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04

Taehyung sabía que era malditamente necesario que Jung Hoseok saliera de su departamento en los próximos treinta segundos o estaría en serios problemas. No obstante, la mención de la delicada salud del patriarca de los Min lo tomó con la guardia baja.

No podía simplemente fingir que no le importaba la salud del viejo, la prueba de ello era la angustiante preocupación que sentía en su pecho.

Sin embargo, -y pese al gran cariño que le tiene al abuelo de Hoseok- justo en ese momento deseó haberse podido controlar y no haber pospuesto ni un solo segundo la salida del pelioscuro.

Fue apenas un quejido imperceptible, pero fue capaz de escucharlo. Tuvo el impulso de empujar a Hoseok fuera y cerrarle la puerta en la cara antes de que todo se viniera abajo, y lo habría hecho de no haberse quedado pasmado ante el temor latente de que su mayor secreto estuviera a nada de ser descubierto.

Cuando un nuevo y mucho más audible quejido se escuchó, se sintió desfallecer; principalmente porque Hoseok -que estaba a solo un paso de la salida- se giró hacia él, con el desconcierto pintando sus facciones.

Cuando el llanto infantil se intensificó, se supo oficialmente jodido. Acababa de ser descubierto, lo sabía. No obstante, el temor y la ansiedad ante esta certeza fueron rápidamente opacados por la necesidad de ir al lado de su bebé.

Y eso hizo.

Antes de que el mayor de los dos tuviera tiempo de hacer cualquier tipo de pregunta, el peliazul salió prácticamente corriendo en dirección de donde provenía el llanto desconsolado. Con sumo cuidado extrajo el pequeño cuerpo de la cuna para arrullarle entre sus brazos, pero esto no detenía el gimoteo inconforme de quien intentaba dar con su fuente de alimentación.

Por el rabillo del ojo Taehyung se percató de la presencia de Hoseok a un costado del umbral de la puerta observando todos sus movimientos, pese a esto no le tomó más de un microsegundo responder a sus instintos y dejar al descubierto su ligeramente hinchado pecho izquierdo, sintiendo de inmediato la sensación punzante producida por las potentes succiones.

No le hizo falta ver al contrario a los ojos para saber que estos estaban llenos de enojo y reproche, podía adivinar su mirada acusatoria por la manera en la que cada vello de su cuerpo se había erizado de manera simultánea.

--Tienes un hijo...

Esta simple declaración golpeó con ímpetu al joven doncel, quien no pudo más que morderse el interior del labio inferior a modo de contención; cuando escuchó pasos alejarse y largos segundos después la puerta abrirse y cerrase, las ganas de llorar se apoderaron de él.

¿Acaso eso era todo lo que diría? ¿En serio se marchó sin más?

Taehyung quiso golpearse así mismo cuando se percató del rumbo de sus pensamientos. ¿Pero qué rayos pasaba con él? ¿Qué más podía haber esperado?

Nada.

Él no debía esperar absolutamente nada de Hoseok y debía quedarle claro de una vez por todas.

Entre sus brazos tenía a su gran amor y mayor tesoro, quien representaba toda su felicidad y alegría.

No necesitaba más.

[.]

Hoseok regresó sobre sus pasos hasta la pequeña sala de estar, todos sus pensamientos anclados a una escena que lo llenaban de una rabia y decepción indescriptibles.

Se negaba a aceptar que Taehyung había llegado tan lejos como para haber tenido un hijo con otro hombre.

Aquello tenía que ser una jodida broma de muy mal gusto.

Pero las pruebas estaban allí, a tan solo unos pocos metros de él.

Necesitaba salir de allí antes de hacer algo de lo cual se arrepentiría luego. Se acercó a la puerta y la abrió dispuesto a largarse y empezar el proceso de divorcio de una maldita vez, pero incluso en ese momento una parte de él seguía resistiéndose a ponerle fin a aquel absurdo matrimonio que nunca debió ser.

No, no iba a seguir actuando como un maldito cobarde incapaz de enfrentar sus problemas.

Decidido, cerró nuevamente la puerta y tomó asiento, iba a esperar a Taehyung para encararlo. Mientras los minutos de espera se alargaban, una sensación punzante se instalaba en el pecho y estómago de Hoseok, quien rió con amargura mientras su consciencia no paraba de susurrarle que no era más que un estúpido por sentirse de la manera en la que se sentía: dolido y traicionado.

Después de todo, él jamás debió sentir nada más allá que cariño y aprecio por el pequeño doncel de mirada inocente y sonrisa angelical.

Él sabía, claro que sabía que no debía tomarse en serio aquel supuesto enamoramiento del menor, lo tuvo presente incluso cuando dió el sí acepto.

¡Dios!, le había resultado tan bochornoso cómo sus mejores amigos le dedicaron miraditas mal disimuladas, reprochándole de manera silenciosa todas las veces que negó tener alguna intención romántica con el dulce chiquillo. Él jamás se defendió puesto que lo consideraba innecesario. Sus sentimientos estaban claros, adoraba la inocencia y dulzura de Taehyung, más no lo amaba. Y estaba seguro de que el entonces castaño tampoco lo amaba a él; que era demasiado joven e inexperto para saber lo que era el amor.

Estaba convencido que solo era cuestión de tiempo para que este conociera al verdadero amor de su vida y volcara todos sus sentimientos en esa persona. Mientras tanto él podía esperar a que aquello ocurriera, no era necesario lastimar los sentimientos del menor.

Irónicamente al final los únicos sentimientos lastimados habían sido los suyos.

Hoseok se obliga a salir de sus cavilaciones cuando estas empiezan a tornarse demasiado melancólicas, cayendo en cuenta de que llevaba un largo rato esperando.

Agudiza sus oídos al percatarse de que todo está en silencio y se cuestiona qué tan acertado era permanecer allí. Es decir, hasta donde él sabía, la pareja de su esposo podría cruzar por esa puerta en cualquier momento y aquello podría desencadenar una escena bastante incómoda.

Pese a este pensamiento no puede evitar continuar con su búsqueda visual. Puede que fuera un tanto masoquista, pero en serio quería al menos saber algo sobre la persona a la cual amaba Taehyung.

Mientras husmeba de manera descarada, llegó nuevamente a la misma colorida habitación donde había dejado al menor amamantando, pero esta vez lo encontró sentado en el piso de espaldas a la puerta. No entendió la razón hasta que observó una pequeña cabeza asomarse por el costado derecho del peliazul, las enternecedoras facciones frente a él hicieron que algo en su pecho se removiera al instante. Era una sensación extrañamente cálida nunca antes sentida. Asumió que se debía al simple hecho de que se trataba de un vástago de alguien que en su momento fue sumamente valioso en su vida y él no era un mezquino para sentir repulsión por una inocente criatura a pesar de lo conflictiva que le resultase su concepción.

--¿Qué tanto miras, mi amor? -cuestiona la grave voz del joven doncel con extrema dulzura antes de pegar un respingo al girarse y toparse con la persona que había acaparado la atención de su retoño --¡¿Sigues aquí?! -exclama repentinamente nervioso y asustado, abrazando el pequeño cuerpecito instintivamente de manera que le obstaculizaba la vista a Hoseok.

--Ah... sí. -responde dubitativo, teniendo que carraspear para aclararse la voz --Te estaba esperando, pero... yo... -rasca su nuca sin saber cómo explicarse correctamente --¿Dónde está él? Me refiero al padre de tu bebé. -aclara cuando el menor no parece entender la pregunta.

Por su parte, Tae tiene que hacer puños sus manos cuando la indignación recae sobre él.

¿Cómo se atrevía el muy imbécil a hacerle aquella pregunta? ¿Acaso iba a fingir demencia ahora?

Taehyung abre la boca para soltar una retahíla de maldiciones que había aprendido de su amiga Mimi, pero antes de que una sola palabra saliera de sus labios, un quejido inconforme se escucha, el movimiento inquieto de quien está entre sus brazos le insta a aflojar su agarre y dejarle en libertad, cosa que lamenta en cuanto le ve gatear de una manera sorprendentemente rápido en dirección a Hoseok --¡No! ¡vuelve aquí! -dice en vano, puesto que en un abrir y cerrar de ojos se encontraba a escasos centímetros del mayor, quien va del asombro al desconcierto cuando las diminutas manos se aferran a su pantalón, intentando con esto obtener suficiente equilibrio para ponerse en pie.

Lastimosamente su agarre no es tan firme, por lo que Hoseok tiene que apresurarse a tomarle entre sus brazos antes de que cayera estrepitosamente al suelo.

--¡Horin!

--¡Te tengo! -dice con tono triunfal y una sonrisa en dirección a quién permanecía completamente ajena a la agitación que había provocado en ambos mayores.

--Dámela. -exige el peliazul ahora parado frente a su mayor, con ambas manos extendidas en dirección al mismo.

--Así que te llamas Horin, ¿eh? Es un lindo nombre. -comenta esto último en dirección a Tae antes de entregarle a la pequeña.

Esta vez Hoseok se permite fijarse bien en la infante, quien era arrullada y llenada de besos por Taehyung. Esta portaba un esponjoso conjunto blanco que le hacía lucir todavía más adorable, su rostro adornado por sus grandes y expresivos ojos heredados por su padre doncel, una pequeña nariz algo respingona y unos finos labios.

La bebé parece percatarse de la mirada puesta en su persona y sonríe en consecuencia, mostrando apenas un par de dientitos en la encía inferior y dos peculiares hoyuelos en las comisuras de sus labios.

Hoseok no puede evitar sonreír tontamente, sintiendo nuevamente la misma extraña calidez en su pecho, esta vez acompañada de una inexplicable emoción. No es hasta que el entendimiento llega a él que su sonrisa se tambalea hasta desaparecer por completo.

No.

No podía ser.

Era imposible.

--Taehyung. -llama con voz seria y severa. Tensando la mandíbula cuando el nombrado ni siquiera se digna a mirarlo --Taehyung, ¿quién es el padre de HoRin?

Ante esta pregunta el nombrado se gira con mirada fiera en dirección a su aún esposo --¿Tú quién crees que es? -masculla con resentimiento, sintiendo luego un escalofrio recorrer su columna vertebral ante la tétrica sonrisa que se dibujó en los labios contrarios.

--Justo cuando creí que no podía estar más decepcionado de ti.

----☆☆☆---

La mayoría acertó quien era el padre y respecto al género de la bebé, inicialmente iba a ser niño (como revelé en el capítulo 14 del primer libro), pero cambié de opinión casi inmediatamente, aunque preferí no editar el capítulo porque me di cuenta que casi nadie se percató que dejé esa pista.

Espero poder actualizar con regularidad más adelante, si no lo hago, desde ya pido excusas.

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》

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