Gustos Peculiares
Mi hija
(Shidou and Ellen)
Capítulo 4
Gustos peculiares
Kotori no podía perder más tiempo. De forma rápida informó sobre la situación con Ellen tomando por sorpresa a toda la tripulación.
¿Esperaban algún día que algo como esto sucediera? La respuesta era un simple no; pero ahora que tenían esta situación en manos debían idear alguna solución para que aquella enemiga jurada de su organización lograra pasar desapercibida.
Sin embargo, el ambiente tenso que se vivió al inicio fue reemplazado en poco tiempo por uno mucho más animado. Kotori esperó todo menos una gran alegría por el nacimiento de la hija de su hermano mayor. El entusiasmo era tanto que cada uno de los analistas comenzó a buscar a través del Internet regalos destinados a la pequeña que nació por un error y que ahora pasaría su infancia con ambos padres atentos de ella.
El Team Ellen finalmente nació.
Reine: ¿Así que Shin tuvo una hija con Ellen? —dijo ella desde el puente del FRAXINUS con un tono sereno pese a los gritos del resto de la tripulación.
Kotori: Ya veré como lo castigo por esto -aseguró la hermana, tomando una de sus típicas paletas-. ¿Tienen algún plan?
Reine: Ellen es la [Wizard] más poderosa que conocemos—informó—, pero un ataque combinado por parte de las chicas debería ser capaz de crear un escenario de derrota lo suficientemente realista como para hacerle creer a Wescott que la hemos capturado.
Kotori: ¿Entonces hay un plan?
Reine: No... Pero estamos trabajando en uno.
Kotori: Gracias, y por favor, informa a las chicas que regresen de inmediato para poder hablar de esto con ellas.
De pronto, alguien movió a Reine a un lado, siento este Kannazuki, quien se hallaba llorando desconsoladamente.
Kannazuki: ¡Usted no puede perder, comandante! ¡Recuerde que los pechos grandes llenan la mano de un hombre, pero los pechos pequeños de usted llenan el corazón de Shidou-kun! -Kotori no pudo más que ponerse furiosa por ese comentario, ordenando de inmediato que lo detuviaran-. ¿Eh? ¿Comandante? —él de repente había sido tomado por dos guardias.
Kotori: Por favor, llevénlo a la "sala especial"-su orden fue clara, dándole así una mirada seca a su más fiel subordinado.
Kannazuki: ¡No! ¡No de nuevo! ¡Por favor! ¡Todo menos eso! —una vez la compuerta de metal se cerró, aquellos gritos de dolor fueron silenciados y la calma regresó al puente una vez más.
Con el pobre vice comandante a punto de ser castigado, decidieron que era momento de descansar un poco. Mañana sería otro día y podrían analizar todo con más calma.
Reine y Kotori se despidieron, pero la última no podía evitar pensar en lo que dijo su subordinado. Con algo de curiosidad desabrochó su camisa y junto a ella el pequeño sostén que ocultaba los senos que en muchas ocasiones llegaban a acomplejarla.
Kotori: «Tal vez debería usarlos para que Onii-chan los note... ¡Pero qué rayos! ¡No se supone que piense en Shidou de esa manera cuando estoy usando los listones oscuros!» -sus pensamientos la traicionaban, sintió una sentimiento de cariño y soledad tras imaginar por un instante que esa niña era suya-. Ojalá un día... Ojalá un día puedas verme como una mujer... Tú mujer.
Sin notarlo, algunas lágrimas se formaron en sus ojos para caer por sus coloradas mejillas hasta perderse en medio de las sábanas que yacían bajo su cuerpo. Su corazón finalmente cedía, aquel temor por perder a su hermano era reemplazado por un sentimiento de cariño tan puro como el blanco de sus listones.
Kotori: Quiero ser tu esposa... —susurró antes de tomar una fotografía de su mesa de noche en donde su hermano tomaba su mano mientras iban en barco-. Te amo... Onii-chan.
•
Shidou: Te amo, Tohka...
Tohka: Shidou...
Tohka no podía creer que esas palabras con las tanto había soñado fueran reales. Todo parecía tan distinto ahora; lo que antes provocó sus lágrimas ahora parecía ser una luz cálida que la llamaba. Las risas de la pequeña inundaron la habitación con amor y alegría.
Tohka: Es hermosa—susurró antes de tomar a la hija de Ellen entre sus brazos imitando así a la madre—. Serás un buen padre...
Shidou: Gracias... —contestó con pena notando entonces la mirada de su hija quien parecía feliz a lado del joven espíritu.
Ambos finalmente decidieron bajar para hablar con los demás. Tohka decidió no dejar a la niña atrás, algo dentro de ella gritaba que la llevara consigo.
Kurumi: Ahí vienen.
Ellen: Sabía que Itsuka Shidou arreglaría todo—comentó con una inusual alegría a la vez que terminaba de preparar las cosas para su estancia en la residencia Itsuka. Justo en ese instante se percató de la presencia de su hija quien se encontraba en brazos de [PRINCESS] la cual lucía muy alegre—. Elizabeth... ¿Por qué la bajaron?
Shidou: Ella se despertó con Tohka y parece ser que también disfruta de su compañía—explicó él antes de ir justo a lado de la maga quien no dejó de ver con asombro como su hija se divertía al estar en los brazos de Tohka.
Por un instante, Ellen quería tener a su hija devuelta. Una extraña sensación estrujó su pecho tras presenciar la llegada de ambos chicos en compañía de su hija. Miró a Itsuka Shidou de reojo notando así su sonrisa alegre que muy en el fondo anhelaba que fuera por ella.
Ellen: Parece ser que estás mejor, [PRINCESS].
Tohka: Tu niña es muy linda... Pero si fuera mi hija, lo sería más-declaró ella, entregando así a la pequeña-. ¿Vas a vivir aquí?
Ellen: Por un tiempo, después buscaré un lugar más tranquilo para poder críar a esta niña—dijo con júbilo a la vez que recibía a su hija en brazos—. No espero que me perdonen por todo lo que he hecho, solo quiero que entiendan mi situación... No quiero que nada malo le pase a mi hija, mucho menos deseo que crezca en un mundo manchado por el dolor.
Kurumi: Ellen...
Tohka: Entonces eres más que bienvenida—declaró con entusiasmo—. Pero lo creas que por eso te dejaré acercarte a Shidou, creeme que no dejaré que los dos tengan otra hija en mi presencia.
Ellen: ¿Eh?-aquel último comentario tomó por sorpresa a la maga quien no pudo evitar sonrojarse tras imaginar a otra niña cuyo padre es el mismo chico al que intentó asesinar hace tiempo.
Tohka: ¡Otra cosa! ¡Tampoco quiero que te acerques al Pan de Kinako que oculto en la casa!
Ellen: N-No entiendo.
Shidou: Tranquila, solo no toques un pan que se encuentra en la alacena.
Ellen: Puedo hacer eso.
Shidou sonrió por esto—. Por cierto, Kurumi...
Kurumi: Ara, ara. ¿Ya me extrañaste, Shidou-san? -dijo ella desde el otro lado del pasillo con un nuevo vestido -. ¿Te gusta?
Shidou: Te ves muy linda.
Aquel comentario no pasó desapercibido por las otras dos femeninas, quienes aclararon sus gargantas para llamar la atención del chico, quien al verlas se quedó sorprendido.
Tohka: Pero yo me veo más linda, ¿verdad? —un aura oscura pronto la rodeó mientras la madera debajo de su tacón era quebrada.
Ellen: No deberías decir cosas así como así, Itsuka Shidou—comentó de forma seca a la vez que le regalaba una mirada fría al padre de su hija.
Shidou: «¿Por qué siento que me quieren matar?»
¿?: ¡Querido sirviente! ¡Ya he regresado!
¿?: Aclaración. Ya encontramos la novela ligera que Kaguya quería.
¿?: ¡T-Te dije que era literatura antigua!
Justo detrás de todos aparecieron dos jóvenes de cabellos anaranjados y mirada celeste. Ambas chicas eran las hermanas Yamai también conocidas como [BERSEK] tanto en RATATOSKR como en DEM.
Kaguya: Esa es...
Yuzuru: Ellen Mira Mathers...
En apenas unos segundos ambas hermanas invocaron sus respectivos ángeles amenazando de forma inmediata a la maga quien retrocedió unos cuantos pasos.
Yuzuru: Cuestionamiento. ¿Qué haces aquí? ¿Acaso planeas lastimar a Shidou?
Kaguya: Si es así, entonces las hijas del huracán deberán aniquilarte.
Ellen estaba a punto de decir algo, pero en ese momento Tohka se interpuso entre ella y las Yamai.
Kaguya: ¡¿Qué haces?!
Yuzuru: ¿Por qué haces esto?
Tohka: No dejaré que lastimen a Ellen—declaró Tohka accediendo a su vestido astral limitado—. Mucho menos a su hija.
Kaguya: ¿Hija?... —fue en ese momento que ella notó el pequeño bulto que la maga tenía entre sus brazos.
Yuzuru: Tiene una hija... —susurró antes de desaparecer su arma para sorpresa de todos—. Casi atacamos a una niña inocente.
Kaguya estuvo a punto de decir algo, pero su arma también desapareció entre sus manos—. Casi cometemos otro error—expresó ella con remordimiento tras recordar como actuaron la primera vez que conocieron a Shidou.
Shidou no pudo hacer otra cosa que soltar un suspiro. Las cosas se lograron calmar antes de que escalaran a algo mayor. Sin embargo, no podía sacar de su mente la forma en que Ellen retrocedió ante la amenaza que representaban las Yamai.
Yuzuru: Disculpa. Lamentamos mucho lo que hicimos—dijo ella dirigiéndose a la maga—. Casi ponemos en riesgo a tu hija.
Kaguya: Nos disculpamos se todo corazón—agregó para después hacer una reverencia—. Esperamos que aceptes nuestras disculpas.
Ellen estuvo a punto de decir algo, pero su rostro se relajó tras notar como Shidou observaba todo con preocupación.
Ellen: No es necesario que se disculpen... Nadie resultó herido.
Kaguya: ¡Muchas gracias! —exclamó con alivio para sorpresa de la mayor—. A todo esto... ¿Por qué la pequeña se parece mucho a Shidou?
Yuzuru: Cuestionamiento. ¿Por qué la niña se parece mucho a Itsuka-kun?
Ambas hermanas observaron de a la niña quien les miraba con curiosidad. Después observaron tanto a Ellen como a Shidou antes de dar su opinión.
Kaguya: ¡Sabía que ella tramaba algo malo!
Yuzuru: Era más sus evidente.
Ellen se sobresaltó un poco por esto. Ambas gemelas abrazaron a Shidou del cuello mientras le veían con desconfianza.
Kaguya: ¡Planeas que la niña en un futuro se enfrente a Shidou tras decirle que este mató a su padre sólo para que pierda una mano y nuestro sirviente le revele la verdad! —todos, incluída su hermana le miraron con pena ajena—. ¡Es una buena historia! ¡Deberían de verla!
Yuzuru: Comentario. Creo que deberías centrarte en saber cómo Ellen-san tiene una hija parecida a Shidou.
Kaguya: Oh, cierto.
Kurumi: Ara; eso es bastante sencillo de responder—sólo hasta ese momento [NIGHTMARE] se unió a la conversación—. Es la hija de Shidou-san...
Las Yamai guardaron silencio por unos instantes antes de soltar un potente grito que logró hacer llorar a la pequeña niña.
Ellen: ¡Por favor, bajen la voz! —gritó con enojo antes de empezar a mecer a su hija en brazos.
Yuzuru: Nuevamente te pedimos disculpas.
Kaguya: P-Perdón... Se nos olvidó por un momento que tú hija está aquí.
La maga solo se limitó a soltar un suspiro. Su hija se calmó a los pocos segundos, así que no tenía nada de que preocuparse. Sin embargo, algo en el ambiente no se encontraba del todo bien.
Mirando a un lado pudo notar la presencia de [PRINCESS] quien se encontraba de brazos cruzados mientras veía a [NIGHTMARE] con una mirada molesta. Parecía que el comentario que hizo no fue del agrado y no porque sea la verdad lo que la moleste, sino por la manera muy infantil en que esta actuó al revelar la verdad de las niñas.
Tohka: La próxima ocasión piensa cómo vas a decir eso. Recuerda que hay una niña presente que merece descansar.
Todos se sorprendieron por esto incluida la propia Kurumi quien entendió el desliz que tuvo al dejar que sus celos nublaran su juicio.
Kurumi: Lamento mucho el error que causé—expresó ella mientras hacía una reverencia que dejó muy sorprendida a la maga—. Espero que acepte mis disculpas, Ellen-san.
Ellen intentó decir algo, pero su asombro se lo impidió.
Shidou: Kurumi... Gracias por disculparte—expresó él logrando estirar su brazo pese al agarre de las gemelas dándole así una caricia en la cabeza a la morena.
La chica se limitó únicamente a disfrutar de la muestra de afecto. Eran contadas las veces en que ella podía estar a su lado y algo como esto encendía la parte más sensible de su corazón.
Sin saberlo —y sin que él se diera cuenta— cada una de las chica, incluida la propia Ellen, puso un rostro molesto por la forma en que [NIGHTMARE] era tratada. Parecía que a los ojos de Shidou era ella quien más cariño debía recibir y esto era algo que las Yamai no iban a tolerar.
Kaguya: ¡Shidou! ¿Q-Qué fue lo que viste en Ellen para terminar haciendo "eso" cou ella? —preguntó de forma inmediata y sin pensar dándose cuenta de su error muy tarde.
Shidou: Y-Yo...
Yuzuru notó lo incómodo que se había puesto el joven que las selló, así como el error que su hermana cometió al inicio. Miró de reojo a Ellen quien se encontraba también apenada por esto, dándose cuenta de que se trataba de un tema algo sensible.
Yuzuru: Pregunta. ¿Acaso fueron los pechos de Ellen-san? —interfirió de forma agresiva logrando desviar la atención—. En todo caso los míos son igual de grandes que los de ella, y mucho más grandes que los de Kaguya.
Kaguya: ¡Eso es jugar sucio! —exclamó la otra Yamai con pequeñas lágrimas en sus ojos—. Sirviente mío, dile que también te gustan los míos.
Shidou: Y-Yo...
Yuzuru: Yo si entro en la categoría de sus gustos—declaró de manera asertiva mientras apretaba sus senos en contra del brazo derecho de su futuro marido—. Los míos son más grandes.
El rostro de Ellen se había tornado en uno mucho más serio. Su pensamiento sobre el padre de su hija cambió mirando con desprecio sus acciones.
Shidou: No me mires así.
Ellen: Pervertido.
Tanto Tohka como Kurumi se hicieron a un lado. Ambas conocían la actitud competitiva de las hermanas y nada bueno saldría si ellas dos intervienen en su discusión.
Kaguya: Shidou-san también aprecia los pechos pequeños, ¿No? —ella tomó la mano de Shidou para que este sintiera sus senos—. ¿Te gustan?... No me importa que seas pervertido conmigo.
Shidou: ¡No lo soy!
Ellen: ¿Entonces cómo es que tú y yo terminamos con una hija? —dijo con un tono "alegre" al unirse a la discusión cosa que también hizo reír a Elizabeth.
Shidou: ¡Eso fue diferente!
Kurumi: A mí me hubiera encantado que Shidou-san me diera una tarde de pasión para tener una hija con él—declaró, sonriente de sus acciones tras ver los celos de cada una de las presentes—. Aunque no dejaría que me sellara...
Ellen: Es una lástima... Porque esa fui yo.
El rostro de Kurumi pronto cambió a uno más oscuro. Nuevamente, Ellen le había dado un duro golpe del cual no se recuperaría.
Kurumi: ¡Al menos yo sí estoy casada con Shidou-san! —gritó ella, llevándose varias miradas asesinas—. Creo que mejor me retiro y...
Kotori: ¿Te vas tan pronto, Nightmare?
Kotori, quien hasta ese momento se había mantenido en silencio desde que escuchó la discusión, había entrado a la sala.
Su rostro mostraba desprecio por la morena. Una sonrisa para nada amigable se dibujó en su rostro y un aura rojiza pronto se hizo presente logrando hacer que la chica retrocediera. Nadie se iría de la casa hasta que ella diera dicha orden.
Este era el poder de la imouto.
Kurumi: Me quedaré callada.
Kotori: Eso espero.
De repente y sin previo aviso, la comandante tomó la mano de su preciado Onii-chan, llevándola así a su pecho y dejando impresionados a todos, en especial a su hermano.
Kotori: Los pechos grandes llenan la mano de un hombre, pero un pecho pequeño llena el corazón de mi Onii-chan.
Un extraño brillo empezó a rodear a Kotori. Ante la mirada de todas, parecía una diosa reclamando lo que por derecho le pertenecía. Incluso Ellen, la mujer que menos apreciaba a Shidou, parecía impactada con tal declaración.
¿Acaso ese era el gusto de Itsuka Shidou?
Shidou: «Espero que Natsumi no escuche esto, jamás»
Mientras eso pasaba en la casa de los Itsuka, en otro lado se hallaban dos niñas corriendo. Natsumi y Yoshino, dos pequeñas amigas, habían dejado su salida para después tras recibir la llamada de emergencia proveniente de Reine, por lo que ambas salieron corriendo.
Yoshino: ¡Más despacio!
Yoshinon: ¡Natsumi! ¡Recuerda que Yoshino es menos atlética!
Natsumi: Lo siento—respondió con un poco de culpa—, pero algo me dice que Shidou amará tenernos cerca.
Yoshinon: ¡Fufu! ¡Sí se trata de Shidou-kun, puedo dejarlo pasar!
Yoshino: ¡Yoshinon! ¡No pienses esas cosas!—en ese momento, Natsumi le tomó de la mano—. ¿Eh?
Natsumi: ¡Algo me dice que a Shidou le gustan los pechos pequeños!
El rostro de Yoshino se puso rojo ante ese comentario. No podía creer que el chico que le gusta pudiera tener esa clase de fetiches, pero si ese era el caso, ella tenía una oportunidad en contra de Kurumi y Tohka.
Yoshino: B-Bien... ¡Vamos!
Yoshinon: ¡Hurra!
Tenía una oportunidad para vencerlas a todas.
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