Tomamos un taxi, porque el auto que trajimos era de Kathe y ellos aún están en la fiesta. No sé a donde nos dirigimos, pero confio en Sam. Durante todo el trayecto no hemos dicho ni una sola palabra, yo me siento mal, todavía siento las manos de ese tipo en mi cuerpo y me dan náuseas, trato de no llorar y lo logro suspirando muchas, repetidas veces, él lo nota y toma una de mis manos para tranquilizarme. El taxi para y llegamos a un edificio, Sam le paga y entramos. Subimos al ascensor y presiona el piso 5. Al llegar entramos a un departamento muy lindo.

—Ponte cómoda, si te quieres bañar. El baño está al fondo a la derecha, ya te traigo una pijama y toallas limpias —yo asiento y me dirijo al baño.

Me quita la ropa y dejo el agua caer, lloro. Dejo salir todo lo que aguanté en el taxi. Me restrego full en las partes que él besó, me da asco. Al terminar, tengo toallas limpias y una pijama, en la tapa del báter. Me seco y me pongo la ropa, me queda un poco grande. Salgo y Sam ya se ha cambio de ropa, incluso, tiene dos porciones de pizza y gaseosa, me siento a su lado en el sillón.

—Mira, compré esto, debes tener hambre —yo niego y miro mis manos, son un desastre —voy por el botiquín —le sonrío y él vuelve con todo y empieza a curarme las heridas de las manos y rodillas.

Me dice que tengo la mejilla roja y sangre en la ceja. Me da un beso en las zonas afectadas.

—Mi turno de curarte a ti —tiene un corte en el labio, ceja y pomulo.

Beso cada zona afectada, él me mira y puedo ver un brillo en sus ojos, me sonrojo.

Besa mis labios apasionadamente, me siento a horcadas sobre él y tomo su rostro con mis manos, él agarra mi cintura e intensifica más el beso metiendo su lengua en mi boca, sonrío y él se pone de pie conmigo encima sin cortar el beso. No sé como llegamos a una habitación y me baja. Toma el borde de la blusa que llevo puesta, pero se detiene, se separa de mí y me mira a los ojos.

—¿Segura quieres que esto pase? —me pregunta y asiento.

—Sí Sam, te quiero —le digo y me sonrojo, él me sonríe tiernamente.

—Yo más —dicho esto me besa y termina de quitar mi blusa y así seguimos hasta que toda la ropa desaparece de nuestros cuerpos.

Terminamos en la cama, piel con piel, su tacto me extremece y suelto un gemido, él besa cada parte de mi cuerpo y yo no me quedo atrás, se pone entre mis piernas y me penetra lento y suave, me duele un poco pero en minitos el dolor se convierte en placer. Sus embestidas son mas rápidas y yo arqueo mi espalda, pongo mis manos al rededor de su cuello y nos besamos, llegamos al climax juntos y caemos en la cama, tranquilizo mi respiración y él me acurruca entre sus brazos.

—Perdoname por hacerte botar esas lágrimas después de salir de la fiesta —besa mi frente.

—Perdón por lo que hice, fui muy inmadura —lo miro.

—Te quiero muchísimo y no dejaré que te hagan daño —me besa los labios y sonrío.

—Yo también te quiero Sam —me acomodo mejor entre sus brazos y poco a poco voy cayendo en los brazos de morfeo.

* * *

Samuel Cipriano

Suena el despertador. Lo apago y alguien se mueve a mi lado, mire y veo a Victoria. Se veía tan linda con el cabello revuelto, sus mejillas sonrojadas y sus labios levemente abiertos. Entonces recuerto todo lo que pasó ayer, ya había hecho esto varias veces; pero ayer, fue muy especial. Me siento completo, ella es mi complemento, y me dolería que algo le pasara. Acaricio su mejilla. Se mueve y hace una mueca, pero no se despierta, sonrío, beso sus mejillas y ella abre sus hermosos ojos azules, beso sus labios y me corresponde.

—Buenos días —digo y ella se sonroja.

—Buenos días —mira a un lado y después me mira a mí, abre sus ojos como platos —Llegaremos tarde al colegio —dice y se sienta en la cama.

—Lo sé —me mira incrédula y me río.

Ella enrolla la sabana en su cuerpo y sale corriendo al baño. Me río otra vez, es muy tierna.