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Capítulo 11

Pasamos una noche agradable entre risas y películas de terror, aunque para ser sinceras Helena y yo nos pusimos en un plan de querer mirar una película de romance a lo que esteban y Emilio terminaron aburridos.

Helena y yo estamos dialogando sobre la película y el final que ha tenido, estoy sentada entre las piernas de Emilio y lo noto un poco pensativo mientras acaricia mi cabello.

—¿Te pasa algo, estás muy callado? —le pregunto a lo que me da un beso en la frente y sonríe.

—Todo bien es que aún no puedo creer que estés aquí conmigo, eres un sueño hecho realidad bonita. —me giro hasta él no sin antes mirar a Helena que está con la boca literalmente abierta, Esteban sonríe y murmura un "lo hemos perdido".

—Creo que sobramos e iremos a dormir ya es un poco tarde. —dice Helena poniéndose de pie junto a Esteban, pasan por nuestro lado y ella me guiña un ojo a lo que le sonrió, por que sé de que va su cansancio repentino. Quedamos solos Emilio y yo, recargo mi cabeza sobre su hombro suelto un suspiro que me sale del alma esto es algo nuevo para mi, este sentimiento que se arremolina en mi pecho es simplemente magnifico.

—Quiero que sepas Renata que estoy dispuesto a correr cualquier riesgo por ti, ahora solo somos tu y yo bonita y estoy muy feliz que así sea. 

 —Emilio no quiero que llegues a tener problemas con tus padres por culpa mía, no sé si me explique no quiero que Mia vaya y te meta en problemas con eso de que ellos quieren que estés con ella por mera conveniencia. —le digo poniéndome de pie camino hasta los ventanales y observo la ciudad que es bellísima, aún sigue lloviendo más fuerte, que las gotas de agua se deslizan por los cristales Emilio llega se posa detrás de mi, me abraza por la cintura y posa su barba en mi hombro.

—No me importa bonita desde la primera vez que te miré parada junto a mi coche con ese hermoso rostro lleno de rabia me cautivaste... Desde ahí sentí que algo cambio dentro de mi, no pude sacarte de mi mente es por eso que le pedí a mi amigo que se tardara arreglando tu jeep, ya que quería una excusa para invitarte a cenar y pasar tiempo contigo y conocer un poco mas de ti. —me giro en su dirección quedando frente a frente, clavo mi vista en la suya con una sonrisa puesta en mis labios.

—Entonces  ¿fue a propósito? no me lo puedo creer hasta donde has llegado Emilio Montenegro. —digo divertida por su confesión.

—Me declaro culpable, admito que fue una maravillosa idea ya que si no era de esa forma no hubiese tenido oportunidad de conocerte, Renata Rivera.  — se excusa tomándome de la mano me jala y vamos hasta el sillón se tumba en el y yo me meto entre sus piernas me arropa con la cobija, mi espalda esta sobre su pecho le acaricio la mano con mis dedos. Esto es nuevo para mi esta sensación que se arremolina en mi estómago es como una mezcla de emoción, euforia y mariposas revoloteando dentro de mi. Emilio es tan especial todo en el llama al peligro, a la aventura y sobre todo a querer darlo todo por él. Pero una pequeña parte dentro de mi ser teme por algo que ni yo me puedo explicar.

—Emilio háblame de ti, de tu familia que es lo que estás estudiando, tus gustos. — me acomodo de lado, bajo mis piernas desnudas ya que Helena me ha traído una pijama de short y camiseta de tirantes. Recargo mis piernas sobre la mesita de centro lo miro atenta el sonríe y asiente tomando un respiro.

—Mis padres son ganaderos y como ya te había dicho somos de Morelos ellos tienen sus ranchos y negocios allí, por ende yo me tuve que venir a la ciudad a estudiar. Este piso me lo regaló mi abuelo cuando me gradué de la preparatoria voy a visitarlos cada vez que puedo. Y que decir de mi madre es una mujer muy cariñosa y comprensiva, mi padre es un tanto rudo regido a su antigua crianza. —desvía la mirada y continua hablando —, estudio derecho tan solo me quedan dos años para concluir mi carrera y ejercer mi profesión que es lo que yo he querido, pero como te he dicho mi padre es un tanto gruñón así que el quería que me dedicara a manejar sus negocios. Pero con el apoyo de mi madre y mi abuelo logre cumplir mi sueño y, aquí estoy conociéndote bonita. — acaricia el dorso de mi mano con la suya no puedo evitar el sentir mariposas en mi vientre con solo sentir su toque.

—¡Vaya un abogado pero quien te viera muchacho! Es impresionante a mi me queda aún mucho camino que recorrer. Pero lo referente a tu padre pienso que después de todo él no puede ser tan malo, Emilio tal vez solo quiere lo mejor para ti, ¿y dime tienes hermanos? —suspira y suelta una sonrisa de medio lado.

—No, soy hijo único y la verdad que lo agradezco no podría soportar mirar que mi padre fuera rudo con mi hermano o hermana en caso de que la hubiese habido.—

—Entiendo después de todo tu lo conoces y sabes por que piensas así de él, mi padre es muy cariñoso y consentidor Don Damián Rivera es el mejor papá del mundo. —digo con orgullo después de todo es la verdad mi padre es un hombre comprensible y cariñoso con su familia, no se lo que haría si él fuera como el padre de  Emilio.

—Renata quiero invitarte a salir la próxima semana ya que estés libre por las cuestiones de tu graduación, será una sorpresa, ¿Qué dices? —lo noto un tanto nervioso y se me antoja tierno ese gesto.

—Por mi encantada pero necesito mirar que excusa le pondré a mi padre yo te confirmo en la semana vale. —él sonríe y se acerca a mi uniendo nuestros labios en un beso intenso que me gusta.

—Me encantas bonita — me abraza y deposita un beso en mis labios y otro en mi frente.

—Y tu a mi Emilio. —nos acomodamos  en el sillón me pasa su brazo por  mi cintura y con su respiración en mi nuca nos quedamos dormidos.

***

Al día siguiente nos despertamos por las diez de la mañana, me duché en la habitación de Emilio mientras él y Esteban fueron a comprar el desayuno, ya lista nos dispusimos a limpiar el desastre de la sala Helena bailaba al son de la música de Bon Jovi. Al llegar los chicos desayunamos con tranquilidad entre risas y charlas amenas la pasé de maravillas, Emilio no quitaba su mirada penetrante de mi, me hacia sentir un poco nerviosa ya que traía puesto un jeans de color negro pegado al cuerpo. Emilio lavó mi ropa con la de él en el cuarto de lavado lo cierto que este departamento estaba completo era un sueño para cualquier joven. Él ya se había duchado antes de ir por desayuno lo cierto es que se mira tan atractivo con ese jeans azul y una sudadera roja que combinó con sus Nike negros.  

—Lista Renata nos tenemos que ir ya es demasiado tarde y tus padres me van a matar si no llegas a la hora acordada —dice Helena una vez que hemos terminado de limpiar la cocina, va hasta su novio que está sentado en la sala y lo abraza por detrás él le sonríe y la jala para depositar un casto beso sobre sus labios.

—Emilio necesito mis cosas que están en tu vestidor —digo señalando con el dedo en dirección a su recámara, se pone de pie y viene hasta mi y me toma de la mano jalándome suavemente con él. Llegamos a su habitación entro seguida de él y para mi sorpresa me recarga contra la puerta de su vestidor se apodera de mis labios el beso poco a poco se vuelve mas intenso hasta que escucho que Helena grita desde la sala de estar, Emilio me sonríe aún con sus labios pegados a los míos.

—No se cuanto tiempo podre soportar estar sin mirarte bonita— sentencia y es como si sus palabras me calaran hondo en lo muy profundo de mi ser y para ser sincera siento lo mismo que él.

—Pienso lo mismo pero creo que lo podremos soportar, total si quiero salir contigo el fin de semana ya me las arreglaré con mis padres para poder ir contigo—

—Perfecto entonces el fin de semana será, estaré ansioso y presiento que la semana se me hará eterna —es tan tierno que me derrite su forma de ser, me despido de él y nos acompañan hasta el estacionamiento en todo el camino no paramos de hablar Helena y yo por nuestro magnífico fin de semana que hemos pasado.

Al fin llego a casa de mi amiga y apago el motor me quedó un momento pensando en lo que vivimos anoche Emilio y yo miles de preguntas pasan por mi mente ¿Qué tal si Emilio y yo algún día llegáramos a tener algo?. Pero sus palabras de la noche anterior vienen a mi mente tal vez su padre se tome a mal el rompimiento de él con Mia. Pero lo cierto es que me gusta de sobremanera.

—Helena ¿Cómo es que no invitaron a Mia a la fiesta de Emilio? — le pregunto ya que esa duda me ha carcomido la mente desde que llegamos a la fiesta.

—Esteban organizó la fiesta y no la invitó por que no le cae bien siempre la ha odiado y ahora que Emilio la a terminado mi novio está más que feliz— dice acomodándose en el asiento de manera despreocupada mirándose la uñas.

—Helena después vuelvo por mis cosas que dejé en tu casa ahorita solo quiero llegar a casa para descansar y asimilar lo que ha pasado —

—Esta bien Renata me divertí mucho fueron las dos mejores noches de nuestras vidas —afirma mi amiga con una enorme sonrisa en sus labios.

—Pienso lo mismo nos vemos amiga te quiero —

—No creas que te has escapado necesito saber que ha pasado entre Emilio y tú no me contaste detalles —me recrimina a lo que sonrió

—Solo te diré que este fin de semana me tendrás de nuevo aquí en tu casa, ¡Te quiero adiós Helena! — me salgo por la tangente cierra la puerta de la camioneta de mamá y escucho cuando grita.

—¡Esta me las pagas perra te quiero también! —sonrío por como me ha llamado aún así la amo. El camino a casa se vuelve un poco lento ya que ha comenzado a llover muy fuerte y no quiero tener un accidente así que tomo las precauciones necesarias.

Llego a casa y me detengo en la entrada de la finca esperando a que se abran los portones, ingreso y voy directo aparcar, la lluvia no ha cesado me estaciono y bajo de la camioneta entro a mi casa y no hay nadie a la vista.

—¡Mamá ya llegué!— subo hasta mi habitación al parecer no hay nadie en casa dejo mi cartera sobre mi cama me desvisto y me coloco mi chándal negro y una camiseta de Guns & Roses, me agarro mi cabello en una coleta despreocupada y me recuesto sobre mi cama mirando hacia el techo no se en que momento me quedo dormida.

Me despierto con la luz en mi rostro que se cuela por la ventana, me quito las cobijas de encima tal vez mi madre entró y las coloco encima de mi ya que yo no recuerdo haberlo hecho, tomo mi cartera y saco mi móvil las seis de la mañana. ¡Dios mío! se me hará tarde para ir al colegio como alma que lleva el diablo me pongo de pie, me dirijo a mi baño como flash me ducho, lavo mis dientes y me arreglo, elijo un jeans ajustado que enmarca perfectamente mis curvas una blusa blancas de mangas voladas y mis botas de tacón de color café que me llegan hasta las rodillas, y un abrigo.

***

Voy llegando al colegio el estacionamiento se encuentra abarrotado los alumnos de último curso están vueltos locos ya que es la última semana, el viernes es la graduación así que esta semana tienen que presentar los exámenes que falten, aparco en una plaza desocupada que está un poco lejos, mi madre me ha vuelto a dejar su camioneta y creo que ya me esta gustando.

Tomo mi bolso que contiene unos cuantos libros y bolígrafos pongo la alarma y emprendo la caminata hasta las instalaciones, unos brazos pasan por mi cintura al momento me entra el pánico pero ese perfume es inconfundible Emilio me gira hasta quedar frente a frente y deposita un casto beso en mis labios. 

—Buenos días ¿Pensaste que no vendría a saludarte bonita? — sonrío por su osadía y le devuelvo otro beso yo, noto que se sorprende y me aprieta más a su cuerpo.

—No lo esperaba pero me has sorprendido —paso mis brazos por detrás de su nuca y deposito otro beso en sus labios él me mira directamente a los ojos.

—Me encantas bonita, solo venía a saludar también tengo clases en quince minutos — con sus dedos da suave masajes a la piel desnuda de mi espalda ya que la blusa se me ha levantado un poco, su toque causa descargas por todo mi cuerpo y hace que esas mariposas en mi vientre revoloteen despavoridas. 

 —¡Ya búsquense un hotel!  —grita Helena que viene llegando de la mano de su novio este sonríe con suficiencia.

—Hola Esteban no se como soportas a esta loca de novia que tienes — digo soltándome de Emilio y él me sostiene por la cintura con ambas manos.— Helena pone cara de pocos amigos y luego suelta una estruendosa carcajada.

—Si así me amas perra no podrían vivir sin mi, ninguno de ustedes —se defiende acusándonos con su dedo y todos reímos, lo cierto es que tiene razón.


Hola amores espero y les esté gustando esta historia, no olviden la estrellita y comentar que tal les están pareciendo los capítulos.

Los ama...

Lili. 



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