Quiero compartir mi vida contigo, y eso significa hoy, el futuro, y todo mi pasado, si lo quieres. Si me quieres.
(C. Clare)

* * *

POV MAGNUS

“Destiny” se acercó lentamente a Jem, él no hizo nada por alejarse, ¿por qué lo haría? Comprendí todo tal vez demasiado tarde, cuando los ojos de ella se fijaron en los míos y con una sonrisa dijo “Confía en mí”.

En ningún momento sus ojos se despegaron del demonio. Puso una de sus manos en el hombro derecho de Jem y con la otra ladeo su cabeza, él se lo permitió. Cuando sus labios rojos tocaron su cuello, mis manos sacaron la energía suficiente para arrojar al brujo aquel lejos. Mi magia todavía no era la suficiente para matarlo o herirlo de gravedad pero sí para que soltara a Alexander y a Catarina.

En ese preciso momento, Tessa perdió la transformación. El brujo la miró, desde el suelo, con furia no contenida, Catarina y yo no pudimos evitar una sonrisa, mientras Alexander se quedaba literalmente con la boca abierta, y no lo culpo, hasta el demonio se vio furioso y sorprendido pero se recompuso al instante.

Jem se giró, todavía entre los brazos de Tessa, para mirarla y ella le sonrió, en sus ojos y en esa sonrisa brillando todo el amor posible. “Ya estoy aquí” le susurro ella antes de darle un pequeño beso en los labios.

En momento se vio roto, cuando Asmodeus habló: -Muy buena jugada. Pero sabes que eso no cambia nada, ¿cierto, hijo? Yo no me iré de aquí con las manos vacías…

Nada, ni siquiera el miedo de tener que ir con él o dar de nuevo mi inmortalidad, mi vida o mi magia, me dolió tanto como el temor brillando en los ojos azules de Alexander. Sus hermosos ojos abiertos demasiado buscaron los míos, sus manos temblando casi imperceptiblemente… Y no me importó más, me acerqué a él rompiendo por fin la distancia que nos separó todo este tiempo.

Alexander se lanzó contra mí en cuanto me tuvo a su lado, sus brazos aferrándose a mi cuerpo, su rostro contra mi pecho, podía sentirlo temblar mientras intentaba no llorar y eso, como decía aquella maldita canción, “nada me hace más fuerte que tu frágil corazón”, eso estrujo el mío y me dio la fuerza necesaria para enfrentarme a todo, para salvarlo, así tuviera que sacrificarme…otra vez.

-Todo va a estar bien, amor –le susurré al oído mientras pasaba mis manos por su espalda, tratando de controlarlo-. Yo los voy a sacar de ésta.

-No otra vez –sollozo sin separarse de mí, rompiendo lo poco que quedaba de mi corazón. Mi corazón era suyo y sólo Alexander tenía el poder para acabar con él.

Mis manos dejaron su espalda para atraer su rostro hacia el mío. Sus ojos, llenos de lágrimas, devolviéndome la mirada. Brillando en ellos un miedo que nunca podría ocultarme a mí que lo conozco ya tan bien. –Es necesario, lo entiendes, ¿cierto? Nunca, así se repita mil veces más, nunca dejaré de sacrificarme por ti. Te amo, y prefiero morir a perder tu vida, prefiero condenarme yo a que tú lo hagas. Eso es el amor, sacrificios. Y yo lo haré siempre que sea necesario, siempre por ti, porque te amo, Alexander.

Las lágrimas volvieron a brillar en ese azul, sus labios temblando sin pronunciar palabra intentaron sonreírme. –También te amo –en mi vida había visto sonrisa tan triste, intenté borrarla con mis labios, en un beso suave y lento, en medio del cual él me dijo: -Pero no quiero perderte.

-Qué divertido. Ustedes sigan –se escuchó la voz del demonio-. Sigan tranquilos, me dan un poco más con que alimentarme antes de irnos. Antes de irme con MI hijo, ¿cierto, Magnus?

Alexander y yo, ambos volteamos a verlo, sin soltarnos. –Magnus no irá contigo –le dijo él, buscando mis manos con las suyas y aferrándose a ellas.

-Ahora eres un mundano, ¿y sigues atreviéndote a enfrentarme? Aún recuerdo cuando me dijiste “No lo tocarás. Quizá hayas olvidado que es lo que hacemos los nefilim, pero matamos demonios. Incluso Príncipes del Infierno.” ¿Y qué harás ahora? Ya no cazas demonios…

-Déjalo fuera de esto. Me quieres a mí, ya te dije que aquí estoy, haré lo que quieras…

-Magnus, no… -empezó Alexander de nuevo. ¿Por qué la vida me lo había dado una vez más para quitármelo de nuevo? ¿Podía de verdad el destino ser tan cruel?

-Magnus, sí –dijo Asmodeus-. Ya dije a lo que vine y no me iré sin…

-Dijiste que quieres un brujo, quieres la magia y la inmortalidad de un brujo para alimentar tu reino. No tiene por qué ser Magnus. Tómame a mí, aquí y ahora.

-¡Tessa, no! –no podía ser, no podía ver un nuevo sacrificio por mí, primero el vampiro y ahora una de mis mejores y más viejas amigas-. No, piensa en Jem…

Ella le sonrió a Jem y luego me miró a mí. Él simplemente no dijo nada, apretó su agarre a la mano de ella y luego la soltó, dejándola libre y bajó la mirada. –Es lo justo, cariño –me dijo imitando la voz de Destiny-. Yo, sin querer compliqué las cosas. Así que es justo que yo lo arregle, te regresaré la oportunidad que tenías que haber ganado si este demonio jugara limpio. Y-yo…yo pensé que recordándote a Camille podría ayudarte a recordar, sólo que no pude lograr una transformación completa porque ella no existe en esta dimensión, pero en mis planes no estaba que tu padre usara eso en tu contra. No pensé que bloquearía los recuerdos de Alexander y haría más nítidos los de ella para confundirte…

-Eso hacemos los demonios, linda –le dijo él-. Tampoco es que ustedes los brujos jueguen limpio, tú engatusaste a mi brujo para estar cerca de Magnus, prometiste ayudar y mira…

Los ojos de Tessa brillaron con furia un momento antes de darle una última sonrisa a Jem y susurrarle un “Siempre te amaré”, él le sonrió con infinita ternura y tristeza y besó su mano, como aquel caballero que hace siglos se enamoró de ella. –Lo sé.

Entonces se separaron, ella dio un paso hacia el demonio. –Como sea, quieres un brujo y yo te lo doy…

-Uumm… -él pareció pensarlo un momento-. No me parece un trato justo, pero está bieeen… Ya sabes la clave…

Ella asintió. –Estoy disp…

-Estoy dispuesta –dijo Catarina empujando a Tessa a un lado.

-¡No! –le gritó ella.

-Estoy dispuesta –repitió Cat-. A darte mi magia y mi inmortalidad, a sacrificarme por el amor, porque Tessa tiene a Jem, y Magnus a Alexander, y sería egoísta de mi parte ver destruidas a cualquiera de estas parejas. Así que…estoy dispuesta.

Asmodeus sonrió. Sus ojos de gato brillando demasiado. –Ustedes me alimentan tanto que casi siento dejarlo ir. Vámonos –le dijo al brujo que al instante se puso a su lado-. Mi bella bruja –ofreció su mano a Catarina. Ella la tomó. Caminaron hacia el portal que en ningún momento se había cerrado. Y, con una última mirada hacia mí, la vi pronunciar un conjuro desconocido y guiñarme un ojo antes de desaparecer.

Sus palabras flotando únicamente en mi mente: <Espero que disfrutes mi regalo a tu Lightwood>>.

Tessa lloraba en los brazos de Jem. Y las manos de Alexander estaban en mi rostro, tratando de devolverme a la realidad. –Lo siento –me dijo cuando nuestros ojos chocaron de nuevo.

* * *

[En Edom]

Mis dedos clavados en los hombros de Alexander mientras me inclinaba a besarlo. Un beso que empezó desesperado, un beso de despedida cuya furia fue disminuyendo a la vez que las imágenes nos llegaban. A ambos.

Nos separamos, la boca de Alexander levemente abierta por la sorpresa, la pregunta latente en sus ojos. -¿Qué fue eso?

No tuve oportunidad de responder, ya que Simon se me adelantó: -Estoy dispuesto.

Isabelle y Clary empezaron a gritar.

Una de las manos de Alexander se entrelazó con la mía y con la otra buscó mi rostro, haciéndome mirarlo: -Los recuperaremos –me prometió con voz firme y una sonrisa triste-. A ambos, los recuperaremos.

FIN?

Espero que no se hayan confundido. Por si sí, cuando Catarina se ofreció, la otra realidad volvió a la situación inicial, sólo que Magnus y Alec saben lo que sucedió en la dimensión de toda esta historia.
Ahora la pregunta importante, ¿saben que le dio Catarina a Alexander?
Eso fue lo que les dije que pasará en el epílogo ❤
¿Ven que no soy tan mala? No murió nadie… 🙈