Capítulo 3
La voz.
Hoy sí que había sido un día horrible, al parecer el universo aparte de mostrarme la infidelidad de mi ex novio me regalo una pelea con un colega y una riña de adolescentes, gracias universo, siempre hay que agradecer lo que nos pasa... bueno seamos realistas han sido días horribles.
«Puedo asegurarte que tu vida cambiara a partir de que utilices ese jabón»
—Tomy, te dije que no estaba tan desesperada, pero esa señora dijo que mi vida cambiaría a partir de lavarme con ese jabón.
Mi compañero de departamento bostezo.
—Okey, veamos si mi vida cambia.
Camine hasta el tocador, mientras sacaba ese extraño jabón de procedencia dudosa de su bolsa rojiza decorada con pequeñas rosas.
— ¿Qué tan malo puede ser? Si no funciona, no funciona y ya.
Abrí el agua caliente y la regule para que saliera tibia, tome el jabón no sin antes acercarlo a mi nariz he intentar descifrar la fragancia.
—Huele a primavera. —Musite.
Lo moje un poco empezando a esparcirlo por ambas manos, no era muy resbaladizo, los pequeño brillos hacían que este tuviera un tacto suave pero a la vez se aferre sin dejarlo escapar.
— ¡Listo!
Me seque las manos con cuidado, si aparecía el supuesto hilo no quería que se saliera o algo por el estilo.
—Mira Tomy, ¿ves algo? Porque yo no.
Gire mis manos para un lado y para el otro, buscando algo parecido a un pelo rojizo o más grueso como un hilo o cinta, pero nada, creo esa señora estaba loca y me vio la cara de idiota, tal vez porque estaba llorando invento esta historia para animarme.
Al darme cuenta de que todo había sido una terrible mentira me rendí, mañana sería un nuevo día, nuevas peleas y nuevos aires, lo único que necesito ahora es dormir.
— ¿Vienes Tom? Creo que hoy veremos tres metros sobre el cielo. —Él se estiro y corrió al sillón.
No sé cuánto de la película vi, estaba tan cansada que no sé cuándo mis ojos se cerraron perdiendo la conciencia. Estaba incomoda, dormir en el sillón era la muerte, y mi espalda lo sabía, no me habría despertado sino fuera por Tomy, él estaba jugando con mi mano.
—Deja de hacer eso, me lastimas. — Me queje aun con los ojos cerrados.
Me ignoro y siguió jugando.
—Tomy Anderson estoy hablándote.
Despegue poco a poco mis parpados los cuales no querían ser abiertos.
—Te dije que...
No lo podía creer, Tom estaba jugando con un hilo que estaba efectivamente atado en mi dedo meñique.
—No puede ser ¿Estás viendo lo mismo que yo?— Le pregunte a mi gatuno acompañante.
Levante el hilo con cuidado, era rojo y estaba fuertemente atado a mi dedo menor, la señora no me había mentido, esto si funcionaba.
Me erguí aun sorprendida, tome el hilo y lo seguí, este estaba disperso por toda la habitación, estaba todo enredado como si alguien hubiera intentado zafarse de él. Apague el televisor y prendí las luces, ya era de noche, las tres de la mañana para ser exactos.
—No puedo creerlo, conoceré al amor de mi vida. — Grite. — ¡Puedes creerlo!—
—Vaya, sí que está loca. — Una voz masculina resonó por toda la habitación.
Esa voz salió de las penumbras. Justamente detrás de mí, no me voltee me quede congelada, ¿la persona con la que compartiré el resto de mi vida está detrás de mí? No eso es imposible, aparte ¿Cómo puede verlo si él no se lavó con el jabón? ¿es posible que este hilo se haga visible si alguno de los dos lo usa? ¿estaré loca? ¿me veré muy fea?
— ¿Quién eres?— Pregunte aun de espaldas.
— ¿Puedes escucharme?—Pregunto sorprendido.
—Si.
—Eso es imposible.
—Claro que no, los seres humanos pueden escuchar, ver y oír, bueno, dependiendo si no tienes ninguna discapacidad. —Una risa ronca salió disparada, fue más bien como un quejido extraño.
—Pero yo no soy un ser humano.
Mis ojos se abrieron de par en par, la señora me había engañado, ¿este hilo me conectaba con la gente muerta? ¡O peor! Con demonios, vampiros, aliens u hombres lobo.
— ¿Que eres?
—Si volteas lo descubrirás. — susurro.
Un viento helado recorrió mi espalda no quería girar, tenía miedo, agarre lo más cercano que encontré que pudiese usar como arma y me voltee, aunque por inercia cerré los ojos.
—Ábrelos.
— ¿No me harás daño verdad? ¿Y si te miro y me convierto en piedra?
—Claro que no, deberías dejar de consumir tanta televisión.
Respire, intente dejar de tiritar y abrí primero un ojo y luego otro. No había nada.
—Estoy loca, ese jabón debe haber tenido algún tipo de droga o algo extraño ¿no lo crees Tomy?
Me miro y volvió a acurrucarse.
Deje la lámpara nuevamente en su lugar y prendí la televisión nuevamente.
—Mira Tom, están dando Titanic.
Vimos desde que Rose conoce a Jack hasta donde están bailando todos.
—Él se muere al final. —Alguien me susurro al oído.
— ¡AAAAAAAHH!— Me voltee, nuevamente no había nada. —Te lo advierto, llamare a un exorcista o a la policía.
—Ninguno de los dos puede ayudarte. — Empecé a girar en el lugar, la voz provenía de todos lados y a la vez de ninguno.
—Muéstrate. —Exigí.
—Debes decir las palabras claves cariño.
— ¿y cuáles son?
—Por favor, ¿acaso tu mamá no te enseño? — me reí, aunque era un mal momento para reír.
—Muéstrate, por favor.
— ¿no te asustaras verdad?
—No— Mentí.
—Te lo advertí.
Las luces se apagaron, todo quedo en penumbras fue tal el susto que no recuerdo más nada, al parecer me desmaye, porque al despertar estaba tendida en el sillón como si nada hubiese pasado.
—En verdad ese jabón debe tener drogas.
***
Bueno ahora si, hasta la semana que viene xD
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