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Capítulo 12

Cuando Sesshomaru se casó con Akane no pensó en todos los detalles, no iba a negar todas las decisiones que tomó en el transcurso de esos 2 años fueron errores; uno tras otro y solo fueron para mal, con Aome tenia lo que no pensó tener nunca, un amor increíblemente incondicional, cosa que no tuvo ni con sus ausentes padres que todos los problemas lo solucionaban con dinero, y todos sus problemas empezaron desde que era muy joven, la primera vez que tomo fue a los 15 años, desde ese punto una parte de su vida fue en picada en un mundo del que ahora, a sus 30 años de edad se arrepentía de haber conocido, recordaba con lujo de detalle como hacía todo lo posible por acabar con la paciencia de sus padres, como cambiar de chicas a cada instante, o dejar crecer tanto su cabello que llegó a un punto en donde este llegaba hasta por debajo de la cintura, eso le molestaba de gran manera a su padre, y eso de alguna forma le causaba diversión y luego llegó Aome, esa linda y dulce azabache que vio por primera vez en el jardin de la casa haciendo tareas con su tonto hermano y los amigos de estos dos, fue por mucho un año pero en ese año sintio todo lo que no volvio a sentir en esos 12 años que vivia con su ‘esposa’.

No iba a justificar jamás todo el daño que le hizo a la azabache, porque lo que hizo fue horrible, pero la amaba, la amaba y siempre lo hizo pero tenía miedo a lo que la relación oficial con la azabache representaba, porque sabía que Aome significaba un nuevo y duro comienzo, dejar todo lo malo pero todo a lo que estaba acostumbrado, como las fiestas y las miles de chicas hermosas que harían cualquier cosa por al menos tener una mirada de su persona, y una parte de su egoísta y estúpido lado de razon hizo lo que hizo por dejar de hacerle daño a su pequeña.

Porque si, Sesshomaru era consciente que solo le hacia daño a esa dulce chica, estuvo con ella en los buenos y en los malos momentos pero sabía que él jamás iba a cambiar o eso creía en ese momento por eso huyo como un cobarde, sin darle la cara, sin darle alguna explicación decente, y lastimandola una última vez porque sabía que su hermano ya le habría dicho que estaba comprometido con la rubia cuando la dejo con un simple mensaje de texto; su cabeza era un caos en ese justo instante, mirando por la ventanilla del avión torturandose con todos esos pensamientos de culpa y arrepentimiento acompañado de recuerdos.

Durante la pandemia trato de contactar a la azabache pues un fuerte presentimiento de que  ella lo necesitaba no lo dejo en paz por semanas, pero fracasó por obvias razones, la mujer cambió de número y lo bloqueo de toda red social que tenía, y su hermano no lo ayudó cuando se lo volvió a pedir, esta vez como un favor, cuando todo regreso a la normalidad regresó a Tokio con la esperanza de saber algo de ella, pero grande fue su sorpresa al saber que ella ni siquiera estaba en el país, la anciana a cargo de la biblioteca le dijo que Aome aplicó para una beca en el exterior, y que gracias a sus excelentes notas lo logró.

Kaede no le dijo que universidad o que país, pero no la culpaba, trato de investigar donde estaba, pero no encontro nada, es como si se hubiera esfumado sin dejar rastro alguno, por eso, 3 años después de que abandonó a la mujer dejó de buscarla pues era más que claro que ella no quería ser encontrada por él, pero jamás dejo de pensar en ella.

Se refugió en su trabajo, luego llego otra chica que lograba distraerlo un poco de su patética realidad, Rin era unos años menor que el, casi de la edad de Aome, era dulce y amable; y en la cama lograba complacerlo, trato de amarla, en serio lo logro, pero había un pequeño problema, Rin no era Aome.

No era su Aome.

Aun asi no podia dejar ir aquello que a veces le daba un respiro de su estúpida realidad, a la cual regresó a la fuerza cuando la castaña lo llamó para darle aviso de que ya habían llegado, suspiro frustrado, más cuando se dio cuenta de que sus padres lo estaban esperando a una distancia considerable y segura de la pista de aterrizaje, se acercó a ellos, siendo seguido por Rin en silencio, su madre lo abrazó con un poco de fuerza.

— Mi lindo Sesshomaru, que guapo estás, hijo.

— Gracias, Madre, tú también te ves muy bien.

— Hijo—  Su padre le dio un leve abrazo, dándole unas palmadas en la espalda para luego mirarlo con una sonrisa — Creímos que vendrías con tu esposa.

— No me menciones a esa mujer, ya hable con mi abogado para los papeles del divorcio.

— Pero Sesshomaru, llevas 12 años casado con ella, ¿Los vas a tirar a la basura como si nada?

— Si.

Su madre se quedó en silencio con una pequeña mueca de disgusto, miró a su esposo el cual tenía la mirada seria en el menor pero este no estaba alterado en lo más mínimo.

— Deberías pensarlo, un divorcio no es algo que se haga a la ligera.

— Oh, por favor padre,sabías que ese matrimonio estaba destinado a fracasar desde un principio, que ustedes apoyaron esta unión porque Aome no era de su agrado es algo diferente.

Rin tuvo que aclarar su garganta para tratar de aliviar la tensión que se había formado entre los tres miembros de la familia, el matrimonio Taisho desvió la mirada hacia distintos lugares por la incomodidad, dándole la razón de forma inconsciente a su hijo; decidieron que ese tema no se iba a tocar más, se fueron en el auto en donde el ambiente no cambió mucho, se mantuvo una conversación con temas lejanos, cuando estaban saliendo de la entrada principal del aeropuerto, vieron a los lejos una conocida cabellera platinada, ayudando a subir a una mujer embarazada a lo que parecía una limusina.

— Quién lo diría, Inuyasha y Kikyo están aquí, ¿los invitaron a la fiesta?

— Le dijimos de la fiesta pero ya lo conoces, la rechazó, ¿Que hace aquí?

Izayoi pidió al chofer que se acercara un poco más al vehículo que llevaba a la familia de su hermano, una vez estuvo lo suficientemente cerca bajó la ventanilla para ver al  menor quien le decía unas palabras a su esposa que ya se encontraba en el auto.

— Inuyasha.

Lo llamo y el nombrado sintió un frío recorrer su espina dorsal, su sonrisa se borró poco a poco, alzó la vista mirando la peor pesadilla que pudo imaginar, sus padres y su hermano mayor en el mismo auto, y en la limusina que Miroku contrato para llevarlos a todos juntos, estaba su sobrina, la hija que Sesshomaru jamás supo que existía, y en el interior del aeropuerto estaba la ex novia del mayor y la madre de su hija; tenía que manejar la situación como mejor pudiera hacerlo.

— Sesshomaru, como siempre el lindo y perfecto hijo viene y hace todo lo que nuestros padres digan— no era extraño que su hermano fuera así de tosco con él, pues desde hace muchos años su relación no fue la mejor.

— Tan amable como siempre, querido hermanito, ¿Que haces aquí?

— Los chicos y yo vinimos a un pequeño viaje con nuestros hijos, aprovechando que ya empezó la temporada de Sakura, queríamos que los niños vieran los árboles florecer y llevarlos al festival de primavera.

— Toda tu pandilla está aquí por lo que veo.

— Ya lárgate, y como se que mis padres están escuchando, los iremos a ver luego.

Los adultos solo pudieron sonreír, pues la idea de ver a su nieto les hacía muy felices, aunque la mujer que su hijo escogió no fuera de su agrado. 

Y mientras el respondía a unas cuantas preguntas, dentro de la limusina Sango rogaba porque Sayumi no despertara y saliera del auto o preguntara por Aome que se retraso porque debía ir al baño, diciéndoles que los alcanzaría en el vehículo, o peor aún, que la misma Aome fuera vista por Sesshomaru, por cosa del destino o por los dioses, quizás sus ancestros, todos los niños estaban durmiendo, estaban tan cansados que los dos hombres tuvieron que llevar en sus brazos a los pequeños vencidos por Morfeo y quienes dormían profundamente, tanto que no sintieron cuando bajaban del avión e ingresaron a la limusina.

De repente el teléfono de Inuyasha sono, lo saco para rechazar la llamada hasta que se dio cuenta que la que llamaba era la azabache.

— Dígame, señorita Osuki…—  el nombre era asqueroso, lo sabía. Pero no tenía de otra.

— ¡Haz que tu hermano se vaya!

La azabache estaba detrás de una columna dentro del aeropuerto, viendo toda la escena que estaba ocurriendo afuera.

—Entiendo, haré lo que pueda…

Inuyasha colgó la llamada, miro a su hermano con algo de molestia.

— Muy lindo todo, creo que deben irse ya.

Sesshomaru no dijo nada, solamente lo ignoró subiendo la ventanilla del auto y para luego retomar su marcha.

Cuando la azabache vio esto, aprovecho y camino de forma rápida hacia la limusina entrando a está, siendo seguida por Inuyasha.

Con lo que no contaban es que el mayor de los hermanos había visto a la Higurashi subir a ese vehículo.

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Chicas lo siento pero ayer tuve problemas con mi computadora y tuve que escribir todo de nuevo, espero que les guste 💜




















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