Este chico me tiene loca con esa sonrisa hermosa que enamora. La puerta abriéndose hace que perdamos el contacto visual.

-Mi niña, les traje galletas -yo asiento.

-Gracias nana -le digo y Sam le da una mirada de agradecimiento.

Yo enseguida tomo una galleta y la llevo a mi boca.

-¿El joven se queda a comer? -pregunta y yo miro a Sam, él se encoge de hombros.

-Si nana, él se queda -le respondo y ella sale del cuarto.

-No te acabes todas las galletas -me regaña.

Comemos hasta que solo quedaba una. Nos miramos y yo le sonrío guiñándole un ojo, él me sonríe y aprovecho. Tomo la galleta y me la como.

-Tramposa, yo la quería, me las pagarás -en un abrir y cerrar de ojos ya está encima de mí haciéndome cosquillas.

Me río y pataleo.

-Ya... Para... -no puedo con la risa, siento que voy a estallar de tanta risa.

-Di, Samuel eres hermoso y te debo un beso en la mejilla -¿qué le pasa?

Asiento, lo uno que quiero es que pare de hacerme cosquillas.

-Dilo -insiste, no me queda de otra.

-Eres... Hermoso y.... Te debo un... beso -río y él se detiene.

Suspiro, Samuel pierde el equilibrio y termina encima de mí, muy cerca. Me pone nerviosa, nuestras narices se rozan y casi nos besamos de no ser porque la maldita puerta se abre, nos separamos rápidamente.

-¿Qué hacen? -pregunta Allison entrando.

-Nada... Practicando -rasco mi nuca y ella entrecierra los ojos.

-¿Quién es él? -pregunta mirando a Samuel, voy a responder pero se me adelanta.

-Soy un amigo de Victoria, mi nombre es Samuel Cipriano -lo miro mal y mi hermana sonríe.

-Yo soy Allison Miller, la hermana menor de Vicky -responde y se toman de la mano.

-Es melliza de.... -un grito me interrumpe.

-¡Esperpento! -grita Taylor entrando al cuarto.

-Ese demonio que acaba de entrar -termina Allison por mí y nosotros reímos, menos Taylor.

-No hables mucho aborto de lagartija -yo me río y choco los cinco con Taylor.

-Traidora -me señala Ally indignada y Sam ríe.

Ella me las debía. Interrumpió algo muy importante para mí, hace rato.

-Sorry Ally, sabes que te amo -Tay me mira -a ti también Tay, los amo -les tiro un beso -¡guerra de cosquillas! -grito y le hago un gesto a Sam para que me ayude.

Nos tiramos encima de ellos y les hacemos cosquillas, después de media hora jugando y que ellos conocieran a Sam entra mi mamá.

-Ya es hora de comer -nos mira y estamos todos despeinados, incluyendo a Sam.

Ella rueda los ojos

-Así como están no se va a sentar en mi mesa. Allison y Taylor, me hacen el favor y se van a bañar, yo los hacía haciendo tareas -los regaña mamá y ellos salen -Y tú victoria, deberías poner orden, eres la mayor -también me regaña a mí y Sam se burla - Samuel, no te rías, que tú eres incluso mayor que Vicky y también estabas haciendo desastre -yo me río internamente.

-Lo siento mamá, me dejé llevar y tenía rato que no me divertía así con los mellizos -ella asiente.

-Tienes razón... Los quiero abajo en 15 minutos, ni uno más y quizá si uno menos. Pero ni uno más -advierte y nosotros asentimos, ella sale del cuarto.

-Eso fue genial, tenía tiempo que no me divertía así, voy a venir seguido a tu casa.

Después de eso bajamos a comer y mis padres aprovechan para interrogar a Sam.

-A ver Samuel, ¿Qué pretendes con mi hija? -pregunta papá y yo me golpeo la frente con mi mano.

-Yo... Sólo quiero que seamos amigos -responde Sam nervioso.

Esa y otras preguntas más le hacen mis padres, hasta que llega el momento de irse.

-Perdona a mi familia -lo acompaño a la salida.

-No te preocupes, me la pasé genial en tu casa. Tienes una familia muy unida y divertida -en ese momento Taylor va pasando con gafas y muchos dulces.

-Hasta mañana cuñado -dicho esto sale corriendo.

Cobarde.

-¡Deja de correr Taylor! -grita mi mamá y yo me sonrojo por lo que dijo mi hermano, Sam se ríe.

-Hasta mañana Vicky -besa mi mejilla y se va.

-Hasta mañana Sam -susurro y cierro la puerta.

Al cerrarla suspiro con una sonrisa en mis labios.