversación con él, entonces decidió ir al grano.
--Quiero que regreses a Corea conmigo... como mi esposo. -sentencia, tomando por sorpresa al peliazul, quien terminó atragantándose.
--Tienes que estar bromeando. -alcanza a decir cuando logra dejar de toser --Creí que era obvio que no tengo interés en regresar a tu lado. Lo nuestro ya acabó y lo único que espero de ti es el divorcio.
--Que bueno que pienses así. Eso facilitará las cosas.
--¿De qué hablas? -su ceño se frunce ligeramente ante las enigmáticas palabras del otro.
--Como ya te mencioné antes, el abuelo está enfermo. -empieza a explicar --Al principio creía que solo fingía, pero ya no estoy tan seguro al respecto.
--No entiendo qué tiene que ver tu abuelo en todo esto.
--Insiste en poder conocer a sus bisnietos antes de partir de este mundo. Incluso Yoongi, siendo como es, acaba de casarse para darle gusto. Teniendo en cuenta que Horin ya existe, nada me impide complacerlo yo también.
Si a Taehyung le sorprendió o no la noticia del casamiento del pálido, no lo demostró en lo absoluto.
--Entiendo que quieras presentarle a Horin, pero sigo sin comprender la parte donde me involucras a mí.
--El viejo siempre ha querido que fuera en tu búsqueda y retomara nuestro matrimonio. -explica con simpleza.
--Quieres hacerle creer que estamos juntos de nuevo. -sentencia de manera acertiva y con mirada acusatoria --¿Me estás pidiendo engañar a tu abuelo?
--Obviamente serías remunerado por tu colaboración. Aunque se escuche cruel, dudo mucho que el abuelo resista más de un mes. Ese tiempo sería la duración de nuestro acuerdo.
--No me interesa recibir un solo Won de tu parte. -dice con expresión enojada.
--Bien por ti. -replica con gesto desdeñoso --Sin embargo, estoy más que dispuesto a pagarte la cantidad que pidas a cambio de tu ayuda.
--No voy a formar parte de tu farsa, Hoseok. Mi respuesta es "no". Búscate a otra persona.
Por el bien de su plan, Hoseok decidió reservarse para sí mismo el comentario acerca de lo absurdo que le resultaba aquel destilamiento de falsa integridad
¡Como si él no conociera su talento a la hora de fingir!
En cambio, se encogió de hombros con indiferencia: --Lamentablemente para los dos, tú eres el único que puede cumplir a la perfección con el cometido. Aparte de ser mi esposo y el padre de mi hija, sabes muy bien la estima que te tiene el viejo. No aceptará a nadie más.
--Pues lo siento mucho por el abuelo, pero no voy a regresar contigo ni siquiera bajo una farsa.
--Cómo has cambiado, ¿no? -musita con tono sardónico --Antes todo lo que querías era estar a mi lado. Supongo que eso cambió en cuanto conociste a tu nuevo amor. ¿Es por él que te niegas a acceder?
--Y si así fuera, ¿qué? -espeta a la defensiva ante el último cuestionamiento y sintiéndose herido por la clara burla hacia sus sentimientos de antaño.
Escuchó como Hoseok inhalaba de manera sonora e intentó mantenerse imperturbable pese a que hubo un disparo de adrenalina en su sistema en cuanto el rostro adverso adoptó una severa expresión de enojo.
Le resultaba irreal verle cabreado.
Después de todo, nunca conoció otra faceta suya más que la del chico sonriente y de carácter afable.
Sin embargo, empezaba a reconocer esa otra parte totalmente opuesta de su personalidad.
Y debía admitir que era aterradora.
Aunque no en el sentido en que se sintiera amenazado a un nivel físico. Era más una cuestión de instinto que dejaba claro quién resultaría el vencedor en una batalla de voluntades.
--Tal parece que no eres capaz de comprender qué tan desfavorable es tu situación. -dice a la vez que da un paso hacia el menor --Permíteme ilustrarte, esposo mío.
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Me emocioné escribiendo y se alargó un poco.
No odien demasiado a mi solecito, por favor.
♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡
《Akina》
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