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05

Taehyung siempre consideró que su vida era la de chico normal.

Tenía una madre un tanto estricta pero que lo amaba, un hermano mayor un poco rebelde y un padre que, si bien casi nunca estaba, suplía todas las necesidades de un hogar.

No tenía nada por lo cual quejarse.

Ni siquiera las cada vez más prolongas ausencias de su padre o las contantes discusiones telefónicas de su madre con este lograron cambiar su percepción. Es decir, apenas era un niño de diez años de edad, demasiado joven como para cuestionarse nada mientras su mundo fuera "funcional".

Lastimosamente para él esto cambió el día que se enteró que aquella a la cual llamaba mamá no era su madre en realidad. Algo dentro del pequeño doncel se había quebrado de manera dolorosa y no tanto por el hecho de que esta no fuese la mujer que le había dado la vida, después de todo esto jamás fue impedimento para que ella lo amara de forma incondicional. Así como él también la amaba a ella.

Su dolor iba más allá.

Su dolor estaba ligado a las dudas e incertidumbres que aquel descubrimiento causó.

¿Dónde estaba su madre biológica? ¿Por qué nunca lo había buscado? ¿Acaso no lo quería? ¿Era eso?

Estas eran apenas algunas de las interrogantes que surgieron en su cabeza; interrogantes que un niño de su edad no debería hacerse.

Al enterarse por boca del señor Kim que su madre biológica había muerto en un accidente automovilístico -mientras huí de casa junto con su hermanito cuando él apenas era un bebé- obtuvo su respuesta del porqué esta nunca lo buscó. Taehyung no podía decir que saberlos muertos le había causado un gran dolor. Sí, fue impactante saber que murieron de manera tan trágica, pero al no tener ni siquiera un solo recuerdo de ellos le fue más fácil asimilarlo.

El asunto debió haber quedado zanjado allí mismo y todo hubiese vuelto a la normalidad en la vida del pequeño doncel si tan solo el señor Kim no lo hubiese alejado de aquellos a quienes consideraba su familia.

Tae había entrado en pánico al conocer las intenciones del mayor de llevárselo a quién sabe dónde. En medio de su desesperación, había recordado el teléfono celular que el amigo de Namjoon le había prestado y el cual él simplemente apagó y guardó entre sus cosas con la intención de devolverlo en la primera oportunidad que surgiera. Suspiró con alivio cuando al encenderlo descubrió que todavía tenía carga. De inmediato marcó el número de casa, pero este ni siquiera timbraba. Así que intentó recordar el número de celular de la señora Kim, lo cual le fue imposible. Su mente era un caos, no se le ocurría nadie más a quien llamar debido a que Seokjin no tenía un celular. Cuando logró calmarse un poco, su cerebro le recordó que podía llamar a Namjoon, el problema es que no dió con el nombre de este en la lista de contactos.

Poco dispuesto a darse por vencido, entró a la primera aplicación de mensajería que encontró. Iba a revisar todos las conversaciones de ser necesario hasta dar con la perteneciente a la del chico de sonrisa de hoyuelos, por suerte para él, esto no hizo falta, pues se topó con un mensaje de un contacto no registrado en el cual se leía un "Hola, soy Hoseok. Este es mi nuevo número". Sin pensarlo dos veces abrió el mensaje y llamó pidiendo ayuda desesperadamente al simpático chico.

La ayuda no había tardado en llegar, Seokjin se había presentado ante ellos y luego de muchas súplicas tanto suyas como del doncel mayor, su padre le había concedido el permiso de quedarse en Seúl.

Justamente cuando las cosas parecían empezar a mejorar el divorcio se hizo efectivo y el infierno se desató nuevamente.

La señora Kim sufría, Taehyung lo podía notar pese a los esfuerzos de esta por pretender que todo estaba bien. El pequeño doncel no sabía qué hacer, lo único que deseaba era que todo volviera a estar bien otra vez. Que su padre regresara y fueran nuevamente una familia.

Supo que su anhelo estaba muy lejos de hacerse realidad una mañana cuando se enteró por boca de la fémina que su ahora ex esposo tenía una nueva familia y que aquello había sido la razón principal del divorcio.

Tae hizo frente a un tumulto de sentimientos contradictorios. Se sentía terriblemente avergonzado por las acciones de su padre, no comprendía cómo este se había atrevido a traicionar de esa manera a la mujer con la cual compartió casi una década de su vida. Por otro lado, -y pese al enojo que sentía hacia su progenitor- también estaba dolido. Y es que, aunque prefiriera mil veces estar con la señora Kim y con Jin, tampoco se esperaba ser dejado de lado con tanta facilidad.

Es aquí donde empieza a cuestionarse si había algo de malo en él para que sus padres biológicos pasaran de su existencia con facilidad.

Es decir, podía comprender que la ausencia de la mujer que le dió la vida era debido a su muerte, pero el que esta cargara solo con su hermano el día del accidente y lo dejara a él con su padre le hacía cuestionarse ciertas cosas. Y no, no es que se quejara por no haber sufrido el mismo destino que sus dos familiares, pero no podía evitar pensar que existió alguna predilección de parte de ella hacia su otro hijo.

Esa era una duda de la cual quizás jamás obtendría una respuesta, pero no iba a ofuscarse por ello. Por otro lado, el que su padre decidiera hacerlo a un lado era otro asunto.

Taehyung no podía evitar temer que en un futuro la señora Kim y Seokjin también se irían y lo dejarían solo.

No lo soportaría.

De tan solo pensar en esa posibilidad su pecho dolía y las ganas de llorar lo embargaban.

Es este mismo temor el que lo lleva a buscar la manera de asegurarse de que estos nunca tengan un motivo para querer deshacerse de él. Se esforzaba día con día por hacer las cosas bien. Tenía buen desempeño en el instituto y ni qué decir de las clases particulares que le daba su madre, siempre ayudaba en los quehaceres del hogar, era obediente, era dócil, era dulce.

Era todo lo que se supone que debía ser.

Y, bueno, aunque ser el doncel perfecto no siempre era un trabajo fácil, la mirada y las palabras llenas de orgullo de la señora Kim hacía que todo valiera la pena. Incluso Seokjin con todo y su rebeldía se mostraba siempre complacido con él.

A Taehyung le gustaba aquello. Le llenaba de un sentimiento de seguridad, de aceptación y de pertenencia.

Pero como nada es tan fácil en esta vida, al joven doncel le tocó lidear con un nuevo sentimiento, un sentimiento prematuro y demasiado grande e incomprensible para su inocente corazón. Un sentimiento que lo llevó a querer ser cercano a un chico cinco años mayor, con una personalidad radiante y una sonrisa que le llenaba de calidez el corazón.

Todo había empezado con simples mensajes de buenos días y buenas noches que él mismo enviaba como muestra de agradecimiento hacia el pelioscuro. Luego siguieron las conversaciones triviales acerca del día a día. No había nada de malo en sus charlas, pero Taehyung tenía claro que si su madre o su hermano lo descubrían pegarían el grito al cielo.

Así que simplemente lo ocultó.

Cuando Seokjin terminó el instituto y comenzó a trabajar, no pudo evitar sentirse solo. Estaba acostumbrado a la compañía de su hermano y a sus escapadas diarias en busca de un helado. Cuando le contó a Hoseok cómo se sentía, este lo invitó a ir por un helado al día siguiente y así fue como nació la rutina en la cual el mayor lo pasaba a recoger del instituto, lo llevaba por un helado y luego lo acompañaba a casa.

Era una simple rutina que había llevado a cabo miles de veces junto a su hermano, pero que junto a Hoseok se sentía demasiado diferente.

Es decir, tenía claro que le agradaba el mayor y estaba sumamente agradecido con él por la ayuda brindada. Lo consideraba todo un héroe, lo admiraba y apreciaba.

Pero había algo más y no le tomó demasiado tiempo descubrirlo.

Le gustaba.

Puede que fuera muy joven, pero no tenía un pelo de tonto como para no darse cuenta de que había empezado a contar los segundos que faltaban antes de que las horas de clase terminaran y pudiera dirigirse a la heladería en compañía del mayor, que cuando estaban sentados en la mesa -con helado en mano- las preocupaciones y temores parecían no existir, que se perdía con facilidad observando su perfil cuando este estaba muy concentrado en uno de sus libros, que odiaba cuando otra persona que no fuera él acaparara su atención. Incluso había llegado a gruñir y dedicar malas miradas a aquellos que se atrevían a acercarse hasta ellos con la clara intención de coquetearle al pelioscuro.

Hoseok se había convertido rápidamente en su persona favorita en el mundo y él estaba mucho más que dispuesto a conservarlo a su lado para siempre.

 
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《Akina》

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