Todo parecía ir en cámara lenta cuando vio al padre de su adorada hija, en un auto hablando con Inuyasha, su corazón latía con fuerza, tanto que podía escuchar el repitente sonido en sus tímpanos; se escondió detrás de una de las columnas, teniendo cuidado de no ser descubierta por Sesshomaru, y la verdad es que para ella no había cambiado nada, aunque sus rasgos fueran más afilados y maduros que antes, mostrando de cierta forma su edad, aún mantenía aquella mirada severa y carente de emoción alguna, su mente jugó en su contra cuando volvieron los recuerdos de los pocos pero felices momentos que paso junto aquel hombre, su pecho dolió hasta que todo eso le mostró aquel momento en donde se hizo la prueba de embarazo que cambió toda su vida a los 15 años.

Volvió en sí misma y entró en pánico al darse cuenta de que su hija estaba a unos cuantos metros de Sesshomaru, y se asustó, porque se suponía que el jamas sabria sobre Sayumi, por esto al ver que Inuyasha no hacia mucho porque el tipo se fuera tuvo que llamarlo, por suerte su amigo era listo y siguió la corriente; y aunque se alivio cuando vio él auto marchar también sintió el vacío que sintió 12 años atrás cuando tuvo que llevar el embarazo sin el padre de su hijo.

Cuando salió del aeropuerto y camino hacia el transporte que les llevaría a casa de los padres de Miroku, sintió sobre ella una mirada penetrante, una mirada que le calaba hasta las huesos y que su cuerpo conocía a la perfección, pero los ignoro sintiendo que solo estaba así por la adrenalina de estar en esa situación.

—De todos los días que pudo venir, ¿porque tenía que aparecer hoy?

—Olvide la fiesta, mis padres la organizaron y en ella también se va a celebrar el cumpleaños de Sesshomaru.

—¿Qué? Pero si su cumpleaños es en diciembre.

—Ese tonto ha estado negandose a celebrar su cumpleaños por años, creo que esta vez lo obligaron a hacerlo.

Aome sintió como su pecho se oprimió ante esa declaración, pues el Sesshomaru que ella conoció jamás se negaría a celebrar ese día o celebrar cualquier cosa, se juró a sí misma que no indagar nada que estuviera relacionado con el, pero cuando miro a su hija dormir tan pacíficamente se sintió nostálgica y melancólica, y sin poder evitarlo. La Aome de 15 años volvió por un breve momento.

—Se que te dije que no quería saber nada sobre él, pero…

—Hablé con él hace unas 3 semanas, él me dijo que estaba pensando en divorciarse de su esposa.

Y así como aquella chiquilla de 15 años regresó momentáneamente con ese anhelo de saber por el peli plateado con ella regresó el dolor de ver a esa mujer y de saber que ella sería la esposa del hombre que amaba en aquel momento.

Cerró los ojos por un momento y se sintió ahogada con tantos momentos dolorosos llenando su cabeza. Y de cómo su hija creció sin  un padre. Tenía a sus tías y tíos; pero le dolía que su hija le preguntara por su papá, cuando le decía que sus compañeros de escuela se burlaban por tener solamente a su mamá, o del como cada año sin falta hasta que cumplio 12 años la niña escribía pequeñas cartas dirigidas a nadie el dia del padre y un dia en especifico en diciembre, la azabache jamas supo como, pero Sayumi escribia algo o hacia un dibujo el 29 de diciembre, el día del cumpleaños de Sesshomaru.

Cuando le pregunto a su hija por eso, la pequeña simplemente le respondió diciéndole que cuando conociera a su padre le entregaría todas las cosas bonitas que había escrito para él porque no quería que cuando lo viera el sujeto se sintiera triste por no haber recibido un regalo de la pequeña en tantos años, y cuando pregunto por ese dia de diciembre en especifico la pequeña simplemente contestó un "porque el señor bonito se siente solo, me lo dijo en mi sueño".

Quiso saber más sobre aquel señor, pero Sayumi jamás volvió a hablar de ese tema; y aveces se sentia tan culpable de arrebatarle ese amor paternal a su niña que cuando la ojidorada le preguntó una vez más por su padre le dijo que era un hombre muy guapo e inteligente, que al igual que su hija a ese hombre le gustaba mucho leer y escuchar música clasica, también le dijo que aquel sujeto era como el genio de la lámpara, que por el, ella tenía ese color de cabello tan hermoso y sus ojos de un dorado único, sobre su ausencia, Aome mintió diciéndole que se sentía muy sola, y que cuando conoció a ese chico le pidió un angelito que la acompañara siempre; el genio cumplio su deseo y de esa forma Sayumi estaba junto a su madre, pero cuando el deseo se cumplió el genio tuvo que irse a cumplir más deseos a muchas personas pero que quizas algún día regresaría.

—Necesito descansar, ha sido un día largo.

—Lo se Aome, ya falta poco para que lleguemos, no pienses en ese tema ahora.

Sango hablo con tranquilidad mirando a la azabache, y como dijo, llegaron en media hora al lugar, todos estaban cansados, los niños jugaron juegos y vieron películas en el avión, pocos minutos antes de aterrizar se quedaron dormidos asi que sabían que no despertarian en un buen rato, por lo que cuando llegaron a la mansión de aspecto antiguo, pero sin dejar atras lo moderno, saludo a los padres de Miroku con alegría pues estos siempre fueron muy amables y atentos con ella, hablaron un poco y luego de que bajaron las maletas, llevo a su hija en brazos hacia la habitación que les asignaron para dormir y acostó a la pequeña, ella hizo lo mismo y abrazó a su bebé para acompañarla en los brazos de morfeo. 

Por otro lado, Sesshomaru sentía su cabeza explotar, era ella, estaba seguro que esa melena azabache era de ella.

Pero todo era confuso, cuando se marcharon, algo le dijo que voltearla a ver a su hermano una última vez y cuando lo hizo vio a la mujer de espaldas subir al vehículo; cuando lo hizo sintió su pecho inquieto, ansioso y quizás algo feliz, pero aún habían muchas dudas que lo estaban matando, tanto que les pidió a sus padres que lo dejaran en un lugar en específico. Los adultos insistieron en una respuesta pero al ver que no se las daría hicieron lo que les pidió, Rin iba a ir con él pero le dijo que fuera al hotel y si necesitaba algo la llamaría, con confusión y molesta la cjica accedió de mala gana. 

Cuando lo dejaron solo, camino hasta aquel parque, ese parque que era tanto de Aome como de él porque en ese lugar pasaron muchas cosas buenas entre ellos, se sentó en la misma banca de siempre, observando a los niños jugar y por un momento se imagino como seria todo si tan solo las cosas hubieran sifo diferentes, se imaginó a un pequeño jugando en los juegos infantiles, con el cabello plateado y los ojos avellanas, y a su lado a su esposa, a Aome como su esposa, viendo a su pequeño hijo divertirse y ser una familia; pero eso nunca iba pasar, al menos eso creía él.

—La residencia en este país es más complicada de lo que pensé, en Suiza no era tan difícil…

Una estudiante de medicina hablo por teléfono, él solamente escuchaba por mera coincidencia, porque no había mucha gente en el lugar y pasó hablando muy cerca de él.

—Si mamá, lo sé, pero no me voy a rendir, ya veras que seré la mejor y cuando lo logre seré como Aome Higurashi.

Se paralizó con ese comentario, ese nombre… rápidamente sacó su teléfono para buscar en internet, no supo porque pero tenía la necesidad de hacer eso, para su mala suerte el teléfono lo habia comprado hacía unos días y aún no compraba un paquete de internet, maldijo por lo bajo y llamó a Rin quien contestó de inmediato.

—Rin, ¿Ya estás en el hotel?

—Sí señor.

—¿Tienes tu computadora a la mano?

—Ehh si, así es señor estoy terminando un informe ¿Porque? 

—Necesito que busques en internet información de Aome Higurashi.

Se escuchó en la línea telefónica el sonido de unas teclas, después de unos segundos la chica habló.

—Aome Higurashi, ganadora de dos premios Lasker por innovación quirúrgica, titular en cirugía general, cirugía pediátrica y cirugía fetal. 

Sesshomaru sintió como su cuerpo se entumece poco a poco y un recuerdo lo azotó con fuerza.

—¿Ya sabes que vas a estudiar, mi niña hermosa?— pregunto el Taisho a la adolescente que lo abrazaba como un pequeño Koala.

—Si, medicina, quiero ser cirujana.

Todo estaba pasando muy rápido.

—¿Qué más dice?

—Mm… Aquí dice que actualmente es cirujana en el hospital universitario de Zúrich considerado como el número uno de Suiza, y también…

—¿También, que?

—No hay fotos o más información pero dice tiene una hija de 12 años…

Y fue justo hay cuando sintio que iba a vomitar, porque hizo la cuenta en su cabeza y 12 años es el tiempo exacto en el que ella…

—¿Cómo… ¿Cómo se llama? La niña.

—Sayumi Higurashi. 

Y los siguiente que recordó abrió una enorme herida.

—Sesshy.

—Dime.

—Si tenemos una hija o un hijo en unos años, cómo te gustaría que se llamara.

—Si es niño, Daichi, y si es niña, Sayumi.

/////////////////////////////////

👀 espero les haya gustado, hasta la proxima 💞🌹