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Capítulo 30

Dos años después...

Los días fueron pasando en automático desde la muerte de Karen, me costo mucho tiempo aceptar que la había perdido para siempre, me costo un año de terapia con una psicóloga amiga de Helena para poder superar su perdida. Siempre pude contar con el apoyo de mis amigos y por supuesto de mi novio. De mis padres hace un año dejé de saber de ellos, lo cierto es que ya no hablé mas con ellos desde que mi hermana murió, el rencor tan grande que siento hacía ellos es muy fuerte. De ser las niñas de papá pasamos a ser unas desconocidas para ellos a veces los hijos cometemos errores pero para eso están ellos para corregirnos si algo hacemos mal. pero para mi pensar yo no hice ningún mal en enamorarme del nieto e hijo de su enemigo número uno. 

La vida nos cruzo en el camino como si de una jugarreta se tratase, nosotros sin saber nos entregamos el corazón mi padre no nos apoyo y e aquí las consecuencias, mi amada hermana por su parte cometió un error irreparable pero que las dos amamos sin conocer, mi padre la echó de la casa como si de una desconocida se tratase y la perdimos para siempre, si Karen estuviese aquí las cosas serían mas fáciles y hubiésemos continuado con nuestras vidas. Quizá ella y Rodrigo tuvieran una relación bonita ya que a él lo cautivo pero todo se fue al carajo en abrir y cerrar de ojos. No saben cuanto anhelo que Karen este aquí conmigo me hace mucha falta mi pequeña.

Por otro lado vivir con Emilio fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado en la vida, nuestros amigos se alegraron mucho por la noticia que hasta ellos fueron nuestros padrinos de boda. Porque sí.. lo hicimos nos casamos contra todo pronóstico. A el padre de Emilio no le agradó para nada la idea y por supuesto que no se quedaría de brazos cruzados; así que amenazo a mi novio que si no me dejaba y tramitaba de inmediato los papeles del divorcio lo sacaría de su testamento aunque fuese hijo único. Por supuesto mi novio no lo escucho y dejó de visitarlo, prefirió poner distancia y vivir conmigo nuestro amor. Fátima la madre de Emilio fue la única persona que estuvo muy contenta con la noticia es la única persona con la que ha mantenido una conversación civilizada ya que nos hemos mirado en una cafetería o nos ha ido a visitar al departamento. Cada día Emilio me ha sorprendido con una rosa al despertar, hemos mirado películas recostados en su sala como tanto nos gusta a ambos, la vida con él se ha vuelto tan fácil y cómoda que a veces temo tanta tranquilidad. Las noches han sido interminables cuando nos entregamos el uno al otro uniéndonos en uno solo, mi vida a ido cambiando de poco a poco. Todos los días recuerdo a mi hermana, me imagino que como sería mi sobrino, de lo que si estoy segura es que ese pequeño iba a ser bien amado por su padre, mi hermana, Helena y por mi.

A veces pienso en que hubiese pasado, si ella hubiese perdonado a Erick, a ese chico al cuál la vida se le ha apagado por la tristeza de haberla perdido. Don José me ha contado que cada mes desde hace dos años va a la hacienda y él lo acompaña al cementerio a dejarle un enorme ramo de rosas blancas y un peluche. Cuenta que después de llorar por un par de horas y platicarle a la nada regresa con él a la hacienda y le ayuda con el que hacer además; de que Erick es quien ayuda a Don José con mi Luna para después regresar a Guadalajara. Nos cuenta nana Teresa que es como un ritual que tiene el chico mes con mes, cómo si con estar en la hacienda lo hiciese sentir mas cercas de Karen y su pequeño. 

Por mi parte sigo en la universidad, cada vez se ponen mas pesadas las clases y la rutina que Emilio y yo ni tiempo tenemos siquiera para tomarnos un café juntos. Mi novio ya se ha graduado hace un mes atrás y ya se encuentra trabajando en el bufete de mas prestigio de un amigo de su padre. Ya que Don Elías le cerró las puertas de su despacho situación que a Emilio le resto importancia ya que le va muy bien en donde está y, cada vez se le abren más oportunidades ya que todos los abogados le dicen que es muy bueno en lo que hace. Gracias al cielo mi novio se está ganando su éxito a base de su propio esfuerzo y no por ser hijo de Don Elías Montenegro..

—Mi amor ya me tengo que ir al despacho, en la tarde ponte bella te tengo una sorpresa. —me emociona la idea de saber que saldremos juntos cómo otras veces lo hemos hecho.

—¿Y se puede saber a donde me llevarás?. —no puedo evitar preguntar, sostengo la taza de café y llevo mi mano hasta la altura de mi hombro y la recargo contra el.

—Si te lo digo ya no será una sorpresa. —me mira con esos ojos que me vuelven loca, viste un traje hecho a la medida luce muy atractivo y profesional.

—Que novio tan mas guapo tengo. —me sonríe de medio lado.

—Y yo a la mujer mas bella del mundo, soy tan afortunado de tenerte Renata que a veces pienso que solo es un sueño. —viene hasta mi y me sostiene por la cintura para después dejar un tierno beso en mis labios.

—Ya es momento que pongamos los pies sobre la tierra, estamos juntos mi amor y nada nos va a separar además no estaría mal que ya me comiences a llamar esposo. —

—Me parece muy buena idea esposo, ya llevamos dos años... dos años que hemos superado y afrontado tantas situaciones que a nuestra corta edad pocos lo hacen. —

—Lo sé y espero que así sea por siempre, ahora me tengo que ir por que ya voy retrasado, nos vemos en la noche. —deja otro beso en mis labios, su móvil suena en una notificación mira la pantalla y de pronto lo noto un poco preocupado.

—¿Te pasa algo?. —mi novio se separa de mi y muerde su labio ese gesto me confirma que así es, su humor ha cambiado en cuestión de segundos pero me mira a los ojos y vuelve esa mirada melosa que tanto amo.

—No quiero preocuparte, es solo algo sin importancia. —se justifica.

—Azumo que si fuese algo sin importancia no te tendría así. —respondo tajante y un poco preocupada.

—Me acaban de avisar que tendremos una junta de última hora donde socios y los nuevos ingresos debemos de asistir pero hay un detalle, mi padre asistirá. —sus palabras me inquietan un poco pero trato de sonreír para que el se sienta mejor.

—¿Y cuál es el problema? demuéstrale quien es el mejor patéale el trasero. — me encojo de hombros restándole importancia vuelvo acortar la distancia dejo otro beso en sus labios.

—Mi padre... ya lo sabes amor, corté toda comunicación con él para vivir en paz y que no se entrometa en nuestras vidas pero tienes razón entrare cómo el gallo Rooster Fighter por su gallinero. —me saca una carcajada por sus palabras el ríe a la par conmigo.

—¿Y quien es ese?. —solo Emilio tiene esas ocurrencias.

—Es un gallo caza demonios de una serie. —asiento con la cabeza y sonrío.

—Te amo Renata eres mi mundo entero. —

—Yo te amo más mi amor y por favor no te sugestiones amor es solo cuestión de trabajo no veo el motivo por el cuál te mantengas inquieto por la visita de tu padre. —

—Tienes razón mi amor entonces ya me voy por que no llegaré a tiempo. —mi novio toma su maletín y sale del departamento camino hasta la ventana y observo la hermosa mañana, bebo un sorbo de mi taza de café y unas terribles náuseas se apoderan de mi. Corro hasta el baño como alma que lleva el diablo y me arrodillo frente al váter, echo todo el contenido y a los pocos minutos me recompongo. Me causó algo de estrés la noticia de Emilio y su padre que me hace sentir mal. 

La tarde pasa sin novedades fui a la universidad a unas cuantas clases y me encuentro llegando nuevamente a nuestro apartamento, las luces aún están apagadas son las siete de la tarde y ya a oscurecido, necesito arreglarme para mi novio y la sorpresa que me tiene para esta noche. Lo extraño de todo es que no me ha llamado en todo el día y ya me tiene preocupada ya que él busca cualquier excusa para llamarme en cualquier momento. Pero pienso que la junta con su padre se prolongo y es mejor que lo espere y él me cuente las novedades.

Dejo mi bolso sobre la mesita de entrada y las llaves del coche que he adquirido hace poco tiempo, un Audi A5 algo más del estilo de Emilio. Enciendo las luces del apartamento y voy directo a la cocina, agarro un vaso de cristal de la alacena y voy al grifo para ponerle un poco de agua que bebo con muchas ansias, dejo el vaso sobre el fregadero y me voy a nuestra habitación, entro y la vista es maravillosa por los grandes ventanales las cortinas están abierta de par en par y las luces de la ciudad alumbran todo dando un espectáculo que a mi parecer es magnífico.

Enciendo las luces de la habitación

  y me dirijo al vestidor para elegir un vestido color rojo de tubo y corte en v con hombros escotados que combino con unos tacones en color plata y un bolso, me entro a la ducha y pasados quince minutos ya me encuentro limpia, me salgo de la ducha y envuelvo mi cuerpo en una toalla y otra en mi cabello. Salgo del baño y voy hasta la mesita de noche donde he dejado mi móvil lo tomo y observo la pantalla y no hay llamadas perdidas y ni si quiera un texto. Decido escribirle a mi novio por que ya me comienza a preocupar ya son las ocho de la noche y aún no llega.

Amor ¿Todo bien?..

El texto se envía y no obtengo una respuesta inmediata, me quedo mirando mi móvil por unos minutos y nada, así que lo dejo en el mismo lugar y me dirijo a vestirme seco y peino mi cabello aplico crema con olor a fresas de Victoria Secrets por último me pongo el vestido y los tacones, aplico un poco de brillo en mis labios y ya estoy lista me miro en el espejo y me encanta lo que miro, tomo mi móvil y me hago una fotografía frente al espejo que a los segundos se la envío a mi novio.

Tomo mi móvil y salgo a la sala de estar lo observo y ya son las nueve de la noche y Emilio ni siquiera a mirado mi texto realmente ya me estoy preocupando pero decido esperar otra hora más, tal vez la junta se prolongo mas de lo debido y es por eso que no ha mirado su móvil. Prendo el televisor y pongo una película que se acaba y ni atención le he puesto pero algo me dice que algo no va bien, vuelvo a mirar mi móvil y ya son las once y media, así que busco el número de Emilio y lo llamo.

El número que usted marco no esta disponible o se encuentra fuera del área de servicio.

Responde la operadora así que llamo una y otra vez y no obtengo respuesta alguna, solo la operadora, decido relajarme y esperarlo sentada en el sofá mirando la ciudad, no le pregunto a nuestros amigos ya que pensaran que soy una paranoica y no quiero que piensen que soy una controladora con mi esposo. Pasan las horas y mi angustia crece realmente ya me siento muy preocupada así que llamo por última vez a Emilio y esta vez su móvil si da tono ya está prendido, espero a que responda y al final me manda a buzón nuevamente.

Camino de un lado a otro ya son las cuatro de la mañana y no he podido dormir nada, me siento muy angustiada por lo que le pueda pasar al amor de mi vida, la puerta se abre y ahí está él, luciendo normal sostiene su maletín no me mira a los ojos su ropa luce un poco desaliñada y eso me sorprende.

—¿Amor estás bien? me tenías muy preocupada te llamé y llamé y nunca me respondiste sostengo su rostro entre mis manos y él sólo me mira sin decir nada, retira mis manos y pasa de largo dejando su maletín sobre la mesita de la entrada mis ojos pican y en mi garganta se forma un nudo Emilio se va a la habitación y yo lo sigo. —¿No vas a decir nada?. —le pregunto ya que estoy muy confundida.

— ¿Y que quieres que te diga lo siento por dejarte tirada?. —habla exasperado él jamás se ha comportado así conmigo.

—No importa olvídalo Emilio. —me recargo contra la puerta de nuestra habitación y me cruzo de brazos. Miro como él se comienza a desvestir deja su chaqueta del traje sobre el sillón pequeño que está en su habitación y comienza a desabrochar su camisola blanca. No me mira como esta mañana y mis ojos pican tengo muchas ganas de llorar al mirar su indiferencia, así que me quito los tacones y voy hasta el armario y tomo mi pijama le paso por un lado y él continúa sin hablar no comprendo ese cambio tan repentino hacía mi, apenas esta mañana todo estaba bien.

—Lo siento Renata no era mi intención dejarte plantada. —comienza hablar y en este punto ya estoy muy furiosa con él.

—No me importa Emilio ya déjalo estar. —no dice nada y se coloca la pijama y se acuesta dándome la espalda, apago la luz y es cuando las lágrimas salen sin parar lloro en silencio no se que tanto tiempo de seguro mañana tendré mis rostro que dará pena, me dejo llevar por el sueño.

—Despierto y miro el reloj de la mesita de noche, son las tres de la tarde ¡Dios santo! ¿tanto así he dormido?. Me vuelvo al lugar de mi novio y ya no está asumo que se ha marchado me levanto y voy al baño hago mis necesidades y me doy una ducha rápida, cepillo mis dientes y, ya lista voy al vestidor y me coloco un jeans negro combinado con una blusa color rosa de velo y unos tacones aguja del mismo color que tienen una hermosa pulsera en el tobillo. Recojo mi cabello en un moño despreocupado. Voy directo a la cocina y todo está en total silencio regreso a mi habitación por mi móvil y vuelvo a la cocina a prepararme un café que realmente necesito.

Miro la pantalla de mi móvil y no hay ningún mensaje ni llamadas de Emilio. Así que me dispongo a desayunar sin ganas, al poco tiempo de terminar unas terribles náuseas se apoderan de mi así que corro nuevamente al váter y dejo todo lo que momentos antes había ingerido. Esto ya no es normal necesito ir al médico ya que no es normal tal vez y por el estrés al que he estado sometida me esté pasando factura..

***

Vengo llegando a la farmacia para comprar un test de embarazo antes que nada he recordado que mi periodo no ha llegado por varios meses pero yo lo atribuyo a una descompensación hormonal y por todo lo que pasé.

—Buena tarde señorita ¿necesito un test de embarazo por favor?. —la chica me atiende muy amablemente y me entrega la cajita a lo que niego y pido tres más para salir bien de dudas aunque no son cien por ciento seguro, es mejor una prueba de sangre.

Llego nuevamente a casa y me dirijo al baño me hago las cuatro pruebas y espero con el corazón en un hilo, pasados cinco minutos regreso cómo si fuera directo al matadero con el miedo invadiendo todo mi ser. No puedo estar esperando un hijo con lo sucedido ayer y nuestra primer pelea no es la opción además; de que aún no he culminado con mis estudios sería una muy mala idea traer a un hijo al mundo en estos momentos además de que uso anticonceptivos orales que puede pasar. Tengo miedo así que decido llamar a mi amiga Helena ella siempre ha estado conmigo y quien mejor que ella para que me apoye en esta situación, tomo mi móvil y le mando un texto.

Helena ven te necesito estoy en el apartamento.

Doy a enviar y a los segundos me responde.

Ciertamente vengo llegando a tu apartamento para que me expliques por que no has asistido a clases.

A los segundos suena el timbre y voy y abro lo mas pronto posible, miro a mi amiga y la abrazo lo mas fuerte que puedo.

—Tranquila nena ¿Qué te pasa todo bien?. —la noto preocupada, no puedo contener el nudo en mi garganta necesito hablar lo que ha sucedido ayer con mi novio y lo que sospecho, mi amiga cierra la puerta y va directo a la cocina. —Te prepararé un Té o algo necesito saber que pasa se va a la cocina y yo tomo asiento en un taburete y pierdo la mirada a la nada.

—Helena todo está mal. —Es todo lo que digo y mis lágrimas comienzan a caer nuevamente.

—Estoy para escucharte dice dándome una taza de Té y para ella otra de café se sienta a un lado de mi.

—¿Y?. —pregunta.

Le cuento sobre como me he venido sintiendo los días pasados, y las pruebas que me he realizado esta mañana mi amiga se levanta y va hasta el baño entra y sale con una sonrisa en sus labios.

—¡Seré tía carajo! Renata. —mi rostro se descompone y solo me digno a llorar. —¿Por que lloras?.

—Creo que las cosas con Emilio van mal, ayer quedamos en salir y no llegó  no respondió a mis llamadas y llegó casi al amanecer muy indiferente medio discutimos y se echó a dormir. —mi amiga se nota un poco afligida. —¿Tu sabes algo?. le pregunto y mi amiga desvía la mirada.

—No, Renata ¿tu crees que si yo supiera algo no te lo contaría a la primera?. —se defiende y sé que tiene razón ella jamás me ocultaría algo tan grave que tuviera que ver con Emilio.

—Gracias amiga por escucharme pero una sola cosa por favor no se lo cuentes a Emilio lo del embarazo, hasta que las cosas mejoren un poco y mucho menos a Esteban ya que le puede ir con el chisme, le prepararé una sorpresa.

—Claro no diré nada Renata, yo te puedo ayudar hagamos algo especial y muy íntimo. —

—Y que tal y a él no le parezca la noticia del embarazo tenemos muchos proyectos y sueños por cumplir un bebé en este momento no es la mejor opción. —

—Renata lo sé pero ya pasó, y no es momento de lamentaciones lo hecho, hecho está y no hay marcha atrás. —me reprende mi amiga. —Y en todo caso que él no lo quiera que no va a ser la situación ya que él está loco de amor por ti. lo aseguro. —

—¿Tu crees eso Helena?. —me siento muy confundida.

—Cómo que me dejo de llamar Helena, ¡Amiga ese hombre no hace mas que hablar de ti! desde que te conoció Esteban me contó que él no paraba de hablar de aquella chica que conoció en el estacionamiento de la preparatoria a la cuál le chocó el coche. —sonrío por que Emilio a cada rato me cuenta sobre eso. De lo que si estoy segura es que amo a ese hombre con locura y ahora ya nos convertiremos en una verdadera familia. Nos ponemos de acuerdo y mi amiga arregla todo para el próximo fin de semana por lo tanto yo necesito ir al médico para asegurarme que todo vaya bien.

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