Me despierto y hay un ruido muy molesto, miro a mi alrededor buscando la causa y veo un monitor, también me fijo en unas agujas en mi muñeca, tengo una mascara de oxígeno, mi costilla duele y mi cuerpo igual. Cuando recuerdo el porqué de ello mi vista se nubla por las lágrimas. La puerta se abre y yo me trago mis lágrimas.

—Señorita ¿cómo se siente? —pregunta un hombre un poco canoso.

—Mal, me duele todo —literalmente, muy literal.

—Es normal, allá afuera hay unas personas que la quien ver —yo asiento y él sale.

Al rato entra Sam, al verme sonríe y yo hago lo mismo.

—Vicky, yo te puedo explicar lo de la llamada —suspiro y asiento —Lauren estaba en mi habitación porque es una atrevida, yo me metí a bañar y cuando salí ya todo estaba echo —por alguna razón su explicación me causa gracia.

No puedo evitar reírme y él sonríe, luego hago una mueca de dolor.

—Hey, no te burles —se acerca a mí.

—Lo siento, pero creo que no sabes dar explicaciones —me quito la mascara para hablar mejor.

Al moverme me duele la costilla donde recibí el balazo.

—Con cuidado amor —yo sonrió por como me llamó.

—Te extrañé mucho idiota —le digo y besa mi mejilla y hace un puchero —Sabes que eres mi idiota favorito —él sonríe y luego me besa.

Cuanto extrañaba esto, pongo mis manos en sus mejilla y él pone las suyas a cada lado de mi cuerpo. Profundiza el beso y nuestras lenguas danzan juntas; el beso es desesperado y muy necesitado. Nos separamos por falta de aire, seguimos con nuestras frentes juntas.

—Yo también te quiero pequeña —me río por su apodo y lo vuelvo a besar, pero ahora es tierno y menos desesperado.

Nos separamos y me falta el aire, me pongo la máscara y listo. Le sonrío y el igual, tocan la puerta y entra mi mejor amiga, al verme corre y me estrecha en sus brazos.

—Nunca vuelvas a asustarme así Victoria —dice y yo hago un gemido de dolor, más una mueca —lo siento —se separa y me mira con preocupación.

—No te preocupes Kathe, no tengo pensado hacerlo de nuevo, los extrañé mucho —digo mirándolos y ella me abraza con más cuidado.

Al separarse es el turno de Will, me abraza y besa mi mejilla, hablamos y nos reímos durante un rato, como extrañaba a mis amigos. La puerta se abre y veo a mi familia, dejo de sonreír y los chicos se despiden de mi.

—Todo va a estar bien —dice Sam en mi oído, besa mis labios y se marcha.

Tay corre y me abraza, yo le correspondo el abrazo.

—¿Quién diría que íbamos a estar así otra vez?, solo que yo no estoy en la cama —sonrío cuando nos separamos.

Miro a mis padres y mis ojos se llenas de lágrimas, Tay pone una mano en mi hombro.

—Los dejo sólos —intenta irse, pero mi "papá" lo detiene.

—Quedate hijo, esto hay que hablarlo en familia —dice y me mira, una lágrima corre por mi mejilla.

—No nena, no llores —dice mi mamá y se pone a mi lado.

—¿Cómo quieres que no lo haga mamá? Si me entero que el que creí mi padre todos estos años, no lo es y no fueron precisamente ustedes quienes me dijeron —siento las lágrimas correr por mi mejilla.

Veo una lágrima correr por la de mi mamá. Mi "papá" se acerca y pasa su brazo por sus hombros, se ve dolido por mis palabras. Tay se pone del otro lado de la camilla.

—No hables así Victoria, porque Fernando si es tu padre, puede que no te haya engendrado, pero si te crió y te amó como si fueras su hija desde que se enteró que venias en camino, cosa que tu verdadero padre no hizo —me regaña y tiene razón, bajo a mirada.

—Lo siento —digo y suspiro para calmarme.

—No te preocupes hija, se que estás confundida, pero tu madre tiene razón, yo te amo, como si hubiera donado el esperma para que nacieras —eso me saca una sonrisa en medio de las lágrimas y abrazo a mi papá.

Mi mamá también sonríe, al igual que Tay.

—¿Qué paso con Camila y Lauren? —Pregunto al separarnos.

—Camila murió, cuando te desmayaste la policía le disparo para que no huyera y tu compañera esta detenida —yo asiento.

Me siento mal por Lauren, todos nos volvimos a abrazar otra vez.