
Capítulo 20
Nos encontramos en la dirección de la universidad en espera de nuestros padres, Mia no ha dejado de llorar y hacerse la victima y, por mi parte yo me encuentro muy irritada por su cobardía, es una maldita niña mimada que necesita de la presencia de sus padres para que la absuelvan de cualquier problema que ella misma ocasiona en la escuela.
—Señorita Rivera le pregunto por sexta y última vez, ¿Usted es quien comenzó el problema como lo asegura la joven Santillán?. pregunta nuevamente el director y para ser sincera ya me está comenzando a agobiar esta situación así que decido responder su duda.
—Con todo respeto señor rector, la señorita Santillán es la que me ha agredido tomándome del cabello en el estacionamiento, por ende yo me he defendido de sus agresiones porque es algo que no permitiré, no me han educado de esa manera y jamás permitiré ser pisoteada por nadie y mucho menos por ella. —termino por decir ya que francamente no le mentiré al señor rector de la universidad.
—¡MIENTE! —grita histérica Mia y yo solo me cruzo de brazos y resoplo ya cansada de esta situación. Y como por obra del vendito destino entran mis padres a la oficina, puedo notar como mis padres me miran más que molestos y al instante entran unos señores elegantemente vestidos. La señora me observa con total desprecio al igual que el hombre asumo que son los padres de Mia ya que el rector al mirarlos se le dibuja en los ojos el signo de pesos.
—Buenas tardes señores Santillán es un enorme placer tenerlos en esta humilde oficina. —los saluda el rector que a estas alturas lo estoy comenzando a odiar solo falta que les bese los pies y les limpie el camino por donde caminen. La pareja lo saluda con arrogancia y toman asiento en la enorme oficina.
—¿Y bien a que se debe esto?. —pregunta el señor que viste un traje hecho a la medida, mira a su hija con cautela y tuerce una mueca molesto.
—Bien señor Santillán lo hemos molestado ya que su su hija Mia se a dado de golpe con esta jovencita en el estacionamiento de las instalaciones, ella asegura que no ha sido así y afirma que la joven aquí presente le ha atacado. La contraparte afirma que ha sido su hija quien la ha agredido tomándola del cabello aún no sabemos el motivo aparente que las ha llevado a que reaccionen así como unas salvajes. —siento que odio más a este cotilla e interesado rector.
—Renata ¿es cierto lo que dice el rector? hija jamás hemos tenido problemas de este tipo contigo en ningún nivel escolar, es extraño y además no es correcto, ahora explícanos el motivo. —habla mi padre conciliador y mi madre coloca su mano en mi hombro en señal de apoyo. Los señores Santillán se limitan a mirarme molestos y Mia sostiene su nariz que ya a cesado de sangrar.
—Yo explicaré el motivo si me lo permite señor rector. —Habla mi amiga Helena detrás de mi y Esteban, se encuentran tomados de la mano también entra Rodrigo y los chicos acompañados de mi novio, Darío me sonríe al igual que Joel.
—Joven Montemayor es un honor tenerlo por estos lugares al igual que a todos ustedes ¿pero a que se debe esta visita? ya que por lo visto intuyo que han notado que estoy en una reunión importante. —habla el rector y miro el rosto de Rodrigo molesto.
—Nos tiene que escuchar Renata no es culpable de lo que pasó en el estacionamiento todos estábamos tranquilamente charlando cuando llegó Mia y comenzó a agredirla con palabras denigrantes, la joven Rivera respondió de la manera mas educada y emprendió el camino a las instalaciones cuando Mia la abordo y, comenzó a tirarla por el cabello. Obviamente Renata se defendió y la golpeo así que intuyo que "La señorita" Santillán es culpable. —habla mi amiga Helena.
—Usted no define eso ¿señorita? —
—Helena Ontiveros señor. —responde una irritada Helena.
—Bien mi novia no tiene culpa de nada señor rector. —Habla Emilio.
—Gracias al cielo al fin alguien que defiende a mi querida Mia, hasta eso que tienes que defenderla verdad Emilio?. — habla la señora Santillán con total arrogancia, mis padres se mantienen al margen.
—Se equivoca señora Santillán y con todo respeto yo no tengo nada que ver con Mia, Renata es mi novia. —el rostro de la señora se descompone y mira a su hija con cara de terror, y yo no puedo evitar sentir total satisfacción en mi interior.
—¡YA BASTA! es cierto yo la ataque a esta perra quita novios, por culpa de ella Emilio terminó conmigo por eso la odio y ya te dije Renata esta me las pagas ¿acaso crees que estás a la altura de Emilio? sus padres no te aceptaran por que al lado de ellos eres una pobretona que carece de lo que a ellos les sobra. —se pone de pie y sale de la oficina seguida por sus padres que me regalan una mirada asesina que avientan dagas. Me quedo en silencio y mis padres están estáticos por las palabras de la chica.
—¿Chicos pueden dejarnos a solas por un momento por favor?.—pide el rector y los chicos salen Emilio se queda sé que no se moverá de lugar hasta que salgamos todos. —
—Y que pasará de ahora en adelante ya se aclaro que mi hija no tiene nada que ver, espero y le ponga alguna sanción por su comportamiento hacia mi hija. —pide mi padre y mamá solo se limita a escuchar al igual que Emilio.
—No es tan sencillo los padres de ella son muy influyentes además de que aportan grandes donaciones a la institución. —afirma el director con pena.
—A ya veo cuál es el problema si es por dinero no se preocupe que no carecemos, pero por lo visto aquí usted tiene intereses por personas de la alta sociedad ¿Y que tal si esa chica molesta a un becado inocente que haría usted? por lo visto nada ¿dejará las cosas impune verdad y todo por el maldito dinero?. —sentencia mi padre dándole un golpe al escritorio del rector y a este parece asustarle ya que retrocede un paso atrás.
—No es así señor Rivera creo que me mal entendió. —trata de componer lo que ya es evidente.
—Es lo que yo entendí rector así que vaya despidiéndose de las generosas donaciones que hacen mis padres cada cierto tiempo a sus instalaciones y que creo son más de lo que los señores Santillán aportan. —sentencia Emilio que me toma de la mano y salemos de ese lugar seguido de mis padres caminamos hasta el estacionamiento y ya se han ido todos los estudiantes a sus aulas.
—Eso es hija no dejes que nadie quiera pasar por encima de ti, todos nos debemos respeto hija. —habla mi madre me da un beso en la mejilla y va directo a su camioneta, mi padre se despide de mi, Emilio y se va, miramos el camioneta perderse en la lejanía.
—¿Quieres hacer algo loco conmigo? —me pregunta mi novio y sonrío ya que Emilio es impredecible.
—Claro que sí, hagámoslo. — me toma de la mano y vamos directo a su Audi me abre la puerta del copiloto.
—Gracias caballero. —hablo con coquetería.
—Para mi es un placer bella doncella. —cierra la puerta y sube del lado del chofer mis manos sudan, estar con él es algo especial y único.
Emprendemos el viaje hasta su departamento subimos por el ascensor que lleva a su piso, las puertas se abren y el olor a su perfume inunda mis fosas nasales me encanta estar aquí a solas con él, es nuestro espacio íntimo y romántico.
—¿Qué hacemos? —se acerca a mi y besa mi cuello lentamente siento el calor inundar mi cuerpo me toma por la cintura y me levanta sin dejarme de besar los labios, me encanta su sabor en mis labios, me encanta estar con Emilio así de esta manera me hace sentir mujer aunque admito que hay veces que me gustaría ir más allá de solo besos y toqueteos pero creo que aún no es el momento de entregarme a él, siento que es mejor esperar a que llegue ese día.
—Miremos una película acostados en tu sofá que tanto adoro, sabes que este lugar es muy especial para mi que ni en un millón de años olvidaría. —digo sobre sus labios y mi novio sonríe y acepta bajándome de su regazo, me toma de la mano y ambos nos dirigimos hasta su sofá me suelto de su agarre y me dejo caer al cómodo lugar que tanto adoro.
Observo a mi novio dirigirse hacia la cocina y a los minutos vuelve con un cuenco de palomitas y dos botellas de zumo de naranja, mientras yo tomo el mando de la pantalla plana que se encuentra sobre la pared y la enciendo.
—Esto es para pasar una maravillosa tarde junto a mi novia. —le tiro un beso al aire y él me regresa el gesto.
—Esta vez me toca elegir la película cariño y me apetece mirar una romántica. —digo haciendo un puchero.
—Lo que mi reina desee. —mas tierno y perfecto no puede ser, hay veces que pienso que esto es irreal que Emilio solo es un sueño del cuál no quiero despertar.
—Gracias mi amor siempre tan atento. —me entrega los dos zumos de naranja y se sienta a un lado mío, acomoda el cuenco de palomitas sobre sus piernas que apoya en la mesita de centro, yo lo imito sentándome muy junto a él, elijo la película "Yo antes de ti" y comenzamos a mirarla en total silencio.
—¿Sabes que te amo verdad? que adoro cada gesto tuyo, cada sonrisa, amo hasta tu forma de caminar te has metido en lo más profundo de mi ser que hay días que me asusta sentir esto tan fuerte por ti. —habla de la nada y eso causa que mi corazón se acelere por sus anteriores palabras Emilio me ama y es lo más maravilloso que he escuchado.
—Yo también tengo miedo de que un día esto acabe, estoy tan enamorada de ti que siento que me faltaría hasta el aire para respirar, para mi lo eres todo Emilio Montenegro. —me sincero con él por que lo merece hasta este punto me ha demostrado lealtad, cariño y comprensión ¿y como no amarlo? si es todo lo que esperé.
—Por suerte eso no pasara por que me quieres y yo también te quiero y esto que tenemos debe perdurar para toda la eternidad mi bonita. —me acurruco en su pecho y continuamos mirando la película en un cómodo silencio.
***
Emilio hace un momento me ha traído de nuevo a la universidad para que recoja mi coche, ahora ya me encuentro en camino voy a buscar a mi hermana Karen que le prometí en llevarla a mirar al bastardo del padre de su hijo. Pasan unos minutos y llego a las instalaciones de mi antiguo colegio, mi hermana se encuentra esperando por mi, luce tan tierna con el atuendo que trae puesto que consiste en unos leggins negros una sudadera de los Cardenales de Arizona en color gris y sus tenis Nike blancos. Al mirar el Jeep de papá se le ilumina el rostro.. de seguro que a ésta tarada a de ver pensado que la olvide en este lugar, si supiera que hoy es mi prioridad. Me estaciono y ella sube al coche a toda prisa.
—¿Hola preciosa como te ha ido este día?. —le pregunto para quitarle algo de tensión al asunto.
—Bien Ren, es solo que me encuentro muy nerviosa por lo que pueda pasar con ya sabes quien.—afirma colocándose el cinturón de seguridad y echando su cabeza para atrás.
—¿A donde iremos en que lugar han quedado.?
—En el parque a varias cuadras de aquí, se lo pedí de esta manera para que nadie del colegio nos mire juntos, a éstas alturas es lo que menos quiero que me involucren con él cuando mi barriga se comience a notar. —
—Bien como tu quieras —me dirijo hasta ese parque que es el mismo en el que estuvimos Emilio y yo cenando hamburguesas, aquella primer noche que nos conocimos es a donde jugamos a las diez preguntas. Llegamos y a lo lejos puedo observar a un chico alto, cabello negro azabache, tez blanca que para ser sincera es muy atractivo. Él juega con sus manos y resopla una que otra vez pasando su mano por el cabello despeinándolo, lástima que el cerebro lo tenga del tamaño de un cacahuate. Miro a mi hermana y ella resopla con nerviosismo, sé que está asustada por lo que pueda pasar pero es algo que debe de afrontar de una vez por todas.
—Si quieres puedo bajar contigo Karen. —le ofrezco a mi hermana pero ella niega de inmediato.
—Yo lo haré sola Ren gracias por tu ayuda, lo que si agradecería es que bajes del coche y esperes por mi con una distancia prudente vale?. —quien soy yo para decirle que no, si se comporta como una señora mandona. Ambas bajamos del coche y espero como me lo ordenó mientras tanto ella se encamina hasta aquel chico que al mirarla... Se le iluminan los ojos gesto que a mi se me antoja algo extraño, hasta pereciera que el chico esta perdidamente enamorado de ella mientras tanto mi hermana llega hasta él.
Saco mi móvil y comienzo a textear a i novio para matar el tiempo en lo que mi hermana habla con el chico lindo.
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