Capítulo 10
Asustada miro a todos lados y no hay nadie. Tomo un taxi y a los minutos llego a mi casa. Entro y todo está en silencio, mis hermanos no han llegado aún. Decido subir a mi cuarto y no decirle nada a mi mamá; es mejor no preocuparla, se puede tratar de una mala broma. Me pongo los auriculares y me acuesto en la cama, poco a poco me voy quedando dormida.
* * *
Me despierto y miro la hora, 5:30 p.m. Me levanto corriendo sin importar el dolor y me meto al baño. Sam llegaría en cualquier momento, al salir me pongo un vestido, unos zapatos, mis accesorios, me maquillo (polvo, rímel, delineador, rubor y labial rosa). Dejo mi cabello suelo y me pongo un lazo, tomo el permiso del colegio y bajo las escaleras. Ya Sam está en la sala hablando con mi mamá.
—Mi amor, Sam me contó lo del paseo que harán en el colegio —dice mi mamá.
—Eh... Sí, mira aquí está el permiso —ella lo mira dudosa, pero lo recibe.
—¿Le va a dar permiso? —pregunta Sam.
—Tengo que consultarlo con su papá —la miro y sé que está preocupada.
Le sonrío y ella hace un intento de sonrisa.
—Se les hace tarde —miro a Sam y también sonríe.
—Sí, ya vámonos —me despido de mi mamá y salimos.
Comenzamos a caminar y siento que me vigilan, otra vez.
—¿A dónde vamos? —pregunto, ya está anocheciendo y hay un aire frío.
—A una feria cerca de aquí —me froto los brazos, Sam me abraza y seguimos caminando muy animados, hablando y riéndonos.
Me pregunta si vamos en auto, pero le digo que no es necesario, está súper cerca.
Llegamos y lo primero que me llama la atención es la montaña rusa, pero Sam no quiere subirse.
—Vamos, es súper divertido —le digo sarandeandolo.
—Me dan miedo las alturas —confiesa y me río —No te rías —salgo corriendo y él detrás.
Me atrapa y me toma de la cintura, quedamos muy cerca, me separo de él y le sonrío.
—Vamos a otro juego, pero no te salvas de subirte en la montaña conmigo —besa mi mejilla.
Jugamos en varias atracciones: Medir la fuerza, baloncesto, la ruleta y ahora vamos a jugar tiro al blanco. Sam habla con el señor mientras yo veo los peluches, no sé que tanto hablan, pero se están demorando.
—Vamos Sam, tú puedes —toma la pistola de juguete.
Son tres tiros. Los primeros dos tiros, los bota.
—A ver Sam, yo quiero ese peluche —lo aliento.
Como si fuera arte de magia en ese momento le da en el centro. De la emoción lo abrazo y beso su mejilla; nos separamos y el señor le da un oso de peluche.
—Es para ti —le sonrío y tomo el oso de peluche.
Tiene un papel en el cuello, se lo quito, lo estiro y al ver lo que dice, me llevo una mano a la boca sorprendida. Miro a Sam sin creerlo, el papel dice "¿Quieres ser mi novia? ❤".
—Y, ¿Qué dices Vicky?¿Quieres ser mi novia? —estoy muy sorprendida, no sé que decir.
—Sí Sam, sí quiero ser tu novia —él sonríe y me alza para darme vueltas en el aire.
Comienzo a reír. Cuando toco el suelo, Sam me besa; un beso muy tierno. Nos separamos y beso su nariz. Saco el celular y nos tomo una salfie, yo besando su nariz. Tomo otra con el peluche abrazados y otra besándonos.
Compra un algodón de azúcar y lo comemos entre los dos, él también toma fotos. Al final son las 10:00 de la noche.
—Hora de la montaña rusa —le digo de forma inocente y él me agarra las mejillas.
—Lo haré por ti, pero me debes una —sonrío y asiento.
Hacemos la fila y nos montamos. También tomo fotos mientras la montaña va lento, el rostro de Sam da mucha risa. Nos bajamos y Sam vómita, yo me burlo de él. Ahora vamos de camino a mi casa. Llegamos y le doy un beso en los labios antes que se vaya. Cierro la puerta con una sonrisa, miro el oso y lo abrazo.
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