
Capítulo 26
Después de lo sucedido hace unas horas las cosas siguen normal, los chicos han contado historias de terror, una que otra vez Emilio y Esteban han hecho unas buenas bromas. Joel y su chica hace una hora han regresado argumentando que esa chica Samanta está más loca que una cabra ya que hiso una escena en el coche, hemos reído, cantado para no cabe duda que nuestros amigos es lo mejor que nos pudieron pasar en estos momentos de tanta tención en nuestra familia.
Rodrigo luce un poco distante hace una hora que se ha perdido en sus pensamientos, cuando quedó a solas con Karen él se comenzó a comportar más atento, asumo que mi hermana le a contado sobre su embarazo por la manera en la que él la trata, han pasado la mayor parte de la noche conversando y una que otra vez él la hace sonreír hasta la noto un poco despreocupada a mi hermana.
***
Karen se ha quedado dormida ya hace un buen tiempo voy hasta ella y la abrigo bien con la cobija ya que no quiero que en su condición agarre un resfriado, entre más la mantenga alejada de los hospitales mucho que mejor.
—¿Renata podemos hablar un minuto?. —me pregunta Rodrigo y yo asiento, me pongo de pie y lo sigo hasta la orilla del rio.
—¿Y?. —pregunto de brazos cruzados.
—¿Es de verdad que Karen?... ya sabes. —pregunta y se rasca la nuca avergonzado.
—Si Rodrigo ¿pero que interés puedas tener en ella?. La mayoría huye en estos casos, bueno no estoy diciendo que la quieres para casarte. —ahora la nerviosa soy yo.
—No lo sé ni yo Renata, es solo que desde que apareció en mi campo de visión me robo el aliento, tu me entiendes. Así cómo a Emilio le ha pasado contigo. — muevo la cabeza afirmando lo que quiere decir. —Es algo extraño jamás me había sucedido algo así. —
—¿Espera Emilio te ha contado eso?. —Rodrigo sonríe.
—Sí, el día que te conoció me llamó por móvil contándome sobre como una tal Renata lo había hipnotizado. —vaya no me esperaba eso.
—Es por eso que el día que nos conocimos Esteban y yo ha dicho que mi nombre lo había escuchado en alguna otra parte, ahora comprendo. —
—Así es querida mi amigo nos tenía loco con el tema hasta que por azares del destino se miraron una vez más en la casa de playa. —tira una piedra al agua.
—Bien pero volviendo al tema, ¿Qué es lo que quieres saber sobre mi hermana?. —
—Dios es tan vergonzoso esto, jamás me había pasado. —
—Entiendo Rodrigo pero no tienes por que sentirte mal, ni mucho menos avergonzarte no estás haciendo nada mal. —
—¿Está casada? perdona si te lo pregunto creo que ya pasé el limite pero realmente quiero saber y no tengo el valor para preguntarle a ella. — pregunta y camina de un lado a otro.
—No... no lo está, es algo complicado. —
—Entiendo. —susurra entre dientes.
—Mi hermana está sola en esto, mis padres aún no lo saben solo cuenta con mi apoyo, pero hoy en el día creo que se van a enterar por el director de nuestro antiguo instituto que gracias a unos compañeros de clase que la han descubierto y fueron con el chisme. —
—¿Y que es lo que piensan hacer?. —
—No lo sé Rodrigo, tengo miedo de la reacción de mi padre a estas altura ya sabemos de lo que es capaz de hacer, lo menos que quiero es que vaya a golpear a mi hermana así cómo a mi. — señalo mi ojo.
—Demonios, si que es complicado. —susurra nuevamente entre dientes.
—Lo sé Rodrigo pero esto es lo que nos tocó y ahora más que nunca me tengo que mantener fuerte para mi hermana soy con lo único que cuenta para salir adelante. —
—Renata bien sabes que cuentas con el apoyo de todos nosotros, no tienen por que sentirse solas ahora somos una familia y lo que necesites solo dímelo y ahí estaré. —es tan lindo Rodrigo.
—Gracias amigo se que cuento con ustedes. —regresamos a con los chicos que se encuentran contando historias de terror y Helena de vez en cuando grita por que Esteban la asusta. Lentamente me siento entre la piernas de mi novio que me recibe gustoso, Rodrigo se sienta a un lado de Karen que continúa dormida, la observa detenidamente y luego una sonrisa se dibuja en sus labios.
—Emilio te amo. —mi novio me abraza fuerte.
—Yo también te amo bonita. — besa mis labios y nos quedamos observando la fogata perdidos en nuestros pensamientos, la mejor sensación del mundo tenerlo junto a mi sentir sus brazos al rededor mío y lo más lindo es sentir esa sensación de protección que el me brinda.
—¿Te imaginas Renata que algún día tengamos nuestra propia casa de playa y una hacienda en cualquier parte del mundo y podamos crear a tres hijos fruto del gran amor que nos tenemos? —expresa mi novio con total sinceridad lo miro a los ojos y sonrío.
—Sería lo mas maravilloso del mundo poder lograrlo. —
—Eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, nunca espere enamorarme. —se sincera y causa un revoltijo de sensaciones en mi estómago.
—Me pasó lo mismo contigo.
—Y me encanta que así sea mi amor. —
***
Vamos llegando a casa son las seis de la mañana, cuando nos despedimos después de cantarle las mañanitas a Karen ya que es su cumpleaños número diecisiete. Juramos encontrarnos en la universidad para ir a desayunar todos por el cumpleaños de mi hermana. Después de que todos la felicitaron y observamos la majestuosa salida del sol, quedamos que iremos por Karen a la preparatoria y la regresaremos antes de que mi padre vaya a recogernos a ambas.
—¿Y que tal te cayeron mis amigos Karen. —mi hermana sonríe complacida.
—De maravilla pero te confieso que Rodrigo se me ha hecho muy intenso. —sus mejillas se tornan sonrojadas.
—¿Intenso?. —miro a mi hermana mientras quito la montura de Luna y la meto en su lugar correspondiente a mi yegua.
—Si esos orbes negros me llamaron la atención, la manera en la cuál me miró y fue tan atento conmigo en toda la noche me puso incomoda, bien sabes que no estoy acostumbrada a esto. —me quedo en silencio un momento procesando sus palabras.
—Yo miré más que eso Karen, para ser sincera note cierto interés en él, anoche cuando dormías Rodrigo me hiso unas preguntas sobre ti y tu embarazo. —mi hermana se asombra con dicha confesión.
—Cuéntame en lo que entramos a casa estoy muriendo de frío Renata. —Nos dirigimos a la casa y todo está en total silencio nuestros padres aún han de estar durmiendo, subimos a mi habitación y mientras me quito las botas, mi hermana permanece de pie junto al marco de mi puerta se ha despojado de sus tenis que ahora tiene en la mano.
—¿Quiero saber que te preguntó Renata cuéntamelo todo. —pregunta ansiosa Karen.
—Que si era verdad lo de tu embarazo y yo le he dicho que sí, también me preguntó si estabas casada y he respondido que no. —
—¡Renata repite lo que has dicho!. —mi padre abre la puerta de un golpe, puedo mirar en su rostro la furia crecer, Karen corre hasta mi y se posa detrás de mi espalda con terror tratando de escudarse.
—Estamos hablando de una compañera así que sal de mi habitación. —le hablo cortante.
—¡NI UN CARAJO! Se lo que escuché no quieran mirarme la cara de imbécil ¡Te lo prohíbo así que ven Karen! —ordena furioso y mamá llega hasta nosotros somnolienta para saber que está pasando por que grita de nuevo Don Damián.
—Tranquilízate Damián ¿ahora que te pasa?. —
—¿Qué que me pasa?. —grita furioso. —¿Sabías que tu hija menor será la vergüenza de la familia Rivera?.—mi madre lo mira sin comprender mi padre viene hasta mi y escudo a Karen con mi cuerpo, mi padre me toma del cabello y me aparta con fuerza tirándome al suelo. Mis costillas nuevamente arden pero no me importa, me pongo de pie nuevamente y voy hasta mi hermana, Karen que tiembla de miedo echa un ovillo a un lado de la cama.
—¡Déjala en paz!. —le grito pero él toma a Karen por el brazo y levanta su sudadera para dejar ver el pequeño bulto en su vientre, mamá se tapa la boca con ambas manos reprimiendo un sollozo. Acto seguido mi padre le propina una fuerte bofetada seguida de otra a mi hermana que cae rápidamente al suelo dejándola inconsciente, me lanzo sobre él y de un fuerte empujón me tira al suelo suelto un gemido de dolor por mis costillas aún lastimadas. Mamá está en estado de shock tapando su boca con ambas manos mi padre sale de la habitación y mi madre niega entre lágrimas.
—¿En que momento mis hijas se volvieron unas cualquieras? ¿Qué van a pensar nuestras amistades una hija de diecisiete años de edad embarazada?. —pregunta en vez de ir ayudar a mi hermana, la miro con rabia a como puedo la levanto del suelo y la subo a mi cama.
—¡Me importa un carajo tus malditas amistades Rosa!, no se en que momento has cambiado madre y sinceramente ya no me importa, es más la rabia que mi padre le tiene a los Montenegro que no le importa dañar a sus hijas a su paso. ¡Ahora largo de mi habitación que la que te desconoce soy yo!. —mi madre se va y cierro la puerta con seguro esto no puede seguir así. La puerta es abierta bruscamente dañando el picaporte, me estremezco cuando miro a mi padre nuevamente, me pongo frente a la cama para que él no pretenda seguir golpeando a Karen.
—¡Prepara la ropa de esta cualquiera que hoy mismo se larga de esta casa, de ahora en adelante no tiene familia para nosotros está muerta, queda fuera de la herencia y todo lo que tenga que ver con nosotros!. —sentencia y sale de mi habitación voy directo a mi cuarto de baño y tomo alcohol coloco un poco en un algodón y voy hasta mi hermana se lo paso por la nariz y despierta lentamente adolorida.
—Renata perdóname te he metido en mas problemas. —habla Karen que ha comenzado a llorar cuando recupera la conciencia sosteniendo su vientre.
—Shhh, calla la culpa fue mía Karen por hablar de este tema tan delicado en voz alta, no fui precavida y mira lo que pasó. —me excuso con ella, la abrazo y dejo que se desahogue.
—No te preocupes tenía que pasar tarde o temprano hermana. —habla entre hipidos.
—Don Damián ha dicho que arregle tus cosas que te tienes que marchar de la casa, no te preocupes ahorita arreglo eso ya tenemos a donde puedas ir. —la consuelo y mi hermana llora en silencio, a duras penas y con dolor físico y emocional voy hasta su recámara y comienzo arreglar sus maletas los más indispensable.
—Ren, ¿a donde voy a ir?. —pregunta mi hermana mientras continúo con mi prioridad, camino de un lado a otro tomando ropa y colocándola dentro de las maletas.
—Karen irás a la hacienda que me heredo mi abuelo en Morelos desde ahí podrás estudiar y estar tranquila el resto de tu embarazo ¿de acuerdo?.—
—¿Y como es que llegaré allá, desconozco todo hermana y tengo mucho miedo y todo esto está pasando por mi culpa. —
—Yo te llevaré personalmente y no te culpes Karen así es la vida es lo que te tocó y punto. —trato de tranquilizarla uno de sus ojos se ha comenzado a colocar en un tono amoratado. Jamás pensé que mi padre algún día pudiera perder los papeles de esta manera en verdad que lo desconozco a Don Damián Rivera es diferente.
Antes de partir voy hasta mi habitación y de la mini caja fuerte que tengo tomo los papeles donde consta que la hacienda es mía, al igual el contrato de compra-venta donde se acredita que Luna es mía y la herencia de mi abuelo, todo lo meto a un sobre amarillo lo introduzco en mi bolso de mano.
***
Mi hermana esta parada en el umbral de la puerta mirándome con lágrimas en los ojos, voy hasta ella y la abrazo, se que se siente indefensa y muy triste.
—Todo va a estar bien Karen ya lo verás, en Morelos podrás continuar con tu vida, estudiar, vivir tu embarazo con alegría. Sé que eres muy fuerte hermanita y juntas lo vamos a superar lo prometo. —trato de tranquilizarla.
—Renata perdóname por haberte metido en todo este embrollo con nuestros padres, quiero que me perdones por ser una tonta y fallarte, siempre te voy amar hermana. —
—No tengo nada que perdonarte Karen no te culpes, yo también te amo hermana. Este trago amargo lo vamos a superar juntas y cuando mi sobrino llegue a este mundo será el bebé más amado por su tía, Helena, Emilio y los chicos. —mi hermana me abraza muy fuerte y siento una sensación extraña en mi pecho, mi hermana medio sonríe y le ayudo con el equipaje bajo las escaleras.
—Espera hermana olvidé algo. —se excusa y regresa a su habitación mientras tanto yo la espero.
—¡Karen vamos!. —grito y ella viene y comienza a bajar las escaleras todo pasa tan rápido miro cómo Karen resbala y cae estrellando su cabeza con la orilla del escalón golpeándose la nuca, cae hasta abajo y comienza a convulsionar, estoy en shock no se que hacer. Tomo fuerzas y corro hasta donde se encuentra mi hermana sobre el suelo, me coloco sobre mis rodillas y sostengo su rostro entre mis manos.
—¡KAREN! vas a estar bien hermana. ¡MAMÁ, PAPÁ, Karen se ha caído y está mal no se que hacer! ayuda. —grito con todas mis fuerzas pero ninguno de lo dos me escuchan, no la muevo mi hermana permanece con los ojos abiertos trata de hablar pero no puede. —No te muevas hermana llamaré a una ambulancia. —no la muevo ya que podría dañarla, a como puedo saco mi móvil de mi bolso y llamo a servicios de emergencia. La operadora me hace un extenso interrogatorio para al final cortar la llamada argumentando que ya viene en camino la ayuda ¡Una maldita hora o menos!
—Karen despierta hermana, al parecer se ha desmayado sus ojos se encuentran abiertos pero noto que su respiración es muy lenta y mi alma cae al suelo.
—Tranquila Karen todo van a estar bien hermana tu y mi sobrino lo prometo. no puedo contener el llanto así que me desbordo en un mar de lágrimas al lado de mi hermana, en su mano trae una foto en nuestro último viaje a estados unidos.
—¡PAPÁ, MAMÁ! les grito nuevamente y a los minutos baja mi mamá.
—¿Renata pero que ha pasado?. —pregunta consternada.
—Se ha caído pero me dijeron que no la puedo mover, iré a esperar a la ambulancia. —mi madre asiente y salgo de la casa, escucho como le grita a papá ahogada en llanto. Corro hasta la salida de la finca y abro los portones, tengo que esperar a los servicios de emergencia...
Ha pasado media hora desde que espero a la orilla de la carretera a la ambulancia, afortunadamente viene llegando de inmediato seguida de un coche de patrulla. Entramos a la finca y ellos bajan su equipo los guio hasta donde está mi hermana sobre el suelo y mi madre se encuentra a un lado de ella, mi padre solo la observa inexpresivo no le pongo cuidado ellos ya no me importan.
Los paramédicos revisan a mi hermana con sumo cuidado, mientras los oficiales interrogan a mi madre sobre lo ocurrido.
—¿Qué le ha pasado, estás segura que fue una caída?. —pregunta el joven. —Oficial está chica ha sido golpeada lo asumo ya que sus ojos se encuentran amoratados a menos que practique un deporte que implique golpes. —el oficial se acerca a mi hermana y observa su rostro con cautela.
—¿Jovencita me puedes decir cómo sucedió este suceso?. —me pregunta el oficial.
—Estábamos por irnos de casa y ella ha olvidado algo cuando venia bajando ha caído de las escaleras, se ha resbalado y su cabeza golpeo muy fuerte con el escalón, tengan mucho cuidado ella está embarazada. —digo con la voz entrecortada
—Ojala y Dios se apiade de nosotros y ese hijo no llegue a este mundo. —habla mi padre entre dientes. uno de los paramédicos lo observa con rabia por sus palabras tan estúpidas y uno de los oficiales va hasta él.
—¿Y los golpes en los ojos cómo se los ha causado?. —interroga nuevamente el oficial, yo solo vuelvo la mirada hacia mi padre y con eso basta para que el otro oficial centre su atención en él.
—¿Ha sido usted es por eso que ellas estaban por irse de su casa? ¿Ha sido usted quien la ha golpeado antes de su caída?. —mi padre asiente sin ninguna señal de arrepentimiento en su rostro.
—He sido yo al enterarme que está esperando un hijo a la edad de diecisiete años, le he propinado dos bofetadas. —se confiesa y el oficial lo detiene de inmediato le coloca las esposas en ambas manos y lo saca de la casa no sin antes yo tirarle unas palabras cargadas de veneno.
—Eres un maldito no merecías ser padre. —le grito sin miedo alguno.
—Tenemos que llevar a la joven al hospital, no hay tiempo que perder. —bajan una camilla de la ambulancia y suben a mi hermana con sumo cuidado no sin antes colocarle un collarín. —¿Quién irá con la joven?. —pregunta el paramédico.
—Yo, ella solo me tiene a mi. —tomo mis bolso y los sigo y me monto en la ambulancia, me siento a un lado de mi hermana, sostengo su pequeña mano. —Te pondrás bien hermana e iremos a vivir a Morelos cómo te lo he prometido mi pequeña Karen. —salemos de la finca con dirección a la clínica del sur.
***
Hemos llegado a la clínica y bajan a mi hermana de la ambulancia, en la sala de emergencias ya esperan por ella un equipo de médicos corro detrás de ellos pero llegando a unas puertas me impiden el paso, es cuando me permito llorar caigo de rodillas y suplico a Dios que esté bien.
Pasa una maldita hora sin recibir noticias de Karen camino de un lado a otro esperando que alguien me diga algo, mi madre ha llegado hace unos minutos la ignoro deliberadamente es cómo si para mi no existiera desde que decidió hacernos a un lado y todo por capricho de mi padre.
—Lo lamento hicimos todo lo posible, la paciente ha tenido una lesión cerebral traumática severa debido a la caída, ha sufrido desgarramiento de tejidos combinado con un hematoma que se formó para desencadenar un sangrado cerebral interno. —
—¿Qué dice? —pregunto esperando que todo sea una broma, el médico niega con la cabeza mirándome con compasión.
—Al llegar le realizamos una tomografía computarizada donde pudimos apreciar las lesiones internas, tratamos de controlar su presión arterial pero todo esfuerzo fue en vano, lo siento mucho por su perdida. —en mi mente se repite una y otra vez la palabra muerte, perdida.
—¡ESTO ES UNA MALDITA BROMA!— grito a todo pulmón desgarrada de dolor, mi hermana no, no puede estar muerta. —Dios mío no me la quites, no te la lleves, te lo pido por favor. —lloro desconsolada el médico me da mi espacio para que saque mi dolor. —¿Pue.. puedo mirarla?. —le pregunto al médico entre hipidos y él asiente, camina frente a mi y yo lo sigo con la esperanza de que mi hermana esté sentada y todo sea una broma. Entro a un cuarto donde se van todas mi esperanzas cuando miro que es donde guardan a los cadáveres en lo que llega el servicio funerario por ellos, el médico señala cuál es el cuerpo de ella. Corro hasta mi hermana le quito la sábana blanca y la envuelvo en mis brazos.
—¡Karen levántate hermana no me hagas esto por favor te lo suplico, prometiste que nunca me dejarías hermana!. —la tomo entre mis brazos y doy varios besos en su frente, recuesto su cabeza sobre mi brazo y me pierdo en el dolor, en mis pensamientos. Mirar su rostro sin ninguna expresión me parte el alma, de solo imaginarme los días sin su presencia, sin su sonrisa no sé lo que haré.
—Karen no puedes hacerme esto hermana, ponte de pie háblame chiquita dime que estás bien por favor, que mi sobrino está bien. — toco su vientre y lo froto una y otra vez las lágrimas no me permiten mirar, el cuerpo de mi hermana aún está calientito y quiero que todo sea un sueño.
—Necesitas respirar, vamos a que tomes un poco de aire. —habla el médico y yo solo me siento ida.
—Ven hija obedece al médico por favor. —mi madre trata de tocarme y alejarme de mi hermana tiene la voz entrecortada, no se en que momento ha entrado a este lugar.
—¡Aléjate de mi, no sabes cuanto te odio! Esta mañana la sacaste de tu vida por estar embarazada, por el que dirán tus malditas amistades de mierda ¿y ahora estás aquí llorando? yo te diré algo madre. No quiero que te acerques a nosotras yo le daré digna sepultura y tu te vas a podrir en tu miseria madre al igual que tu querido marido.
—¡No seas injusta Renata te lo suplico Karen también es mi hija!. —
—No merecías ser madre ni tu Damián Rivera padre, era el papá modelo y ahora me ha decepcionado agradece a Dios que mi hermana murió, al fin de cuentas es lo que quería tu marido ¿verdad?. —grito con rabia mi madre que está ahogada en llanto en un mar de lágrimas. Salgo del lugar camino por el pasillo y llego hasta la salida de la clínica.
A cómo puedo tomo mi móvil de mi bolso y marco el número de Helena y responde al primer tono.
Sé que me extrañaste Renata si no han pasado ni cuatro horas desde que nos despedimos, ya te estamos esperando en la cafetería para ir por Karen a la preparatoria. ¡Ya es muy tarde chica habíamos quedado que solo se cambiaban y ya!.
¡Es.. es Ka...Karen Helena!
no puedo ni articular palabra alguna me estoy muriendo del dolor.
¿Y ahora que mierdas les ha hecho ese bastardo de tu padre?
Está furiosa lo puedo notar en el tono de voz que emplea.
No.. no. Es Karen, Helena estamos en la clínica del sur.
Hablo con la voz entrecortada.
¡Ya vamos para allá Renata!
me ahogo en llanto y corto la llamada. Me dejo caer sobre mis rodillas en la acera de la clínica grito a todo pulmón esto no puede estar pasando y menos a mi hermana.
No se que tanto tiempo pasa solo se que quiero morirme al igual que Karen y no quedarme en este mundo lleno de mierda y sufrimiento.
—¿Renata?. —habla mi amiga Helena, viene hasta mi y me envuelve entre sus brazos.
—¡Está muerta Helena, mi hermana está muerta!. —mi amiga me aprieta fuerte.
—¿Qué mierdas estás diciendo Renata?. —me pregunta mi amiga tapando su boca.
—Dios mío Renata esto no puede estar pasando se supone que hoy celebraríamos su cumpleaños pero no de esta manera mi pequeña. —Helena llora desconsolada al igual que yo, llega Esteban, Joel y Emilio que viene hasta mi.
—Está muerta Emilio, Karen se ha ido de mi vida mi pequeña hermana mi amor me ha dejado sola. —
—Shhh, calma mi amor tranquilízate estoy aquí. —habla con la voz entrecortada sobando mi cabello.
—Esa no era la manera en la cuál ella saldría de casa, se supone que seríamos felices en Morelos, Emilio me aprieta fuerte entre sus brazos. — Miro al cielo que se ha colocado gris, como mi alma que se encuentra de luto.
—¿Quién se encargará de los tramites para el servicio fúnebre?. —pregunta Joel.
—Yo me haré cargo Renata si así lo deseas. — Esteban se ofrece y Helena asiente, mi amiga llora junto conmigo y Rodrigo lo puedo mirar limpiarse las lágrimas al igual que Joel y Emilio.
—Esteban ¿me puedes hacer un favor? —mi amigo asiente.
—Lo que quieras Renata ya sabes que cuentas conmigo. —
—Te daré una dirección ¿puedes mandar a mi Luna a ese lugar? antes de que Don Damián quede libre y me niegue a que me la lleve, aquí están las llaves de la finca. —
—Está bien dame la dirección y mandaré a los trabajadores de mi padre a que la lleven sana y salva hoy mismo. —
—Gracias a todos por estar cuando los necesito. —
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