Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

08

Hoseok abandona el lugar donde se está llevando a cabo la recepción de la boda de su primo en un estado taciturno. Pese a que su permanencia allí no superó los quince minutos, no pudo evitar ponerse nostálgico al recordar su propia boda. Pero él definitivamente no quería pensar en ello. No quería pensar en nada realmente, pero -para su desgracia- su cerebro no parecía entenderlo.

Una repentina ventisca fría le provocó un escalofrío, haciéndole consciente de que no se había abrigado debidamente. Solo esperaba no pescar un resfriado, ya que no tenía tiempo de enfermarse.

Mientras caminaba sin tener un rumbo fijo, se debate entre regresar a su solitario departamento e intentar dormir unas horas antes de tener que tomar otro vuelo a Londres o ir por unas copas.

La segunda opción se le antojaba de lo más atractiva ya que lo que verdaderamente necesitaba era mantener su mente ocupada.

--Hey. -dice tras tomar su teléfono celular y pulsar para remarcar --¿Qué tal si vamos por un trago?

***

Alzando un brazo, Hoseok se hizo notar por entre las demás personas que, al igual que él, se encontraban esa noche en aquel bar.

Ladeó una sonrisa pese a que esta no hacía absolutamente nada por ocultar su estado melancólico y apesadumbrado.

--Pensé que te quedarías en Londres hasta mañana.

Un simple encogimiento de hombros es la respuesta que recibe la recién llegada, quien suspira antes de tomar asiento e indicar para que le sirvieran un trago.

--¿Me vas a contar qué es lo que te tiene tan extraño? -cuestiona al cabo de unos minutos, con toda su atención puesta en el perfil de Hoseok que mantenía su vista fija en algún punto de la barra, aparentemente sumido en sus pensamientos --Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad? -continúa diciendo con suavidad a la par que coloca su diestra sobre el hombro del contrario.

Y Hoseok sabía que era así. Después de todo, la conoce lo suficiente como para tener esto más que claro. No obstante, su reticencia no era motivada por la desconfianza, sinó, más bien, por cómo la chica tomaría la noticia.

--Me topé con Taehyung en Londres. -explica al fin antes de soltar un sonoro suspiro lleno de pesar --Y descubrí que tengo una hija.

Tras esta confesión, Hoseok es capaz de percibir como el agarre de la fémina afloja de repente, dejando en evidencia el impacto que tuvo sobre ella dicha noticia. Preocupado, dirige su atención sobre esta y puede ver la conmoción reflejada en sus facciones.

--¿Estás seguro de que es...?

--Es mía. -confirma al instante sin siquera darle tiempo a la adversa de terminar la pregunta --Ni siquiera necesito una prueba de ADN, me basta con mirarla para tenerlo claro.

--Lo siento. -Rosé musita estas palabras acompañadas de una expresión un tanto dolida debido al tono brusco de la respuesta --No debí... yo... discúlpame, por favor.

--Está bien. No tienes que disculparte. -asegura, relajando sus facciones para brindarle a la chica una sonrisa conciliadora; sonrisa que esta se esfuerza por devolver.

--¿Y qué harás ahora?

--No lo sé. -contesta, sin despegar su mirada del vaso sobre la barra --Lo único que tengo claro es que quiero a Horin en mi vida.

--Y a Taehyung, ¿también lo quieres en tu vida? -pide saber con cierto matiz de ansiedad en la voz.

Ante este cuestionamiento, Hoseok ni siquiera se inmuta. Esa misma pregunta llevaba él haciéndose toda la noche.

--No, definitivamente a él no. -contesta antes de tomar un largo trago de su bebida --Pero desgraciadamente lo necesito en ella.

[.]

Taehyung se remueve incómodo en lugar. Por alguna razón que desconoce, sus movimientos están restringidos y hay algo extremadamente húmedo y resbaladizo paseándose por su cara. Entre sueños, intenta apartar el rostro, pero es inútil. Suelta un gruñido de protesta cuando siente algo picándole el interior de la nariz de manera insistente y un tanto dolorosa. Justamente cuando empieza a abrir lentamente los ojos, tiene que cerrar el izquierdo puesto que una diminuta boca se posa sobre este, llenándolo de baba.

--Buenos días para ti también, mi cielo. -musita con voz profunda y adormilada apartando suavemente a su pequeña hija de su rostro. Suelta un bostezo y se estira, descubriendo que le duele todo el cuerpo. Aunque claro, era de esperarse teniendo en cuenta que se quedó dormido dentro de la cuna de la menor. Si bien esta era extremadamente cómoda, no era lo suficientemente grande para ser ocupada por alguien que superara el metro de altura.

Y bueno, tampoco es como si hubiese sido su intención dormir allí.

°•○°•○°•○Flashback○•°○•°○•°

Luego de que Hoseok por fin se marchara, había derramado varias lágrimas producto del coraje y la impotencia que sus palabras le causaron. Se suponía que nada de lo que este le dijera podría afectarle ya, pero vaya que no era el caso.

Una vez pudo tranquilizarse, se recordó a sí mismo que Hiseok no valía una sola de sus lágrimas y se concentró las siguientes horas en pasar el rato con su pequeña. Verla reír y disfrutar le supuso la mayor de todos las dichas, le llenó de felicidad.

Ya casi entrada la noche, recordó de repente que no había hablado en todo el día con su hermano. Se dedicó a descubrir dónde había dejado tirado su celular hasta que lo encontró debajo de la cama. Al encender la pantalla, descubrió varias llamadas perdidas de Seokjin y no lo pensó dos veces antes de devolverle la llamada.

Cuando Seokjin contestó al primer timbrazo y su tono de evidente preocupación llegó hasta sus oídos, no pudo evitar el sentimiento de desasosiego que lo invadió, por lo que de inmediato le informó al castaño sobre la inesperada visita de Hoseok.

La exaltación de su hermano mayor no se hace esperar y un sollozo lastimero escapó de los labios del peliazul, quien ya veía venir una retahíla de maldiciones y amenazas. Si bien estas no tardaron en llegar, con sorpresa descubrió que no iban precisamente dirigidas hacia Hoseok.

Al otro lado de la línea telefónica se escuchaba una acalorada discusión entre Seokjin y Namjoon mientas que Taehyung se debatía entre cerrar la llamada telefónica o no. Cuando los gritos y acusaciones sesaron de la nada, realmente se preocupó por su hermano y lo llamó por su nombre varias veces hasta que logró detectar un ruido extraño y muy parecido a chasquidos.

Su ceño se frunció de preocupación hasta que unos gemidos altos y muy agudos llegaron hasta sus oídos. Con la cara roja y caliente, prácticamente lanzó lejos el celular nada más colgar la llamada.

El bochorno lo golpeó fuertemente y se reprendió por no haber colgado antes. Luego de aquello, preparó algo de cenar tanto para él como para Horin y después se dieron un largo baño de agua caliente. Agradeció que su vecina Mimi estuviera ocupada esa noche, porque ciertamente no le apetecía hablar con nadie. Una vez preparados para dormir, intentó por todos los medios hacer que Horin se quedara dormida en su cuna. Hacía semanas que se había dedicado a la tarea de hacer que su pequeña se acostumbrara a dormir en su propia cama, pero esta se resistía hasta el punto de que, o bien Taehyung se rendía y la acostaba con él; o se quedaba dormido antes que esta, como sucedió esa noche.

•○°•○°•○Flashback○•°○•°○•°

--¿Qué? ¿Quieres leche? -cuestiona con ternura cuando la niña se sube en su regazo y palma varias veces sobre su pecho, el cual deja al descubierto tras volver a recostarse.

Una vez Horin parece satisfecha, Taehyung sale de la cuna y luego carga en sus brazos a su hija. Bosteza perezosamente y se encamina hasta la cocina. Coloca a la pequeña en una silla alta para bebés y se dedica a preparar un poco de papilla para esta y una taza de té para él.

Para tranquilidad del peliazul, la mañana transcurría de manera normal y amena. Aunque generalmente solía llamar a Seokjin tras despertarse, esta vez -y por obvias razones- prefirió esperar a que fuera él quien lo llamara.

Cerca del mediodía, alguien llamó a su puerta y todos sus sentidos se pusieron alerta. Con pesadumbre se acercó hasta la entrada de manera cautelosa y observó por la mirilla.

En cuanto el rostro de Hoseok inundó su campo de visión, dio varios pasos rápidos hacía atrás, negando instintivamente y de manera silenciosa.

--Será mejor que abras la puerta, Taehyung. -resonó la voz del pelioscuro a través del obstáculo de madera --Todavía no hemos terminado de hablar.

--¡Lárgate! -exclamó en respuesta, modulando su voz lo suficiente para ser escuchado por el contrario, pero sin llegar a exaltar a su hija que jugaba tranquilamente.

--No planeo moverme de aquí hasta que hayamos concretado algunos asuntos.

A regañadientes, Tae se encamina hasta la puerta y echa la pequeña cadena como medida de seguridad antes de abrirla lo suficiente para que parte de su rostro fuera visible.

--¿Qué quieres? -cuestiona sin molestarse en disimular su fastidio.

--Déjame entrar. -pide de manera impasible --Necesitamos hablar en privado.

--Lo que sea que tengas que decir, lo puedes decir perfectamente desde ahí. Así que...

Taehyung deja la frase inconclusa a propósito, dejando claro con esto lo poco dispuesto que estaba a dar su brazo a torcer.

Por su parte, Hoseok se obliga a mantener su postura serena. Al fin y al cabo si al insensato de su esposo no le preocupaba tratar sus asuntos personales prácticamente a la intemperie, era cosa suya.

--De acuerdo. -concuerda con un encogimiento de hombros --He venido por Horin... -informa sin inmutarse ni un ápice -- ...quiero llevarla conmigo a Corea.

----☆☆☆----

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro