Dedicado especialmente a mi queridísima amiga futura profesora de historia Mayrita2000

Y sin olvidar a mis fantasmitas: @LOVEMINHYUK @Ivi010903 @milagos246  @Angy12oviedo

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Promesa de amor eterno

—Bueno jóvenes, lean el material asignado y respondan las preguntas en grupo, luego de la clase haremos una actividad didáctica para afianzar los conocimientos.

Todos mis alumnos asintieron.

Los pro y los contras de ser profesora de Historia eran que generalmente al cuarenta por ciento de la clase le gustaba la materia, los contras eran que al sesenta no le interesaba o ni siquiera me prestaba atención.

—Profesora.

— ¿Si?

Luego de unos minutos intentando encontrar dueño de esa voz pude notar de qué se trataba de Michael, uno de mis alumnos. Era un chico un poco introvertido, por lo que había escuchado en la sala de maestros había tenido varios problemas familiares, por ello la mayoría de las veces solía ser excluido o hasta acosado por los demás.

Me acerque con rapidez intentando no pisar ninguno de los bolsos esparcidos por la superficie del suelo.

—Quisiera realizar la actividad solo. —Susurro.

— ¿Por qué?— Pregunte, aunque sabía la respuesta.

—Nadie me quiere en su grupo. —Me hinque quedando a su altura— Dicen que soy raro.

—No lo eres Michael, eres uno de los chicos más capaces e inteligentes de este salón, a veces los jóvenes son crueles y no entienden a los demás, pero no te des por vencido ¿Qué tal intentarlo nuevamente? — Giré mi cabeza buscando a la vivaz y Tímida Saly, otra pequeña incomprendida— Por lo que veo ella también está sola ¿Qué te parece?

—Está bien, supongo. —Se ruborizó ¡Que ternura!— Ambos nos erguimos y caminamos hacia donde se encontraba mi nueva alumna de intercambio— Hola Saly, la clase de hoy trabajaras con Michael. —La jovencita asintió con sus ojos chispeantes.

Camine nuevamente a mi escritorio, esta era la parte que más me fascinaba de enseñar, hoy había hecho algo bueno.

—Enola, necesito que hagamos algo, estoy realmente aburrido. — Se quejó el pelinegro.

—Veamos una película.

—Eso hemos estado haciendo todas las noches, salgamos a algún lugar. — Coloco sus manos en su rostro acunando sus mejillas intentando apelar a la ternura.

—Y si te ven. —Me excuse, a decir verdad mi vida fuera de mi departamento no era la mejor, generalmente las únicas veces que salía era cuando Dan me llevaba a esas fiestas las cuales no me agradaban, pero por ser su novia debía asistir.

—La única que puede verme eres tú.

—No lo sé Mitch. — Dude.

—Vamos, solo por esta vez, salgamos, tengamos una cita romántica. —Sus ojos brillaron.

— ¿En verdad quieres eso?— Se acercó quedando a escasos centímetros, antes me hubiese sonrojado o me hubiese dado pudor, pero actualmente estaba acostumbrándome a estar tan cerca de él y a decir verdad, no me molestaba.

—Sí, y de tu parte quisiera muchas cosas más— Me susurro en el oído, lo cual hizo que una corriente eléctrica recorriera toda mi espalda.

—Está bien, tengamos una cita.

Esto sería emocionante.

Decidimos ir al mirador, aunque fue una ardua lucha para decidirnos, él quería ir a el cementerio para asustar gente y yo prefería un lugar más tranquilo y con personas vivientes, aunque no con muchas ya que sería raro que me vieran hablándole al aire, desde que salí de aquel café ya no volvería a ver a las películas de fantasmas igual.

—Eres tan aburrida Enola.

—Y tú tan hiperactivo Mitch.

—En verdad no sé cómo no te aburres con tu vida tan monótona, simplemente llegas a casa, ves películas románticas y se acaba tu día, debes admitir que mi compañía te ha hecho pensar "porque no hago más cosas".

—Ah decir verdad puede ser, mi vida se ha vuelto interesante después de conocerte, pero no creo cambiar mis hábitos para que tú te entretengas gasparin— El resoplo.

—Hoy pasarás el mejor día de tu vida y de ahora en adelante querrás salir conmigo todas las veces que te lo pida.

—Jamás me negué a una salida tuya, es la primera vez que me lo pides— Me ruborice.

—Pero lo pensaste. — Soltó ganador.

—Claro que no.

—Claro que sí.

— ¿Por qué eres tan terco?

— ¿Y tú porque eres tan aburrida?

—Te odio.

—Te amo.

Como la mayoría de las veces Mitch había ganado.

Mientras buscaba un lugar en donde estacionar divise el hermoso mirador a lo lejos, la mayoría de las veces estaba lleno de niños correteado. En varias ocasiones había traído a mis alumnos para contarles la historia de este lugar.

Fue una ardua lucha el estacionar, Mitch era la persona menos paciente a la hora de dar indicaciones, lo único que le había pedido era que me dijese si estaba respetando los lugares asignados.

Luego de nuestra pequeña discusión bajamos nuestra cesta en la cual únicamente había comida para uno y marchamos rumbo hacia la orilla del mirador.

— ¿Sabes la historia de este lugar? —Pregunte curiosa.

Mi acompañante tardo en contestar, estaba entretenido mientras se sentaba colocando sus pies frente al risco sin miedo alguno. Yo también me senté, a diferencia de él sostenía mis piernas con fuerza apretándolas contra mi pecho intentando que el aire helado no me corrompiera.

—Tal vez la supe en algún momento de mi vida, pero no la recuerdo. — Sonrió melancólico.

Le devolví la sonrisa.

—Cuenta la leyenda de que este mirador fue construido por un rey, el cual estaba profundamente enamorado de una campesina; dicen que sus ojos eran tan profundos y hermosos como el mismo cielo y su cabello tan amarillo y largo como los rayos del sol— Mitch me miraba atento, prestando atención a cada palabra— Como su amor era prohibido debido a las diferentes clases sociales el rey mando a construir una montaña, la más alta que se haya visto jamás justo en frente de su precario hogar en donde el pudiese venir a espiar a su amada mientras lavaba ropa, tejía mantas o cuidaba a las ovejas. Su casa se encontraba justo ahí— Señale— Los años trascurrieron y ambos tuvieron que casarse, él lo hizo con una prestigiada mujer de alta alcurnia y ella con un pueblerino.

» Lo triste de la historia es que la bella campesina jamás supo que era adorada por el mismísimo rey, él nunca se atrevió a confesarse su amor y este quedo en el olvido. Por lo que cuentan los ancianos al final trascurrido el tiempo se encontraron por primera vez en este lugar, ambos mayores y con una vida hecha, se observaron entendiendo así de que siempre se habían amado, era su destino estar juntos, eran almas gemelas las cuales al reconocerse su mundo se detuvo.

»Al otro día fueron hallados muertos justo en esa banca que se ve ahí, ella estaba apoyada en su pecho y el la abrazaba con fuerza, por lo que dicen tuvieron que enterrarlos juntos ya que los cuerpos se negaban a ser separados. Se cree que después de la muerte lograron amarse.

— ¿Ella se enamoró cuando lo vio?— Pregunto Mitch— Eso es un disparate, como puede amarse a una persona en un instante.

—No lo sé— Suspiré— Otros dicen que ella sabía que él la amaba, por eso cada mañana, a la misma hora que el rey venía a espiarla ella decidía tejer en el mismo lugar de siempre o lavar su ropa aunque esta estuviese limpia, únicamente para que la pudiese ver y ella se sintiese amada tan solo por unos minutos.

— ¿Por qué el amor es tan complicado?— Pasó su mano con frustración sobre su rostro— Apoye mis codos en mis rodillas dejando descansar mi mejilla en ellas.

—Si no fuese complicado no valdría la pena ¿o no?

—Enola— Me gire en busca de sus ojos—Si logro subir al cielo...— Levanto la cabeza como buscando las palabras entre las estrellas— Quiero que sepas que...— Mi corazón empezó a latir muy rápido— En un futuro nos encontraremos allá arriba, así que no hace falta que me extrañes, digo, si quieres estar conmigo salta por este risco y nos veremos en un santiamén.

Y así es como Mitch alias gasparin mata un momento tan romántico como este señoras y señores.

—Eres un estúpido. — Lleve mi mano hasta su hombro empujándolo.

—Y tú eres hermosa.

—Ya no caeré en eso. –Refunfuñe.

—También eres linda cuando te enojas.

—Estás perdiendo tu encanto querido amigo, tus palabras ya no me afectan. —Mitch se levantó de un solo salto, a la luz de la luna podía confundirse con un maldito ángel, un sensual y maldito pajarraco con alas el cual no te hacía querer llegar al cielo sino al infierno.

—Sabes Enola— Empezó a deambular en los alrededores— Como nuestra relación es totalmente rara y absurda te propongo algo—En su cara se dibujó una sonrisa pícara, la cual me encantaba. —Cásate conmigo. —Empecé a toser, me había ahogado con mi propia saliva.

— ¿Qué?— Pregunte intentando recomponerme.

—Que te cases conmigo— Corrió hacia mí levantándome en el aire— en este instante— Empezó a girar—en este lugar, con esta luna— Me dejo en el suelo y empezó a correr— No te puede negar Enola mira la Luna— La señalo— Hoy es nuestra noche, nos está invitando a casarnos — Siguió corriendo de un lado para el otro, como un niño en una dulcería.

—Estás loco. —Atine a decir mientras me reía.

—Loco de soledad, de angustia, de tristeza— Dramatizó— Ayúdame a saciar este vacío con tu compañía y amor eterno.

—Estas exagerando.

—Claro que no, juro frente a este mirador, frente a la historia del rey y la mujer humilde, ante esta misma luna y las estrellas de que nuestro amor será eterno. — Levanto los brazos en forma de victoria gritando a más no poder. — Como en la leyenda.

Mitch me miro, esperando a que dijera algo, pero simplemente corrí hacia él y lo empuje comenzando una pelea de atrapadas, en la cual estuvimos jugando un buen rato hasta que mis pulmones dijeron basta.

—Fue uno de los días más divertidos de mi vida. — Nos recostamos en el suelo, a decir verdad nunca había hecho tanto ejercicio como hoy.

— ¿Cuál fue la mejor parte?— Inquirió — ¿Cuándo te pedí que te casaras conmigo o cuando te taclee?

—Ambos fueron buenos momentos— Me reí.

—Entonces— Hizo una pausa, en la cual aproveche para girarme y ver su perfecto perfil— ¿Te casarás conmigo?

— ¿Por qué no?— Conteste mientras mi vista estaba fija en las estrellas, él se incorporó apoyando sus codos sobre el frio césped sosteniendo su rostro. — Que sería de un casamiento sin un aniño. — De su bolsillo saco un anillo, el cual no había visto nunca en mi vida.

— ¿Y eso?

—El anillo de compromiso. —Aclaró.

—Se lo que es, mi pregunta es de donde lo sacaste.

—Lo robe. —Sonrió ladino.

— ¡¿Qué TU HICISTE QUE?!— Mitch soltó una carcajada.

—Es mentira boba, lo encontré mientras revisaba tus cosas, solamente lo modifique un poco— El anillo era dorado, tenía unas leves hendiduras en toda su superficie las cuales se notaban caceras y una pequeña piedra de color verde simulando ser una esmeralda, perfectamente colocada, me costó reconocerlo, pero cuando lo vi de costado note que era el anillo de casamiento de mi madre ¿Desde cuándo lo tenía guardado?

— ¿Dónde lo encontraste? —Pregunte fascinada con el pequeño círculo decorado.

—En un cajón — Hizo el gesto como si lo estuviese abriendo y sacando un objeto— dentro de una cajita— Siguió moviendo sus manos— envuelto en una pequeña tela.

—Es el regalo más hermoso que me pueden haber dado sin haber gastado ni un centavo.

—Que te puedo decir, lo mío es el arte reciclado.

—Ya veo.

—Dame tu mano.

Mire mis dedos, ya prácticamente no tenía uñas, en mis momentos de estrés tenía la mala costumbre de apretarlas y al final se terminaban rompiendo, el cuidado de mis manos nunca habría sido una prioridad.

Extendí mi extremidad superior izquierda. Coloco el anillo, ambos aun estábamos recostados en el frio pero ahora cálido césped, él se arrodillo sentándose en sus talones.

—Con este Anillo Enola Anderson sellaré nuestro amor, frente al mirador, a la luna y las estrellas— Luego de su hermosa confesión me lo coloco, aunque este era demasiado grande para mi dedo anular.

Moví involuntariamente mi mano y el anillo salió disparado a vaya a saber uno donde.

— ¡Mi promesa de amor!

— ¡Mi anillo!

Mierda.

*** 

¡Hola mis fantasmitas! Buenos días/ tardes/ noches. (Iba a actualizar ayer pero ni internet se chingo)

¿Qué les pareció este capítulo? Debo confesar que lo tenía escrito hace mucho, fue una de las primeras partes que escribí y que se robo mi corazón. 

Recuerden muy bien este capítulo, hay dos cosas en el que lxs ayudara a entender el porque de todo. 

No se olviden que el destino es muy muy certero.

¡Lxs amo fantasmitas! ❤

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