
Capítulo 25
La noche ha caído y por ende los chicos ya han de estar en el lugar ya que pasan cinco minutos de las ocho de la noche. Con cautela salgo de mi habitación evitando hacer ruido Karen espera por mi en las caballerizas ya se ha llevado lo necesario.
—¿A donde se supone que van Renata?. —me sobresalto es mi madre, se encuentra recargada en el marco de la puerta de la cocina de brazos cruzados.
—Iremos Karen y yo a pasar un momento a la pradera necesito pensar. —respondo cortante.
—Renata necesitamos hablar, mira tu padre no es así necesitas perdonarlo. —siento mi sangre hervir de rabia así que le doy la cara a mi madre.
—Así cómo ¿un maldito salvaje? —Trato de tranquilizarme pero el coraje me sobrepasa. —¿Qué acaso estás ciega? ¡Ese salvaje casi me mata a golpes! ¿y tu que hiciste? nada... absolutamente nada así que déjame en paz. Además de que le has permitido que nos deje sin móvil ni internet, ya no soy una maldita niña a la que puedan controlar. —
—Hija tu padre tiene mucho odio a esa familia es por eso que no quiere que tu pases por lo que él. —trata de excusarlo pero nada me hará cambiar de opinión.
—Y ese no es mi problema ¿sabes lo que va a pasar? que nos vas a perder madre por que ¡ya no me considero hija de ese señor así que por favor déjenos pasar una noche tranquila a Karen y a mi. —sentencio y salgo de la casa como alma que lleva el diablo, no le doy oportunidad de protestar.
Mi hermana me espera con Luna, la sostiene de la rienda al mirarme mi yegua relincha de alegría voy hasta ella y pego mi frente con la de mi Luna.
—Hola mi pequeña ¿Cómo has estado?. —dejo un beso en su cabeza ya que se ha inclinado un poco. —¿Estás lista Karen para esta maravillosa velada?.
—Si Renata me hace mucha ilusión poder pasar una noche contigo y tus amigos además de que mañana es una fecha importante para mi. —dice y pronto lo recuerdo.
—Lo sé hermana mañana es tu cumpleaños y nada mejor que celebrarlo esta noche, sé que no te hable del tema antes debido a lo ocurrido con papá no lo había recordado. —
—Lo sé hermana pero lo importante es que estaremos juntas antes de que estalle la bomba el día de mañana. —
No pienses en eso ahora trae la escalera para ayudarte a subir a Luna si no jamás llegaremos. —mi hermana así lo hace y guardo las cosas en una bolsa que trae luna sujeta a la montura y ayudo a mi hermana a subir a mi yegua, se sienta de lado y yo me monto. Emprendemos el camino y al salir de las caballerizas el frío aire nos da de lleno en el rostro.
—Está un poco frío Ren, pero mira las estrellas en el horizonte lo compensan todo. —habla mi hermana con emoción, mi yegua va a paso lento ya que no podemos ir mas a prisa por el embarazo de mi hermana.
—Lo sé la naturaleza es bellísima, al igual que el universo y todo lo que nos rodea, a veces me pregunto si nuestra vida fuera diferente. —seguimos enfrascadas en la charla cuando menos pensamos ya estamos frente al rio que debemos de cruzar a lo lejos se mira una pequeña luz de seguro ya han encendido una fogata lo chicos.
—Nuestra vida fue linda hasta hace días atrás mi padre se ha vuelto totalmente loco y lo más irónico es que el destino me cruzo en el camino de Emilio, siendo él un Montenegro los archi enemigos de nuestros padres, pero lo que más me llamó la atención es que la señora Montenegro se porto bien conmigo.
—Si me di cuenta hermana tal vez ella sea la única que apoye a su hijo y apruebe su relación. —me deja pensando por un momento, cruzamos el rio y llegamos hasta el campamento de los chicos.
—Te quiero mucho hermana nunca me faltes. —habla de la nada y sonrío por inercia.
—Mientras Dios me preste vida aquí estaré a tu lado Karen lo prometo y yo también te quiero hermana. —los chicos vuelven la mirada hacia nosotras.
—¡Han llegado las chicas Emilio!. —grita Helena escandalizada, detengo a luna y Emilio viene hacia nosotras al igual que Rodrigo.
—Hola Renata pensé que nos haríamos viejos esperándolas. dice Rodrigo en tono burlón, dirige la mirada a mi hermana y se queda como hipnotizado a los segundos después pregunta. —¿Y esta belleza quien es?. —me cuestiona, Emilio me toma por la cintura y me ayuda a bajar, miro que Rodrigo hace lo mismo con Karen pero puedo notar a mi hermana incomoda con la situación pero le sonríe con cordialidad. Vamos hasta donde están los chicos y saludo a todos Helena viene a mi y besa mi mejilla al igual que a Karen.
—Atención chico ella es mi hermana Karen. —presento a mi hermana y Joel que está con una chica rubia y alta saluda desde su lugar.
—Un placer Karen espero y la pases bien y te caigamos fenomenal, ella es mi amiga Sandra. —mi hermana sonríe.
—Hola Joel, Hola Sandra el placer es mío. —
—Karen él es Rodrigo y su acompañante. —miro a mi amigo esperando que diga el nombre de la chica pero al perecer él está embobado con mi hermana se le queda mirando intensamente la recorre de pies a cabeza y esboza una sonrisa.
—Ellas es Samanta una amiga, un placer Karen como ya lo has escuchado soy Rodrigo. —dice mi amigo nervioso rápidamente se pone en pie y viene hasta nosotras nuevamente, ya que se había ido a sentar con su acompañante. Toma la mano de mi hermana y deposita un beso en su mejilla, Karen se aleja rápidamente de él y la noto nerviosa.
—Ho...hola Rodrigo. —responde va y toma asiento frente a la fogata Helena la abraza por los hombros y Esteban charla con ella, pero miro cómo Rodrigo no le despega la vista a mi hermana.
—Te extrañé bonita. —susurra Emilio en mi oído, siento una corriente atravesar mi cuerpo cuando me sostiene por las caderas.
—Yo también mi amor. —confieso dando la vuelta y coloco mis manos por su cuello él me pega más a su cuerpo y besa mis labios con ternura.
—¿Tu padre se ha enterado que venían aquí?. —
—No y me alegro por eso. —mi novio besa nuevamente mis labios y yo lo abrazo por la cintura, recargo mi cabeza sobre su pecho su aroma me tranquiliza el besa mi cabeza y nos miramos a los ojos.
—Vamos disfrutemos está noche al máximo bonita. —sugiere mi novio pasando su brazo por mi cuello caminamos hasta unirnos a los demás.
***
Las horas pasan ya hemos cenado sándwiches que han traído los chicos, Joel ha puesto a calentar agua para prepararnos café ya que el frio se esta poniendo intenso a estas horas. Esta noche no han traído bebidas alcohólicas quisieron pasar el tiempo de manera sana así que nos encontramos al rededor de la fogata sentados en unos troncos que los chicos han traído. Hemos acomodado las bolsas para dormir yo me encuentro sentada entre las piernas de Emilio de vez en cuando le robo besos que ya son mi adicción, Helena se encuentra entre las piernas de Esteban y mi hermana a un lado de Joel y su novia. Rodrigo y su novia están frente a mi hermana, la chica ha notado que Rodrigo se ha pasado la noche distraído como cuál crio mirando a mi hermana así que ella le regala miradas cargadas de odio a Karen, aunque ella lo ignora olímpicamente, ella no está lista para otra decepción además de que rodrigo es un mujeriego en toda la extensión de la palabra.
—Helena como que esa chica está molesta con Karen ya que el don Juan de Rodrigo no la ha dejado de mirar en toda la noche. —le susurro a mi amiga al oído.
—Te dije Esteban que Rodrigo estaba actuando extraño con Karen. —
—Lo sé mi amor pero cómo que esa chica quiere asesinar a nuestra Karen con la mirada. —dice Esteban un tanto pensativo.
—Entonces hagamos algo. —le sugiero yo a Helena y Emilio sonríe con malicia.
—Aquí va mi chica. —habla Emilio con malicia.
—Samanta ¿algún problema con Karen?—pregunta Helena ganándose la atención de todos, la chica rasca su nuca y niega con la cabeza.
—No ninguno.—
—Bien entonces le propongo jugar verdad o reto. —dice Helena y todos se emocionan.
—Comienzo yo —habla Helena que se pone de pie y va por una botella de agua vacía. Se regresa a su lugar con su novio y pone la botella en el piso y la jira. La botella apunta a Emilio y a Samanta.
—Samanta ¿verdad o reto?. —le pregunta mi novio, la chica se queda pensando un momento y luego habla.
—Verdad. —responde y mi novio sonríe nuevamente con malicia.
—¿Eres novia de Rodrigo?. —la chica mira a Rodrigo y él hace como que no le interesa en lo más mínimo lo que sea que responda, ya que tiene su atención sigue puesta en mi hermana quien se encuentra incomoda la puedo notar.
—No lo sé, no puedo definir en que termino nos encontramos. —Rodrigo centra toda su atención en Samanta y sonríe, la chica toma la botella y la gira para su buena suerte la botella apunta a mi hermana y Samanta es la que ahora hace las preguntas.
—Verdad o reto ¿Karen?. —mi hermana está nerviosa y me mira yo solo asiento con la cabeza y ella responde.
—Verdad. —responde Karen y ella coloca una sonrisa malévola.
—¿Eres virgen?. —a mi hermana se le descompone el rostro y me mira asustada, Helena le susurra algo al oído y Karen asiente, toma un suspiro y responde pero su voz es inaudible.
—No. —Rodrigo la mira con fascinación y Samanta lo nota ya que le da un golpe en el brazo al parecer a él no le importa eso en lo mas mínimo.
—Karen es tu turno de girar la botella. —sugiere Joel y mi hermana lo hace con timidez, la punta de la botella le toca a Helena y el fondo Joel.
—¿Verdad o reto Joelito?.—
—Reto. —responde el osado de Joel no se como se atreve si Helena es una loca desquiciada.
—Te reto a que bayas al rio y te recuestes unos minutos en el agua.—todos los chicos echan bulla y avientan chiflidos eufóricos.
—Estas me las pagas Helenita. —dice Joel que corre al río y se recuesta por completo ya que no está hondo, haciendo una salida triunfal como si de los guardianes de la bahía se tratase. Todos le aventamos chiflidos y piropos, llega hasta nosotros y corre abrazar a Helena cobrándose el reto, mi amiga grita emocionada como toda una loca poseída y Esteban aplaude muerto de la risa. Joel toma la botella y la gira la punta cae a Emilio y el fondo a Karen, mi hermana resopla divertida.
—A ver cuñada ¿Verdad o reto?. —mi hermana se lo piensa un momento después de todo Emilio no puede ser tan malo con ella, ¿verdad?.
—Reto cuñado. —dice la osada de mi hermana con timidez en su voz.
—Te reto a que le des un beso en la mejilla a Rodrigo. —mi hermana se sorprende y niega.
—No puedo hacer eso él tiene a su novia y es falta de respeto a la chica. —se defiende Karen pero Rodrigo se pone de pie y viene hasta mi hermana, la toma de la mano y la ayuda a que se ponga de pie, ella consternada lo mira a los ojos y le deposita un beso en la mejilla. Estos dos echan chispas se fusionan perfectamente, todos estamos en total silencio. Rodrigo la sostiene por la cintura y todos estamos embobados es algo muy curioso ya que se fusionan juntos. Mi hermana se aleja de él y se sienta de nuevo, Samanta ahora si se la quiere comer con la mirada. Rodrigo vuelve a su lugar y toma la botella y la gira, la punta da a Samanta y para la mala suerte de Karen el fondo apunta hacia ella.
—¿Verdad o reto? —la mira con malicia.
—Reto.—responde mi hermana retadora ya que ha notado las miradas que esta chica le echa desde que llegamos.
—Te reto a que beses a Esteban. —Karen niega y yo miro a Emilio quien niega.
—¡Eso si que no, no lo haré!. —responde Karen y la chica se pone de pie.
—Y bien que con mi novio no te opusiste zorra ¿crees que no me he dado cuenta de las miradas que ambos se echan?. —Karen rápidamente se pone de pie y se enfrenta a la chica rubia.
—Hace unos momentos has dicho que no hay nada formal entre ustedes, ¿o tal vez escuche mal? además solo le di un beso en la mejilla nos es como si te lo quisiera quitar. —
—Pero duerme conmigo, pasa el tiempo conmigo y hacemos el amor a diario. —se defiende Samanta.
—Perdona si te ofendí, no fue mi intención. —se disculpa Karen y Samanta no le es suficiente.
—No soy tu novio Samanta y bien lo sabes, que te haya traído aquí no te da el derecho a que te quieras sentir mi dueña tu bien sabes como funciona lo nuestro, pero de igual manera perdóname si te ofendí hace un momento. —
—Yo también pido disculpas nuevamente Samanta no estuvo bien lo ocurrido. — se disculpa Karen con ella pero la chica se ha desquiciado.
—Eres un maldito hijo de puta Rodrigo, no me busques más me largo al fin que ni divertidos son. —dice la chica furiosa pasa por un lado de Karen y la empuja con ambas manos causando que caiga de bruces sobre las bolsas para dormir, al mirar lo que ha hecho miro alarmada a Emilio quien corre a ayudar a mi hermana a ponerla de pie. Yo voy tras la chica por que mi hermana se ha disculpado y eso no le da derecho a actuar como toda una hija de puta.
—¿Por que has empujado a mi hermana?. —
—Por que se me pega la gana perra. — responde y le pego un puñetazo en la cara causando que sangre de su nariz, ella me toma por el cabello y yo pongo un golpe en su estómago seguido de una patada, la chica me sostiene de mi cabello y tira golpes, asesta uno que otro sobre mi abdomen pero yo le devuelvo un golpe seguido de otro el dolor de mi cuerpo ya no lo siento debido a la adrenalina.
—Detente mi amor, respira por favor. —Emilio me hala de la cintura y Joel a la chica.
—¡Llévatela Joel!. —ordena Esteban y él y su novia lo hacen, yo corro hasta mi hermana para ver si está bien.
—¿Karen estás bien?. —pregunto alarmada mi hermana está sentada sobre un tronco con la mirada perdida sosteniendo su abdomen, tiene lágrimas en los ojos.
—Renata esto no estuvo bien no fue lo correcto, la pobre chica no merecía esto además yo estoy ya sabes no puedo ir por la vida provocando a nadie. —
—Tu no tienes la culpa Karen fui yo quien te incito a que besaras mi mejilla además que no era para tanto, por que para ser sincero me moría de las ganas de sentir esos labios en mi desde que te miré no tienes por que sentirte culpable. —Rodrigo está detrás de ella.
—Perdóname no quería ocasionarte un grave problema con tu novia, no era mi intención es solo que me enojó mucho la manera en la que ella me miraba, he arruinado está hermosa velada. —mi hermana se limpia las lágrimas con la manga de su suéter.
—Karen no estés triste esa chica no pertenece a nuestro circulo de amigos y me fascino la paliza que le puso Renata la boxeadora. —se burla y Emilio al igual que Esteban se ríen divertidos.
—Esa es mi chica bonita, toda una boxeadora, amor deberías entrenar se te da bien. — habla mi cuñado y mi hermana sonríe dejándome a solas con Rodrigo, ya que Helena y Esteban los han seguido hasta la fogata.
—Rodrigo esto estuvo mal yo... —no me deja terminar por que pone su dedo anular sobre mis labios.
—No te disculpes más por algo que no es tu culpa Karen. —me quedo paralizada ya que pronuncia mi nombre con sumo cuidado como deleitando cada palabra.
—Yo estoy embarazada y me siento muy avergonzada por lo que ha pasado, ve por la chica y pide disculpas nuevamente es lo menos que debes hacer por ella. — Rodrigo se queda en un largo silencio mirando al horizonte y sé que aquí acabó su atracción o lo que sea que haya pensado de mi a simple vista. Aunque para ser sincera me siento mejor sola.
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