02
Hoseok tamborileaba los dedos con aire ausente sobre su escritorio, dejando de lado la apretada agenda que le esperaba esa semana tras haber propuesto todos sus viajes fuera del país. La fría superficie de cristal reflejaba apenas sus facciones cansadas mientras su mente vagaba muy lejos de allí.
Se sentía frustrado y enojado consigo mismo debido a que, desde la reunión con su abuelo hace casi un mes, su mente parecía haber obtenido voluntad propia. Por más que lo intentaba -y vaya que lo hacía- no lograba sacarse de la cabeza el inoportuno deseo del mayor de que intentara arreglar algo que -en su opinión- no tenía solución.
Y no importaba que una parte suya -la más analítica e intuitiva- le hiciera sospechar que su abuelo intentaba manipularlos tanto a su primo como a él con su estado de salud. Por más que le gustaría, no podía simplemente pasar de la petición de quien aseguraba estar a punto de morir.
No importaba lo descabellada que esta fuera.
Incluso Yoongi, quien siempre fue el más reacio a casarse, estaba a unos días de contraer matrimonio con alguien a quien apenas conocía. Aunque conociendo al pálido estaba más que seguro de que pondría fin a aquella unión en cuanto le fuera posible.
Sin embargo, era él quien tenía el reto más grande allí. Después de todo, para cumplir la voluntad de su abuelo necesitaría remover un doloroso pasado.
¿Cómo se le ocurría al viejo pedirle ir tras alguien que se marchó por voluntad propia?
Hoseok dejó escapar un suspiro lleno de pesar y melancolía mientras su mente volvía a sucumbir ante los agridulces recuerdos de antaño. Recuerdos vívidos de un rostro de mirada dulce e inocente en conjunto con una singular sonrisa de la cual fue testigo miles de veces.
Ciertamente le gustaría que su mente no conservara todos y cada uno de los momentos al lado del joven doncel. Y es que ni siquiera era capaz de elegir cuál le resultaba más doloroso de todos.
Como si de un castigo divino se tratase, su mente trajo a colación la primera vez que lo vio en aquella heladería a la que Namjoon, Yoongi y él habían ido por decisión del primero. Si bien tenía frente así una peculiar escena donde un hermoso -y muy enfurecido- doncel despotricaba contra un arrogante chico, su atención recayó en aquel pequeño sentado en una mesa, completamente ajeno al espectáculo que se llevaba a cabo.
Inocencia era la palabra perfecta para describirlo y lo pudo comprobar más adelante cuando, debido a un problema familiar del menor, terminaron haciéndose cercanos.
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Hoseok se dirigía camino a casa de su amigo Namjoon. Como los señores Kim no estaban, el de hoyuelos lo había invitado tanto a él como a su primo Yoongi a disfrutar de una noche de casa sola.
En su rostro portaba una imborrable sonrisa mientras procuraba acelerar el paso para llegar a casa de Nam antes de que algún vecino entrometido lo cachara infraganti cargando en una bolsa las botellas de alcohol que logró sacar de casa sin ser descubierto. Su madre lo mataría de descubrirlo.
Prácticamente cruzaba a hurtadillas por el parque infantil que, debido a la hora, se encontraba desierto; llevándose tremendo susto cuando sus ojos captaron un pequeño bulto tembloroso hecho un ovillo debajo del resbaladero. Se debatió por varios segundos si era prudente acercarse o no, pero la curiosidad le ganó, por lo que en cuestión de segundos ya estaba a menos de un metro del desconocido.
--Hola. -saludó, causando un respingo en el contrario, quien sobresaltado había enderezado su postura para mirarlo directamente. No le fue difícil reconocerlo como el hermano menor del rebelde doncel de la heladería, el mismo que traía la dignidad de su mejor amigo por el suelo.
De manera inmediata, un sentimiento de incomododad lo embargó al tener frente así al inocente chiquillo sobre el cual había soltado un infame comentario insinuando que le gustaba.
Ciertamente no lo había dicho en serio. No obstante, la mirada reprochante de su primo y de su amigo le llenaron de una indescriptible vergüenza que lo seguía acompañando hasta ese momento.
Y es que ¡Dios! Kim Taehyung no era más que un niño y lo tenía más que claro, no en vano se había sentido asqueado de sí mismo tras caer en cuanta de lo que había salido de su boca aquella noche. Aquello era algo tan impropio de él que seguía cuestionándose en qué rayos estaba pensado cuando pronunció aquellas palabras.
Pasaron varios segundos en los que Hoseok consideró seriamente el marcharse de allí, pero le era imposible simplemente irse y dejar al menor solo y expuesto a que algo malo le pasara.
--¿Que haces aquí tú solo? -cuestionó --¿Dónde está tu hermano? -volvió a preguntar pero no recibió respuesta --¿Te perdiste y no sabes cómo regresar a casa? ¿Por eso has estado llorando? - rascó su nuca sin saber qué hacer ante la mudez del pequeño que se limitaba a observarlo con sus ojos enrojecidos debido al llanto y un puchero en los labios --¿Necesitas que llame a tu hermano para que venga por ti?
Esa simple pregunta provocó un efecto contrario al esperado cuando de las infantiles orbes empezaron a brotar lágrimas nuevamente, haciendo preocuparse en serio al mayor de los dos.
--Oye, no llores. -pidió más que descolocado al no comprender la razón del llanto del chiquillo.
--No tengo un hermano. -musitó entonces con tristeza la infantil voz.
--Creí que Seokjin era tu hermano.
El llanto de Taehyung se intensificó, descolocando completamente a Hoseok, quien aguardó un largo rato sin saber qué otra cosa hacer más que esperar a que el castaño dejara de llorar. Cuando al fin el llanto del menor sesó, suspiró aliviado.
--¿Quieres contarme qué te pasa? Mi abuelo siempre dice que lo mejor es sacar aquello que nos hace sentir tristes .
Hoseok no pudo evitar sonreír en grande cuando Taehyung lo observó detenidamente con aquellos grandes y expresivos ojos que lo miraban curioso. Moralmente sentía una especie de deuda con él, por lo que ayudarlo a dejar de estar triste era lo menos que podía hacer.
--Pues a mí mi mam... -Taehyung calló de repente y sus labios se fruncieron en una mueca triste. Hoseok creyó que iba a llorar nuevamente, mas no fue el caso --Siempre me han dicho que no debo hablar con extraños.
--¿Extraño? -repitió un poco perdido hasta que recordó que el menor no tenía idea de quién era él. Después de todo esa era la segunda vez que coincidían en un lugar; siendo la primera vez la heladería y en ese entonces el menor ni siquiera reparó en su presencia --Pues me presento, soy Jung Hoseok, amigo de Namjoon.
--¿Eres amigo del amigo de Jin?
Hoseok tuvo ganas de reír ante aquello. Lo que Namjoon buscaba estaba lejos de ser una amistad y, a juzgar por los desplantes de Seokjin, ni siquiera a eso llegaría.
--Nam y yo somos amigos de la infancia. -confesó con gesto risueño.
--Debe ser genial tener amigos de muchos años. -comentó con cierto anhelo en la voz.
--Lo es. -concedió --¿Tú tienes muchos amigos?
Taehyung negó al instante y bajó la cabeza con aire melancólico. Hoseok supo que lo mejor era cambiar de tema.
--¿Me quieres contar por qué estás aquí tú solo? -maldijo internamente cuando un sonidito lastimero casi inaudible llegó hasta sus oidos.
¿Estaba llorando nuevamente? Rayos, nunca se había sentido tan inútil mientras intentaba hacer sentir mejor a alguien.
--Mira, en verdad creo que debes ir a casa, ya es de noche y seguro que tus padres y tu hermano te deben de andar buscando. Puedo acompañarte si así lo quieres o dame un número de teléfono al cual llamar para que te vengan a buscar.
--N-no qui-quiero regresar. -contestó entre hipidos --Ellos se van a divorciar.
--¿Quienes? ¿Tu papá y tu mamá? -interroga, empezando a comprender.
--No es mi mamá. -responde con profunda tristeza --Al menos es lo que le gritó mi papá y ella no lo negó.
Mierda. -pensó el mayor. Si antes no sabía qué decir para hacerle sentir mejor, ahora estaba completamente perdido.
Sin pensarlo mucho, se acercó hasta el castaño y se sentó a su lado, acariciándole la cabeza en un gesto meramente amistoso.
--Un divorcio siempre es difícil. -comienza a decir con tono reflexivo --Mis padres se divorciaron hace un par de años ya y bueno fue doloroso para mí... aún lo es aveces. Pero ¿sabes qué descubrí? Que aunque ellos no estén juntos, siguen siendo mis padres, me siguen amando igual y seguirán estando ahí para mí siempre que los necesite.
Taehyung elevó sus orbes acuosas hasta mirar directamente a los ojos del adverso --Pero no es lo mismo. -refutó tras pensarlo --Si se divorcian, entonces ella ya no me verá más como su hijo.
--Es injusto que pienses así, ¿acaso tú dejarás de considerarla tu madre solo porque ya no esté con tu papá?
--Claro que no... es solo... tengo miedo de que deje de quererme porque no soy su hijo de verdad.
--Dudo mucho que eso pase. Además, ¿quién dijo que no eres su hijo de verdad? Que no te haya llevado en su vientre no hará que te ame menos. Lo importante es lo que llevamos aquí. -llevó su mano hasta su pecho, justo donde estaba su corazón --Justo aquí es donde guardamos y asesoramos los sentimientos más puros y verdaderos.
Tras escuchar estas palabras, Taehyung empezó a secar su rostro lleno de lágrimas y le devolvió con timidez la sonrisa que Hoseok le estaba dedicando.
--Será mejor que vuelva a casa. -dijo un poco más animado el menor, poniéndose de pie y siendo imitado por Hoseok.
--Es buena idea. Tu madre, tu padre y tu hermano han de estar ansiosos por verte.
Hiseok agitó la mano en despedida cuando Taehyung hizo amago de marcharse, sorprendiéndose cuando este se giró nuevamente en su dirección.
--¿Podemos ser amigos? -cuestiona el castaño con tal timidez que hizo morir de ternura al mayor. Sin duda Kim Taehyung era un chiquillo muy adorable --Fue bueno tener a alguien con quien platicar.
--Claro. -responde sin pensarlo dos veces --Cuando necesites hablar solo llámame.
--Pero no tengo teléfono. -musita con el ceño fruncido y decepcionado.
--¿En serio? -Hoseok cuestiona con evidente sorpresa antes de sacar su teléfono celular --Puedes usar este entonces.
--No puedo aceptarlo...
--Tómalo, de cualquier manera quiero comprarme otro.
Tae dudó en aceptar puesto que ni siquiera Seokjin siendo el mayor tenía un celular, pero tampoco se atrevía a rechazarlo.
--Solo es un préstamo por si necesitas a alguien con quien hablar. Me lo puedes devolver después. -sonrió complacido cuando el menor terminó aceptándolo.
Aquello no era más que empatía y generosidad de su parte hacia el menor. Eso estaba bastante claro en su cabeza y corazón.
♡♡♡*******flashback*******♡♡♡
[.]
Hoseok observaba por la ventanilla de la limusina mientras atravesaba Londres camino a una reunión de negocios. El cielo gris aunado al clima lluvioso de la popular ciudad parecían alimentar su estado de ánimo melancólico de las últimas semanas.
Quiso regresar su atención a los papeles y documentos que tenía en las manos y que se suponía debía revisar, pero una llamativa cabellera de un color fantasía capturó toda su atención.
Sintió su corazón golpear contra su pecho mientras la familiar silueta corría hasta adentrarse a un edificio que parecía un complejo de apartamentos. Su sorpresa y desconcierto fueron tal que no fue hasta que el vehículo recorrió varias millas de distancia que pudo reaccionar.
--Da la vuelta, necesito regresar. -ordenó en dirección al chófer, quien no dudó en acatar su pedido.
Una vez frente al un tanto destartalado edificio, Hoseok bajó del auto y se encaminó a su interior donde se topó con un señor mayor cuyo aspecto le indicaba que era el conserje del lugar.
--¿Disculpe? Busco a alguien. -dijo en un perfecto y fluido inglés en dirección al desconocido --Es un chico alto y delgado y se tiñó el pelo de un llamativo azul.
--Ah, de seguro se refiere al joven que vive en el 17D. Lo vi llegar hace un rato. Puede subir. Es en el cuarto piso.
Hoseok solo asintió, pensando en lo confianzudo que era el hombre al darle información con tanta facilidad. Intentó ubicar el ascensor, pero al no verlo comprendió que no había, por lo que tuvo que utilizar las escalaleras. Una vez en el piso correspondiente, se topó con una joven de cabellera rubia que le sonrió de manera coqueta. Ya frente a la puerta indicada por el hombre mayor, dió tres toques con sus nudillos antes de escuchar como el seguro de la cerradura era retirada.
--Mimi, ¿olvidaste algo...?
Tragó grueso cuando el bonito rostro enmarcado por las azuladas hebras palideció frente a él. Aunque le resultaba humillante admitirlo, Taehyung tenía cierto poder sobre él.
--Vaya, vaya, miren a quien tenemos aquí. -pronunció con voz acusatoria --¿Cómo has estado, mi adorado esposito?
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¡¡SORPRESA!! (?)
Como ya había mencionado iré indicando la coincidencia de los capítulos con los otros libros.
La parte del flashback corresponde al capítulo 8 del segundo libro, cuando Tae se entera de mala manera que no es hijo biológico de la señora Kim.
La escena luego del flashback ocurre el día de la boda del YoonMin, capítulo 10 del primer libro.
♡♡Mil gracias por la espera y mil perdones por la demora♡♡
《Akina》
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