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14. Nephilim

Lo llevaría allí donde se guardan los bienes más valiosos: en la memoria.
(Manuel. L. Alonso)

* * *

POV MAGNUS

Aunque hubiera querido, no hubiera podido contestar ni reaccionar a las acciones de Alexander. Era muy confuso, porque siempre me tomaba desprevenido pero a la vez mi cuerpo lo hacía ver como algo normal, los besos, los abrazos, el querer mantener contacto con él siempre aunque fuera simplemente tener su mano en la mía...

Mi mente no entendía nada de esto, incluso llegaba a susurrar que era mi alumno y no era correcto, pero mi corazón se aceleraba, mis latidos retumbando callando la voz de la razón, y entonces mi cuerpo cobraba vida propia, se dejaba llevar sin pedir permiso. Se perdía en los besos, los abrazos, el olor de Alexander, e incluso pedía más, se quedaba esperando más...

Suspiré frustrado. No entendía qué me pasaba. Y luego estaban mis vergonzosos sueños y esas imágenes y frases que me llegaban de repente.

Di de comer a Presidente y me tumbé en la cama, hundí mi rostro en las almohadas, queriendo ahogar con ello mis ideas. ¿Qué había hecho? Le pedí vernos mañana, como un vil adolescente desesperado y hormonal, le pedí verlo mañana...cuando todavía ni nos habíamos separado.

No podía con esto. Era demasiado abrumador, un enorme remolino de emociones en tan sólo cinco días. Y ese era uno de los problemas, no sentía que lo conociera de hace unos días y él tampoco actuaba así, él me trataba con demasiada familiaridad.

Ahogué un grito entre las almohadas, actuando para nada como yo. Y recordé cuando mi padre me dijo <<Magnus, no estoy seguro de que debas aceptar ese trabajo...>>
Ahora, por momentos, breves momentos, sentía que tenía razón. Él no me dijo cuáles eran sus motivos, pero...los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos, ¿no?

El sonido insistente de mi celular me sacó de mis pensamientos y estaba tan agotado mentalmente que pensé en no contestar, pero luego una idea me invadió y casi salté hasta el aparato: ¿y si fuera Alexander?
Lo agarré rápidamente y contesté sin ver:

<<-¿Hola?

-¡Magnus! Que gusto... -era Tessa.

-Tessa -saludé no ocultando muy bien mi decepción.

-Mira que eres mal amigo, lo dices como si fuera tu peor enemigo quien llamara y no tu mejor amiga. Y no es que mucha gente te llame... ¿A quién esperabas?

Unos hermosos ojos azules llegaron a mi mente y una sonrisa se instaló en mi rostro sin pedir permiso. -A nadie.

-Sí, claroo -dijo Tessa riendo-.  Y yo te creo. Sabes que soy tu mejor amiga y te conozco, ¿no? De toda la vida, Magnus. Y soy casi bruja, sé que estás sonriendo...

-¿Cómo lo sabes? -pregunté perplejo.

-¡Ajá! -gritó victoriosa-. Caíste. Ahora cuenta.

-No hay nada que contar -dije bajito, sintiendo mi sonrisa volver y ensancharse.

-Magnus, yo siempre te conté de Jem...

-No es que yo quisiera saber...

-¡Magnus! -gritó indignada.

-Okeey -me di por vencido, porque ¿qué otra cosa podía hacer?-. Creo que me estoy volviendo loco...

-¿Qué? -esa no se la esperaba. Su voz la delató.

-Eso. Creo que estoy loco. Me gusta un...alumno.

-¡Eso es perfecto! -casi chilló, completamente emocionada-. Es el primer paso...

-¿De qué demonios estás hablando? ¡Es un alumno!

-Sí... O sea... Me refiero... -Tessa sin palabras. Esto era nuevo-. A que es genial que por fin te abras de nuevo... Pero cuéntame todo con detalles.

-No hay mucho que contar. Se llama Alexander...>>

* * *

POV ALEC

Después de aguantar las amenazas, insultos y dramas de Izzy y Jace, me fui a mi recámara y estuve pensando horas qué hacer con Magnus, ¿cómo hago que recuerde? Consideré enviarle un mensaje de buenas noches pero creo que eso era demasiado...

Estaba por quedarme dormido, cuando recordé: ¡Catarina!
Al instante busqué la tarjeta y le llamé. Contestó al segundo timbrazo:

<<-Alexander, pensé que ya no llamabas. ¿Tanto te entretuvo Magnus?

El tono pícaro no se me escapó y yo me puse nervioso. -Uumm... N-no, no es eso...

Ella sólo rió divertida. -Lo sé, niño. No es que no quieras, claro, pero él no recuerda. Y ese es el problema...

-¿Cómo sabes...?

-Creí que ya habías entendido, gracias a Tessa y a mí tienen esta segunda oportunidad...

-¿Pero...? ¿Tessa...?

-No hagas preguntas tontas. Te vemos mañana a medio día en el café en la esquina de la universidad.>>

Y colgó. Parece que era una mujer de pocas palabras.

* * *

No pude dormir. Me removí toda la noche, incómodo, soñando a ratos con el momento en Edom y no sería tan raro si no fuera porque en el momento en que Magnus se ofrecía voluntariamente, Asmodeus sonreía y su mirada iba directo hacia mí, su voz únicamente en mi mente: <<No te va a alcanzar el tiempo, Nephilim>>.

Le escena repetida una y otra vez, hasta que decidí levantarme.

Podría escribir la carta del lunes para Magnus... Magnus... O podría llamarlo... Deseché esa idea al instante. Eran las 7 y era sábado. No podía hacer eso, en la otra vida tal vez, pero en esta no...

Estuve pensando un buen rato qué escribir. Tomé una ducha. Preparé el desayuno. Desayuné. Y finalmente, escribí.

Eran las 11 cuando terminé y, mientras iba camino a ver a Catarina, me rendí, no lo llamé, pero envié un mensaje:

<<Buenos días>>

No esperaba respuesta. Era Magnus, era sábado y no era ni medio día. Así que me sorprendí cuando el aparato vibró un minuto después: <<Buenos días, Nephilim>>

Casi me atraganto con mi propia saliva. El celular saltó de mis temblorosas manos. La gente me miraba curiosa. Apenas y logré teclear un: <<¿Qué?>>

Un eterno minuto después:
<<Jajaja>>
<<¿No firma un nephilim tus cartas?>>
<<Por cierto, me pareció muy interesante el tema, ¿podríamos vernos hoy y me explicas más?>>

Una sonrisa se me escapó. Buena esa, Magnus.
Pero no pude contestar, ya había llegado al café. Bloqueé el celular y entré.

Ahí estaban: Catarina, una chica castaña con ojos chocolate, y a su lado un joven de cabello oscuro y ojos rasgados.

Me acerqué a ellos: -Hola.

-Hola, Alexander -saludo al instante Catarina-. Sientate. Ellos son Tessa y Jem.

-Hola -dijeron ambos al unísono y luego se sonrieron y se miraron con ojos como dos soles brillando para el otro. Una punzada de envidia me invadió, estoy seguro que así nos vimos alguna vez Magnus y yo.

-Iré a llamar a Magnus, mientras lo ponen al tanto de la situación -dijo el chico, Jem, poniéndose de pie y saliendo del lugar. Y yo lo miré con los ojos entrecerrados, sin darme cuenta. ¿Por qué iba a llamar a Magnus?

-Deja de verlo así -me dijo Tessa-. Es mío.

-Y Magnus mío -las palabras se me escaparon y al instante me sentí avergonzado-. No quise decir eso...

-Claro que quisiste -soltó, sin tapujos, Catarina-. Dejense de celos y a lo que vinimos. Tenías dos semanas, ahora es una y dos días.

-¿Y me dicen hasta ahora? -pregunto con amargura.

-Tenías que descubrir una parte tú solo -me dice Tessa y algo en sus ojos chocolatosos me resulta familiar, pero no sé qué es-. Catarina no podía hablarte si no sabías quién era ella, y yo no se supone que esté aquí para empezar. Escucha, lo que sucedió en Edom que nos obligó a hacer un trato con Asmodeus fue...

CONTINUARÁ...

Se supone que en este capítulo iría sólo la conversación con Cat, pero cuando empecé pensé en Magnus, lo siento, tendrán que esperar, creo que me meto mucho en sus pensamientos...
Y hoy no hay actualización del día 2 🙈

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