
Capítulo 2
La tarde ha caído, aún me encuentro aquí en el taller de carrocería, ya que el golpe en mi coche no fue de gravedad, solo que se llevará su tiempo en repararlo. Solo fue una pequeña abolladura y la pintura se ha caído.
El niño mimado me trajo a este lugar ya que yo no quise ir a la agencia de autos ya que se tardarían semanas en reparar el coche de papá. Él se ha marchado junto a la arrogante rubia que lo acompaña, es peor que una espina en el trasero. Me puse a navegar en las redes sociales para matar el tiempo de espera, en Instagram no encontré nada interesante. Así que prendo el reproductor de mi móvil, le conecto los auriculares y me los coloco. "The night we met" Comienza a sonar con el tema "Talking to the moon" recargo mi espalda contra la pared y cierro los ojos relajada con la magnifica melodía, la tarde comenzado a caer y creo que mamá se va a preocupar, lo bueno de todo es que avisé a mi padre.
De pronto se viene a mi mente los ojos negros de ese chico, es tan condenadamente atractivo, lástima que la rubia que tiene por novia es muy empalagosa y chocante. <<¿Pero qué te pasa a ti Renata?>> Me pregunta mi subconsciente ya que no me debe de importar nada que tenga que ver con esa pareja y mucho menos con él.. me doy una bofetada mental y por desgracia la melodía acaba y abro mis ojos. Me sorprendo al mirarlo de pie frente a mí, me observa detenidamente con esos ojos negro y sonríe, desconozco que tanto tiempo ha de tener frente a mi, rápidamente me pongo de pie y retiro mis audífonos y los guardo en mi bolso.
─¿Se te perdió una igualita a mí?. ─es lo único que se me ocurre preguntar, él sonríe burlón y ¡carajo! ¿Por qué tiene que ser tan malditamente atractivo? este tipo está para comerse solo..
─No, por qué ya te encontré bonita. ─responde guiñando un ojo, mi estomago da un vuelco por sus palabras es como si sus palabras me hayan inyectado adrenalina pura. El muy arrogante me deja parada en ese sitio, me encuentro anonadada con sus palabras. Se encamina dentro del taller de carrocería, no lo sigo por qué mis piernas tiemblan, desconozco el motivo de mi nerviosismo o tal vez sí lo sé, y me niego a aceptar..
A los minutos él sale del taller trae sus manos dentro de la sudadera negra, no puedo evitar quedarme apreciando su atractivo cuerpo, su forma de caminar tan despreocupado ¿debajo de toda esa tela como ha de lucir?. me doy otra otra cachetada mental me aclaro la garganta para hablar, me echo un mechón de cabello detrás de mi oreja.
─¿Que han dicho?. ─Me animo a preguntar, a lo que él sonríe.
─Tu Jeep estará lista hasta las nueve de la noche. ─responde con una sonrisita en sus labios, hasta parece que la idea le agrada.
─¿Qué?. ─pregunto al borde del enfado para continuar con mi berrinche. ─¿Tanto tiempo? Será muy noche para ponerme en la carretera a manejar. ─digo y él sonríe, ¿A caso todo en él se debe a risa?, sus ojos son tan cautivadores. ─Pero en fin no hay opción. ─le respondo, bajando las manos en modo de rendición, debo de evitar mirarlo tanto pensará que soy una loca.
─¿Vives muy lejos? Si gustas te puedo llevar a tu casa y mañana pasas por tu auto. ─sugiere a lo que niego, no puedo llegar sin el coche de papá se pondría histérico ya que suele exagerar todo, pensarán que mi accidente fue de gravedad. Y para evitar todo ese show, mejor espero y que ellos crean que ando con Helena y Simón.
─Esperaré, no te preocupes Emilio. ─respondo ya resignada y nuevamente a sus labios llega esa maldita sonrisa que me hace sentir una sensación de hormigueo en mi vientre.
─Entonces te invito a cenar, además de que soy el culpable de que estés en esta situación. ─me propone y no lo negaré mi estómago hace una hora que pide alimento, muero de hambre.
─¿Y tu novia?. ─le digo pero caigo en la cuenta de que no me importa la vida de ella, ni tampoco lo que piense la rubia oxigenada o donde se encuentre. Bueno lo admito pregunté por impulso pero para ser sincera no quiero terminar desgreñada por una novia celosa.
─¿Que hay con ella?. ─me responde y me dan ganas de tirarme de cabeza por un acantilado.
─Tal vez se moleste por la invitación que me acabas de hacer, soy una total desconocida para ustedes, una desconocida que para variar va con su novio a cenar.. Si yo estuviera en su lugar, no me encantaría la idea de que mi novio saliera a cenar con otra─ le respondo.
─Una desconocida muy bonita y aparte celosa por lo que veo. ─murmura entre dientes, logro escuchar lo que ha dicho, lo nota y pasa su mano por su cabello dejándolo despeinado ¡carajo! parece un modelo de Victoria Secrets o Armani. Se aclara la garganta y continúa hablando. ─Por ella no te preocupes, además tú lo has dicho es sólo una cena, ¿pero qué dices, aceptas?. ─¡Más idiota no puedo ser! Si solo es una cena, no es como que me va a llevar a hacer algo indebido. pero tiene razón mis pensamientos sobre él vuelan muy alto y rayan en la locura.
─Bien, acepto. ─le respondo, al instante hace una reverencia con su mano mostrándome el camino donde está aparcado su Audi, abre la puerta del copiloto y entro al coche, cierra la puerta e inmediatamente el olor de su colonia masculina se cuela por mis fosas nasales. Él entra en el lugar del chófer y enciende el coche ese motor suena a gloria estos autos son muy hermosos y costosos. Ni en varios años me puedo permitir uno de estos es por eso que mejor me quedo con el Jeep de papá. No es que seamos de bajos recursos todo lo contrario vivimos muy bien económicamente, pero tampoco me gusta lo lujoso y ostentoso en un coche o en lo que sea, pero eso no me quita que aprecie estas maquinas, pero en realidad me gusta ser sencilla. Con mi yegua Luna me conformo, el coche por dentro está forrado de cuero negro, el tablero cuenta con detalles en color plata, todo en el destila elegancia.
─¿Qué te gustaría cenar una ensalada o filete de pescado o mejor unos cortes? te puedo llevar a él restaurant "Magno Brasserie" dan excelente atención. Además de que es muy elegante y la comida es excelente. ─termina por decir, noto en su voz un poco de nerviosismo y a la misma vez entusiasmo.
─¿Que tal una hamburguesa o pizza con miles de calorías y esas grasosas papas a la francesa, acompañada de una Coca-cola?. No soy la típica chica que come saludable, al fin y al cabo quemar esas calorías que consumo al día cada mañana es mi pasión. ─le respondo y él suelta una estruendosa carcajada.
─¿Te gusta hacer ejercicio, después de que comes una bomba de colesterol? Que interesante eres, en realidad me sorprendes. ─dice colocando su mano bajo su barbilla, me mira de lado con esos impresionantes ojos negros ara después continuar hablando. yo no me muevo del asiento me siento muy nerviosa de la manera en la cual me observa. ─Uff menos mal, odio la superficialidad eres increíble y en realidad me impresionas mucho, pero no me has dado tu nombre.─
─Renata, mucho gusto. ─le respondo cordial extiendo mi mano hacia él, toma mi mano y la sostiene siento cosquillas ante su toque, clava sus ojos en los míos y no puedo evitar mirar sus labios.
─Que hermoso nombre tienes Renata. ─En sus labios mi nombre suena como melodía para mis oídos, por inercia muerdo mi labio inferior y él sonríe. El atractivo muchacho pasa su lengua lentamente por su labio inferior acción que me derrite, suelto su mano y me acomodo en el asiento cortando toda conexión con él. Emilio se incorpora a la carretera y yo mientras me pierdo en mis pensamientos..
Llegamos al restaurant de comida rápida y Emilio ordena por el área de coches, nos entregan nuestro pedido y él maneja hasta un solitario parque, estaciona y bajamos del coche. La noche ya ha caído y el lugar está solo y par variar hace un poco de frío, nos dirigimos a unas mesas de hierro que están en el lugar, son de esas que tiene el asiento y todo.
Tomo asiento frente a Emilio y el deposita las dos bolsas de papel con el contenido grasoso en la mesa. Yo traigo los refrescos y mi móvil en la mano, me siento frente a él y saco la comida de las bolsas, le extiendo su hamburguesa y el vaso de refresco.
─Gracias bonita. ─dice a lo que me causa un revoloteo en mi vientre, la manera en la que me ha llamado. En silencio comenzamos a cenar.
─¿Eres nueva en la preparatoria? jamás te había visto. ─me observa fijamente y mientras tanto muerde una papa frita esperando mi respuesta, nos encontramos uno frente al otro.
─No... curso en el plantel desde primero, este es mi último año ya solo falta un mes para que concluyan las clases. ¿Y tú eres nuevo? jamás te había visto. ─le hago la misma pregunta.
─No, es mi novia la que estudia ahí yo ya estoy en la universidad hoy solo fui a recogerla. ─dice y no puedo evitar sentirme incómoda con la palabra "Novia" no se el motivo tan extraño jamás había sentido algo similar con alguien.
─Que bien, universitario ¿Y que estudias? ─le pregunto a lo que me observa atento a mi pregunta.
—Derecho estoy en mi segundo año. —se nota muy orgulloso por lo que está logrando.
—¿Y es difícil la carrera?. —piensa un momento.
—Es como todo tiene sus pro y sus contra, pero no me quejo me gusta lo que hago. —
—Bien. —continúo comiendo.
─Dime Renata ¿Y tu que quieres estudiar?. ─me pregunta.
—Quiero ser veterinaria los animales son mi pasión en especial los perros y caballos. —
—Wow me sorprendes en realidad a mi también me encantan los caballos. —
─Es lo mejor de la vida además, cuenta la leyenda que a una persona que le encantan los animales tienden a ser mas felices. —
─Interesante teoría bonita, pero creo que eso es muy cierto. ¿Sabes?. ─me pregunta ahora él, me da curiosidad con lo que va a contraatacar.
─¿Dime Emilio?. ─le respondo de igual manera pero un poco seductora, paso mi lengua por mis labios, la luz de las farolas alumbran la noche el viento ha comenzado a soplar un poco fuerte, moviendo mi larga y castaña cabellera..
─Me encantó conocerte en circunstancias extrañas, que ironía de la vida Renata ya que nos trae sorpresas cuando menos lo esperamos. ─argumenta tomando un mechón de mi cabello que el viento ha puesto en mi rostro y lo pone detrás de mi oreja. Me causa escalofríos sentir sus fríos dedos rozar mi piel, sentirlo tan cercas. Pasa su mano por mi mejilla y cierro los ojos al sentir su contacto en mis labios, de pronto vuelvo a la realidad. ¡A ver, a ver! ¿Acaso está coqueteando conmigo? ¡Si tiene novia! todos son iguales.
─Tranquilo guapo que no nos conocemos además tu eres un joven con compromiso. ─hablo en tono serio.
─¿Qué te parece si comenzamos de nuevo y nos presentamos como Dios manda?. ─propone ignorando mis palabras pero lo acepto, no tiene nada de malo que sea amiga de él.
─Renata Rivera. ─me presento y extiendo mi mano, él la sostiene entre sus manos con gusto y sonríe.
─Emilio Montenegro, es un total placer conocerte. ─al pronunciar su apellido es cuando viene a mi mente pero lo dejo pasar ya que puede ser mera coincidencia, en todo México pueden existir miles de Montenegro, no creo tener tan mala suerte para conocer a los archienemigos de mi padre.
─El placer es mío Emilio.─
─¿Te han dicho que eres muy bonita?. ─me pregunta serio ha cambiado su actitud de chico dulce a chico seductor.
─Si, muchas veces. ─ le respondo arrogante.
─¿Quien, tu novio o ex novio?. ─espera paciente mi respuesta.
─¡Naa, que va!. Mi papá. ─sonrío. ─Además no tengo novio así que tranquilo, que no vendrá a golpearte no tienes de que temer. ─lo tranquilizo y no puedo evitar sonreír como boba.
─¿Cómo es posible que una chica tan linda no tenga novio?. ─pregunta más para él mismo que para mí.
─es raro pero cierto es solo que no ha llegado el indicado a mi vida además de que no creo en el amor, sinceramente se me hace una perdida de tiempo. ─le respondo mordiendo una papa frita despreocupadamente.
—Que extraño pero cierto tienes mucha razón... ya que para ser sincero aunque tengo novia no siento esa sensación de revoloteo y esas cosas cursis de las que hablan todas las mujeres. —se sincera y yo lo miro a los ojos fijamente para ver si miente.
─Renata. ¿Qué te parece si jugamos a las diez preguntas y viceversa?. ─propone evadiendo mi mirada, a lo que me pongo nerviosa pero decido aceptar jamás he hecho algo alocado en mi vida, y esta es la oportunidad.
─¿Vale hacer cualquier pregunta?. ─
─Claro que sí bonita, pregunta lo que quieras. ─me responde
─Bien, comienzas tú Emilio.─
─Okey, dime. ¿Cuántos años tienes?. —se recarga sobre sus codos esperando mi respuesta.
─Dieciocho, ¿y tú?. ─
─Veintiuno.─ dice mordiendo su hamburguesa, hasta para comer tiene sensualidad este hombre.
─Vaya, me sorprendes ─le digo y Emilio sonríe.
─Eres muy bonita, no entiendo cómo es que no tienes novio aún.─
─Simplemente no llevo prisa es todo, cuando el destino y Dios quiera llegará el indicado a mi vida y si es que llega.─
─Será muy afortunado quien te tenga. ─los colores se me suben al rostro y agradezco a Dios que sea de noche.
─No exageres no es para tanto soy tan común como muchas otras chicas. ─
—No exagero solo digo la verdad, será muy afortunado quien te tenga como novia se nota que eres una chica muy especial muy diferente a las otras y no trato de coquetear antes de que lo digas solo estoy siendo sincero. —bebo refresco y mis nervios van en aumento.
—¿Segunda pregunta?. —él asiente.
—¿Tipo de música favorita?. —
—Romántica, un poco de rock e instrumental de violín. —
—¿Y la tuya?. —
—La música triste es mi pasión, ingles y tal vez un poco de rock al igual que tú. —
—Me sorprendes bonita. —
—Además que me gusta leer en mis tiempos libre, la lectura en genero romance es mi pasión.—
—Algo curioso para alguien que no cree en el amor, ¿No crees?. —sopesa sus palabras por un momento con la mirada perdida a la nada.
—No es que no crea, es solo que pienso que es una perdida de tiempo, hay muchas parejas que se separan después de haberse jurado amor eterno. Creo que el amor se acaba de un día para otro y en ocasiones sales lastimado, y es algo que no me gustaría experimentar. —
—Algo interesantes tus palabras pero no te sientas exenta la vida da muchas vueltas y termina por sorprender hasta el más incrédulo. —
—Lástima que cuando eso pase no vas a estar para contártelo y así no te podrás burlar de mi. —me burlo de él. observo mi reloj y ya dan las nueve con diez minutos. ─Emilio ya necesitamos ir al taller, nos hemos pasado de la hora y mis padres me van a matar. ─le digo desesperada.
─Tranquila Renata el colega del taller es mi amigo, y por ende nos va a esperar. ─me pongo de pie, y recojo los empaques de la comida y los echo en el contenedor de basura, Emilio espera por mi y juntos nos encaminamos a su coche. El silencio es abrumador ya que hay tantas cosas que me gustaría preguntarle.
Nos montamos a su coche, no sin antes portarse como todo un caballero y abrir la puerta del copiloto para mí..
Llevamos cinco minutos de camino.
─¿Color favorito?— me pregunta de la nada, pensé que ya había terminado este juego aunque para ser sincera me agrada la idea ya que es él quien quiere seguir con esto.
─Negro y rojo. ─respondo, el voltea brevemente y vuelve a centrar su vista en la carretera.
─Al igual que yo. ─dice
—Película favorita. —ahora soy yo la que lo cuestiona.
—John Wick. —
—Isi and Ossi amo donde el abuelito convicto de uno de los protagonistas se hace un rapero muy famoso en YouTube. —
—Necesito mirar esa película cuanto antes. —sentencia.
—Te va a encantar Emilio. —y así continuamos nuestro camino en silencio hasta el taller de carrocería.
Hola mis amores espero que esté capítulo y los demás que vienen los cautive hasta la médula, dejen sus comentarios para yo saber si les está gustando.
Gracias por todo el apoyo que me han venido brindando desde que inicié con Sentimientos Ocultos, los amo a todas y todos mis lectores son muy especiales para mi.
Los ama..
Lili.
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